22: Ternura, gomitas y pelotas de fútbol

Una semana había pasado desde que SooBin estuvo engripado y con constante fiebre, ahora volvía más sano que una manzana, como les había dicho a los demás al llegar el lunes que, por cierto, había sido un día muy atareado para él ya que debía ponerse al tanto y presentar todas las evaluaciones que tenía pendiente.

Ahora era miércoles y SooBin estaba sentado en las gradas escribiendo en una nota.

—Hola —YeonJun llegó a su lado con una pequeña bolsa en manos.

—¡Hyung! —sonrió abrazando por los hombros al peliamarillo— ¿Y los demás?

—En la cafetería —contestó mirando la bolsa en sus manos— Vienen en un momento. Yo me adelanté para darte esto —extendió la pequeña bolsa hacia el pelinegro que la tomó en manos curioso de su contenido.

SooBin relamió sus labios colocando la bolsita en sus piernas, metió sus manos en la bolsa y sacó otra bolsa más pequeña con un contenido colorido.

—¡Gomitas! —chilló mirando el paquete de golosinas de todos los colores y formas— ¡Muchas gracias, hyung! —se abalanzó al mayor rodeándolo con los brazos.

—No es nada... —contestó devolviendo el abrazo.

—La comeré en nuestra cita —dijo emocionado volviendo a su lugar— ¿A dónde iremos, hyung? —preguntó sacando solo una gomita del paquete para guardar las otras en su bolso.

—¿A dónde quieres ir? —preguntó colocando su mano en su mejilla mirando al pelinegro probar la golosina.

Es ácida. Pensó YeonJun mirando las facciones del otro contraerse en una mueca que le pareció tierna.

—¡Es muy ácida! —dijo apretando sus ojos y terminando de masticar la gomita en su boca. YeonJun rió.

—Eres una ternura, SooBin —dijo alto y claro. El pelinegro le miró con un sonrojo, luego sonrió mostrando sus hoyuelos.

—¡Cuidado! —escucharon un grito a sus espaldas, SooBin volteó y miró un balón acercarse a él a gran velocidad, así que haciendo usos de sus reflejos se agachó.

—¿¡No sabes apuntar!? —YeonJun gritó sobando su frente, justo en donde había golpeado el balón.

—¡No lo explotes, por favor! —pidió, al parecer, el dueño del objeto subiendo las gradas. SooBin subió su mirada y captó como el peliamarillo amenazaba con explotar el balón con una tijera mientras veía con el ceño fruncido al chico que se la había acercado.

—Aprende a apuntar —dijo arrojando el balón al pecho del chico que asintió y volvió a jugar.

—Ah, hyung... —SooBin se acercó y pasó sus dedos por la frente del otro. YeonJun se quejó mirando hacia el campo— Ya pasará...—y dejó un tierno beso en la frente del mayor.

[...]

—¿Cuáles son las ácidas? —ya había acabado la jornada estudiantil, así que luego de despedirse de sus amigos y caminar un buen rato, SooBin y YeonJun habían llegado a un parque con frondosos árboles, juegos infantiles, bancas y mesas de cemento siendo este último lugar en donde la pareja estaba sentada.

—¿No te gustan las ácidas? —YeonJun ladeó su cabeza tomando la pequeña bolsa de golosinas.

—No me gusta nada ácido —contestó— Tampoco el picante —dijo ladeando su boca.

—Yo amo el picante —contestó con las cejas alzadas— También me gustan las cosas ácidas, no todo el tiempo pero de vez en cuando no está mal.

—¿Qué hace? —rió mirando como el peliamarillo estaba concentrado en sacar ciertas gomitas de la bolsa.

—Saco las ácidas —avisó— ¿Qué color te gusta más? —preguntó curioso.

—Umm...—desvió su mirada al cabello del otro— El amarillo —sonrió en grande cuando el mayor conectó sus miradas con una sonrisa.

—A mi me gusta el negro —contestó haciendo reír al otro.

YeonJun siguió con su trabajo de sacar las gomitas ácidas, mientras contestaba las preguntas del pelinegro y le devolvía las preguntas.

—Terminé, ya puedes comer —dijo estirando el paquete de gomitas al pelinegro que sonrió con ternura antes de empezar a comer la golosina sin preocupación de que le tocase una ácida— ¿Seguro no quieres ir a comer algo? —preguntó por enésima vez.

—No, hyung —negó sonriente. YeonJun achicó sus ojos y se alzó en su puesto hasta tocar su nariz con la del pelinegro que rió con un tierno sonrojo en sus mejillas.

—Tienes hambre —dijo aún con sus narices pegadas. SooBin negó con su cabeza provocando que se formara un beso esquimal.

—Comeré cuando llegue a casa —miró hacia abajo notando los labios del mayor a centímetros de los suyos.

—¿Te gusta la pizza? —SooBin asintió— Vamos a comer pizza, yo invito —vió que el menor iba a negar avergonzado— No acepto un no por respuesta —dejó un beso en la punta de la nariz ajena y se alejó comiendo de las gomitas ácidas— Vamos —dijo levantándose de su lugar, SooBin se levantó conservando su sonrojo.

YeonJun sonrió triunfante por causar el sonrojo del pelinegro que, masticando varias gomitas sujetó con su mano libre el cordón de la mochila ajena.

El peliamarillo sintió un vuelco en su corazón con la acción del otro.

Tanta ternura me va a matar. Pensó entrando al local más cercano de pizza.

Se detuvo a ver los carteles de los precios, tamaños y demás que había en el local, volteó y miró al pelinegro comer con concentración de sus gomitas.

Con una leve sonrisa pasó su brazo por los hombros ajenos.

—Pediremos una grande para los dos —dijo— ¿Cómo la quieres? —preguntó mirándolo. El pelinegro alzó la cabeza y miró con atención los carteles.

—¿Cómo la vas a pedir tú? —volteó a verlo, YeonJun subió los hombros— Yo... Yo me la como con piña.

—Uh...—frunció el ceño y se acercó a pedir, especificando muy bien a la chica del mostrador que quería la pizza dividida a la mitad, una con piña y la otra de anchoas.

Fueron a uno de los asientos alejados y tomaron asiento, YeonJun miró al otro con el ceño fruncido.

—¿De verdad la comes con piña? —preguntó terminando con las gomitas ácidas que había en su mano.

—Si, ¿qué tiene de malo? —preguntó con su cabeza de lado.

—Tienes suerte de que me gustes mucho y que seas tan tierno —señaló con seriedad al pelinegro a su lado que rió abrazándolo.

—La pizza con piña no es tan mala~ —canturreó sonriente.

—Ush —rodó los ojos— Dame un beso —pidió de repente haciendo que el sonrojo de hace minutos volviera a aparecer en el menor de los dos.

—¿Por qué? Um, ¿a qué viene eso? —preguntó repentinamente nervioso. No era su primer beso, pero que el de cabello amarillo le estuviese pidiendo eso con naturalidad le causaba un sonrojo y que las típicas mariposas tomaran vuelo en su estómago.

—Porque en unos momentos traerán nuestro pedido y no te voy a dar un beso luego de que comas pizza con piña —explicó. SooBin rió por tal explicación y se acercó más al mayor.

Unieron sus labios en un suave vaivén, con lentitud y cariño. Las manos frías del mayor se posaron en las mejillas del pelinegro dejando suaves caricias con sus pulgares.

Los dos sentían aquellas mariposas volar con rapidez en su estómago y su mente desconectarse del mundo, solo reconociendo los labios ajenos moviéndose con un suave ritmo.

O eso fue hasta que una camarera carraspeó dejando la humeante pizza en su mesa.

—Buen provecho —dijo antes de irse.

—Nos vió...—susurró avergonzado el pelinegro— ¡Nos vió besándonos! —dijo mirando al de cabello amarillo que ya se hallaba comiendo de su parte de la pizza— Que vergüenza...

YeonJun rió volteando al pelinegro y besando su mejilla.

—No será la primera vez ni la última vez, cariño. Ahora come, se te va a enfríar —y SooBin conteniéndose de chillar por aquel apodo, asintió y empezó a comer de su pizza.

















Recuerden que varios gustos de los personajes están alteradoooos!

Editado*

The_Dark_Diamond

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