Un encuentro inesperado
El viernes era un día ligero y la mayoría de los trabajadores tenían permitido salir temprano a hacer sus diligencias, por lo que Roxanna estaba convencida de que en cualquier momento Marcos le haría algún tipo de señal que indicaba que estaba listo para cumplir con lo tratado. La chica desconocía que Marcos quería posponer el día de compras porque tenía un importante encuentro con una joven que solía ver, alguien con quién mantenía relaciones sin compromiso.
Los minutos pasaban y Roxanna se incomodaba cada vez más, Marcos seguía en su oficina trabajando, ni siquiera se dignaba en mirar en su dirección, así la chica podía hacerle una señal para que notara la hora, pues ya se hacía tarde. Marcos ni siquiera miraba el reloj, solo seguía tipeando, concentrado en su trabajo.
Roxanna no pudo aguantar más la situación, así que sin pensarlo se dirigió a su oficina y sin pedir permiso entró a la misma. Se aclaró la garganta para llamar su atención, pero él continuaba concentrado en su trabajo.
— ¡Marcos! — Habló con energía. — Se hace tarde.
— Si ya sé, puedes irte si quieres, aún a mi me queda mucho por terminar. — Le dijo sin levantar su cabeza.
— ¿Irme?
— Si, ¿viniste a pedir permiso no?
— No... Vine a recordarte nuestro trato.
Marcos paró inmediatamente lo que estaba haciendo y enroló los ojos a modo de fastidio. La miró de arriba a abajo y le preguntó.
— ¿Qué tiene tu ropa de malo? Es fantástica.
— Un trato es un trato ¿A caso no quieres que yo cumpla con mi parte?
— No tienes que amenazarme... Dame unos minutos y enseguida nos podremos ir. Espérame en el estacionamiento.
Roxanna esperó un poco en el estacionamiento, aunque para ella fue una eternidad la verdad Marcos solo se había tardado diez minutos.
— Mira haremos esto rápido, tengo un compromiso muy importante.
— Será rápido, lo prometo. Solo quiero unas pequeñas cositas para lucir fabulosa mañana.
Realmente Roxanna no se había demorado ni media hora, aunque si había gastado un buena cantidad de dinero en zapatos y ropa, al parecer ya había tenido en mente lo que quería así que se limitó a buscar exactamente eso. Increíblemente Marcos, luego de que Roxanna acabara con las compras, se ofreció a llevarla hasta su casa y por supuesto la chica aceptó, era evidente que Marcos quería saber dónde vivía.
— Mañana pasaré a buscarte. — Le hizo saber sin girarse a verla. — Voy a venir temprano en la mañana, así que tienes que estar lista.
Roxanna se limitó a asentir y salió del carro con sus pertenencias y Marcos se perdió en la carretera. Su auto era un Ferrari, era su orgullo, lo cuidaba como si fuese su hijo.
— ¿Ese es Marcos ?— Detrás de Roxanna apareció su mejor amiga, mirando con los ojos bien abiertos como el auto desaparecía.
— ¡Ay Laura que susto me has dado! — Saltó Roxanna en cuanto sintió su voz súbita.
— ¿Ese era Marcos? — Volvió a repetir.
— Si, luego de la compra se ofreció a traerme a casa. — Le contestó pensando que había sido muy educado de su parte el haberse ofrecido a traerla luego de que ella le había gastando una buena suma de dinero de su tarjeta.
— Roxanna, Marcos está buenísimo. — Abrió bien grande la boca.
— Ay Laura tú cómo siempre. — Hizo una pausa y sacó un pañuelo— Toma, para que te limpies la baba.
La amiga se sonrió y siguió diciéndole a Roxanna que Marcos estaba muy bien, sobretodo le dijo que tenía que haberle pedido como trato una noche, "tener una noche con ese dios vale más que mil vestidos Gucci", le hizo saber y ambas rieron mientras subían las escaleras. Laura era muy ocurrente, siempre andaba diciendo tonterías que la hacían reír, pero tenía razón en algo, Marcos era realmente apuesto y si no fuera por su actitud odiosa y discriminatoria, Roxanna podría aceptar en voz alta que él era muy sexy.
— ¿Dime estás lista para esta noche? — Laura le hizo una seña que Roxanna entendió.
— Si, entre las cosas que compré está la lencería. — Le contestó entusiasmada.
— Espera,¿ lencería? Hoy coges...
— Ay Laura, tú cómo siempre. Es la primera cita, solo quiero ir preparada por si las moscas, pero...
— No va a pasar nada — Laura le hizo jaranas como si fuese una niña pequeña.
— ¡Ya basta!
— Bueno yo si pienso dársela, posiblemente no llegue ni a la cena.
— No, no, no... Laura recuerda que es una cita doble y que ustedes son los que nos van a presentar.
— Tranquila es una expresión... Vamos a llegar a la cita doble y los presentaremos, lo que no es posible que nos quedemos para el postre.
— Eres terrible.
Las amigas rieron como dos adolescentes, estuvieron un rato hablando de chicos y luego de un tiempo comenzaron a prepararse para su cita doble. Laura conocía a Rayan desde la secundaria y recientemente se habían reencontrado, casualmente Rayan tenía un amigo soltero que tenía muy mala suerte en el amor y se les ocurrió a los dos que podían tener una cita doble y así los podían emparejar.
Las chicas salieron temprano para su cita, Laura traía una minifalda ajustada, una blusa escotada y unos zapatos altos Louis Vuitton, Roxanna tenía un vestido algo holgado y unas botas altas, una de las prendas que le había comprado Marcos.
El restaurante que habían elegido, no era muy elegante, pero siempre estaba abarrotado de personas, pues tenía buena vibra y un ambiente genial. Afuera había una larga fila de personas que buscaban entrar al lugar, pero tanto Roxanna como Laura no tuvieron que esperar mucho, pronto Rayan apareció e hizo su magia. El chico tenía buenos contactos y casi siempre se las ingeniaba para entrar a lugares de difícil acceso.
Dentro del pequeño restaurante estaba Marcos con una cita. Lourdes era la chica que hacía rato había estado viendo y quería explicarle la situación por la que estaba pasando, no quería que entre ellos hubiese algún malentendido.
Lourdes era la típica chica bella presumida, engreída, egoísta, pero inteligente. Era hija de uno de los millonarios más conocidos de toda la zona y mantenía una vida socialmente activa. Cuando comenzó su romance con Marcos supo que era el hombre que quería en su vida, aún así el chico nunca le había dado señales de que quería llevar su relación al siguiente nivel.
— ¿Bueno y por qué estamos aquí? — le preguntó la chica sonriente.
— Hay algo que necesito comentarte. — Le respondió Marcos alejando un poco la copa de vino tinto.
— Espero que no sean malas noticias, aunque a juzgar por tu cara...
— No son malas noticias pero tampoco son buenas. Más bien solo quiero hacerte saber...
— Bueno entonces no me mantengas esperando Darling. Suelta la sopa.
— La historia es larga y quiero contarte desde el principio para que entiendas... Espera ¿Qué hace aquí? — Súbitamente Marcos dejó caer el tenedor en la mesa.
— ¿Qué pasa Darling?
Marcos ni siquiera se dignó en responder solo se quedó fijo mirando a dos parejas que recién entraban en el restaurante.Roxanna lo divisó en cuanto entró y pudo notar que él estaba mirándola fijamente.
— ¡Mierda! — Espetó abriendo los ojos como platos.
— ¿Qué pasa? — Se le acercó sigilosamente Laura a preguntarle.
— Es Marcos, allí en aquella mesa.
— ¿Marcos? Si lo veo ¿Y qué?
— Nada, que es un poco incómodo.
—Bueno tú olvídate de él, concéntrate en Raúl.
— Un poco difícil ¿No crees?
— ¿Roxanna que querías? De todos los amigos de Rayan, él era el más... Ya sabes...
Raúl era un chico atractivo aunque no vestía de traje, ni usaba relojes caros. A decir verdad, no cuidaba mucho su imagen, su ropa estaba algo sucia, traía shorts y camiseta. Laura sabía que no era el tipo de chico que le gustaba a Roxanna, puesto que era todo un desastre, pero no dejó de pensar que era atractivo y que al menos por esa noche su amiga podía disfrutar.
— ¿Marcos, Marcos? ¿Qué tanto miras a esas chicas? ¿Las conoces?
— Si, por desgracia conozco a una de ellas y esa chica tiene mucho que ver con lo que te iba decir.
Marcos le explicó a Lourdes todo acerca de Roxanna y el trato que había hecho con ella para que su padre pensara que eran novios, también le hizo saber que habían acordado romper su falso noviazgo luego del día de mañana. La idea era inventar alguna excusa para que su padre no sospechara. A Lourdes no le hizo mucha gracia el plan de Marcos, de hecho tenía el presentimiento de que algo iba a salir mal, tenía la extraña sensación de que su padre no se creería el cuento de su falso noviazgo, así que estuvo un rato aconsejando a Marcos acerca de cómo debía actuar, ella era inteligente y habilidosa, bien sabía lo que se avecinaba, por su parte Roxanna había decidido darle una oportunidad a Raúl, parecía muy simpático y además era muy divertido. Quizás podían salir una o dos veces más y ver a dónde les llevaba esa relación.
En toda la noche Marcos no había quitado sus ojos de Roxanna, miraba su reloj como si estuviera apresurado y comía rápidamente. Cada vez que la chica sonreía, él fruncía el ceño y se preguntaba que estaba pasando en aquella mesa. Al final de la noche Marcos se despidió de Lourdes, llamó un taxi para ella y le hizo saber que la llamaría para comunicarle cómo había ido el plan.
Mientras observaba el taxi partir, Marcos miraba su reloj, estuvo un rato analizando una idea que tenía en mente y antes de entrar a su auto sintió la voz de Roxanna detrás. Giró sobre sus talones y aunque no quiso hacer caso a lo que las dos parejas hablaban no pudo dejar de escuchar que Laura había sugerido encaminarse a un club nocturno.
— Chicos no puedo, mañana tengo un compromiso... — intentó hablar Roxanna pero fue interrumpida.
— ¡Aaaah! No seas así. — Le suplicó Laura.
— Mañana es sábado, ningún compromiso comienza tan temprano el sábado.
— Está bien...
—Roxanna... — La voz aguda de Marcos hizo que los chicos se enfocaran en él.
— Marcos... — respondió la chica algo nerviosa.
— Buenas noches. — Se dirigió al resto de los chicos. — Roxanna si quieres te llevo a tu casa. Mañana tenemos...
— Sé muy bien lo que tenemos mañana...
— Bueno es bastante tarde así que supongo que ya se acabaron las actividades.
— ¿Disculpa quién es usted? — Interrumpió Raúl.
— Eso no te incumbe. — Marcos respondió con hostilidad y poca educación.
— Mira yo no sé quién eres o de dónde la conoces— Raúl respondió cortésmente. —pero evidentemente Roxanna puede decidir por si sola si quiere volver a su casa o si quiere seguir con nosotros.
Marcos hizo una mueca de desagrado y se dirigió a Roxanna una vez más, esta vez no le hizo una sugerencia, le ordenó.
— ¡Vamos!
— No. — Le respondió con vehemencia Roxanna.
— Está bien, si así lo quieres. — Marcos se abalanzó sobre ella y la cargó en su hombro cuál saco.
Raúl y Rayan respondieron rápido a la acción hostil de Marcos; sin embargo antes de que hicieran algo Laura los detuvo, sabiendo que si entre los chicos había algún percance, Roxanna sufriría las consecuencias.
— Rayan, Raúl... ¡Basta! — apenas podía controlarlos mientras Marcos se alejaba hacia su carro. — Este es un problema de ellos, él no le hará daño créanme, no le conviene.
— ¿ Pero quién es este tipejo? — Dejó salir Raúl con enojo y frustración.
— Es su jefe. — Le respondió Laura agachando la mirada.
— Pues parece algo más. — Comentó Rayan aún presenciando la situación.
Roxanna forcejeó un poco antes de que Marcos le hiciera entrar al coche por la fuerza.
— ¡Cómo pesas! — Le hizo saber mortificado.
Durante todo el camino la chica no dijo ni una sola palabra, se sentía frustrada y bastante enojada. Al llegar a la casa la chica se apresuró en abrir la puerta aunque sabía que estaba el seguro puesto, por lo que sin decir palabra alguna lo miró con desdén y le insinuó que lo retirara.
— Estás consciente de que si no hago esto mañana no ibas a poder cumplir.
— ¿Qué sabes tú?
— Roxanna, mira la hora, iban a tomar..., a seguir tomando, volverías a casa con ese chico a hacer dios sabe que...
— Ese no es tu problema. Dios santo ¿que clase de tipo eres?
— El caso está en que no puedes ir a casa de mis padres con jaqueca, se darían cuenta de que hay algo mal.
— Déjame salir Marcos.
— Además puedes aspirar a más, el chico no...
— ¡¿Oooh, en serio?! ¿A ti que te importa con quién me salgo? Además olvidaste que yo soy una gorda, para nada atractiva. — Roxanna estaba muy molesta.
— Es solo una observación. Además yo nunca dije esas palabras exactas.
— Pues observa tu vida y deja la mía tranquila..., y ABRE LA PUERTA.
Marcos quitó el seguro de la puerta y Roxanna se dispuso a abrir sin escuchar las palabras de Marcos.
— Mañana te recojo a las...
No dejó que terminara la frase, salió lo más rápido que pudo del auto, mientras Marcos culminaba la frase en voz baja algo apenado por lo sucedido, era bastante impulsivo y varias veces esto le había traído problemas, lo que había hecho había estado un poco fuera de lugar, al fin y al cabo ellos no eran nada y su falso noviazgo duraría quizás solo una semana o al menos eso creía él.
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