038 | #PROTECTOR


—Evidentemente hay algo aquí que no me están contando—dice Sophia con una decepción que arrasa en mi corazón. He traicionado la confianza de la única persona en el mundo en quien podía depositar mi fe entera.

—So, vámonos—le digo y le paso a Nick su bata—. Gracias.

Al salir, nos encontramos con Serge.

—¿Está todo bien?—me pregunta.

Es suficiente para provocar que Nick también salga de la oficina, tras nosotras, lo cual deja a mi amigo aún más incomprendido.

—Buenos días, doctor—dice Serge con cierta incomodidad.

Pero Nick lo ignora de un modo agresivo y desaparece.

Serge abre los ojos como patos y se vuelve:

—¿Podrían decirme lo que está pasando?—pregunta, aunque ambos somos conscientes de que no es la primera vez que tenemos una muestra gratuita de la mala educación de Doctor Idiota.

—No sabes cuánto deseo saber lo mismo—contesta So aún con un atisbo de indignación en la voz.

—Lo siento, Serge. Te veo luego.

Tomo a Sophia de la mano y la arrastro hasta el final del pasillo.


¡BIENVENIDO A DIRTY!

Regístrate ahora en la web con los vídeos MÁS CALIENTES

Accede a la comunidad de Streaming más arriesgada y original de Internet.

Monta webcams en vivo, desafía a los usuarios, haz tus propios desafíos porno, ten sexo online en salas de chat, gana dinero aceptando desafíos de otros.

MILLONES DE USUARIOS CONECTADOS TE ESPERAN.

CREA AHORA TU CUENTA TOTALMENTE GRATUITA Y TEN ACCESO ILIMITADO.

SÓLO TE LLEVARÁ UNOS SEGUNDOS.

¡PASA AL SIGUIENTE NIVEL DE LA DIVERSIÓN!

INICIA SESIÓN, NAT

INICIA SESIÓN, NAT

INICIA SESIÓN, NAT

INICIA SESIÓN, NAT

INICIA SESIÓN, NAT

Quedo de pie mirando la pantalla del pasillo. La gente alrededor parece no reparar en la propaganda. Una mamá que espera en la puerta de uno de los consultorios le tapa los oídos a su hijo hasta que termina la propaganda.

—¿Viste eso, Sophia?—le pregunto a mi amiga y seguimos nuestro camino hasta las duchas.

—Si, una propaganda porno más, ¿qué tiene?

—No es por ponerme paranoica, sólo me parece horrible que mi nombre esté mencionado en esas...cosas.

—De hecho, lo es.

Por un momento considero la posibilidad de pedirle el móvil y entrar desde una ventana de incognito a mi usuario de Dirty. Estoy segura de que ha sido una amenaza. Lo único que puedo deducir es que el Nivel II tiene que ver con la web y eso no me gusta aunque me alivia un poco que no implique salir como loca en un auto robado y luego estar al borde de tener que arrojarlo por un precipicio.

Desestimo la idea de revisar mi usuario desde el celular de Sophia ya que dejaría pegado su IP y es lo peor que podría suceder ahora

Ya tengo algo que contarle.

No puedo decirle todo.

No puedo darle todas las verdades que le estoy ocultando.

Pero...¿cuál de todas ellas? ¿Que entre Jefferson y yo hay algo que no puedo definir como relación? ¿Como jefe? ¿Como compañero sexual?

¿Tendré que confesar que Jefferson es el propietario de esa página de Internet que acaba de mostrar una publicidad que nada tiene que ver con las personas que son propietarias de esa plataforma?

Reviso que las duchas se encuentren vacías y nos encierro a ambas. Paso el pestillo a la puerta principal y ella me tortura en preguntas mientras examino cada cubículo.

—Nat, por favor dime que lo que estoy pensando es un error, que estoy completamente errada porque pareciese que de pronto, nada tuviese sentido. Y eso implicaría que me has mentido y...

Termino de corroborar que estamos solas.

—Sophia, lo siento—sentencio—. Esto es mucho más complicado de lo que te imaginas. Te pido que hagas preguntas dicotómicas, entre sí y no para que pueda responder lo necesario. Te prometo que en cuanto salga de todo esto y pueda decirte más, lo haré, de lo contrario es inmensamente peligroso y no te haces una idea de lo que implica. En verdad no es bueno en absoluto

—Nat, ¿en qué diablos te has metido?

—No es una pregunta que dé posibilidad a una respuesta dicotómica—corroboro para hacerle notar que la conversación ya ha empezado.

Ella suspira y descansa sus manos sobre su cintura. Luego mira hacia arriba y en sus ojos hay clara molestia que prometo compensar apenas quede liberada de todo este desastre.

Si es que logro deshacer todo este caos.

—Está bien—acepta por fin y se acomoda el cabello enrulado hacia atrás—. ¿Hay algo entre Jefferson y tú que yo me haya perdido?

Esquivo mi mirada para responder evitando sentir esas típicas punzadas de culpa que suelen atravesarme el pecho con cada ocasión que me toca mentir a las personas que me importan.

—Sí.

Ella muestra sentirse ofendida pero prosigue con sus preguntas haciendo un esfuerzo contra sí misma por no juzgar:

—Okay... Dime: eso que hay entre ustedes, ¿tiene que ver con algo de la universidad?

—No.

Traga saliva de manera ruidosa.

—¿Y con las residencias?

—Mmm, no.

En cierto modo, sí, ya que fue aquí que empezó todo, si no hubiese sido porque él me dejó sin mi programa de actividades o porque le calentó que fuese asignado mi Jefe del Programa, nada de esto hubiese sucedido y hoy no tendría un compromiso millonario con una de las empresas más reconocidas en la industria del porno ni habría un televisor hablándome con una amenaza subyaciendo tras cada palabra.

Prosigue mientras despejo las posibilidades de ajustar una respuesta a lo necesario:

—¿Alguna vez ha sucedido algo entre tú y él que implique un acercamiento...físico?

—...sí.

Mi voz sale con un tembleque y una chispa surge en su semblante. Parece luchar con su propio ser por no evidenciar entusiasmo o por recordarse a sí misma que está enojada conmigo.

—Ese acercamiento físico—prosigue—, ¿tuvo alguna vez una implicación de connotación sexual?

¿Por qué debe ser tan directa? Creo que debería haber puesto en las reglas que sólo fuesen dos preguntas.

—Sí—asimilo por fin.

Esta vez sí se dibuja una risita en su rostro y abre los ojos grandes como si le acabase de decir que se ganó un millón de dólares...sin que ello implicase cazar a un psicópata.

—¿Y...sigue teniendo connotaciones sexuales?—redobla la apuesta.

Pongo los ojos en blanco. ¿También quiere saber de qué tamaño la tiene, los días que nos acostamos, las veces que tuvimos relaciones?

—Sí, Sophia. Sí—le suelto.

—Carajo, definitivamente te volviste loca y yo debería asesinarte.

—Te agradecería si me asesinas—le digo.

—No lo haré sólo para que disfrutes un poco más del cuerpo de ese terrible adonis... Lo siento, es tu hombre a partir de ahora. Yo tengo el mío.

Ken. Aún no le he dicho que tengo mis sospechas de que está con Beatrice Lange y me siento terrible por ello.

—¿Alguna pregunta más?—le digo—. Te recuerdo que estamos en ámbito de trabajo y debemos volver pronto.

—Sí, quizá haya algo más de lo que quiero estar segura.

Por un momento se me cruza la idea de que me preguntará si tengo algo que ver con el mundo del porno o con las cosas que hago en Internet, o bien si ello tiene que ver con negocios de buscar locos de la red hasta que recuerdo que es un secreto a cal y canto los negocios que Nick tiene con sus socios.

Entre ellos, el tipo con quien Sophia se encuentra saliendo.

—Dispara—la provoco.

—Bien... Alguna vez, sea de manera remota al menos, ¿hubo alguna situación violenta o que te haya puesto en riesgo estando al lado de ese hombre?

—So, acabas de hacerme dos preguntas.

—Tú sólo di que si o que no.

Diablos.

¿Situación violenta? Acabo de estar a punto de matarme por su culpa lo cual implica un sí. ¿Algo que haya puesto en riesgo mi vida por estar al lado de él? Básicamente es igual que la anterior así que...

—Sí—le contesto.

De pronto su mirada se oscurece:

—¿Podrías decirme qué fue lo que te sucedió antes de venir?

—No, Sophia. Por ahora no puedo y espero que lo puedas entender. Lo haré. Y será en cuanto ello sea posible. Te ruego que no sea hoy.

—Bien—suspira tras haber captado que entendí adónde quería llevar sus preguntas—. Creo que no podemos seguir con tu juego dicotómico. No por hoy.

Se da la vuelta y se dirige a la puerta.

—¿Estás enojada?—le pregunto antes de que quite el pestillo.

—Quizá un poco—dice y sé que ello esconde un "estoy demasiado furiosa ahora mismo".

—Sophia, aguarda—le pido—. Romperé las reglas por un momento y te aclararé una cosa.

Ella levanta una ceja y me acerco.

—Quiero que sepas que Jefferson no me pone en peligro. Él me protege. Pero no puedo decirte una sola palabra más.


_______________

#LosJuegosDelJefe

#AlCarajoLasReglas

#EmpiezaElJuego

https://youtu.be/j1KAVSh6iUg

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top