-3- Sin novia no hay boda

Primer ensayo.

—A-amor mí-o, y-yo-yo —tartamudeaba el peliverde un tanto nervioso mientras leía el guion. Si hubiese estado solo no habría problema, sino que, ahora estaba frente a Bakugo que lo miraba con su típica expresión de enojo—. ¿Qui-eres casar-te conmigo?

—PRIMERO MUERTO, NERD—gritó inmediatamente el rubio.

—¡Corte! ¡Corte! ¡Esa no es la línea! —intervino Iida corriendo al escenario quedando entre los dos chicos—. Debes decir: “Sí, acepto cariño” y después abrazarse apasionadamente.

—¡Nada de esa porquería saldrá de mi boca! —Bakugo mostró desagrado.

Deku tomó un respiro. El hecho de tener que interpretar un papel importante lo tenía muy nervioso, y no bastando con eso, Bakugo no ayudaba en nada al decir sus propias líneas y así interrumpir una y otra vez los ensayos. Por ello, Iida y Momo optaban por saltarse las escenas juntos y que las ensayaran al final.

Una vez más, Midoriya y Bakugo estaban frente a frente.

—Amor… mío, ah, ¿quieres casarte conmigo? —dijo Midoriya sin tartamudear, estaba haciendo un gran esfuerzo para hacerlo correctamente.

Bakugo lo miró frunciendo el ceño.

—Sí, acepto —gruñó por debajo controlando bastante bien su tono de voz.

—¡Perfecto! —gritó Tenya—. Ahora, abrácense.

Entonces, Deku se acercó unos pasos y el rubio retrocedió otros, consternado, el chico con pecas se acercó y su compañero retrocedió el doble.

—¿Qué haces, Kacchan? —espetó desconcertado.

—Ni de broma te voy a abrazar, ¡prefiero arrancarme los brazos antes de hacerlo! —farfulló enojado.

—¡Tienen que hacerlo, Bakugo-san! —exclamó Yaoyorozu desde las sillas de los espectadores—. Es mejor que besarlo, ¿verdad?

Inmediatamente Deku se puso rojo, ¿¡BESARLO!?

Escandalosamente miró al rubio que compuso una mirada asesina. 

—¡No lo haré! ¿Me escuchaste? ¡ME REHÚSO A TAN SIQUIERA TOCARLO! —siguió gritando Bakugo.

Midoriya respiró hondo y empezó a murmurar mientras para sí:

—Estoy haciendo un enorme esfuerzo para no tartamudear y quedar en ridículo. Si Kacchan se rehúsa el profesor Aizawa nos reprobará a todos y decepcionaré a mi madre. Entonces tendré que vender chicles en los semáforos. Oh que vida, no ganaré lo suficiente para seguir comprando los posters de All Migth. Y seré un pobre mendigo que pida monedas en las calles. Mi sueño de convertirme en héroe quedará en el olvido y…

Todos sus compañeros lo observaron con una gota de sudor resbalando por la frente. Habían olvidado por completo que cuando Midoriya se pone nervioso o pensativo se largaba a murmurar sin parar.

—Relájate Deku-kun. —Le interrumpió Uraraka desde abajo del escenario, sonriendo de forma nerviosa—. Verás que Bakugo-kun colaborará, ¿verdad? —La mirada que le lanzó al chico rubio era de: “si dices que no, te muerdo”.

A regañadientes, Bakugo gruñó ladeando el rostro.

Ah… sería una semana exhaustiva.

Tercer ensayo.

—Y usted, caballero, ¿qué parentesco tiene con los novios? —preguntó Mina mirando de forma escéptica a Todoroki.

—Yo sólo me cole a la boda por la comida —dijo como si nada Todoroki seleccionado los bocadillos frente a la mesa.

Las madrinas lo miraron como si hubiese cometido el peor de los pecados.

—¿Y no te da vergüenza decirlo? —preguntó Sero con voz aguda, dio un vistazo al guion y se lamentó por interpretar el papel.

Shoto negó con la cabeza mientras agarraba el extremo de su camisa y ponía en ella todos los pastelillos que podía, incluso metió unos a la boca y luego procedió a mirar a las madrinas que tenían una mueca incrédula.

—Para nada, comeré como si no hubiese un mañana —sentenció con la boca llena, procedió a tragar los pastelillos para hablar mejor.

—¡Recuerda sonreír estúpidamente, Todoroki! —gritó Denki desde algún lugar misterioso.

El aludido apretó los labios y de reojo vio su guion encima de la mesa, volvió la vista al frente.
Las madrinas tuvieron que contener su risa escandalosa para hacer una escena perfecta ante la visión de Todoroki sonriendo de esa forma.

—Y si me permiten señoritas, iré a ese rincón de ahí a devorar a escondidas los pastelillos. —Todoroki se despidió animadamente y salió del escenario.

—¡Perfecto! —exclamó Iida levantándose de los asientos y moviendo sus manos, entusiasmado—. Increíble actuación, chicos. Se ha cubierto esta escena. ¡Que pasen los novios! —llamó a gritos.

Todoroki llegó a la parte de los vestidores suspirando fuertemente, sólo esperaba que Enji no estuviera presente en la obra, apenas y soportaba escucharlo gritar “SHOTO” cada vez que sucedía algo. Daba gracias que no le tocó interpretar a la novia.

Colocó los pastelillos acomodándolos perfectamente, tenían que estar en orden para la siguiente actuación. Para prevenir cualquier accidente, los congeló con su mano derecha.

—Lo hiciste genial, Todoroki-kun
—Midoriya se acercó a él.

—Espero interpretarlo perfectamente. Suerte con tu escena.

—Gracias. —El peliverde se alejó mientras veía sobre su hombro a Todoroki congelar los panecillos.

Al llegar al centro del escenario, observó a sus compañeros montando las escenografías y las luces, o como Shoji y Sato que enseñaban sus líneas en los rincones, todos ponían su mayor esfuerzo para que la obra fuese un éxito.

Apretó las manos y agachó un poco la mirada.

Él también debía poner todo su empeño para que no se pusiera nervioso por las líneas improvisadas de Katsuki. Sólo era una prueba más para llegar a ser un héroe, le sacaría sonrisas al público y estarían satisfechos con la obra.

—Bien, máximo esfuerzo —se dijo alzando su mirada determinante y apretó su puño.

—¡Bakugo-kun no está por ningún lado! —gritó Toru corriendo hasta Momo e Iida, se escuchaba desesperada—. Lo hemos buscado por todos lados y el salón… ¡Se ha ido!

—¿Qué? Esto no funciona sin la novia, ¡búsquenla! —ordenó Tenya agitando el libreto al aire. Los demás comenzaron a movilizarse.

—Oye, ¿Cuándo le cambiamos el género a Bakugo? —preguntó Kyoya a Ochako.

Ella se cubrió la boca intentando no reír.

—Desde que perdió su masculinidad al interpretar a la novia.

En ese momento Deku perdió la determinación y el alma salió de su cuerpo, este cayó cómicamente al suelo dándose por muerto.

—¡Deku-kun! —exclamó sorprendida Uraraka corriendo a él, Sero ya estaba a su lado.

—Oye, ¿estás bien? —preguntó Sero mientras tocaba su mejilla con un palito que consiguió por ahí. Los dos pensaron que estaba muerto porque no se movía y se veía pálido.

—Seré un gran héroe. Seré un gran héroe. Seré un gran héroe… —repetía Midoriya con los ojos desorientados.

Todoroki apareció detrás de ellos, mirando a Deku con extrañes.

—Si Bakugo no aparece... ¿Quiere decir que se arrepintió de casarse con Midoriya? —Se preguntó, frotándose la barbilla. Ochako y Sero imitaron su acción.

—¡La novia no puede arrepentirse, ni si quiera es aparte del guión que llegue tarde! —comentó Iida exaltado agitando el libreto.

Después de unos minutos repletos de caos y exclamaciones a la novia, aparecieron los héroes sin capa del día.

—¡Aquí está Bakugo!

Por la puerta del auditorio entró Kirishima y Denki cargando a Bakugo que no se veía de buen humor. Al principio el pelirrojo agarraba al rubio de las manos con su quirk activado para que las explosiones no le afectarán—Bakugo gritaba: ¡MUERE!—, y Kaminari lo cargaba de los pies, pero en un momento Katsuki pateo a este.

Así que Kirishima venía arrastrando los dos cuerpos —no se había dado cuenta que Denki estaba medio muerto por la patada mortal de Bakugo—.
Y el chico de las explosiones maldecía a medio pulmón y se retorcía.

—¡DÉJAME IR! ¡QUÉ SE JODA LA OBRA! ¡LA NOVIA DEBE MORIR AQUÍ Y AHORA! —gritaba el rubio enfurecido.

—¡Se está volviendo salvaje! —exclamó Mineta asustado, escondiéndose detrás de Tokoyami.

—¡CÁLLATE ENANO O MORIRÁS!

—Lo encontramos escondido en los baños —informó el pelirrojo al llegar frente a Momo e Iida que se veían preocupados. Soltó de sopetón las piernas de Bakugo y fue ahí que se percató que Denki estaba moribundo, pero le restó importancia al encogerse de hombros.

—¡Bakugo-san! Es una gran responsabilidad el interpretar uno de los papeles protagónicos, así que te pediré que pongas tu mayor esfuerzo —regañó ligeramente Yaoyorozu con un dedo de fuera.

Bakugo sólo escuchaba los regaños sentado en el suelo y cruzado de brazos, refunfuñaba y decía que no quería interpretar a la estúpida novia.

Pero como era de costumbre desde que empezaron los ensayos, nadie le dijo lo contrario, si no que lo obligaron a actuar.

Y después de interminables días, por fin la clase pudo hacer un ensayo general sin ningún error, no les quedó más que esperar el día de la verdad y hacer la obra perfecta.

Sí, claro.


El día de la verdad.

—Bakugo, ¡he traído tu hermoso vestido! —Kirishima, sonriendo de oreja a oreja, apareció tras bastidores mostrándole el dichoso vestido.

—JÓDETE —explotó a gritos el rubio—. NO ME PONDRÉ ESA MIERDERA.

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