Capítulo cinco: El día de la humillación de Alaska

Alaska.

15 de noviembre, 2015.

—Hola, Alaska.

Me giro y me encuentro con Caleb, aquel chico que me gritó preciosa cuando pasaba en el auto de su hermano, es solo un par de años mayor que yo y ya se encuentra yendo a la universidad. Caleb es atractivo y cataloga para decir: está que arde.

Él es un rubio de ojos marrones, es atractivo sin duda alguna y el hecho de que practique natación hace que tenga buen cuerpo. Desde hace un tiempo parece fijarse más en saludarme y hemos conversado un par de veces al salir de clases. Creo que me gusta, me genera una sensación agradable en el estómago y despierta mucha curiosidad en mí. Al principio pensé que solo estaba bromeando sobre molestarme, pero el último par de meses se ha vuelto muy serio sobre dejar en claro que le gusto, me ha visitado en un par de ocasiones.

Él se encuentra aquí junto a un par de amigos de mi hermana. Pensé que Alice no necesitaba tenerme rondando por casa, así que opte por mantenerme en el jardín leyendo un libro del paraíso de papá. No me esperaba que Caleb viniera hacia mí.

Más de una vez me he encontrado sorprendida con la mirada en sus tentadores labios y teniendo en cuenta que le gusto, siento que algo está muy próximo a suceder entre nosotros.

—¿Es esto una casualidad? —le pregunto sonriendo.

Él sacude su cabeza en negación y se sienta a mi lado sobre el césped, su muslo presionando contra el mío y mi pulso se acelera un poco. Lamo mis labios y volteo a verlo, me sonríe.

—Contigo no se trata de casualidades. No quería molestarte, pero tampoco podía contenerme de acercarme y conseguir que habláramos.

—Eso es halagador —cierro el libro para darle mi atención—. ¿No van a molestarse tus amigos?

—En este momento me importa poco lo que ellos piensen. Me interesa más tu opinión.

—¿Sobre qué?

No responde de inmediato, en su lugar toma mi mano y acaricia mis nudillos ocasionando que mi pulso se acelere todavía más. Me gusta.

—¿Qué opinas sobre que intercambiemos números? Es bastante obvio que quiero conocerte cómo más que la hermana de Alice. Me encantas, Alaska y me gustaría tener una oportunidad contigo.

Bajo la mirada a su mano sosteniendo la mía, me concentro en mi pulso acelerado y en la emoción burbujeando en mi interior. Cuando alzo la vista de nuevo, le sonrío sin reservas.

—Sí, me gustaría que nos conociéramos mejor —respondo.

No libera mi mano mientras conversamos de temas casuales, me hace reír y mantiene la emoción junto a la expectativa presente. Intercambiamos números y veo su rostro acercarse al mío, no me alejo. Quiero saber cómo se sienten sus labios, hace mucho tiempo que fui besada y no fueron grandes besos.

Cuando su boca está lo suficiente cerca de la mía, parece que espera mi reacción, dándome tiempo de alejarme si no es lo que quiero, pero mi reacción es acortar la distancia y presionar mis labios sobre los suyos. Son suaves y cálidos.

Cuando sus labios atrapan los míos y me besa con lentitud, descubro que Caleb me gusta, que quiero intentar esto con él.

***

6 de diciembre, 2015.

Estoy exprimiendo mi cerebro, tal vez estoy abusando de ello, pero no puedo parar y es que ha sido todo un maratón de escritura, estoy a dos partes de terminar Caída Apasionada. No me lo puedo creer ¡Falta tan poco!

Mis lectores fueron fieles luego de la larga ausencia que tuve luego de saber que Drake había leído lo que escribía, lo retomé en agosto, pese a que muchos lectores me habían abandonado por mi ausencia, muchos nuevos llegaron. Todavía estoy sorprendida de todo el apoyo que he estado recibiendo.

Ahora tengo cien mil seguidores y mi historia ha llegado a dos millones de vistazos y posee medio millón de comentarios. Está en la sección de "caliente" "destacado" "no te lo puedes perder" de JoinApp, lo que hace que inevitablemente te topes con la historia.

La verdad es que las palabras de Drake aquella noche fueron más significativas para mí de lo que cualquiera pueda imaginar, siento que me impulsó a dejar la vergüenza atrás y enorgullecerme de lo que con tanto esfuerzo escribo.

Ahora, con respecto a él y mis historias, a veces tengo la leve sensación de que me sigue leyendo, puesto que en ocasiones hace algunas bromas, pero cuando le pregunto él cambia de tema. He aprendido, con una terapia que me he hecho a mí misma, que puedo lidiar con el hecho de que él me lea. Sí, es terriblemente vergonzoso imaginar que sabe que escribo cosas algo obscenas, pero me gusta escribir y no puedo detenerme debido a que mi vecino lo sabe.

Caída Apasionada es una historia que escribí por diversión, cómo un reto. Y aunque es una historia muy sucia, estoy orgullosa de ella y lo que ha alcanzado en todo este tiempo. Ahora ¿Toda la cosa sobre el sexo que escribo en la historia? No me enorgullece admitir que mis escenas todas provienen de mi mente y cero prácticas, pero ¿Qué más da? No es algo de lo que mis lectores parezcan darse cuenta.

No necesitas conocer un vampiro o a un hombre lobo para escribir de ello, entonces, cómo escritora  también me tomo la libertad de no conocer del sexo, pero escribir de ello. La gente lo disfruta y yo también. Todos nos beneficiamos de ello ¿No?

Pero volviendo a Drake, desde que retomé mi historia ha estado a mi alrededor haciéndome una pregunta que no me atrevo a responder: ¿En qué te inspiras?  Mi falta de respuesta se debe a que el 80% de mis escenas derivan de cosas que me gustaría hacerle a él,  con él y que él me haga.

Antes solía avergonzarme pensar tanto sobre el sexo o fantasear a menudo sobre ello, incluso me preocupó escribir tan bien sobre un sexo que no conozco, pero luego entendí que es normal. Que sería extraño si no pasara por esa fase y aunque parece que me he estancado en ella, puedo vivir con ello.

A mis dieciséis años, y aunque Drake es toda mi fantasía, debo admitir que muchos compañeros de la escuela son material de ensueño también. Que no he limitado mi vida a solo sentir atracción por Drake, alias, el platónico imposible.

Suspiro y flexiono mis dedos ya acalambrados de tanto escribir. Mi teléfono suena anunciándome la llegada de una imagen por WhatsApp. Lo desbloqueo y me encuentro con la imagen de Caleb en bóxer frente a un espejo.

Pese a que me gusta la imagen tanto cómo me gusta él, decido jugar.

Alaska: Me enviaste esto... ¿Por qué...?

Caleb: Motivarte.

Alaska: ¿A qué?

Caleb: A divertirte conmigo. ¿He logrado convencerte?

Las últimas semanas hemos estado saliendo o él me ha visitado. Siento que cada día hay más conexión entre nosotros. Inesperadamente me encuentro emocionada cuando hablamos o nos vemos. Él parece ser relajado y divertido, nunca insinuando cosas sexuales o presionando para que corramos en esto que estamos intentando. Varias de las veces en las que hemos salido, nos hemos besado, él es bastante bueno en eso y a veces me deja con una sonrisa boba en mi rostro. Creo que esta cosa entre nosotros definitivamente está marchando muy bien.

Nunca me he parado a pensar sobre el hecho de tener un novio porque estaba más ocupada fantaseando con Drake y porque no estaba en la busca de uno, pero esta cosa loca que sucede con Caleb no me disgusta. Me emociona.

Así que me divierto respondiendo a su mensaje.

Alaska: no te enviaré una foto de mí.

Caleb: ¿Ni siquiera una donde solo me muestres tu bonita sonrisa?

Abro la aplicación de cámara frontal y hago la mueca de un beso, la reviso y luego se la envío.

Caleb: Ah, lo que haría por esa boca. Tu boca es PERFECTA.

Alaska: ¿Fetiche?

Caleb: no, solo soy yo enloquecido por ti.

Alaska: Muéstrame esa libreta de notitas de qué decirle a Alaska.

Continuamos hablando y pronto estoy riendo porque él estudia biología y está dándome datos muy extraños sobre la reproducción de algunos animales. Por el rabillo del ojo veo las luces de la habitación de Drake encenderse y por costumbre me incorporo para ver mejor. Error. Mil veces error.

Está besuqueándose con una chica y le está agarrando los pechos por debajo de la camisa, ella está metiendo la mano debajo de su pantalón. Y  no puedo dejar de observar.

Que alguien venga y recoja esos pedazos del suelo. ¿Qué son? Oh, sí. Trozos de mi pequeño corazón.

Porque pese a mi emoción y entusiasmo con Caleb, con Drake hay sentimientos profundos que estoy ignorando adrede y ver esto es cómo ser obligada a tener un despertar que no deseaba. Me duele.

La camisa de la chica sale y no lleva sujetador. Sus pechos  son dignos de aparecer en una revista y son naturales, por inercia toco mis pechos de tamaño normal que van más hacia ser pequeños que grandes. Drake está besando su cuello y ella gime con la cabeza hacia atrás. Casi caigo de mi cama en mi prisa por ir a la ventana. Cierro las cortinas y me quedo de pie con la vista bloqueada de la escena.

Abro y cierro la boca sin saber qué decirme a mí misma. Siempre supe que él tiene sexo, es obvio. Tiene aventuras, sale con chicas y cualquier chica querría trepar sobre él. Pero una cosa es saberlo y otra es verlo. Siento que me ha traumado la vida, que me ha empañado mi fantasía perfecta de él.

Quiero matar al personaje de Cody en venganza porque soy irracional y estoy afectada. Mi teléfono vibra en mi mano.

Caleb: ¿Sigues conmigo?

Alaska: Yep. Sigo contigo.

***

20 de diciembre, 2015.

Me mantengo sentada en mi ventana mientras Romina lee los últimos capítulos de mi novela. Finalmente la he terminado y ella tiene el privilegio de ser la primera en disfrutarlo —sufrirlo—  porque somos mejores amigas.

Mientras ella lee me mantengo viendo a Hayley y Alice reír en la entrada de la casa de los Harris. Alguien sisea y al alzar la vista me encuentro con Drake. Por largos segundos puedo sentir de nuevo el dolor de hace unos días, cuando lo vi tan cerca de tener sexo.

En este momento me encuentro en una rara etapa irracional de: vi al chico de mis sueños chupar los pezones de alguien que no era yo y lo odio por eso. Mentira,  no odio a Drake, mucho menos puedo hacerlo por disfrutar de su vida y soltería. No es su culpa que yo fantasee y sueñe con él. Así que en última instancia le sonrío intentando ser una chica grande sobre mis sentimientos por él.

—¿Qué pasa? —pregunto viendo cómo reposa su trasero del marco de la ventana.

—¿En qué te inspiras?

—No comiences a molestar.

Sé que no se dará por vencido, pero una vez más deja pasar mi falta de respuesta. Ladea su cabeza hacia un lado mientras me observa.

—¿Es cierto lo que dicen tus fans? ¿Qué vas a hacer un maratón de capítulos hasta llegar al final de la historia? —Parece muy interesado en la respuesta.

—¿Sigues leyéndome?

Es algo que deseo que me confirme, pero así cómo no le doy respuestas sobre mi inspiración, él no me da respuesta a esa pregunta cuando se la planteo.

—Puede ser —es su respuesta esta vez—. ¿Te incomodaría si lo hago?

—No lo sé.

Nos mantenemos en silencio observándonos, escucho algunos murmullos de Romina que está demasiado enfrascada en la lectura para darle atención a mi conversación con Drake.

—Pasaré la tarde viendo películas, Dawson no sabe aun si va a unirse ¿Quieres venir? —Me invita.

—No puedo, vendrá un... Amigo.

Enarca una de sus cejas y creo que va a preguntarme al respecto, pero justo entonces Romina se ubica detrás de mí y lo saluda.

—Hola, Romina —vuelve su atención a mí—. Mi oferta seguirá en pie, Aska.

Deja sus cortinas abiertas y lo veo salir de su habitación, vuelvo mi atención a Romina. Sus ojos están húmedos por las lágrimas contenidas. Ella es extraña, hace un momento estaba sonriendo a Drake y ahora parece que el mundo se le viene encima.

—Lo mataste. —Me acusa.

—¿A quién?

—A Cody. Maldita bastarda, mataste a mi Cody.

—Oh, eso.

Sí, cedí ante mis sentimientos y lo maté. Denme crédito, no lo hice morir a la mitad de una frase, simplemente sufrió un extraño paro cardíaco en medio de una de sus rutinas de ejercicio. Fue inesperado, rápido y letal. Y más allá de haber surgido de un momento de ira, me encanta el sentido y originalidad que le dio a la historia.

Me entristece dejar a Harper llorando por su amado Cody, pero ¡Ánimo, chica! Estoy segura de que en un futuro tendrás otra oportunidad para otro amor.

Bah, me van a odiar muchos lectores, pero estoy conforme con el final y que haya muerte no significa que sea un final triste, porque al fin y al cabo Harper logra crecer profesionalmente y consigue estabilidad, camina hacia sus sueños. Sí, no queda con el hombre muerto, pero ella está esperanzada de que después del dolor vendrán cosas mejores. Ella tiene fe.

—¡Lo mataste! Lo mataste cómo acabas de matar mi amor por ti.

—¡Vamos! Tienes que admitir que ha sido un final perfecto.

—Sí, lo es pe-pero me duele ¡Me duele!

—Ya, ya, chiquita. —Recargo su cabeza de mi pecho lo cual es gracioso teniendo en cuenta que soy de baja estatura que ella—. Escribiré otra historia para ti, promesa.

—¿Con final feliz? —Suena esperanzada.

—Bueno...

—¡Alaska Brooke!

—Bueno, bueno, está bien. Escribiré alguna historia con final feliz para ti.

—Gracias, mi amor por ti ha vuelto y tú vas a enloquecer JoinApp porque este es un final de infarto.

***

21 de diciembre, 2015.

Señor Caliente: ¡¿Qué demonios?!

El mensaje de Drake me toma por sorpresa, puesto que es seguido por un montón de caritas enojadas. ¿Qué lo ha molestado tanto? Por un momento hasta llego a pensar que me vio ayer en la noche besarme debajo de mi ventana con Caleb, pero no es que a Drake pudiera importarle eso.

Alaska: ¿Qué te hice?

Señor Caliente: Ven a tu ventana ahora mismo.

Alaska: tú no me das órdenes.

Señor Caliente: No juegues conmigo. Estoy cabreadoooooo.

Alaska: ¿Y?

Señor Caliente: por favor, Alaska. Ven a la ventana.

Demasiado curiosa del origen de su molestia y porque dijo "por favor" bajo de mi cama y abro mis cortinas junto a la ventana. Me estremezco ante el frío, él ya está ahí, recargando su trasero del marco como siempre.

—¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así? —cuestiono sentándome en el marco de mi ventana.

—Porque así miro a los asesinos.

—¿Qué?

Estoy sorprendida por su declaración ¿Qué le sucede?

—¡Eso te digo yo a ti! ¡Lo mataste! Hiciste creer que todo iba hacia un final feliz y acabaste matándolo en medio de su rutina de ejercicio. ¿Dónde demonios está tu corazón?

—Ah, eso —suelto una risa. Su ceño se frunce.

—Algo está mal contigo si te ríes de su muerte y el sufrimiento ajeno.

—¿Estás sufriendo la muerte de Cody? Entonces sí seguías leyéndome.

—Ni siquiera le diste sexo de despedida.

—La gente no se despide con sexo antes de morir —ruedo los ojos—. Murió, esas cosas a veces pasan.

—Quiero estrangularte.

—Haz la larga fila, muchos lectores quieren matarme.

Permanecemos unos pocos minutos en silencio, comienzo a tener mucho frío por lo que me inquieto ¿Cuánto tiempo estaremos hablando por la venta? ¿Por qué simplemente no viene a casa?

—Fue un final brillante, sin embargo. Te felicito.

—Gracias. No puedo creer que me leyeras, es vergonzoso.

—Ha sido divertido —se ríe—. Jamás hubiese sabido que tales pensamientos estaban en esa cabecita tuya —y luego añade—: Ahora entra, no quiero que te enfermes, hace mucho frío.

—Vale, ten buena noche, Drake.

—Igual tú y Alas...

—¿Cómo me has llamado?

—Alas —sonríe—. Espero mi final feliz en la próxima historia ¿Eh?

No puedo evitar devolverle la sonrisa antes de cerrar mi venta junto a mis cortinas. Algún día superaré mi enamoramiento por él.

***

27 de diciembre, 2015.

—Me gustas muchísimo, Alaska —susurra Caleb muy cerca de mis labios.

Para este punto mi boca se encuentra muy familiarizada con la suya. Sus manos se deslizan por mis costados y aunque estoy nerviosa, también me encuentro demasiado curiosa cuando ellas pasan por mis caderas y terminan sobre mi trasero acercándome mucho más a su cuerpo.

Caleb parece estar muy emocionado sobre este acercamiento. También él quiere hacer algo más que besos ¿Estoy dispuesta a ello?

Estoy confundida sobre si hemos estado saliendo, porque nunca lo hemos hablado, pero me visita varias veces a la semana, a veces nos besamos y hablamos mucho por WhatsApp. Él nos mueve hasta recargar mi espalda de la pared  de debajo de mi ventana. Es de noche y en casa todos están en su mundo.

Mi familia no sabe que tras recibir un mensaje de su parte, bajé de casa para encontrarme con él y aquí estamos.

Su mano sube lentamente, se desliza por el frente de mi cuerpo y hay un nudo de expectación en mi estómago. Es cómo "mierda, estoy asustada", pero también es un "mierda, esto está pasando." Así que espero expectante mientras su mano se desliza hasta estar debajo de uno de mis pechos y luego sube y presiona su mano. Inspiro hondo.

Bien, no se siente mal. No me asusta y no lo siento cómo una invasión. Él sonríe antes de besarme mientras sus dedos aprieta la mi pecho y lo masajea de una manera que me hace gemir contra sus labios. Se siente muy bien.

He escrito mucho sobre este tipo de escenas, pero es muy diferente vivirla. Y también es muy diferente vivirla con alguien con quien no la recreaste en tu mente.

Fuera, Drake, fuera. Es mi momento.

Los besos de Caleb bajan por mi cuello y mi mano presiona contra el bulto en su pantalón, él gime y esa reacción me gusta. También me gusta tocarlo. Una de sus manos se cuela debajo mi camisa e incluso debajo de mi sujetador y me estremezco cuando su pulgar acaricia la cima de mi pecho haciendo que se endurezca y clame por más. El clima es frío, pero sin duda alguna siento calor.

Es la primera vez que hacemos más que besarnos y me está gustando.

Continuamos tocándonos, presionando y provocándonos hasta que él me hace retroceder unos pasos y desabrocha su pantalón. Observo cómo lo baja un poco y luego estoy anonadada cuando baja su bóxer rebelando su erección en vivo y en directo.

De acuerdo, he visto porno, sé cómo lucen los penes, pero no controlo mi sorpresa inicial de ver uno a poca distancia.

Caleb me sonríe.

—¿Quieres probar? —me pregunta con voz enronquecida.

Nunca esperé que alguien me invitara a darle sexo oral cómo si me ofreciera una paleta de helado y tampoco esperé que de hecho mi respuesta inmediata quisiera ser un sí más que un "no."

Quiero intentarlo y si no me gusta, puedo parar. Así que con una gran curiosidad me acerco a él y me agacho hasta dejarme caer sobre mis rodillas. Estoy un poco intimidada y muy nerviosa cuando guiándolo con su mano... y lo desliza... sin nada de tacto.

¿Es que acaso pretende matarme? Pensé que él sabía cómo hacer esto. Toso alejando mi rostro de él.

Estoy enojada porque eso me hace saber que, quizá, es un amante egoísta y no solidario, no podía ser perfecto. Abro mi boca para decirle algunas palabras, pero antes de que pueda hacerlo algo inesperado sucede.

—Será mejor que te guardes la maldita polla y que tú, Alaska Brooke Hans, te pongas de pie.

¿Por qué? ¿Por qué en todo el mundo me tiene que pasar esto a mí?

Caleb rápidamente se guarda al presunto asesino en sus pantalones mientras yo estoy demasiado impactada y avergonzada para hacer algo tan sencillo cómo levantarme. Siento sus manos debajo de mis axilas para levantarme y no me atrevo a voltear a verlo.

No puedo moverme, estoy paralizada en un mar de vergüenza.

—Nosotros... —comienza Caleb.

—Vete. Hazlo antes de que pierda mi paciencia —advierte el espectador de lo que fue un momento muy vergonzoso.

Siento una decepción embargarme hacia Caleb porque esperaba que se resistiera y dijera algo cómo "esto no es de tu incumbencia" o "No voy a abandonar a Alaska contigo" porque él ni siquiera sabe si este es un simple loco interrumpiéndonos que ahora podría violarme. Caleb solo asiente, me da una mirada de disculpa y se larga.

Él se marcha y siento un aguijonazo latente de dolor porque me gustaba, todo había ido bien durante semanas y hoy él me mostró un lado desconsiderado de su parte. Siento que no le importo, que no le preocupé lo suficiente.

Siento a mi nuevo problema  rodearme para enfrentarme, cierro los ojos con fuerza. Si no lo veo, no es real.

—No voy a desaparecer porque cierres los ojos, Alaska.

—No eres real.

Se hacen, quizá dos minutos de silencio en los que me mantengo firme ¿Ya desapareció? Respiro aliviada y abro lentamente mis ojos, pero ¡Maldita sea! Drake es muy real. El Drake muy serio y frente a mí, es superreal.

—Decido cerrar la ventana de mi habitación y ¡sorpresa! Mi vecina está dando un espectáculo gratis.

Me suena familiar la historia solo que el protagonista del acto era otro. Frunzo el ceño hacia él, será mejor aferrarme al enojo que a la vergüenza y humillación.

—Bueno, podías entrar a tu habitación y no mirar. Yo hice eso.

—¿Qué?

—Sí, parece que no soy la única dando espectáculos gratis. —Intento pasarlo para alejarme, pero me toma del brazo.

—Tú no eres así.

—Eso ha sido lo más ridículo que has podido decir —me libero de su agarre—. Todas las personas tienen sexo y sus derivados, es absolutamente normal. ¿Qué significa "tú no eres así"? ¿Qué soy asexual? Porque soy cómo cualquier chica y hago lo que quiero.

»¿Con cuántas chicas estuviste a mi edad? —presiono mi dedo en su pecho y lo hago retroceder mientras avanzo—. Perdóname por dejarme llevar con un chico que me gusta y al que le gusto. No sabía que tenía un contrato contigo para llegar casta hasta el matrimonio y que tenía prohibido explorar sobre mi sexualidad para descubrir qué es lo que me gusta.

—No voltees las...

—¡Cállate! Igual antes de que espantaras a ese cobarde, ya iba a insultarlo. Mi único error fue intentar experimentar algo con alguien que iba a matarme de asfixia por ser un incompetente y egoísta —cubro mi rostro con mis manos—. ¡Dios! Solo olvídalo, estoy muy molesta y avergonzada.

»Solo quería hacer algo por curiosidad, experimentar con un chico que me gustaba y a cambio él se transformó en un egoísta que me abandonó con alguien que él ni siquiera sabe si conozco. —Para volver esto más vergonzoso siento mis palmas humedecerse porque comienzo a llorar y Drake lo nota.

Me envuelve en sus brazos y por alguna razón eso me hace llorar más. Dejé que Caleb me tocara, le di mi boca por pocos segundos y luego me abandonó. Estoy demasiado decepcionada, estaba ilusionada sobre nosotros.

—Lo siento, tienes razón. Es estúpido decir "tú no eres así", solo es raro... No es cómodo toparte con una imagen así y... Él era un idiota, no eres el problema.

—¡Claro que no soy el problema! —lo siento reírse y golpeo su espalda antes de abrazarlo—. No te burles.

—Lo siento, pero es que sí me da risa.

—Pero antes estabas enojado.

—Y aún lo estoy, pero trato de ignorarlo porque no tengo derecho a estarlo.

Analizo sus palabras y hay un aleteo en mi estómago. Cómo si una mariposa estuviese lista para dejar de ser un capullo y volar. Comparación extraña, pero sirve. Alzo mi rostro para verlo.  Me devuelve la mirada, seguramente mis mejillas están más sonrojadas de lo normal y mi nariz parece la del reno de Santa, pero es en lo último que pienso mientras nos observamos aún abrazados. Veo la magia pasar en cámara lenta cuando el rostro de Drake cada vez parece más cerca, pero para volver de esta la peor noche de mi vida, hablo:

—No. Tuve el miembro de un chico en la boca, fueron segundos, pero estuvo ahí.

Y Drake se paraliza, sacude la cabeza y luego ríe mientras me abraza. Al menos no se extraña de mis ocurrencias ni me agobia sobre ello, esa es una de las cosas que hace difícil que saqué a Drake de mis expectativas.

Nos mantenemos abrazados y él hace comentarios al azar para distraerme de lo sucedido hace unos minutos. Espero nunca en mi vida recordar esta noche tan horrible, pueden bautizarlo incluso cómo: el día de la humillación de Alaska.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top