Extra #2

Una nueva mañana con aves cantando y los autos pasando con rapidez por el asfalto fue lo primero que escuchó Choi SooBin al despertar, apretó sus ojos para adaptarse a la claridad del lugar y levantó su cabeza para encontrar a YeonJun profundamente dormido. Cabe destacar que el pelinegro estaba sobre el peliamarillo, con las piernas a cada lado de las caderas del otro y su cabeza en el pecho ajeno, una posición muy normal para dormir según ellos.

Sonrió de medio lado mirando con amor al peliamarillo cambiar su cabeza de lado. Volteó su cabeza y miró la hora.

10:30 a.m

Decidiendo que iría a preparar el desayuno y a ducharse empezó a separarse con lentitud del mayor que, aún dormido, lo estrechó en brazos y frunció el ceño.

SooBin rió bajo y volvió a separarse obteniendo la misma respuesta.

—No te vayas...—balbuceó YeonJun abriendo sus ojos levemente.

—Buenos días, YeonJunnie —susurró sonriendo para el mayor.

—¿Qué hora es? —preguntó más despierto.

—Las diez y treinta —contestó volviendo a hacer el gesto de separarse pero YeonJun lo volvió a pegar a sí mismo. El menor hizo un sonido de queja y miró al mayor.

—Vamos a quedarnos así un rato más, aún es temprano —dijo dándoles la vuelta quedando ahora, YeonJun sobre SooBin usando el pecho del último como almohada, mientras que SooBin tenía sus piernas a cada lado de las caderas del mayor.

El menor rió peinando el cabello del mayor.

—En dos semanas es el viaje...—murmuró YeonJun mirando la mano izquierda del menor detenida en el aire por sus palabras, ahí se veía, al final del dedo anular del pelinegro el brillante anillo de plata.

—En dos semanas nos casaremos... —contestó SooBin sonriendo, YeonJun alzó su mano derecha y la entrelazó con la de su pareja besando el dorso después.

—Te amo, mocoso...—dijo volviendo a posar su cabeza en el pecho ajeno, sonriendo en grande cuando su oído captó el latir acelerado del otro.

—Yo también lo amo, hyung... —contestó el pelinegro mirando como el mayor jugaba con su mano, pasaba sus dedos por el anillo y los volvía a enlazar.

—Te dije que dejaras de tutearme —dijo el mayor a modo de queja— ¿Por qué lo sigues haciendo?

—Porque eres mi lindo, lindo, hyung —contestó. YeonJun rió y luego de unos segundos decidió levantarse.

—¡A comer, a comer! ¡Todos a comer! —gritó asustando al pelinegro.

—¿¡Qué te pasa!? —le preguntó mirando al mayor colocarse unos anchos pantalones de pijama.

—¡Vamos a lavar los dientes! —dijo acercándose para cargar al menor en su hombro— ¡A lavar los dientes para comer!

—¡YeonJun! ¡Me caigo! ¡Me caigo! —SooBin carcajeó dando palmadas a la espalda del mayor que, sin inmutarse, caminó hacia el baño, dejando al menor en la encimera del lavabo— Por Dios, hyung...—rió tomando su cepillo de dientes y la crema dental.

Colocó un poco de crema en su cepillo y luego en el cepillo del peliamarillo que se dedicó a cepillarse los dientes mientras peinaba su cabello.

—¿Qué vamos a comer, mocoso hermoso? —preguntó secando su cara, SooBin apenas estaba enjuagando su boca. Por eso el mayor lo abrazó por la espalda pasándole minutos después la toalla para que se secase.

—Eso mismo le pregunto, Hyung. ¿Qué vamos a comer? —preguntó mirando al mayor por el reflejo del espejo.

—¿Por qué siempre debo cocinar yo? —preguntó con el ceño fruncido. SooBin se dio la vuelta y le tomó de la mano para arrastrarlo hasta la puerta de la habitación, cerró la puerta y reveló aquella pancarta que le había dado el veinticuatro de diciembre pidiendo matrimonio.

—Razón número dos para casarte conmigo —citó señalando dicha razón— Sé cocinar y me queda muy bien.

—Eso lo sé, mocoso pero... —fue callado por el dedo del menor.

—Y si no cocinas nuestro desayuno hoy, no me caso contigo —dijo con el ceño fruncido, YeonJun rió y quitó la mano de su boca para dar un beso en el dorso de la misma.

—¿Qué le gustaría comer a mi lindo esposo? —preguntó haciendo sonrojar al pelinegro.

—A-aún no soy su e-esposo —dijo avergonzado y con un sonrojo en sus mejillas.

—En dos semanas lo serás, solo... Adelanto los hechos —los dos rieron caminando a la cocina.

—Me gusta que adelante los hechos —dijo sentándose en los bancos de la encimera para observar al peliamarillo cocinar.

—Lo sé —dijo volteando para lanzar un beso al menor que rió acunando sus mejillas en sus manos— Mocoso, no me has respondido a donde quieres ir.

Eso era un dilema. Los dos habían acordado ir a Taiwán a casarse ya que el matrimonio homosexual era ilegal en Corea, irían junto a los padres de SooBin, la madre de YeonJun y obviamente, los tres chicos que formaban un grupo.

Ya tenían los boletos y la reservación en un hotel junto a la persona que les casaría, ¡hasta tenían los trajes!.

Pero no sabían a donde irse de viaje, es decir de luna de miel.

YeonJun le había dicho al menor que fuese él quien decidiera el lugar, pero SooBin aún no sabía para donde ir.

Al pelinegro no le importaba en donde estaba siempre y cuando estuviera con el mayor, no le importaba si se quedaban en casa, si iban a un lugar de comida rápida o si simplemente se quedaban en el hotel en donde estarían.

A SooBin no le importaba eso, porque con la simple presencia del mayor estaba bien, porque si tenía a YeonJun a su lado no importaba el lugar.

Por eso subió sus hombros y negó con su cabeza.

—No lo sé... Sabes que no me importa eso... —el mayor se volteó mirándole con una ceja arqueada— ¡No no! E-es decir... Y-yo... A mi no me importa en donde estemos, YeonJun... A mi me importa es estar contigo, no me importa el lugar... —miró al mayor nervioso de que reaccionase mal y terminasen en una pequeña pelea.

—Te entiendo, mocoso —asintió el otro volteando para seguir preparado los huevos— A mi tampoco... Tampoco me importa el lugar siempre y cuando estés tú —eso causó un sonrojo en el menor— Pero sabes que quiero gastar mi dinero en algo, ¿y qué mejor que en tí? —SooBin carcajeó negando con su cabeza.

—¿Q-que te parece las islas de Jeju? —preguntó acostando su cabeza en sus antebrazos— ¡No lo sé!

—Las islas de Jeju es perfecto, mocoso —YeonJun sonrió sirviendo la comida.

—Hyung...—llamó el menor mirando el anillo en su dedo.

—Dime, mocoso —YeonJun limpió sus manos con un pañuelo, faltaba poco para que la comida estuviese lista.

—¿Me amas? —preguntó con un brillo en sus ojos. YeonJun rió.

—Te amo mucho, mocoso —contestó bajando sus labios para dar un pequeño besito en la frente del menor que sonrió satisfecho. Justo antes de que el pelinegro abriera la boca para responder el teléfono del mismo resonó en la habitación.

SooBin bufó y se levantó para ir en busca del aparato, en cuanto lo tuvo en manos sonrió de medio lado.

Mamá ♥

—Hola —atendió tomando asiento en la cama.

Hola, Binnie... —su mamá sonaba nerviosa y eso preocupó al pelinegro.

—¿Ocurre algo?

Nada, no... Pasa nada —dijo haciendo fruncir el ceño al menor.

—Mamá, ¿qué ocurre? ¿Pasó algo malo? —estaba preocupado, su mente estaba imaginando miles de escenarios y ninguno le gustaba.

Tu tío... —fue lo que dijo la mujer.

—¿Qué le pasó? —preguntó al borde del llanto. A pesar de todo lo que le había dicho y hecho, SooBin no dejaba de querer al hombre después de todo eran familia y mucho antes de que descubriera su orientación sexual el hombre había sido un total amor con él.

Quiere ir a tu boda —el pelinegro bufó arrojándose a la cama sintiendo toda la tensión irse— Me dijo que te lo consultara y...

Yo quiero a mi tío —interrumpió a la mujer— Pero cada vez que voy a casa con YeonJun nos insulta... No quiero eso el día de mi boda, no quiero pasar malos ratos ese día.

Él me insistió que te llamara para decírtelo —la mujer sonaba ya más relajada.

—V-voy a consultarlo con YeonJun...—susurró haciendo una mueca.

Llámame cuando tengas una respuesta —y colgó.

SooBin despeinó su cabello y se devolvió a la cocina.

—Hyung... —llamó en tono bajo al mayor que estaba terminando de servir su plato. Se dejó caer en la silla llamando la atención del mayor.

—¿Qué pasó? —preguntó con el ceño fruncido.

—Mamá me llamó y me dijo q-que... Que mi tío quiere ir a nuestra boda...—SooBin subió la mirada encontrando la mueca extrañada de su pareja.

—¿Y qué le dijiste? —preguntó empezando a comer.

—Que lo iba a consultar contigo —contestó subiendo los hombros.

—¿Qué tienes que consultar? —SooBin miró con el ceño fruncido al mayor pero este habló primero— Es tu familia y yo sé el cariño que le tienes al hombre a pesar de todo, no te voy a dar un no por respuesta, mocoso.

—Es que él siempre nos está molestando cada que vamos a casa de mis padres, y no quería que arruinase todo con uno de sus teatros —dijo masticando.

—Yo tampoco quiero que ese día se arruinado pero no te voy a reclamar nada ni a molestarme si lo invitas, es tu tío, mocoso, es tú familia. Además, me parece algo extraño que quiera ir a nuestra boda si es así de homofóbico —dijo con el ceño fruncido— Puede que haya cambiado de opinión, no lo sé.

—¿Tu crees? —preguntó con un leve brillo de ilusión.

—No lo sé, mocoso. Siempre anda de mal genio con los homosexuales, nos insulta y dice que nos quiere lejos, ¿por qué ir a nuestra boda entonces? —SooBin asintió decidiendo que si lo invitaría— De todas maneras habrá seguridad, podemos pedir que lo saquen si hace algo —los dos rieron desayunando a gusto con sus manos entrelazadas encima de la mesa.


[...]





YeonJun se estaba duchando. Hace rato SooBin había llamado a su madre para decirle que su tío si podía ir y hace rato habían terminado de desayunar, el menor ya se había duchado y esperaba pacientemente al peliamarillo recostado en la cama con ropa de casa.

—Adiós...—SooBin colgó su teléfono con una inmensa sonrisa. Había estado hablando con su mejor amigo y este le había soltado una bomba, así que sin poder aguantarse a que el mayor terminara su ducha tocó la puerta del baño— ¡Hyung! ¿Le falta mucho?

—Me estoy secando, mocoso. Ya voy, ya voy —dijo pensando que el menor ya estaba aburrido de esperar su presencia, por eso dió un salto en su lugar cuando la puerta se abrió y los brazos del pelinegro le rodearon por la cintura.

—¡Se van a casar! ¡Se van a casar! —chilló emocionado sin importar que la humedad del mayor se estaba pasando a sus ropas.

—¿Quiénes se van a casar? —preguntó riendo por la emoción del menor.

—¡TaeHyun y BeomGyu! —dijo mirando con emoción al mayor.

—¿¡Es enserio!? —preguntó sonriente. SooBin asiento— ¡Se van a casar! —rió emocionado sus dos amigos. Él es un testigo de lo desastrosa que fue esa relación y que ahora dieran ese paso le hacía muy feliz.

—Hyung...—SooBin llamó sonriendo— Tengo una idea...

—¿Cuál? —preguntó caminando hacia el armario con el menor aún sujeto a su cintura.

—¿Y si nos casamos juntos? —preguntó dando saltos de emoción.

—¿Boda doble?

—Boda doble —asintió emocionado por la idea. YeonJun asintió y sin importarle que estaba con la toalla solamente agarró su teléfono para llamar a su mejor amigo y felicitarle.

Pasó una hora y los dos ya habían terminado de decirle a los otros dos su plan de la "Boda doble" que fue aceptada con mucha emoción.

Ahora, YeonJun ya vestido con ropa de hogar estaba junto a su pareja, abrazados bajo la colcha de la cama.

—¿Te he dicho que eres muy hermoso? —preguntó el otro de la nada pasando sus pulgares por las suaves mejillas de su prometido que sonrió adormecido por las caricias.

—Lo dices todo el tiempo —contestó abriendo los ojos para ver al mayor de pupilas dilatadas.

Cuando vez a la persona que amas tus pupilas se dilatan.

—¿Me das mimos? —preguntó el menor con un leve puchero.

—¿Por qué te tengo que dar mimos? —YeonJun arqueó una ceja con una sonrisa, miró como el menor sacaba su mano y señalaba a la puerta cerrada.

—Razón número quince para casarte conmigo, te daré mimos cuando quieras —citó el menor para luego acomodarse tal como habían despertado. SooBin encima del mayor con sus piernas a cada lado de las caderas del mayor y éste último con sus manos en su cintura— Y si no me da mimos no me caso con usted.

—¿Por qué no? —YeonJun se acomodó mejor y sonrió encantado por la expresión del menor.

—Porque no está cumpliendo las razones, y las razones sus importantes —dijo con seguridad.

—Si, son importantes —dijo metiendo sus manos bajo la camisa ajena para empezar a dar los dichosos mimos, pasando sus dedos con delicadeza por la espalda contraria. Luego sacó sus manos de ahí y colocó una en el cabello ajena y la otra en la mejilla que no estaba aplastada en su pecho, empezó a acariciar con suavidad sonriendo cuando la respiración del otro se calmó considerablemente y un suspiro salió de sus labios.

YeonJun sabía que el otro estaba dormido, no le costaba nada dormirse si estaba en su posición favorita para dormir y menos si le hacían mimos. Pero a pesar de eso, YeonJun no se detuvo, se quedó moviendo sus manos un buen rato y recordando la noticia de la boda de dos de sus amigos.

El amor había surgido en aquel grupo de cinco chicos, un grupo al que YeonJun amaba con todo su corazón.

No más que al chico que dormitaba en su pecho, pero lo hacía.


























¡El YeonBin!~ Falta un solo extra más los agradecimientos!

The_Dark_Diamond

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