cincuenta y tres.

—¿Hola?—Susurró al abrir la puerta, aún estaba con pequeñas lagañas en sus ojos y su pijama puesta. Frotó sus ojos antes de abrir la puerta completamente.

—Hola.—Saludó Yeri, traía unas bolsas de supermercado y a su lado Baekhyun la ayudaba con otras.

—Hola.—Saludó Baekhyun con una pequeña sonrisa tímida.

—Espero no sonar grosero ¿Pero que hacen aquí?—Rascó su nuca dejando que ambos entren y cerrando la puerta a su detrás.

—Ayer leíste mi mensaje. Hoy vinimos a almorzar contigo.—Dijo Yeri.

—¿Era hoy?

—¿Perdiste la noción del tiempo?—Rió Baekhyun.

—Un poquito.—Rió de vuelta.—Pero que bueno que llegaron, me moria de hambre. Gureum y yo íbamos a pedir delivery.

—Haremos kimbap.—Aviso Yeri.

—¿Quieren que los ayude?

—Cortando las verduras.

Jungkook asintió y salió de la cocina para ponerse otra cosa que no fuese su pijama de pequeños osos, era muy cómoda, si le preguntaban. Tomó una camiseta de manga ancha y unos pantalones cómodos, juntos a Gureum fue hacia la cocina donde Yeri y Baekhyun comenzaban a lavar las verduras. Saco utensilios para rebanar las verduras y los limpio, hace mucho que no había utilizado nada de su cocina, estaba muy cansado como para hacerlo.

Ahora tenía una especie de energía nueva, poco a poco retomaba las cosas que había dejado de lado.

Jungkook prendió la radio y dejó que una estación al azar tocara, una canción conocida por los tres fue sonando, los tres tarareaban al ritmo y haciendo una linda melodía. El ambiente era tan relajante que las cosas transcurrieron bastante rápidas, sin darse cuenta ya tenía todas las verduras cortadas. Se recostó en uno en una alacena mientras tomaba un vaso de agua y dejaba que Baekhyun terminara de enrollar. Desde su lugar lo veía muy concentrando en su trabajo, sonrió suavemente al ver los pequeños gestos hacia.

Una idea que era permanente se volvió a hacer presente; tal vez si su corazón no tuviese un nombre ajeno, Jungkook podría enamorarse de Baekhyun. Pero no era así. Lamentablemente.

Jungkook era muy consciente de eso y solo lo hacía una muy mala persona que se aprovechaba del cariño de alguien más, porque no podría corresponder de la misma forma a los sentimientos de Baekhyun.

Desvió su mirada del castaño con un muy mal sabor de boca, la palabra "mala persona" y derivados seguían retumbando en su cabeza, le hacían marear, solo podía escuchar aquello, las malas cosas que era, los errores que cometía, las cadenas de su miseria persiguiéndole. Atormentándole una vez más.

Las voces en su cabeza se detuvieron al escuchar una voz en particular, sin darse cuenta estaba mirando al lugar de donde provenía aquella dulce voz, como si pudiera ver a Jimin a través de ella. La radio había empezado a tocar una de las canciones del álbum de Jimin, era una de sus favoritas, una suave balada que abrazaba muy bien las cuerdas vocales de Jimin.

Estaba tan distraído mirando la radio y prestándole atención a la melodía que no se dio cuenta del par de ojos que lo miraban.

Baekhyun sonrió y escuchó atento la voz de Jimin mientras seguía enrollando.—Él tiene una muy linda voz. También es muy lindo en persona.

La atención de Jungkook estaba por completo en Baekhyun, porque había hablado de Jimin, quiso golpearse con un cucharón por eso.—¿A sí? ¿Lo has visto en persona?

—Ajá.—Asintió.—Nunca pude verlo en una presentación o algún evento pero lo vi en el hospital, es muy lindo, de verdad. Tiene unos ojos muy lindos.

—¿En el hospital?

—Él fue a visitarte al hospital, fue cuando te internaron y después.—Levantó su vista de su trabajo y miró a Jungkook.

Yeri a su lado se congeló, soltando lo que tenía en sus manos y haciendo ruido por ello, miró preocupada a Jungkook, Jungkook tenía la mirada perdida, veía a un punto fijo sin decir o hacer nada más.

El mundo de Jungkook parecía haberse detenido. Su corazón palpitaba como un loco, aclamando el nombre escrito en él.

Una pequeña e inocente confesión había causado aquello, que su mundo se detuviese.

—Jimin...Jimin ¿Fue a visitarme?

—Sí.—Respondió Yeri.—Unas dos veces, solo la segunda entró a tu habitación.

Dentro de él muchas cosas pasaban, era un mar de sentimientos, un mar de preguntas sin respuestas.

Algo muy en el fondo de él deseaba haberlo visto cuando despertó.

Lo que restaba de la mañana se la pasó en silencio, bebiendo agua en una esquina de la cocina mientras seguía pensando y pensando, descubriendo más sentimientos en su pecho.

Tal vez la pequeña e inocente confesión de Baekhyun desató nuevamente aquella tormenta que parecía oculta. Volvía a caer una y otra vez en el risco de los sentimientos muertos, en el abismo de los sentimientos que se asomaban como un par de dagas. En el dolor. En el amor doloroso que estaba en su pecho.

Deseaba tanto estar solo y en paz, deseaba tanto reencontrarse, tal vez así entendería todo el mar que azotaba dentro de él. Tal vez por fin podría enfrentarse ante aquella tormenta.

Tal vez la pequeña e inocente confesión de Baekhyun le dio una razón para hacer lo que tanto quería.

Huir, correr de todo. Encontrarse al final del cielo. Estar en paz y solo.

;

;

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top