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Capítulo XXV

Dejamos que el silencio nos invada. Mi mente está llena de pensamientos horribles y tristes, seguramente la mente de mi acompañante está igual de adolorida que la mía. Así es que tomados del brazo salimos del hospital.

Frida tenía razón, afuera llueve a raudales, por lo que abro la sombrilla que ella misma nos ha dado. Pareciera que el mundo está igual de triste que nosotros, triste por ese increíble ser humano llamado Barry.

—¿A donde me vas a llevar?— le pregunto a Dakota mientras forzo una sonrisa en el rostro. —Porque mi auto está en el estacionamiento— le informo soltándome de su brazo y pasándolo por su espalda. Así la puedo colocar más cerca de mi cuerpo y su calor se combina con el mío.

—Te dije que si me acompañabas a caminar, no a andar en auto. Y no te preocupes, el lugar está cerca— anuncia ella recargando su cabeza en mi hombro. Así que guardo las llaves de mi auto en mi chaqueta y me dejo guiar por este ángel al cielo.

Dakota ha optado por caminar en la carretera. Si creen que esta es una mala idea, no se preocupen, ella ha tenido peores. Por lo que me dejo sumir una vez más en mis desastrosos y mortíferos pensamientos. Sin embargo mis cinco sentidos se activan de nuevo, pues me doy cuenta que nos acercamos a una curva bastante peligrosa.

—Dakota, quizás deberíamos irnos, está lloviendo y esta calle es muy peligrosa— le comento sin dejar de mirar al frente. En cualquier segundo pudiera aparecer algún auto y no tendríamos tiempo para correr.

—Si nos pasa algo, el hospital está aquí— anuncia decidida.

A decir verdad, no sé que me da más miedo, si esta carretera, o la manera tan sombría en la que se comporta. Sin embargo no le hago caso y sigo con ella este camino mortal.

Caminamos unos segundos más, hasta que veo una saliente con un barandal. Bien, jamás me había sentido tan contento de ver algo así en la carretera.

—¿Qué es esto Dakota?— anuncio tomándola de la mano y llevándola ahí, pues es un verdadero lugar seguro. Incluso tiene un pequeño techo, aunque por el hoyo que tiene entra el agua. No es lo mejor del mundo, pero lo prefiero a vagar como unos dementes por la carretera.

—Donde vengo a llorar— susurra.

Su comentario me toma por sorpresa y comienzo a mirarla fijamente, pero, parece que a ella no le importa, pues tiene la vista fija en el paisaje. Así que la imito y llevo los ojos al frente. Quedo maravillado por la hermosura del bosque y la montaña. Con la neblina bajando este lugar se ve más sombrío.

Los minutos aquí se vuelven más pesados y más hirientes. Creo que este lugar ha visto miles de lágrimas de la hermosa mujer que ahora tengo a mi lado. Pero el silencio, el silencio aquí es como las cuchillas, es doloroso y punzante. Este lugar es como el paraíso para un alma abatida, para Dante y Dakota, las almas más miserables, al menos estos segundos. Entonces siento como sus lágrimas caen, pero esta vez es diferente, pues yo la estoy abrazando y sus lágrimas se enjugan en mi ropa y no en la suya.

—Quiero contarte algo Dante— susurra ella mientras toma mi brazo y recarga su espalda en mi pecho. Sin duda así me siento en las nubes, con ella frente a mí y mi cuerpo detrás protegiéndola de todo.

—Si eso implica quedarme más tiempo contigo, si quieres puedes contarme la historia de la Segunda Guerra Mundial— escucho como lanza un suspiro pesado y agobiado. Sin duda lo que ella me dirá a continuación no me va a gustar en lo absoluto, eso lo siento en mi pecho.

—Yo soy Dakota— comienza a hablar la hermosa rubia. —Sin embargo para muchos en la escuela yo soy HL, aunque estoy más que segura que nadie de esas personas sabe la razón de ese apodo. Por eso yo te lo voy a contar Dante— Dakota deja una pausa dramática que me hace sentir un sabor ácido en el ambiente. Por lo que me aferro más a su cuerpo y hundo mi nariz en su cabello, ese con olor a fresas.

—Todo comenzó cuando entré a la preparatoria. O al menos es así como yo lo veo Dante. Sin duda el primer día de clases me sentí muy nerviosa. Yo era más del tipo reservado, era muy complicado que alguien pudiera sacarme palabras de la boca. Las únicas personas con las que podía hablar sin problemas, era con mi padre y con Barry, el único amigo que tenía en ese momento.

Miles de dudas me atormentaron por semanas, recuerdo bien que la noche antes de mi primer día, estuve en vela por muchas horas, incluso desperté antes de lo esperado. Y todos esos nervios se intensificaron cuando descubrí que sólo iba a compartir una clase con Barry. Sin duda la preparatoria pronosticaba ser lo más terrible del mundo entero.

Barry al darse cuenta de mi situación, trató de hacerme sentir mejor y me dijo que intentara entablar conversación al menos con una persona. Él prometió que en los descansos estaríamos juntos. Entonces llegó al plan una chica muy linda, tierna y de hermosos ojos azules, su nombre es Lilly. Viendo lo amigable e interesante de nuestra relación, me di cuenta que no todo iba a ser desilusión. Me sentí mucho mejor con mi nueva amiga. Pero entonces vino a mi vida la persona más detestable y que más pesadillas me causó por las noches.

Su nombre es Joseph Dallas, un chico simplemente perfecto, o al menos así es como lo creí al principio. Joe, como todo el mundo lo conocía, era más del tipo popular. Todas las chicas morían por él y todos los chicos querían ser como él. Joe era de ultimo año, lo cual lo hacía más interesante. Entonces ocurrió algo inesperado. Joe se fijó en mí. Joe vino a poner mi mundo de cabeza. Ahora cada vez que lo recuerdo siento un dolor en el pecho, pero juro que en ese momento todo eran mariposas y falsas esperanzas.

Joe se ganó en poco tiempo mi corazón. Cuando él estaba cerca me sentía protegida, sentía que alguien siempre me cuidaría. El ganarme el cariño de Joe, provocó que instantáneamente todos quisieran ser mis amigos y todos quisieran hablarme... Dante, todo era como un sueño. Era como lo había visto en las películas, como lo había leído en los libros, y como lo había escuchado en las canciones. Gané muchos "amigos", pero perdí a Lilly y a Barry. Pues yo sabía que Barry estaba enamorado de mí, yo lo sabía... aunque Joe sin duda, me había robado el corazón.

El caso es amigo Dante, que mi vida era muy distinta a lo que es ahora. Antes todos me temían y respetaban, porque Joe Dallas, el chico más popular de la escuela, era mi novio.

Sabía que Joe, por ser mayor y todo eso, quería estar un paso más adelante que yo. Muchas veces me insistió en tener esa "prueba de amor"... Dante, yo no me sentía preparada. Pero entonces llegó esa noche fatídica, llegó esa noche que marcaría mi vida por completo, incluso, hasta este momento...— Dakota lanza un suspiro y su cuerpo comienza a temblar. Es como si todo estuviera reproduciéndose en su cabeza. Entonces me cuenta el momento que le cambió la vida.

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Nota de la autora:

Hola, hola, bien... debo de admitir que esta parte me ha costado más de lo debido. Además estuve un poco atareada, en mi casa tengo algunas cosillas y pues no estaba con mucho tiempo que digamos. Pero, como yo los quiero mucho, subiré el siguiente capítulo, contado desde la perspectiva de Dakota, ¡Yei! El primer capítulo descrito por Dakota. Espero que les guste, lo subiré este día, porque debo compensarles esta semana sin capítulos.

Por cierto les dejo a Joe aquí. Se los presento. Él es Joseph Dallas

Nick Jonas me dejó sin palabras, la verdad es que se me ocurrió de pronto que él interpretara a Joe.

Canción: Creep– Radiohead

Gracias por seguir aquí. Ya casi llegamos a las 2k vistas, y yo soy muy feliz por eso. Gracias de nuevo a todos lo que me leen, comentan y votan, me vuelvo loca cuando me llega una notificación de esta historia.

Entonces, esperen el siguiente capítulo en el transcurso del día.

Atte.
D.R