26

Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino.
Carl Gustav Jung.

A

l fin había llegado el tan temido momento. El señor Bentham nos dio unas ropas cómodas y más acordes a nuestra misión. Subimos hacia el pasillo de los bucles y me atacaron los nervios.

- Todo estará bien - me dijo Enoch en voz baja mientras tomaba mi mano para caminar juntos.

- Enoch, tengo miedo - confesé .

- No tengas miedo, - me dijo - pase lo que pase estaré a tu lado.

- Te quiero .

Las palabras se deslizaron entre mis labios a tanta velocidad que no pude detenerlas.

- Yo también te quiero - respondió .

El corazón se me quería salir del pecho . Enoch me dio un corto beso en los labios, me regaló una sonrisa y nos volvimos a poner en marcha, aún con nuestras manos enlazadas.
Bentham enviaría a su ayudante, Kim , para que nos sirviera de guía .

- Adiós y buena suerte - nos dijo Bentham - Traed a mi hermana de vuelta .

- Eso haremos - aseguró Jacob .

Seguimos a Kim por la habitación hasta un frondoso bosque. El aire era fresco y estaba bañado por el olor a madera. Dejándo los árboles atrás, tomamos una ruta que rodeaba la ladera de una montaña . Tras unos minutos doblamos un recodo y nos topamos con una cascada. Allí había una señal que decía " por aquí " con grandes y visibles letras negras.

- ¿ Dónde estamos ? - pregunté .

- En Argentina - contestó Kim.

Seguimos la señal a través de un camino. Este acababa en un arroyuelo. Seguimos la corriente durante casi un centenar de metros hasta que desapareció por una hendidura al pie de una ladera. El ayudante de Bentham se arrodilló en la orilla del arroyo, retiró una cortina de hierbas y entonces extrajo una pistola de su cinturón y lanzó tres disparos. Se oyó un grito extraño, y una criatura cayó muerta.

- ¿ Qué era eso ? - preguntó Jacob.

- Ni idea - dijo Kim - Pero os esperaba a vosotros .

La criatura no se parecía a nada que hubiese visto en toda mi vida. Era grande y peluda, con grandes y puntiagudos dientes asesinos.

- Entrad ahí - dijo Kim - Retroceded sobre vuestros pasos hasta el lugar de donde hemos venido. Así llegaréis a los wights.

- ¿ Dónde estarás tú ? - pregunté .

- Aquí - respondió sentándose en la nieve.

Descendimos hasta el arroyo y Jacob y Enoch nos ayudaron a bajar a Emma y a mi. Al sumergirnos en aquella agua helada, pude sentir un dolor tan agónico como mil puñales . Llegamos al final de un túnel y salimos del arroyo de un brinco . Aquella parte de la cueva era idéntica a la anterior , con la excepción de que Kim no nos esperaba.

Comenzamos a caminar siguiendo la ruta por la que habíamos venido. Al final del recorrido , encontramos una habitación escondida entre unos arbustos. Nos metimos dentro y buscamos una puerta en la oscuridad.Fuera de la habitación se encontraba un pasillo de piedra, con paredes llenas de altas puertas. Finalmente estábamos en la torre de los wights. Nos adentramos al pasillo y giramos hacia la derecha . Corrimos un rato para luego bajar por la torre en espiral. Ante nosotros, pudimos ver las espaldas de cinco wights, todos con pistolas a la cintura. No parecieron vernos. Una masa ardiente de algo desconocido entró volando a la fortaleza por encima de la muralla y cayó en el patio prendiendo fuego . Empezó a sonar una alarma y en poco tiempo los wights fueron saliendo de los edificios. Sharon acababa de lanzar su distracción.

Escogimos el edificio de la izquierda y nos acercamos a toda prisa . Todo estaba cubierto de ropas de todas las épocas, y no había rastro de nuestros amigos o de las ymbrynes. Conseguimos atravesar el patio hasta el siguiente edificio. Dentro había un pequeño laboratorio con un fuerte olor a químicos. Entramos en unas habitaciones, las cuales eran terroríficas . La primera era un quirófano, la siguiente una sala de investigación. En la otra habitación, dos enfermeras y un médico realizaban una horrible operación. Tenían a un niño pequeño tumbado sobre dos mesas. Inmovilizamos a los adultos en una esquina , y Jacob les sopló un poco de polvo de la Madre Arena.

El niño no podía dejar de temblar y llorar, por lo cual lo abracé con fuerza logrando que se calmara un poco. Emma lo cubrió con sábanas para el frío y Jacob lo ocultó en un pequeño armario.

La siguiente estancia era amplia. Había unas veinte camas y peculiares de todas las edades atados a ellas. Todos estaban inconscientes. De las plantas de sus pies salían agujas y tubos que terminaban en bolsas que se llenaban de un líquido negro.

- Les están extrayendo las almas - dije horrorizada .

Analicé con la mirada cada una de las camas, rezando para no encontrar ningún rostro conocido, pero entonces los vi. Joel y Peter se encontraban separados en diferentes camas. Tenían los rostros más pálidos de lo normal y los músculos tensos, como si tuviesen pesadillas. Corrí hacia ellos y los demás me siguieron.

- Mis pobres niños - dije entre lágrimas.

- Están intentando resistirse - masculló Emma .

- Debemos ayudarlos - dijo Enoch.

Con cuidado, retiré las agujas de los pies de los gemelos y los demás siguieron el proceso con los otros peculiares.

- Prometo que os sacaré de este infierno - les dije para luego darles un abrazo a cada uno.

Uno de los gemelos comenzó a despertar y me miró sorprendido con sus ojos negros bien abiertos.

- ¿ Melina ? - dijo confundido.

- Aquí estoy - dije y lo volví a abrazar - Todo va a estar bien .

- Fue horrible.

- Lo sé - asentí - ¿ Sabes dónde están los demás ?

- Estamos encima de ellos - respondió y volvió a desmayarse .

- Eso no tiene sentido - dijo Enoch.

- Espera - le dije al castaño - Aquí debe haber una escotilla .

- ¿ De qué hablas ? - dijo Emma .

- Cuando jugábamos a las escondidas en el bucle, Joel y Peter solo observaban - comencé a explicar - Por ello cada vez que alguien se escondía en la escotilla de la cocina, ellos decían que estábamos encima de esa persona .

Peiné el suelo del lugar con la vista, hasta que finalmente di con lo que buscaba. Entre las baldosas,pude ver el perfil cuadrado de una escotilla.

- Allí está - les dije señalando el lugar donde se encontraba.

Corrimos hasta el lugar y abrimos la compuerta del suelo. Unas escaleras metálicas de caracol descendían hacia la oscuridad. Con poca seguridad, descendimos por el oscuro agujero. Nos encontrábamos al final de un largo pasillo subterráneo lleno de celdas. Un guardia de patrulla se acercaba por el pasillo con el rifle apoyado en el hombro y una pistola a la cadera. El pánico se apoderó de nosotros con una rapidez perturbadora . Cuando los vacíos ojos blancos del wight se centraron en nosotros, agarró la escopeta y caminó con paso apresurado hacia nuestra dirección . De pronto, dos delgadas manos salieron de entre los barrotes de una de las celdas y agarraron al guardia por el pelo. Le lanzaron la cabeza hacia atrás con violencia y esta golpeó los barrotes una y otra vez, hasta que el cuerpo del wight cayó al suelo cubierto de sangre.

Nos quedamos con la boca abierta sorprendidos por lo ocurrido . Antes de darme cuenta , mis pies se encontraban en movimiento. Algo en aquella celda me atraía como un imán .

- ¿ Qué haces ? - me gritó Emma - ¡ Puede ser peligroso!

- ¡ Regresa aquí , ahora ! - me ordenó Enoch en tono autoritario .

- ¡ Estás loca ! - exclamó Jacob.

Ignoré sus gritos y continúe mi camino. Al estar frente a la celda, miré con odio al wight muerto que estaba a mi lado y lo aparté de una patada. Alcé la vista y el corazón se me detuvo ante dos ojos verde esmeralda. Retrocedí impactada y la vista se me comenzó a nublar cuando su nombre se escapó de mis labios .

- ¿ Victor ?

NA: Sé que hoy no me corresponde publicar ningún capítulo pero hoy es un día muy especial, es el día de San Valentín y pos quería darles un pequeño regalo cargado con todos mis sentimientos y buenos deseos a todos aquellos que leen esta historia.

¡ Feliz día de San Valentín mis niñ@s peculiares!
❤️❤️❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top