Capítulo XXIX

Como un loco llego hasta mi casillero. Estoy harto de que la gente trate de juzgarte sin siquiera conocerte. Estoy harto de que la gente piense algo sobre tu vida. Estoy harto de que nos tachen de buenos y malos. Primero conóceme y luego lo decides. Así de fácil, así de sencillo.

Seguramente la persona que le envío esa fotografía a Dorothy, me la ha enviado a mí también. Así es que llego a mi casillero. Al abrirlo, efectivamente, encuentro la misma fotografía, pero esta vez, con otra leyenda

"¿Te hace el amor tan rico que te vendes cariño? Sólo le tienes lástima"

La ira sube hasta mi cabeza. Siento como me pongo rojo, podría jurar que sale humo de mis oídos. De pronto escucho unas risitas detrás de mi. Al darme la vuelta me doy cuenta que son Samantha y su séquito de maldad.

Entonces todo llega a mi cabeza. Claro que fueron ellas, digo, sólo ellas pudieron ver el abrazo entre Dakota y yo. Supongo que se les hizo bastante divertido tomar una foto, imprimirla y agregarle palabras horribles, palabras llenas de veneno. Así es que mis músculos comienzan a tensarse, todo dentro de mí grita por liberarme. Termino por hacer algo impulsivo. Me comienza a acercar a ellas, me acerco con los ojos llenos de furia. Y lo hago por dos razones. La primera: se metió de nuevo con la reputación de Dakota. Y segundo: porque hizo llorar a Dorothy. Tengo que vengar el honor de estas chicas.

Aunque mis acciones no le hacen nada, incluso Samantha me mira desafiante, para luego lanzarme un beso. Enserio esta niña no sabe con quién se está metiendo. Con Dante Collins, el chico que al estar enojado, puede lanzar un edificio completo.

—Hola Dante querido— anuncia ella con una sonrisa. A decir verdad todos en la escuela esperaban que ella y yo fuéramos novios. Ya que aunque no lo quiero reconocer Dorothy, Samantha es mucho más popular que ella. Nos encontramos casi en el mismo status. Sólo que yo llegué a él por lindo y ella porque da mucho miedo.

—¿Por qué lo hiciste Samantha?— le espeto furioso. Y gracias a mi gran enojo, mi voz sale como un grito. Un grito que provoca que todos a nuestro alrededor se detengan a oír.

—¿Qué? ¿Quieres acostarte ahora conmigo? ¿Ya no te basta esa HL?— la furia sube y baja por mi cuerpo. Estoy a punto de explotar, pero debo controlarme, no debo de meter en más problemas a nadie.

—¿Por qué hiciste esto Samantha?— vuelvo a preguntar. Y como mis dientes los tengo tensos, esa pregunta no es muy audible para el auditorio que ya tenemos.

—Porque yo siempre gano Dante— ¿eso es lo que ella cree? Ni se imagina lo que tengo en mente.

Así es que dejo de mirarla, a la mente me ha llegado una idea, una idea que espero cambie todo. Entonces muy decidido le enseño a todos la fotografía que tengo en la mano.

—Seguramente muchos de ustedes ya han visto esto. Y seguramente ahora piensan que Dakota está todas las noches en mi cama...— hago una pausa y me cercioro de que todos me miren y estén atentos. De a poco comienza a llegar más gente para escuchar lo que sea que estoy a punto de decir. Y eso me gusta. —¿Qué es lo que ganamos realmente al hacerle daño a alguien? Al menos de la manera en la que Samantha lo hace. Seamos sensatos, no sólo me hizo daño a mí, sino a Dakota y a mi novia Dorothy, díganme, ¿qué ganamos realmente?— todos se quedan callados. Algunos admirados, otros burlones. Entonces alguien dice al fondo.

—Lo que ganamos es reírnos un poco— otras risas acompañan a esa y yo me enardezco aún más.

—¿Creen que esto es divertido? ¿Creen que difamar a alguien es divertido? Piensen sólo un poco las cosas, ¿les gustaría que a algún familiar, amigo o incluso a ustedes mismos, les hicieran esto?— levanto de nuevo la fotografía. —Ya basta chicos. Abramos los ojos. Sin duda esto no es un juego, esto no es para reírnos— a lo lejos veo que Dakota se acerca a escucharme. Ella levanta algo en su mano y veo que es la misma fotografía. Creo que ella también la recibió. —Hace un día, ayudé a una chica a alejar a sus agresoras. La tenían contra un árbol y no la dejaban de lastimar. Después de todo ella perdió el equilibrio, por todo el esfuerzo que hizo para librarse de esas personas. Yo la ayude y vi la desesperación en sus ojos. La abracé, la abracé porque era lo único que podía hacer. Desde ese momento juré que haría algo al respecto. Y llegó el momento indicado, llegó esta fotografía, la cual se ha malinterpretado. Dakota nunca ha estado en mi cama, si es que se lo preguntan— el silencio reina en el lugar. Me alegra que la gente me escuche, pues ahora sí que quiero ser escuchado. —Sé que la mayoría de ustedes escucha a 20:17, y también sé que para la mayoría ha sido una inspiración. Escuchemos lo que ella dice, seamos héroes, seamos héroes en la calle, en la casa, en la escuela, en todos lados. Seamos héroes porque todos tenemos valor, incluso esa persona que parece ser el blanco de todas las burlas— murmullos de nuevo llegan a mis oídos. Me giro y noto que Samantha tiene una mirada molesta.

—¡Dakota es HL! ¡Y eso es lo único cierto!— grita Samantha. Grita desesperada y con ganas de hacer daño.

—Ella ganó el título sin razones verídicas. Ella se ganó sus burlas injustamente. Ella sufrió miles de lágrimas y sentimientos negativos por su culpa. Ella vivió eso injustamente. Ella es un ser humano, ella vale tanto como nosotros. Por eso merece su respeto tanto como todos— de a poco me acerco a la gente. Aunque mis ojos se quedan en los ojos café verdoso que veo en el fondo, claro está que mi destino es Dakota. Por lo que la gente se da cuenta y se mueve un poco para llegar hasta ella. Cuando al fin lo hago, le extiendo la mano y la llevo al centro para que todos la vean. —Esta chica sin duda es uno de los seres humanos más bellos que he conocido en el mundo. Y por eso me duele que le hagan daño, porque si la conocieran realmente, no se atreverían a hacerle ningún mal, porque si le dieran una oportunidad entenderían de lo que hablo. Este ser humano llamado Dakota cambió mi vida, y estoy seguro que podrá cambiar sus vidas también— abrazo a Dakota y las personas de nuevo se quedan calladas.

—¡Ya basta de acoso!— grita alguien al fondo. Cuando lo veo bien me doy tenga que es Chad.

—Ella es Dakota Harrison, no más HL. Y en vez de atacarnos, deberíamos de unirnos. Seamos diferentes. Pidámosle perdón a todos los que dañamos. Les juro que eso te tranquiliza el alma— todos a nuestro alrededor comienza a sonreír y se acercan a nosotros. O más bien dicho a Dakota.

Miles de perdones llegan a mis oídos. Miles de abrazos llegan a mis ojos. Ellos la han perdonado y estoy completamente convencido de que ella también lo hará.

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Nota de la autora:

Quizás este capítulo sea totalmente idealista. Sé que es muy poco probable que alguien logre esto con un par de palabras dichas, pero... me encantaría que fuera de esa manera. Me encantaría que todos abrieran sus ojos y se dieran cuenta del daño que le provocan a los demás. Ya basta de acoso, es lo único que pido. Arruinamos vidas y autoestima como bien lo dijo Dante. Disculpen si este capítulo se vuelve irreal, pero como lo he dicho, me encantaría que todos vieran el mal que han hecho.

Gracias por leerme, gracias por seguir aquí. Sin duda ha llegado el momento en el que todos se querrán redimir con Dakota, porque todo fue una injusticia. Les prometo que la siguiente parte estará aún más llena de drama. Como sabemos, Dante y Dorothy ahora no están del todo bien, ¿se arreglará su relación? ¿Comenzará una con Dakota? Díganme lo que opinan.

Canción: Fireworks– Katy Perry

Por cierto, aquí vengo yo con otra pregunta. Si su casa estuviera incendiándose, y sólo pudieran sacar tres cosas, ¿qué sacarían? Yo no lo sé, sólo me cercioraría que mi familia y mi gato estuvieran bien.

Me despido, espero que no sea por mucho tiempo.

Atte.
D.R