Capítulo Treinta y tres: Poco a poco (PARTE I) Penúltimo


Nota: como siempre me tomé licencias literarias, sí, algunas cosas medicamente son posibles y otras aprovecho y las adorno porque es dicción. Disfruta de la lectura, baby.


Drake.

28 de septiembre, 2016.

Observo a mamá hablar por teléfono, es algo sobre el trabajo y parece estresada. Siento que habla muy rápido y que eso no me permite entender el 100% de sus palabras, pero en el fondo sé que se trata de mí, de que no soy el mismo y que mi entendimiento en este momento es un poco lento; trato de no frustrarme y asustarme sobre ello, pero no lo estoy consiguiendo.

Es frustrante que mi lado derecho responda tarde a mis movimientos y que incluso en ocasiones parezca que duele hacerlo cooperar; Holden se está encargando de un excelente lugar de fisioterapia en dónde podría estar más cercano a ser cómo era antes.

Suspiro sin despegar la mirada de mamá y ella hace una pausa en su conversación telefónica para verme, le doy una sonrisa y ella dice algo más antes de finalizar la llamada. Cierro mis ojos cuando sus dedos peinan mi cabello.

—Quiero ir a casa, mamá —hablo con unas pocas pausas y lentitud a la que aún no me acostumbro.

—Sabes que todavía quedan exámenes por hacerte y no solo evaluando si pudo haber otro daño con respecto al paro cardíaco, también es debido a la cirugía a la que fuiste sometido.

—El doctor me explicó todo.

Él me dijo sobre cómo durante seis meses estaré chequeándome mensualmente para ver si todo con mis intestinos se encuentra bien, también me habló de la posibilidad de en el futuro, presentar nuevamente los síntomas y la situación, no es que obligatoriamente vaya a suceder, pero me habló de las probabilidades para estar atento a cualquier síntoma qué pueda alertarme. Además, mi herida no está cicatrizando.

—Estoy bien mamá, quiero ir a casa.

—Lo siento, cariño, pero tenemos que esperar a que te den la orden de alta.

—Tengo mucho trabajo acumulado...

—Esa tendría que ser las últimas de preocupaciones.

—No, porque quiero ser... —Hago una pausa más larga buscando la palabra en mi cabeza, mamá espera pacientemente —Independiente. Quiero mudarme, tener mi espacio, empezar una vida adulta y ahora tengo que aplazarlo...Porque un lado de mi cuerpo es lento, porque olvido palabras y porque no he estado trabajando.

—No necesitas correr, te apoyaremos en tu independencia, pero para ello debes estar sano y recuperado. Se paciente, Drake, puedo ver cuán frustrado te encuentras sobre esta situación, pero deberías replantearte el hecho de que estás vivo y de que tus secuelas son mínimas comparadas con lo que pudo ocurrir.

»Cómo madre me frustra ver cuán agobiado estás sobre los nuevos cambios en tu vida, pero no te haces una idea de lo feliz que somos tu papá y yo de tenerte con nosotros, de no haberte perdido. Tienes los diez dedos completos en tu cuerpo, tus órganos se encuentran dentro de ti, hablas, ves, escuchas y razonas, ¿No es eso suficiente con lo que estar agradecido, hijo?

De acuerdo, fui y volví de la muerte, pero algunas cosas no han cambiado; mamá todavía sabe cómo hacerme ver cuán idiota e inconsciente puedo ser sobre mis palabras. Miro su rostro detallando cuán profundas son sus ojeras y lo cansada que parece, está atrasada en su trabajo y hasta hace poco pensó qué me perdería. Tiene que ser duro verme lamentándome de mi situación cuando tendría que estar rebozándose de alegría de que mi salud ya no sea tan precaria.

—Lo siento, mamá...Es solo que todo es abrumador —digo—. Me frustra no encontrar palabras...Ser lento al hablar y que mi lado derecho... No responda cómo quiero. Todo es nuevo y no me di cuenta de que mis emociones... Los afectan a ustedes.

—Y estás en tu derecho, eres quién experimenta estos cambios en su cuerpo, pero no te entristezcas, con ayuda de la terapia y cuidado médico, poco a poco recuperarás todo lo que estás extrañando en este momento.

—Tienes razón, soy afortunado de estar vivo y sano —Le doy una sonrisa y ella besa mi frente—. Además... Soy tu hijo favorito todavía.

Suelta una risa que luego termina en sollozo cuando comienza a llorar. Cuán asustada y angustiada tuvo que estar mi mamá. La envuelvo con mi brazo izquierdo susurrándole que estoy bien y que lamento haberla asustado, prometo no hacerlo nunca más incluso cuando hay cosas que escapan de nuestras manos. Mis propios ojos se humedecen porque no me gusta verla llorar de esa manera, menos por mi causa.

—Los hijos dan dolor de cabeza —murmura haciéndome reír—, pero son lo mejor que la vida nos da.

—Eres una mamá increíble —aseguro—. Somos afortunados.

La abrazo por un tiempo más hasta que la enfermera entra para hacerme un chequeo y trayendo con ella la insípida sopa con la que me han estado alimentando desde ayer; entiendo que debido a mi cirugía no puedo comer alimentos sólidos por el momento, pero al menos podrían esforzarse en que esta sopa tenga sabor.

Mamá sale de la habitación un momento y la enfermera comienza a hacer su trabajo.

—Tienes a una familia muy bonita —Me dice midiendo mi presión arterial—. Nunca te han dejado solo y son muy entusiastas.

—Lamento si han sido ruidosos... Pero no son una familia...Tranquila.

Ella me responde y tengo un leve momento de pánico porque no proceso lo que me dice, pero respiro hondo y le pido que lo repita de nuevo.

—Ellos han sido agradable de ver y tratar, han sido amables y tus hermanos unos caballeros.

—Ah... —respondo tratando de no asustarme por no haber entendido algo tan sencillo.

Poco a poco, Drake. Me repito, será un proceso lento pero no imposible.

Le doy una sonrisa mientras la miro, parece que está en sus veintes, no es menuda ni delgada, es curvilínea, rellena y alta; y ha sido muy dulce conmigo desde que desperté. Si no tuviese una novia loca a la que amo, tendría un flechazo por mi dulce enfermera.

—Tengo un hermano mayor soltero —digo y ella se sobresalta—... Está loco, ama las fiestas sorpresas y he visto encuestas en internet... Donde dicen que es uno de los hombres... Más sexis.

Pese a la lentitud de mis palabras, ella me escucha luciendo bastante divertida mientras continúa chequeándome.

—¿Mencioné...Que él trabaja en la televisión? Debes haberlo visto.

Ella acomoda las almohadas y me hace estar totalmente sentado, continúo vendiendo a Holden mientras ubica la mesa de apoyo para que pueda comer solo mi sopa. Leo su nombre en la identificación mientras continúo dando lo mejor de mí por Holden.

—Atenas...Ese es un nombre muy...Bonito —señalo.

—Gracias.

—¿Eres de Grecia?

—No, fui engendrada en Atenas —me responde con seriedad, luego sonríe—. De acuerdo, sí tengo orígenes griegos y sigo pensando que me concibieron allá.

—Ah, fue un chiste —lo proceso tarde.

—Trata de comerte toda la sopa, no es buena, pero te ayudará en tu recuperación y escuché que quieres irte de aquí —asiento a sus palabras—. Pasaré en un par de horas a revisarte junto al doctor antes de cambiar de turno.

—Eres mi... Enfermera favorita.

—Gracias, eres un buen paciente —anota algo en el expediente al pie de mi cama y me sonríe—. Disfruta de tu comida.

—¿Qué pasa con... Mi hermano? —pregunto antes de que se vaya.

Voltea a verme sin dejar de sonreír, hay diversión en su mirada.

—Me gusta el programa y tu hermano hace un trabajo genial, pero no es mi chico Infonews favorito. Ahora, disfruta de tu comida.

La veo irse y sacudo mi cabeza, tomo la cucharilla y tomo el primer bocado de la sopa: insípida cómo las anteriores.

Lo siento, hermano mayor, lo intenté.

Estoy por el cuarto bocado cuando la puerta de la habitación se abre de forma ruidosa. Alzo la vista y me encuentro con Alaska...Ella ya no lleva la bata de hospital, lo que me hace deducir que ha sido dada de alta el día de hoy.

Los moretones casi han desaparecido del todo y el yeso en su brazo es más colores y escritos, que blanco. Me da una amplia sonrisa y parece tan llena de energía cómo siempre, cómo si no nos encontráramos en un hospital.

—Hola —me saluda entusiasmada.

Acorta la distancia entre nosotros y presiona su boca sobre la mía, es el primer beso desde el caos, es corto y me toma por sorpresa. Su mano libre se pasea por mi cabello y su nariz acaricia la mía, tiene que ser la cosa más tierna que me pasará hoy.

Le sonrío y ella cierra sus ojos ampliando más su sonrisa. Se sienta al lado de mis piernas en la cama y evalúa mi comida.

—Oh, sopa. Yo obtenía arroz muy blando con pechuga de pollo insípida —toma la cucharilla y da un sorbo a mi sopa, arruga su nariz—. Esto es todavía peor, pobre Drake.

—Pobre de mí.

—Haré que sepa mejor porque te la daré con amor —informa guiando la cucharilla a mi boca—. Vamos, ah...Abre la boca

Lo hago, sintiendo cómo del lado derecho la sopa no la percibo tan caliente como el izquierdo, es una mierda lo de la sensibilidad, pero es genial tener a Alaska jugando a la enfermera conmigo, parece genuinamente feliz con la idea de alimentarme.

—Me hubiese gustado poder haberte cuidado así antes —dice—, pero estábamos inconscientes y luego yo en una silla de ruedas, pero no importa, ahora te cuidaré.

—¿Has...Sido dada de alta?

—Sí, me dieron una semana y media de reposo, pero ya no estoy hospitalizada. La gente aquí es muy confiable, nadie filtró que los hermanos de famosos estaban internados.

—Qué bueno.

—Deberé volver a clases, gracias a Romina sé con lo que debo ponerme al día...

Ella comienza a parlotear mientras continúa dándome de comer. Muchas de las cosas que dice no logro procesarlas o algunas palabras no las identifico de inmediato, sin embargo, parece no notarlo al estar divagando cómo si callara algo que realmente quiere decir, termino de comer y permanezco viéndola mientras no detiene su conversación unilateral.

—¿Por qué me miras así?

—Porque te...Amo —respondo y sus mejillas se sonrojan, pero sonríe encantada.

Mi primer movimiento, es querer retirar un mechón de cabello de su rostro y voy con mi mano derecha, la cual no responde ante la primera insistencia. Cierro mis ojos y respiro hondo, tomo mi mano derecha con la izquierda alzándola, luego la libero y esta tiembla mientras intento llevarla a su rostro, se siente pesada, pero al menos con lentitud va respondiendo a mis órdenes.

Tomo el mechón de cabello y de manera torpe lo ubico detrás de su oreja, mi mano se siente más como un peso y moverla supone mucho esfuerzo. Alaska toma mi mano con la suya y deja un beso sobre los nudillos.

—Sin prisas, no te esfuerces —entrelaza nuestros dedos—, pero dime la verdad, ¿Por qué me mirabas así?

—Porque estás dando...vueltas para decirme —respiro hondo—... Algo que te inquieta.

—Cuando desperté y recordé todo lo que había sucedido, di de baja mi cuenta en JoinApp —hace una pausa y me lanza una mirada de ojos entrecerrados—, le dijiste a mis padres sobre mi cuenta.

Siento que abro mis ojos con sorpresa, pero antes de que pueda pensar bien en argumentar mi caso, se inclina y me da otro beso rápido.

—Gracias, porque pese a que siempre protegí con fuerza mi cuenta, entiendo la gravedad del caso y que eso aportó mucho para atrapar a esa basura. Hiciste bien, Drake.

—Quería ayudarte.

—Y lo hiciste, puedo vivir con la vergüenza de que lean mi historia cuando sé que ese hombre no dañará a nadie más.

—¿Qué vergüenza? Escribes...Increíble.

—Bueno, mi familia no ha comentado si me leyeron, aunque el problema es Caída Apasionada que es muy sucia...

—De buena...Manera.

—Dawson dijo que leyó bastante de esa historia y aunque bromeó mucho, dijo que era buena.

—Lo es.

—El punto es que di de baja mi cuenta, yo...Siento miedo de escribir y que alguien intente hacerme daño.

Noto la tristeza en su mirada y sus labios hacen una mueca. Me llena de impotencia que algún enfermo volviera su sueño una pesadilla, que haya plegado de miedos algo que ella solía amar hacer, algo que le era tan natural cómo respirar. Desde que descubrí que Alaska escribía, no puedo imaginarla no haciéndolo.

—No todo...Será malo.

—Tengo miedo de escribir de nuevo, pero también me aterra no volver a hacerlo. ¿Puedes entenderlo?

Con lentitud y pausas, le hago saber que sería extraño que no sintiera miedo, pero también le recuerdo que en JoinApp además de ser un lugar en donde desgraciadamente ese enfermo la encontró, también es el lugar donde ha hecho una familia virtual, donde le han dado reconocimiento a su trabajo y dónde ha sido muy feliz a través de sus historias. No quiero presionarla a volver si no lo desea, pero quiero recordarle que no debe dejar que un manchón dañe la historia de su vida.

Lastimosamente en todo el mundo existen basuras, no solo en aplicaciones de internet y estamos vulnerables a toparnos con ellos, no por ello debemos temer de vivir, tal vez, ser más precavidos y contribuir con la justicia si desafortunadamente nos topamos con ellos, pero no dejar de soñar y vivir.

—Si vas a cerrar...Esa puerta de tu vida —respiro hondo organizando las palabras en mi mente—. Hazlo por ti. Ciérrala tú, pero no dejes que...Lo haga él. Piénsalo.

—Lo pensaré, gracias, novio —recarga su frente de la mía—. Te amo mucho.

—Siempre que quieras...Novia.

Durante los minutos de su visita, me mantengo escuchándola hablar y algunas veces intervengo. Me gusta su voz y su entusiasmo, sin embargo, todavía me siento agotado por lo que poco a poco me voy durmiendo, lo último que escucho es a ella decirme que tenga dulces sueños y que volverá a visitarme.

Espero pronto salir de este hospital, estar con ella y mejorar.

***

30 de septiembre, 2016.

—Quiero ver otra cosa...

—Pero este programa está divertido —responde Dawson.

—Baja de mi cama.

—Estoy demasiado cómodo.

Le creo. Está acostado a mi lado en mi cama, tiene el control del televisor y vemos lo que él quiere, al menos es lo suficientemente cuidadoso para no golpear mi herida ni maltratar mi cuerpo. Estoy seguro de que en la veterinaria donde Dawson hizo sus prácticas y dónde está trabajando medio tiempo, le deben echar de menos, pero él ha estado pegado a este hospital, no se aleja de mí.

—¿No deberías ir a ayudar a los animalitos? —pregunto pausado.

Dawson quizá es el más paciente para escucharme a hablar, no me apremia, espera que encuentre las palabras y no se queja de mi entonación lenta, eso tal vez sea porque es una persona paciente, pero él dirá que eso es debido a nuestra conexión de gemelos.

—Estoy atendiendo a un animalito importante —responde.

—¿Cuál? —pregunto y ríe, voltea a verme.

—Tú.

Muy a mi pesar río y con mi mano izquierda golpeo su nuca, él también ríe mientras despeina mi cabello. Para cuando dejamos de reír, mi herida duele, pero me encanta la sensación de haber reído por la cosa más tonta.

Toma mi rostro en sus manos y me mira, su mira está cargada de emoción contenida.

—Nunca más me asustes haciéndome creer que vas a morir, copia mal hecha. No te haces una idea de lo horrible que la pasé. Me niego a imaginar lo que es una vida sin alguien que es igual a mí, pero menos atractivo.

—Algún día uno... De nosotros morirá, copia romanticona y prefiero ser yo... Que perderte a ti —Palmeo su mejilla.

—No, me niego. Envejeceremos juntos y de manera dramática moriremos viejos uno al lado de otro diciendo: mi conexión de gemelo me dice que ya nos marchamos de este mundo.

—Qué imaginativo —rio sacudiendo mi cabeza ante su ocurrencia—... pero me gusta...Ese plan.

—Es el plan perfecto. Drake y Dawson contra el mundo —dice sin dejar de sonreír—. Me alegra que estés vivo, Drake, de verdad no quería imaginar un mundo sin ti.

»No quiero ser el único llevando esta cara, no quiero ser yo solo. Somos mi gemelo y yo, no quiero que eso cambie.

—No cambiará... Pero debes saber que algunas cosas... —Me quedo en silencio, siento que en mi mente se encuentran las palabras, pero no las asimilo.

Dawson me mira y volteo mi rostro, frustrado sobre no poder decir algo tan simple y poder hablar con él.

—Oye, copia mal hecha. Mi conexión de gemelo me hace saber lo que querías decirme, lo entiendo. Debemos trabajar en esa impaciencia tuya.

—Me sienta mal...A veces no saber qué decir...Dudar sobre qué decir...Mis pausas...No me gusta.

Me repito "poco a poco", pero no sé cómo esperar a mejorar, no estoy acostumbrado a este nuevo yo y en parte no acaba de gustarme, pero recuerdo mis palabras con mamá, debo ser paciente y trabajar en mejorar, no desesperarme y frustrarme.

—Este es un nivel de tu vida, vas a superarlo. No hay que perder la paciencia, además, tienes a toda un equipo contigo animándote a conseguirlo.

—La enfermera dulce...Dijo que mi familia es genial.

—Tienes una buena enfermera —se ríe—. Es encantadora, dulce y linda. Es cuidadosa cuando te atiende y nos tiene paciencia.

—Le estaba...Vendiendo a Hol...

—¿Pero?

Le hago saber que dijo que mi hermano no es su favorito en el programa y cuándo me pregunta quién es, le digo que no tengo respuesta.

—¿De qué hablan? —pregunta Holden entrando en la habitación—. ¿Y por qué Dawson está en tu cama?

—Cosas de gemelos —responde Dawson.

—Cada vez que me dan esa respuesta, siento muchos celos de no tener cosas de gemelos —Se acerca al pie de la cama y toma mi expediente médico—. Veamos qué dice esto.

—No lo entenderás... —Garantizo.

—Soy bastante listo y he investigado —lee en voz baja—. Por cierto, Drake, ya te hice cita con el fisioterapia, el mejor de Londres. Te hará la primera revisión y desde allí un plan de recuperación.

»Es la semana que viene, para esa fecha creo que ya estarás dado de alta —frunce el ceño leyendo—. Aquí dice que estás teniendo mala cicatrización en la zona de tu herida... ¿Tienes problemas de azúcar, Drake?

—Eh...No lo sé.

—¿Mamá tiene tus exámenes de sangre? Puedes estar teniendo mala cicatrización si tus niveles de azúcar están muy altos, lo cual es peligroso... —Se calla abruptamente y alza la vista para verme—, pero solo soy yo especulando. No tiene que ser cierto, no te preocupes.

Me da una sonrisa demasiado amplia mientras deja el expediente en su lugar, rasca su barbilla y sé qué quiere decirme más.

—¿Y...?

—Iré a hablar con mamá, revisaré tus exámenes de sangre, pero todo está bien, tranquilo.

Sale de la habitación y Dawson baja de la cama, toma el expediente y lo trae hacia nosotros. Lo lee en voz alta, dice lo que me han estado suministrado, la razón por la que estoy aquí y habla sobre la mala cicatrización de la herida de la operación.

—¿Voy a morir? —Le pregunto a Dawson.

—No, no lo creo, pero estás en periodo de observación y con varios exámenes pendientes. No te asustes.

Demasiado tarde, ya tengo miedo.

***

3 de octubre, 2016.

Trato de prestar atención a lo que el médico le dice a sus internos mientras me evalúa. Bajo la vista a la herida de la operación y luce como si fuese reciente, como si no llevara lo suficientes días para ir cerrando. Incluso, la enfermera Atenas comienza a limpiarla una vez más porque hay sangre seca alrededor de ella.

Por suerte, papá se encuentra y es capaz de entender todo lo que van diciendo o al menos eso creo porque él hace preguntas, pero su semblante luce preocupado mientras me da una rápida mirada.

—¿Hay antecedentes diabéticos en su familia, señor Harris?

—No, ninguno de nuestros familiares pasados y presentes han padecido de diabetes —responde papá.

—Drake está teniendo una cicatrización muy mala, puede observar cómo su herida parece de dos días, reciente —señala el lugar—. Tememos que pueda presentar alguna infección si la herida no cierra.

»Volveremos a tomar puntadas porque necesitamos cambiar los puntos y limpiar de mejor manera la herida, lo haremos en este momento, pero a largo plazo, necesitamos evaluar cualquier medida que pueda indicar por qué no está sanando de la manera adecuada, sus niveles de azúcar en la sangre no son bajos y tiene varios valores por sobre el borde de lo que podemos establecer como "normal".

Papá dice estar de acuerdo en que me hagan unos análisis nuevos de sangre, acepta que me cambien la medicación y luego toma mi mano cuando dicen que me harán los cambios de puntos mientras estoy consciente. No negaré que entro en pánico cuando se me avisa que obtendré anestesia local, no soy fanático del dolor.

—Respira hondo, piensa en algo feliz, la anestesia debería adormecer lo suficiente el lugar para que no sientas tanto dolor —Me dice la enfermera mientras me insta a acostarme.

Papá aprieta mi mano izquierda con fuerza y me pide que lo mire cuando siento cómo comienzan a retirar los puntos, ese dolor es tolerable. El problema y el dolor más fuerte vienen cuando comienzan a limpiar más profundamente la herida. No sé si la anestesia local está haciendo su trabajo, pero siento como si estuvieran a instantes de sacar mis intestinos por esa herida. Aprieto con fuerza la mano de papá y siento un par de lágrimas escapar.

—Todo estará bien, hijo, solo aguanta un poco más.

No puedo. No puedo. No puedo.

El dolor me hace tener arcadas y rápidamente la enfermera ubica un cubeta a mi lado y me insta voltear el rostro mientras vomito la sopa y todo el agua que he estado consumiendo, eso hace que haga fuerza con mi estómago y que por primera vez, escuche a mi doctor maldecir diciendo que le pasen gazas porque mi herida comienza a sangrar y se vuelve un caos en pocos segundos.

—Da vueltas... —murmuro viendo borroso.

—Drake, oye, Drake, mantén los ojos abiertos —Me alienta la enfermera dando suaves palmadas en mi rostro para que no me duerma.

—Da vueltas, papá.

—No te duermas, hijo... ¡Drake!

Una vez más soy absorto por la oscuridad.




Holisss, pretendo ser breve:

No me puedo creer que finalmente estemos en el penúltimo capítulo, creció tanto este bebé.

Espero pronto (cruzando dedos para que sea mañana) venir con la segunda parte que se encuentra mayormente escrita, pero en la que quiero arreglar ciertos detalles.

Redes:

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Espero les guste y no desesperen.

Un beso.


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