•Dia 27;"Entre cruzado".
Escritor: JaquiiAleWorld
Au/temática: Angeles y demonios.
('∩。• ᵕ •。∩')
I
Los seres de luz y pureza conocidos actualmente y también desde hace varios siglos como ángeles, han estado en una clase de guerra fría contra sus contrapartes durante muchos, pero muchos miles de años. Incluso se relata desde que los primeros seres humanos pisaron la tierra que su creador les dió.
Aquellos seres oscuros que se les denominan criaturas malignas y llenas de todas las tentaciones y pecados que a Dios no les gusta, supuestamente los rivales, son conocidos cómo demonios o entes de pura maldad.
Pero desde hace aproximadamente un siglo atrás que alguien formó cierta iniciativa para que los demonios que quisieran redimirse trabajaran en convivencia y armonía con los ángeles de Dios ya que el creador parecía querer darles una clase de "oportunidad", puesto los demonios nacidos en el infierno no tiene la culpa de sus antecesores por todo lo ocurrido en aquel tiempo donde se dió la caída de la más hermosa estrella en una mañana.
Y si, ese fue Lucifer.
Al principio aquello que sonó ridículo e imposible de imaginar, ahora es algo que se vive con casi toda la normalidad en los cielos. La puerta al paraíso.
Mo Guan Shan es todo un caso. Él viene de dos padres tan opuestos pero que a pesar de sus grandes diferencias, hace varios años lograron enamorarse hasta el punto de procrear. Sin embargo, aunque en lo físico se parece más a su mamá debido al color de su cabello y ojos, su especie se va del lado de su papá. Pues tiene cuernos, cola de diablillos y pequeños colmillos. Y aunque por fuera tiene todo el aura de un verdadero demonio de la ira, por dentro es tan noble, amable y puro como un ángel, como su madre.
A sus veinte años se encuentra en territorio de angeles para "redimirse" o como sea que se llame esa rara Iniciativa en la que su madre le convenció de participar. Y aunque parece que le resulta absurdo y estúpido, por dentro tiene esperanza de ser aceptado.
-Nunca pensé que para redimirme, tendría que soportar a tan molesto ángel que es de todo, menos un ángel.- dice entre dientes un fastidiado pelirrojo en compañía de alguien más que lo escucha.
Guan Shan no lleva más de tres años ahí. Y en éste último mes, uno de aquellos seres alados que nunca había visto en el tiempo que está ahí ayudando -a veces cree que pierde el tiempo-, de repente se le empieza a pegar y ser muy cercano a él o querer entrar en su "vida". Es tan molesto que sino fuera por la apariencia, a veces creería que es un demonio al igual que él.
-En realidad no es un ángel como tal.- le comenta, lo cuál recibe una extraña y confundida mirada de Mo lo que le pone algo nervioso.- O sea, existen nueve tipos de ángeles o mejor dicho, seres celestiales que sirven a Dios. El ángel es el último de ellos y el más cercano al hombre. El de más baja categoría en autoridad y poder aquí, por así decirlo. - comienza a explicar ante la atenta mirada del demonio de cabellos rojizos. Se aclara la voz para continuar. - Pero en cuanto la jerarquía...He Tian es un querubín, está tan sólo por debajo de los serafines y éstos son los más poderesos y de alto rango. - añade para corregir su pequeño error sobre que aquel que lo molesta es un ángel cuando no lo es.
Pero tampoco lo juzga, varios, sino es que todos los demonios e incluso muchos humanos no conocen demasiado acerca de la jerarquía de los seres celestiales que sirven a Dios a pesar de que ya hay suficiente información con la llegada del "internet" a sus vidas.
Claramente aquella información aunque es de utilidad y a Mo le hace sentir menos ignorante que antes, tampoco está muy contento de oír la categoría en la que se encuentra el He.
Ya desde hace varias semanas atrás había escuchado de otros celestiales sobre el poder de los "He" en el mundo de los cielos, muchas veces se le olvidaba aquel minúsculo detalle de que aquel que lo anda molestando es un He.
¿Sólo quiere ser amigable con él o qué?
-¿¡A mí que mierda me importa lo que sea ese tonto!?- se expresa entre furioso e indignado de que le recuerden que es de un "alto rango". No puede creer que incluso entre los "ángeles" haya niveles de autoridad o jerarquía de poder.
-¡Lenguaje!- le reprocha el rubio por sus palabras tan resonantes.
-Ahhh. - suelta un bufido largo de irritación.
Al principio había creído que aquello solo es cosa de egoístas humanos y demonios. Pero realmente se equivocó. Ahora le da algo de curiosidad por saber en qué categoría está el rubio de su lado que solo se acuerda de su nombre por tres razones:
La primera es que no es tan largo. La segunda porque lleva igual mucho tiempo conociéndolo desde que llegó ahí, y la tercera es que ya van dos veces que lo ha salvado de ser expulsado de ahí por malos entendidos que han habido. Jian Yi, es el nombre de aquel ser que lo ha ayudado y siempre trata de aconsejarlo a como redimirse. Debe admitir que es de los seres más hermosos que ha visto de cerca entre otros tantos ángeles, pero con el tiempo uno se acostumbra a su belleza natural.
-¿Acaso allá abajo no existe jerarquía?- pregunta intrigado el rubio.
-Hum... Jerarquía de círculos.- le contesta encogido de hombros. El contrario lo mirá un poco confundido, esperando a que continúe.-Los nueve círculos del infierno si a eso te refieres y me refiero yo. Pero en cada uno gobernaba un... "Demonio noble" por decirlo de alguna manera. - trata de explicar por lo muy raro que suena. Los aristócratas incluso están en el infierno.-Aunque claro, el más poderoso de todos siempre ha sido y es Lucifer.- agrega suspirando al final aburrido.
-Oh, ¿Y tú a qué círculo pertenecías o en cuál naciste?- cuestiona curioso Jian Yi.
-Al quinto círculo, es el de la ira.- responde con simpleza.
-Que irónico.- dice un tanto divertido. Ahora cobra mucho más sentido porque Mo se enoja con facilidad, siempre tiene su ceño fruncido y además nunca lo ha visto sonreír.
-¿Disculpa?- le contesta con cierto tono sarcástico pues claramente si le entendió, pero antes de siquiera pensar en darle un zape cómo es costumbre, alguien le agarra de su cola en un gesto "amigable" y para molestarlo, para atraer su atención cosa que logra rápidamente.
-Pequeño Mo, he venido a visitarte.
"Oh no, otra vez él". Ya decía que su día estaba comenzando tan tranquilo.
-Señor de las tinieblas, ¿Por qué me haces esto?- murmura entre dientes mirando hacia bajo donde está su "Dios", al sentir el agarre del más alto alrededor de sus hombros y cintura. ¿Con que descaro se atreve? ¿Desde que punto se han vuelto tan íntimos?
-¿No te alegras de verme?- le sonríe con gracia y cierta picardía "inocente".
Guan Shan ni siquiera se dio cuenta en qué momento Jian Yi se fue de ahí.
-¿Qué quieres ahora, aparte de joderme mi existencia?
-Digamos que me dejaron un trabajo muy importante y super confidencial.- le murmura esto último lo cuál causa una gran curiosidad en Mo por saber de qué trata. -Me dieron la opción de escoger a mi compañero para que me ayude en mi trabajo secreto. - agrega mientras pasa sus dedos en sus cabellos rojos, acariciando su nuca mientras le sonríe.
-¿Y eso me importa, por qué...?
-Dios, eres demasiado lento diablillo.- bufa sin poder creerlo.- ¿No sabes lo que significa si me ayudas en esta importa misión?
-Vuelvo a repetir, ¿Eso me importaría por?
-¿Acaso no te quieres redimir? - le jala de sus mejillas para molestia del colorado quien suelta un pequeño quejido de dolor.-Pensar en el bien de los demás, Guan Shan. Ayudar a los demás sin esperar recibir algo a cambio.- le explica el azabache mientras extiende sus alas a su alrededor. Tan presumido, en opinión de Mo -Y si no te agrado, por lo menos debe haber tolerancia.
-Ugh, bueno ya, lo haré.- le empuja para que deje de acariciarlo tan libremente. Suspira exhausto.- Tampoco tienes que decirme tantas cosas.- vira los ojos. Odia cuando He Tian está tan cerca de él, su protección y olor le hacen sentir raro.- ¿Cuál es la secreta misión de la que tanto hablas?- se cruza de brazos, impaciente por escuchar.
-Acompañame.
Mo no sabe mucho acerca de los querubines o de cada tipo de ángel que existe entre los nueves que Jian Yi le mencionó. Pero lo que si sabe por lo que su mamá le contó hace mucho tiempo, es que el gobernante en donde vivía antes de llegar ahí, Lucifer, era un querubín.
Algo que le parece irónico más no entiende para nada es porque si He Tian tiene cuatro alas, solo dos usar para volar. Cómo no ha visto más querubines en su camino, no sabe si todos lo hacen o solo el rarito del He. Y tampoco quiere preguntarle directamente, no es algo por lo que se muere por saber.
II
Querubín y demonio bajan a la Tierra en plena noche, sigilosos y sin que el ojo humano pueda verlos en medio de la casi nada.
-¿Un niño?- pregunta el demonio sin poder creer lo que el azabache le acaba de explicar.
-No es cualquier niño, pequeño Mo.- le responde haciendo un gesto dramático para darle más importancia al asunto.
-¡No me llames pequeño! Soy igual o más alto que otros ángeles, incluso que ese Jian Yi. - le reprocha molesto.
-No más que yo por lo que veo, y lo digo más por la edad, no por la altura. - le dice para ponerse enfrente de él y recordarle que el He es más alto. -
Cómo decía... Ese niño no es cualquier niño, digamos que es diferente. Y depende el rumbo que tome, podrá cambiar el mundo y el destino de varias personas. Se convertirá en una persona importante de adulto. - le explica tratando de no entrar en demasiado detalles.
-¿Y por qué nosotros debemos cuidarlo? No soy una maldita niñera. - dice bufando molesto ante la idea de hacerse cargó de un crío por mucho tiempo. Además que también le dijo que no pueden dejarlo completamente solo.
-Equilibro, Mo. - le responde con sencillez, pero Shan sigue sin comprender.-Ven, sígueme. - le indica mientras caminan de entre tantos los árboles hasta llegar a un río.-Espérame un momento aquí. - le dice para dejarlo ahí y él agarrar vuelo hacia el sur.
Guan Shan se queda esperando por lo menos unos diez minutos. Sabe que si escucha a alguien venir debe volverse poco notable para que ningún humano lo pille. Aunque estos suelen tener mucho miedo hasta de las brujas falsas que hay.
Cuando ve volver a He Tian cargando algo entre sus brazos, lo aturde un poco y sorprende. Y más cuando lo que trae se comienza a mover un poco y hace sonidos muy bajos que para él son tan audibles.
-¿De dónde lo sacaste?- pregunta incrédulo mientras lo mira de cerca apenas Tian aterriza en el pasto, cerca de la orilla del río.
-Es un bebé muy bonito, ya tiene algunos meses de nacido.- le responde mientras sonríe. El bebé despierto los ve a ambos, pero ante su gran inocencia e ingenuidad no reacciona como alguien más grande lo haría al verlos. Sin embargo, eso no evita que sonría. Un pequeño chimuelo.- Ten, carga lo. - le motiva para entregárselo al pelirrojo quién se pone nervioso ante el repentino acto.
-Yo no quiero cargarlo, agh.- se queja pero al final, cuando el He se lo entrega no tiene de otra que tomarlo con la delicadeza que el poco tiene.
El temor que tenía hace poco desaparece puesto el pequeño humano no parece llorar o algo por el estilo cuando un demonio lo está cargando. Si bien el bebé no sabe diferenciar todavía entre un ángel y un demonio, también existen relatos de que el instinto humano puede detectar desde que son tan pequeños lo que es bueno y lo que es malo.
Y él no es malo.
Mo se siente extraño cargando a un bebé, ya no tan nervioso como antes pero si le agarra cierto instinto de protegerlo que hasta el mismo desconoce.
-¿Por qué me miras así?- pregunta un poco ruborizado cuando se perfecta de la intensa y fija mirada del querubín sobre él. ¿Tiene algo en la cara o que le sucede?
-¿Así como?
-Asi como, un rarito.- le responde desconfiado.
-Es que te ves hermoso cargando un bebé. Cómo diferente pero sin dejar de ser tu mismo. - le trata de explicar ampliando su sonrisa. No miente, aquella escena le enternece y es demasiado para su blando corazón.
No todos los días puedes ver a un demonio cargando cuidadosamente un bebé. O mejor dicho, no todas las noches puedes apreciar a Mo Guan Shan haciéndolo.
-Eres un-, apunto de insultarlo cómo es debido, siente que el bebé se remueve entre sus brazos y le comienza agarrar cerca de su pecho son sus pequeñas manitas. Cómo buscando algo inquieto.
-Mira, el bebé quiere leche pero no tienes. - le dice entre burlón, divertido y realmente enternecido por la escena.
-¡Ahh! ¡Ya agarrarlo!- exclama avergonzado e intentando alejarlo de su pecho sin hacerle daño alguno. Los bebés son más curiosos de lo que pensaba.
-No lo dejes caer, sujeta lo fuerte pero con cuidado. - indica para detener sus risas y ponerse detrás suyo, lo cuál causa un escalofrío en Mo al sentir el pecho ajeno contra su espalda y sus brazos musculosos alrededor suyo para que agarre bien al bebé.
Además que dos de sus alas lo rodean como si buscarán protegerlo y mantenerlo en calor, todo muy raro para el demonio que no sabe que significa aquella acción. Él si quiere puede desprender fuego de sus extremidades además que su cuerpo ya suele estar caliente, ¿Para que buscar abrigarlo? No tiene para nada de sentido. Y duda que el He no sepa esto porque él es muy inteligente entre los demás angeles que conoció.
-En serio, aléjate de mí o sino-, quiere amenazar, pero es nuevamente interrumpido.
-¿Sino, qué? ¿Vas a tirar al bebé por golpearme?
-Eres un...- suspira estresado. Maldice varía veces haber aceptado ir con él.-
¿Qué se supone que haga ahora con éste engendro?
-Ya te dije. Debemos encontrarle un buen entorno familiar, y mientras vaya creciendo, ser sus guías. - le explica brevemente.
-¿Cómo lo haremos estando así?- dice mirando evidentemente lo que los caracteriza de cualquier ser o especie ahí en la Tierra.
Las alas, los cuernos, hasta el como visten es algo sospechoso considerando el como visten los demás.
-Disfraz de humanos, dah. - dice con obviedad. Aunque Guan Shan no sabe si tiene la fuerza y energía para poder crearse ese "disfraz" humano del que habla el contrario.
-Nunca debí aceptar hacer esto contigo. - suspira, mira hacia abajo y el bebé parece que se quedó dormido. Inconscientemente tal vez, acerco su pulgar a su mejilla y la acaricia con sumo cuidado de no lastimarlo con sus uñas. Se queda pensando un largo rato en lo que Tian parece investigar algo con sus poderes de sabrá Dios qué. No sabe que tanto medita pero no parece ejercer mucha concentración.-¿Por qué te dieron está misión de cuidar un humano a ti? ¿Qué no son los ángeles los que hacen este tipo de trabajos, y tú eres un querubín?- se atreve a preguntar luego de tanto pensar, recordando las palabras de Jian Yi.
Los ángeles son quienes más están cerca de los humanos. Entonces esto sería una misión mejor para ellos. ¿Por qué molestarían a alguien de alto rango para hacerla? No lo comprende en lo absoluto.
He Tian se sorprende al escuchar aquello, pues no tenía idea alguna de que Mo supiera acerca de ello. Más tampoco hace mucho afán de preocuparse o alarmarse, porque no ha dicho algo que sea un total secreto. Decide darle su espacio mientras entra al río cerca de ahí. El agua le llega hasta las rodillas, tampoco entra tan profundo. Ve su reflejo y el de la luna. Piensa en tantas cosas y a la vez en casi nada.
Existen tantas preguntas en el universo con tan pocas respuestas.
-No es cualquier humano el que está a nuestro cuidado. - dice seriamente, mirando de reojo al bebé dormir, tan ajeno a su conversación.
-Ya se que no puedes decirme demasiado acerca de este bodoque*, solo que será alguien muy importante cuando sea más grande, ¿Quiénes son sus verdaderos padres?
-Es es algo que ni siquiera yo sé. Sólo hago mi trabajo sin replicar, sin cuestionar. No tengo opciones de desobedecer. - le responde mientras suspira pesadamente, mirando hacia el cielo estrellado. Tan arriba, donde está él.
-¿No eres libre? - preguntó sin pensarlo mucho. Pero a He Tian no pareció ofenderle aquella pregunta, pero si lo dejó pensando mucho.
-La verdadera diferencia entre los siervos de Dios y los lacayos de Satán, no es el físico ni de dónde provenimos. La verdadera gran diferencia, es que los demonios tienen más libre albedrío que nosotros los celestiales.- le contesta con gran ironía pero verdad.
Hablar del libre albedrío es un tema tan extenso como complejo para cualquier ser, excepto para él. No todos lo entienden bien, no todos quieren escuchar. Y esa noche, se sentiría tan sólo, sino fuera porque tiene compañía.
Los demonios aunque son gobernados por alguien, no deben seguir tantas reglas estrictas por alguien que las impone. Hasta cierto punto, no tienen límites y a pesar de estar controlados allá abajo, pueden causar caos y desorden sin temor a ser juzgados.
-¿Dios también te ordena a quien debes amar?- pregunta el colorado aún con el bebé en manos.
Un bebé que tiene un gran futuro por delante, pero que sigue siendo incierto.
-Quiero pensar que por lo menos en eso, puedo decidir. - le contesta un tanto ido. Decide tomar su postura y alejar esos pensamientos. Debe concentrarse en la misión. - Es hora de seguir con el trabajo.
-¿Y a dónde iremos exactamente?
-A buscar la familia perfecta para el bebé. - le contesta con una tenue sonrisa.
Es hora de iniciar su viaje.
El destino de ambos seres tan opuestos pero similares a la vez, está entre cruzado. Ángel y demonio, querubín y diablillo, azabache y pelirrojo, son aliados en este viaje para evitar más tragedia en el futuro.
Deben convivir. Aquello puede ser una tarea, ¿Complicada o sencilla?
Π Ω μ
Total de Palabras:3,100
Fecha de publicación: martes 27 de julio del 2021.
Nota final de escritor:
Este capítulo paso por varias correcciones. Incluso tuve que acotarlo porque originalmente iba hacer el doble de largo de lo que leyeron ahorita.
En fin; espero que les haya gustado
(◍•ᴗ•◍)✧*。(◕દ◕)
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