22 | Una sola chica

— Porqué se me une todo, de pronto, problemas con mi familia y el maldito de Tyler Stell hizo eso, ¿¡Porqué a mí Sirel!?.

Sirel solamente agachó la mirada, pues Sol estaba en toda la razón, todo de pronto. Es difícil, pero ahora es más difícil.

— ¿Gael?,— preguntó Sirel.

— Sol,— dijo el chico.

— ¿Que haces acá?,— preguntó la rubia.

— Mi padres están acá, pero. Sol, ya los vistes, ¿Cierto?.

Sol lo miró, y sintió nuevamente un gran dolor en él pecho.

Gael rápidamente camino hasta ella, y la abrazó. Logrando que Sol soltara el llanto.

— Es un idiota.

(...)

— Estas, loco. ¡Completamente loco! Si piensas que dejaré a mis hijas.

Matteo rodó los ojos.

— Luna, ¿Acaso no entendes que si te localizan a tí, o a mí, Sol y Mar también estarán ahí?,— dijo Matteo algo molesto,— Soy su padre, por lo tanto tengo derecho con ellas, y digo que Sol y mar se irán a Italia con mis padres.

— Matteo, estaré con la angustia. ¡Quieren matar a mis hijas!.

— ¡Por eso se hará lo que dije! En Italia no podrán. Y ellos también saben, que en Italia ¡No!.

Luna se sentó al bordé de la cama y vió hacía abajo.

— Les prepararé la maletas,— dijo Luna y caminó hasta la puerta.

— Hey,— dijo Matteo— Ven.

Luna con la mirada al suelo camino hasta él.

— Todo estará bién, ¿Sí?,— Matteo habló, y Luna asintió con la cabeza,— Te amo muchísimo, y nadie le hará daño a nuestras hijas, nadíe.

«Si supieses que tu hija ya está sufriendo por alguien».

— Te amo,— susurró Luna.

Y Matteo le dió un beso en los labios.

Luna salió de ahí para encontrarse con una Ámbar agitada. Subiendo por los escalones Ámbar paró Luna.

— ¿Que pensaron?¿A dónde enviaran a las nenas?.

— Con mis suegros, los padres de Matteo.

— Lleven a Sirel, ¡Por favor!.

— ¿Que pasa?.

— Julissa, ella pasa. Después te digo.

— Está bien, tendremos que hacer las maletas de las niñas.

— Ahora te alcanzo, hablaré con Simon.

Luna camino hasta el cuarto de Sol. Después de decir unas cosas, Sol notó que su mamá estaba rara.

—¿Que te pasa mamá?,— preguntó Sol.

—Sol, tienes que viajar.

—¡De nuevo!.

—Esto es distinto, te necesito lejos de Julyanna o Julissa.

—Tú y papá vendrán con nosotras, ¿Cierto?,.

Luna quedó viendo fijamente a Sol.

—No.

—¿A dónde iremos?,— Sol observó a su madre.

—No estarán solas, créeme.

—¿La abuela?,— Sol sonrió un poco.

—Así es, así que, prepara maletas. Yo aré las valijas de Mar, ¡Por cierto! Sirel, también tu vas.

—¿Qué?.

Pasaron algunas horas, y faltaba aproximadamente hora y media para que las chicas se marcharan. Estaban en el living, Mar emocionada, le encantaba visitar a los abuelos, le encanta Italia.

—Sol.

—Sí.

—Alguien quiere verte.

Sol dirigió su vista hasta la entrada principal, y ahí se dejo ver. Tyler.

—¡Rayos Gael! No quiero hablar con él,— susurró Sirel.

—Tal vez, tengan cosas que aclarar.

—No hay, ¡nada que aclarar!, sácalo.

—¡No voy a hacer eso!.

—Entonces lo hago yo,— dijo Sol, pero Gael la jaló.

—Ni se te ocurra, ¿Te gustaría que tu papá se enterará que su bella hija, tiene novio?.

—Tenía, porque no estoy con nadíe.

—¡Bién! Te dejo.

—Te odio, Perida.

Sirel volvió a sentarse.

—Hola,— dijo Tyler, con una voz tímida.

Sol solamente giró a verlo, sin ninguna expresión en la cara.

—Sol, no se como empezar,— Tyler se sentó a su lado.

Sol siguió solamente observándolo.

—Perdóname.

Sol, no hizo nada.

—Sol, perdóname.

La rubia, arqueó una ceja, y de pronto una sonrisa se formó en sus labios.

—Me das, tantísima risa Tyler,— dijo Sol— Enserio que das una fachada de niño bueno, y la verdad es qué eres más basura que Levin, porque Levin después de todo, nunca me hizo... esto.

—¡Sol!, a él no lo metas acá, él es una cosa, yo soy otra, ¡Sabes que somos muy diferentes!,— Dijo el chico.

—Eso está clarísimo, son demasiado diferentes. Porque aunque el, tenga el ego hasta la cima, sabe querer a una sola chica,—Sol observó a Tyler, de pies a cabeza— Y tú, tu sabes querer pero a cualquiera que se te atraviese.

Tyler sé puso rojo.

—¡Sol, yo no vine para escuchar cómo defendes a ese! Yo solamente quiero que me perdones.

Sol río.

—Tyler, entiendes que esto no solamente es una cortada que con un parchesito se acaba. ¡Me engañaste!¡Me fui una semana y vos salías con esa chica!.

—Lo se, hice mal, estoy arrepentido. Pero Sol, yo te amo.

—Tu manera de amar, ¡Da asco!,— gritó Sol.

—¡Sol te necesitaba! ¡Te extrañaba! ¡Me haces falta! Trate de buscar refugio en Kimberly,— Dijo Tyler, y Sol soltó una carcajada.

—Deberías escucharte, eres un completo patan.

—Sol, yo te amo.

—¡Eso hubieses pensando, cuando hiciste todo eso! No tienes perdón alguno Tyler. ¡Eres un perfecto mentiroso! Un estúpido,— Sol gritó— Pero más estúpida yo, por caer redonda en tu maldito juego ¡Pero hasta acá Tyler! Fue una maldita vez, la primera y la última vez que me haces eso, porque "Tysol",— Sol hizo comillas en el aire"— Ya no existirá más, se acabó. Así que ahora puedes ir a besarte con el montón de viejas que tienes atrás de tí, porque sabes qué, yo no pienso ser una más de tu montón, creí que en el caso era especial, pero NO. ¡Me hiciste creer especial! Y yo fui tan idiota que te creí, y ahora está bien, eso pasa por esperar mucho de quién no vale nada.

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