Su pasado era una pesadilla... (18)
Y cayó en un profundo sueño escuchando un: "Shhh... Duerme pequeño..." con una sorprendente voz maternal dentro de lo que cabe, ya que su voz era relativamente grave y rasgada.
Cuando despertó, lo primero que hizo fue mirarse las manos, sus uñas negras y sus anillos de plata con una calavera con rubíes por ojos, junto a una pequeña pulsera que adornaba su muñeca izquierda y una goma de pelo, era de noche, llovía, y sentía una gélida sensación desagradable sobre su cuerpo, como si hubiera consumido algún tipo de sustancia desagradable o incluso hubiera hecho un deporte excesivo, estaba exhausto. Levantó los ojos cuando le agarraron la muñeca con brusquedad, su hermana mayor Shelly lo miraban con desaprobación desde el fondo de la escena, cruzada de brazos en el interior de la casa, su madre tenía las manos cubriendo su rostro y sus lágrimas; y su padre le zarandeaba el brazo bruscamente gritándole diferentes cosas que sus oídos sordos no eran capaces de escuchar, y aún menos en el momento de sentir como si mundo daba vueltas después de una grave bofetada que lo arrojó al suelo.
- ¡Mi hijo jamás será un sodomita! ¡Prefiero no tener hijos antes que a un puto bastardo como tú que viene a pavonearse de haber tenido sexo salvajemente con el duque! ¡Eres una deshonra para la familia! ¡Sinvergüenza!- ni siquiera pudo levantarse, pues lo volvió a empujar al suelo, fuera de la casa, donde ya se encontraba de por sí, bajo la lluvia y le cerró la puerta de un portazo.
Aquellos malditos recuerdos atormentaban su mente incluso después de muerto, aquellos sentimientos lo acobardaban, lo hacían temblar, lo volvían pequeño y una sensación detestable recorría su rostro... Nostalgia. La impotencia hizo temblar su labio y bajó la mirada...
- Esa discusión no fue buena.- giró la cabeza con miedo y vio a dos hombres cubiertos por la tela de un paraguas negro, uno alto, esbelto, delgado, rubio de ojos morados; el otro era castaño, algo más bajo, regordete y tenía un ojo castaño y el otro azul.
Vestían con ropas tradicionales de la época, tal vez con tonalidades un tanto más sombrías y negras, salvo el rubio, que tenía tonalidades moradas y flores de loto rosadas en su estampado.
Parecía el estampado que usaban las prostitutas del barrio pobre hacía casi ciento veinte años...
El más alto fue el que había hablado con una sonrisa de oreja a oreja, pero no una burlona, una compasiva.
- Sodomita expulsado de su casa en medio de la noche y con una lluvia que silencia los gritos y el llanto, ¿uhm?- alzó una ceja el más bajo, el castaño.- Una mierda cruel...- rodó los ojos.- Los demonios te cazarán fácil, no eres la gran cosa...
- Puedo ver el deseo de venganza en sus ojos...- susurró en bajo el más alto cerca del oído del castaño.- Puede que no sea TAN poca cosa...
- Silencio, Kinny.
El joven azabache tembló con miedo al ver los ojos heterocromáticos del castaño iluminarse como lo hacían los de los demonios al pronunciar la orden y como los ojos morados del rubio se achinaban de forma divertida, ampliando la sonrisa de su rostro aún más.
- ¿Q-Qué cosa son ustedes...?- susurró con miedo.
- Me parece muy ofensivo que llames a nuestro señor Eric Cartman... cosa...- dijo el rubio borrando su sonrisa por primera vez en toda la conversación.- Obviamente... Demonios...- sus labios se curvaron hacia arriba una vez más de forma amplia y aquella vez sus dientes visibles se habían afilado.
El azabache sintió su cuerpo palidez e intentó retroceder hacia la puerta, pero estaba congelado en el suelo por el miedo que sentía al ver el ojo azul del castaño volverse rojo como la sangre y como las venas se marcaron alrededor de sus dos ojos.
- Será rápido e indoloro.
Y lo siguiente que recordaba, después de la enorme laguna mental que ese periodo de su vida había supuesto hasta ese entonces... Fue despertar en un extraño lugar bastante surrealista en el que una voz tenebrosa que infundía miedo le habló, le dio nombre, un rango, unos poderes, y una misión.
Pero ahora, ya había cumplido con su parte...
Y le tocaba volver a despertar con aquella laguna mental impuesta sobre su mente como si quisiera eliminar un mal recuerdo para no repetirlo y solo aprender de los errores al contar las cicatrices mentales que le quedaban cada vez que despertaba...
Todo para repetir el mismo proceso...
Una...
Vez...
Más...
...
Los ojos afilados como los de un gato del demonio de ojos rojos amenazó de muerte a los humanos y sus ojos se centraron en Phillip, quién se intentaba levantar arrastrándose entre el dolor y la sangre que salía de su boca. Con solo un paso, su velocidad le permitió llegar hasta el lado del humano y lo sujetó con facilidad, los dos agachados en el suelo; habiendo levantado una bocanada de aire que movió y casi derribó a todos los humanos, incluso a Karen y Kevin, quien tenían a Kenneth en brazos y trataban de alejarse de él y poner a salvo a su hermano mal herido...
Con una inusual gentileza en un demonio que había demostrado no tener piedad o no demostrar ningún tipo de sentimiento por nada ni por nadie, deslizó uno de los mechones rubios del pequeño detrás de su oreja y observó sus heridas en silencio, este lo miraba suplicante con los ojos cristalizados, adolorido, avergonzado, incluso podría decirse que con bastante sumisión. Ante un roce de su palma por la misma, esta se restauró lentamente.
- Nos vamos a casa...- susurró en bajo con una voz gutural y tenebrosa, para después tomarlo en brazos de forma tranquila.
Mientras el resto de gente que se supone que estaba ahí para matar al demonio y que estaban tan cagados en los pantalones que no eran capaces de moverse y que efectivamente hacían montones de nada, claro; el demonio pudo levantarse tranquilamente sin que nadie se interpusiera lo más mínimo, mirar a Phillip para asegurarse de que no tuviera ninguna herida más después del roce sanador que le había aplicado y desaparecer de allí como si fuera ceniza, levantando una pequeña nube de polvo al desaparecer, cosa que indicaba que claramente había huido a pie, pero que iba tan rápido que nadie fue capaz de distinguirlo.
Solo en ese momento, todos sintieron que la presión aterradoramente fuerte que tenían sobre su espalda desde la primera mirada que el demonio les lanzó al hablar, o al mirarlos, había sido eliminada.
Todos volvieron a sentir el aliento llenar sus cuerpos.
Todos volvieron a sentir que eran capaces de moverse al ya no tener ese terror recorriendo sus venas a través de cada célula de sus cuerpos; y se acercaron preocupados a Kenneth cuando Kevin les gritó que estaba perdiendo el conocimiento y que las probabilidades de tener una herida muy grave y sangrado interno eran tan altas como las posibilidades de morirse allí mismo si no hacían algo o lo llevaban al templo inmediatamente.
____________________________________________________________________________
Todos ahora mismo: ¿¡KENNY!? ¿¡QUÉ CARAJO ESTÁ PASANDO AQUÍ!?
Yo: *riendo por la bajinis* Sabía que reaccionarían así JEJEJEJEJE ewe
Lamentablemente no puedo dar una respuesta concreta, lo lamento uwu
Simplemente puedo decir, sigan leyendo para saber que carajo con Kenny demonio uwu
Aquí las opiniones ------------------>
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1242 Palabras]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top