Capítulo único
Su respiración pesada y lenta combinaba tantas emociones... Tensión, miedo, cansancio, sueño, desesperación... Podría seguir su lista, pero no acabaría nunca... Sus manos temblaron ligeramente sosteniendo la tableta sobre su regazo, sus piernas cruzadas temblaban, su cuerpo estaba rígido, vigilaba constantemente los pasillos, y levantaba la mirada para pulsar los botones, las luces, las puertas en alguna otra ocasión, estaba tan tenso que se olvidaba por completo de que no estaba solo. Aquella noche no iba bien de bateria, lo cual lo hacía estar mucho más nervioso. Puso su mano sobre la suya y dejó la tablet a parte. Tomó sus manos, sus nervios no mejoraban al verse privado de los únicos medios que les aseguraban seguir con vida.
- Calma.
Pero no fue muy efectivo, al contrario, solo lo puso más nervioso al darse cuenta de que estaba tenso y temblando. Suspiró y le tendió la tableta de nuevo, aprovechando que estaba despistado para besar su mejilla, intentaba calmarlo por cualquier modo, pero eso no hacía mucho efecto en realidad.
- N-No tenemos suficiente batería para la noche entera...- masculló mientras sus dientes castañeaban desesperadamente, intentó respirar profundamente.
- Tenemos cinco o diez minutos desde que se apagan las luces hasta que llega Freddy a la oficina. Y sabes que no voy a permitir que te toquen.
- Eso no cambia que podamos morir...- replicó mordiéndose con nerviosismo los labios, empezó a sangrar por la fuerza, eso pareció despertar los instintos asesinos del zorro pirata, pues segundos después escucharon sus pasos a toda velocidad por el pasillo.
Uno se quedó pálido y de piedra, el otro golpeó con la palma el botón de la puerta y se cerró justo a tiempo. Miró fijamente al pelinegro, este seguía temblando y su labio seguía sangrando, pero aún así seguía mordiendo sus labios. Cerró la otra puerta y plantó un beso apasionado sobre los suyos. Se quedó totalmente en shock por esto, e intentó apartarlo por esa acción tan estúpida de perder batería por su calentura desmedida. Lo empujó sutilmente.
- Si sigues sangrando los atraerás... No te muerdas los labios.
Oh, no era simple calentura...
- No hagas esas cosas tan de repente...- dijo con un tono avergonzado, desvió los ojos.- Abre las puertas, estamos malgastando energía.
- Touché...- pulsó los dos botones y encendió ambas luces para comprobar que no hubiera nadie, al hacerlo, las apagó y miró al pelinegro con una sonrisa ladeada, casi pícara, casi retorcida, casi perversa.
Estaba mirando sus labios de reojo.
- ¿Quieres que te bese de nuevo?- ronroneó acercándose peligrosamente.
- Si consigues que sobrevivamos la noche sin que se nos acabe la energía, puedes besarme...
- Reto aceptado.- Tomó la tableta y la posó sobre su regazo.- Hmph... Tres de la mañana y treinta y ocho por ciento...
- ...
- ...
- ...
-... estamos muertos.- dijo el castaño con una so risa fastidiada.
- Al menos te diste cuenta.- comentó con sarcasmo el pelinegro y acercó la silla un poco más hacia la del otro.- ¿Puedo confiar en que nos mantendrás vivos si me duermo?
- ¿Vas a dormirte a mi lado sabiendo que puedo tocarte lujuriosamente al tenerte a mi merced?- sonrió perverso.
El otro le dió una bofetada que se escuchó hasta en la zona de fiestas.
- ¡Vincent!- exclamó con el ceño fruncido.
- Ah~♪♪♪ valió la pena...- sonrió y después bajó los ojos a las cámaras.
El otro le dió otro golpeó solo que ahora sobre el hombro, se cruzó de brazos y se enfurruñó sobre la silla.
Llegó a las cuatro de la mañana con un veinticinco por ciento en la batería. Tuvieron muchos sustos dado al hecho de querer ahorrar cuanta más batería mejor. Vincent acabó por dejar la cámara fija en la cueva de Foxy y mirar cara cinco minutos, solo un vistazo, revisaba las luces, escuchaban atentamente y se quedaban quietos, sumamente quietos, como si eso hiciera que se alejaran.
Llegó a las cinco de la mañana con un siete por ciento, estaba tenso, apenas echaba un vistazo y apenas encendía las luces un segundo.
- Te lo estás currando mucho por un beso...
- No quiero morir, idiota...- lo miró de reojo sonriendo con sorna- ¿Acaso me quieres dar ese beso?
- hmph, no.- rió un poco en respuesta aunque fingió pensárselo para darle algún tipo de esperanza.
Los dos sonrieron un gran alivio al escuchar la campana indicando las seis, el castaño se dejó caer hacia atrás en la silla, se deslizó lentamente soltando un sonido placentero al mismo tiempo que aliviado.
- ¿Te acabas de orgasmear delante de mí?- el pelinegro tomó la tableta y la dejó en la mesa al levantarse.
- ¿Quieres que me orgasmeé dentro de ti?
- ¡Vincent!- contuvo las ganas de darle una patada en la boca, pero lo que si hizo fue darle una patada en la pierna y salir de la oficina con el ceño fruncido y haciendo un berrinche.
- ¡Me debes un beso!- gritó tirado en el suelo, con una mano en la zona golpeada.
- ¡Vete a la mierda!- le gritó de vuelta.
- Ah~... Cualquier día estará a mis pies...- se rió para sí mismo y se levantó de un salto para salir de la oficina también.- Scottyyyyyy...- salió tras él de la pizzería.
Desvió la mirada hacia él de forma amarga, casi como si fuera una amenaza. Alzó las manos a los lados de su cuerpo para mostrar que era inocente.
- ¿Te llevo a casa?- preguntó Scott.
- Ahmmm... Bueno, vale.- se encogió de hombros.- Si prefieres llevarme y ahorrarme el tener que andar...
- Lo hago porque sé que estás deseando hablar con alguien y no quieres verte como un psicópata hablando solo por la calle. Bueno, lo eres, pero tienes que disimularlo...
- Que mal piensas de mí...- hizo un puchero llegando al coche que estaba en el parking delantero de la pizzería, el pelinegro entró en el asiento de conductor, el castaño en el de copiloto.
- Vin... Estás como una cabra.
- Me llamaste Vin...- sonrió tiernamente aplastándose las mejillas.
- Idiota...- rodó los ojos.- no hagas que me arrepienta y te de una patada en medio de la nada.
- Vale, vale, me callo.- sonrió de lado aceptando que el otro quería algo de silencio o que al menos dejase de ser tan frustrante e hiperactivo.
Arrancó el motor susurrando por lo bajinis: "eso espero", de forma que no se escuchó al arrancar el coche justo en ese momento y salió del parking para dirigirse a la casa del castaño.
- Te puedes quedar a dormir si quieres...- ofreció la posibilidad el castaño de ojos claros con un ligero síndrome de Alexandria.
- No gracias.- se encogió de hombros.- Prefiero salir virgen de tu casa.
- ¿Eres virgen?- lo miró asombrado.
- No.
- Uuuh, cuéntame, el cotilleo me interesa, sobre todo el sexo.
- Seguro que tú tienes menos vida sexual que yo.
El castaño se rió a carcajadas.
- Pues no.- negó con la cabeza.- Tengo tres hijos, así que seguramente tengo más vida sexual que tú.
- Hmph... Nunca mencionaste eso.
- No tengo la custodia. Nos separamos y ella no quería que se acercaran a mí o que supieran que soy su padre...
- Lo siento...
- Nah, no me importa ya...- negó con la cabeza.- El mayor tiene catorce, la mediana... Once... El pequeño...- desvió los ojos.
No acabó de decir aquello, lo que lo extrañó no fue su silencio, sino que borrase su sonrisa tan repentinamente. Vincent siempre tenía una sonrisa incluso cuando estaba molesto, por eso le decía que estaba como una cabra.
- ¿Vincent?
- hmph... ¿Qué?
- ¿Qué te pasa?
- Uh... No, nada...- negó con la cabeza mirando por la ventana.
Scott se quedó en silencio y en ese momento captó qué tal vez Vincent no quisiera hablar de eso... Si no estaba equivocado, Vincent tenía veintiocho años, osea, tuvo al mayor con catorce... Es posible que fuera por un desliz o una noche pasionaria... No sabía que Vincent era así de irresponsable, pero tal vez fuera la otra chica quién le pidió sin protección. No podía confirmar nada. El castaño se veía desanimado, bastante.
- He tenido una novia...- empezó el pelinegro.- Tenía quince o así... Lo dejamos cuando cumplí los diecisiete...
- Vaya... No eres un virgen tímido y tartamudo...- se rió un poco, una sonrisa rota.
- ¿Estás bien?
- Perfectamente.- asintió intentando convencerlo de eso mismo.- Aquí mismo vale, puedes dejarme aquí.
- ¿Aquí?- alzó una ceja.- Estamos en una zona industrial. No hay casas cerca.
- Déjame aquí, Scotty...- lo miró fijamente y sonrió con calma.
- Bueno...- se rindió dado a su insistencia.
Se acercó al arcén y se subió en la acera para que el otro pudiera salir bien del coche. El castaño salió del vehículo y le sonrió, después se dirigió hacia una de las naves. Scott se lo quedó mirando por el retrovisor mientras arrancaba el motor fingiendo que iba a irse, pero en vez se quedó allí vigilándolo unos segundos. Se metió entre las naves industriales, ladeó la cabeza con extrañeza, pero decidió dejarlo pasar por aquella vez. Salió de allí y se dirigió hacia su hogar.
Sin dejar de darle vueltas a lo sucedido la noche anterior durante su conversación en el coche de camino... De camino a ninguna parte, porque en las zonas industriales no vivía gente y no había una ciudad cerca, vamos que Vincent lo había engañado y se había ido andando a su casa, como sea; llegó al parking y aparcó su coche en el aparcamiento delante de la pizzería a las doce menos diez de la noche. Vincent estaba allí, esperándolo en la puerta, le sonrió al verlo salir del vehículo y cuando llegó a su nivel le dió un beso en la mejilla.
- ¿Qué haces?- lo apartó ligeramente antes de que llegase a darle un abrazo.
- Anoche no me diste el beso que me debías...- sonrió risueño, casi infantil.- Vamos dentro...- musitó con una expresión calmada.
Asintió y los dos se metieron en la pizzería, miraron por instinto la cueva del pirata, Foxy era el favorito de ambos, era inevitable no mirar aquella zona, y finalmente se perdieron por el pasillo, donde se sentaron cada uno en su silla y el pelinegro tomó la tableta para prepararse y sobrevivir esa noche.
- ¿Que te pasó anoche?
- ¿A mí?- alzó una ceja extrañado el castaño.- ¿Que quieres decir?
- Estabas como... Desanimado cuando te estaba llevando a casa.
- Uh... No sé...- se encogió de hombros.- Supongo que tenía sueño...- se rió un poco.
- Estabas hablando de tus hijos y de repente te desanimaste.
- Ah... Cierto... Pensaba en ellos...- confesó riendo un poco, tímido, se rascaba la nuca.
Eso de que Vincent actuase así y no le diera respuestas relevantes era muy frustrante, pero le parecía tan tierno que mostrara timidez.
- Hace cinco o seis años que no los veo... Por eso me puse así... Perdón...- sonrió para calmarlo.
- Menos mal... Me empezabas a preocupar...
- Awwww... ¿Estabas preocupado por mí?
- N-No...- desvió los ojos hacia la tableta.- Y-Ya son las doce, calla...
- De acuerdo, de acuerdo...- rió un poco.
Cuando el turno de ambos acabó a las seis de la mañana sin ninguna herida más que la del corazón latiendo como un desesperado por haberse quedado con cinco de batería, los dos salieron de la pizzería a paso rápido. Nuevamente, Scott ofreció a Vincent llevarlo a casa, él aceptó mencionando con cierta picardía que al final lo llevaría a su propia casa y que sería capaz de violarlo.
Scott no era capaz de eso.
De hecho, solo intentaba ser amable con su exasperante, infantil e hiperactivo compañero de trabajo.
Aunque debía admitir que no le molestaba pasar tiempo con él... Hasta que abría su boca para cualquier tontería que seguramente no se paraba a pensar si estaba diciendo algo cuerdo. Típico de Vincent.
- ¿Hoy no me das un besito por salvarte el culo?
- No.
- Uh, qué malo.- hizo un puchero acercándose para besar el pómulo del azabache.
- Vincent, intentó no tener un accidente de tráfico y no me lo pones fácil si me distraes.
- Ooooooh- ronroneó sonriendo travieso.- ¿Te distraigo?
- Dame una buena razón para no parar ahora mismo y darte una patada en el trasero para dejarte aquí mismito tirado.
- Hmph...- se puso una mano en el mentón.- Me amas.
- No lo hago.
- Te puedo denunciar por homofobia.
- También me gustan los hombr. . .- se tapó la boca sorpresivamente y desvió los ojos abriéndolos en shock.
- Ooooooooh- sonrió de nuevo con malicia.- ¿Que no me has contado, Scotty? ¿Has tenido un ligue masculino? ¿Alguien se atrevió a besar este cuerpecito a parte de mi? Cuéntame, cuéntame.- sonrió con malicia.
- No.- susurró en bajo.- No he tenido novio.
- Entonces es mi belleza deslumbrante la que te atrae.
- Me atrae más una piedra con pito que tú.
- ¡HEY!- Se quejó de forma infantil como si realmente le ofendiera ese rechazo.
Hubo unos segundos en silencio.
- ¿Entonces... Te gustan ambos?
- Si.
- Ya veo...- susurró pensativo.- ¿No es por mi?
- No.
- ¿Seguro? Ahora totalmente en serio y sin trucos, pregunta seria.
- No estás mal, pero no iría muy allí, tienes más pinta de sexo de una noche.
- ...- se lo quedó mirando.- Ya veo...
- No, me refiero a. . .
- No, da igual... En verdad sí, por tal de tenerte en mis brazos un rato...- bromeó con una sonrisa rota.
Scott se lo quedó mirando.
- Vincent, no me refería. . .
- Déjalo, Scott...- dijo desviando los ojos hacia la ventana y borrando la risilla que incluso en aquellos últimos momentos se había esforzado por mantener en la cara.
Obedeciendo su mandato, decidió callarse y golpearse mentalmente por decir aquello y no pensar en la conversación de la noche anterior.
"Tío, Scott, que Vincent tiene hijos a los que no ha visto desde hace cinco o seis años porque la mujer no quiere que sepan que él es el padre y tú ahora le dices que parece que solo quiera sexo de una noche"
Pensó mientras se reñía internamente por su estupidez de hablar sin pensar, tal vez no se ha la expresado bien, es decir, Vincent tenía el carácter que tenía y parecía que no podría ser serio en una relación, pero...
Tal vez si se lo tomase mucho más en serio que cualquier otra persona.
Bufó internamente.
- Déjame aquí...- susurró con desánimo.
Otra vez en aquella zona industrial abandonada y alejada de toda clase de personas o civilización cercana. Desvió el coche hacia la acera y detuvo el vehículo. Se tomó unos segundos para pensarse sus palabras y tomó el brazo del castaño antes de que este se fuera.
- No pensé lo que dije, no me expresé bien...- dijo con una voz hecha apenas un hilo, parecía que se le iba a quebrar la voz.
Negó con la cabeza.
- Scott... No le des vueltas... Estoy bien, no me importa... No me molesta que tú pienses eso de mí, solo... No le des más vueltas...- repitió lo anterior con cierta insistencia desviando los ojos durante todo lo que dijo.
¿En serio estaba intentando forzar una sonrisa?
- Vin...- susurró aflojando el agarre, viendo en sus ojos que quería irse, y tal vez su agarre era lo único que impedía que se fuera.
- Nos vemos esta noche, Scotty...- ahora sí, logró formar una sonrisa forzada antes de acabar de soltarse de ese agarre y acabar de salir del coche.
Cerró la puerta y sin decir una sola palabra empezó a andar hacia las naves para perderse entre ellos como la noche anterior que llevó hasta allí.
Vincent estaba actuando muy raro y no solo era porque accidentalmente tal vez hubiera herido sus sentimientos, obvios sentimientos que tenía hacia él mismo, es decir, se desanimó por lo que dijo sin pensar y también hablando de sus hijos, hijos que jamás había mencionado que tenía, y por precoz que fuera, tener un hijo a los catorce años no era algo del estilo de Vincent... Ya eran dos veces que tras llevarlo en coche él se mostraba desanimado y dos veces que le decía que parase en la zona industrial apartada de todo ser viviente por lo menos a cinco kilómetros a la redonda...
Algo no estaba bien...
Se armó de valor...
No pensó que realmente tuviera de eso después de decirle eso a Vincent...
Salió del coche y se acercó a las naves donde Vincent se escondió, o tal vez no estaba escondido y tenía una chabola allí construida, o tal vez si había residencias por allí, o algún camino campo a través hacia alguna casa rural, el caso, que quería saber qué estaba haciendo y porque lo mandaba parar allí... Apoyó las manos en el borde y asomó ligeramente la cabeza, viéndolo solo con uno de sus ojos...
...
Fue suficiente...
...
"Dios santo... ¿Q-Qué es eso?"
...
- ¿V-Vincent?- tartamudeó con miedo.
Su voz había salido sola, no pudo controlarla, ni siquiera fue consciente de que realmente había hablado hasta que no vio como lo miraban fijamente y, como rápida reacción, uno cuyo tamaño era considerablemente más bajo que los demás, además de aparentemente ser el menos andrapajoso de todos alzó una mano a la altura del hombro y todos se quedaron completamente paralizados y en su lugar, como si fueran perros amaestrados a los que les dio la orden de quedarse quietos antes de atacar.
- Mejor llámame William... William Afton.- una voz grave y robótica golpeó fuertemente sus tímpanos.- Y no deberías haber visto esto.- tembló por aquella amenaza silenciosa y encubierta que le lanzó.- Tienes un minuto antes de que ellos te ataquen hasta la muerte. Uno, dos, tres, cuatro [. . .]
Scott despertó de su ensoñación y su parálisis y retrocedió varios pasos, cuando llegó a diez, fue cuando reaccionó del todo, se dio cuenta de que realmente tenía que escapar y empezó a correr desesperadamente hacia el coche.
Aún en la distancia podía escuchar como continuaba con la cuenta en voz alta, treinta y ocho, treinta nueve, cuarenta... Sus manos temblaban, metió la llave en el contacto y al arrancarlo y fuerte impacto en el cristal delantero le sacó un grito que ni siquiera los animatronic de la pizzería le habían sacado en sus peores pesadillas.
Y mira que había gritado mucho con las pesadillas que había llegado a tener con esos robots infernales.
Pisó el acelerador y aquella amontonación de cables salió despedida por los aires sin poder agarrarse. Quemó ruedas. Escuchó como ellas chirriaban agudamente. Salió a la carretera. Los dejó atrás. Suspiró con alivio al mirar al retrovisor y ver que no había nada.
Se había salvado.
Notó una presencia, sintió su pulso acelerado, rezó por que fuese su imaginación. Volvió a mirar el retrovisor.
Gritó de nuevo y por inercia pisó el freno como si le fuera la vida en ello, giró el cuerpo entero hacia la parte de atrás y retrocedió tanto como pudo apoyándose en el cristal.
- V-Vincent...- susurró con temor.
Allí estaba, sentado en el asiento del medio de la parte trasera, los brazos cruzados, una pierna en cada lado, una mirada fija y penetrante sobre él.
- ¿Por qué te bajaste del coche?- interrogó con voz dura.
- Y-Yo... Q-quería saber q-que e-estabas haciendo e-en medio de la n-nada...- su voz era un hilo tan quebradizo que no tenía apenas estabilidad.
- No deberías haberlo hecho.- dijo con ferocidad en su voz.- Olvida lo que has visto hoy.- se deslizó hacia el asiento de la derecha.- Si vuelves a mencionarlo o bajarte del coche para seguirme, te mataran.
- ¿L-Los mandarías a matarme?
- No depende de mí.- abrió la puerta, salió y la cerró.- Depende de William.
Lo vió irse por donde había venido.
Desapareció de su vista.
Todo se quedó en silencio.
Un silencio abrumador y terrorífico.
¿William?
¿De que estaba hablando?
Inspiró profundamente para acomodar sus pensamientos y razonar con cordura absoluta lo que había visto y escuchado. Inspiró con profundidad.
Para empezar, aparentemente Vincent no estaba vivo. Pero al mismo tiempo si, es decir, acababa de verlo... siendo una especie de robot de conejo verdoso y destrozado, de caso un metro ochenta y cinco... (Claramente por el tamaño de las orejas) y repentinamente aparecía sentado en la parte de atrás de su coche, sin que él hubiera escuchado como abrían la puerta y la cerraban, por ende, tuvo que aparecer o meterse en el coche siendo un fantasma...
...
Vincent estaba muerto... Genial...
Pero no al mismo tiempo, ósea... ¿Tenía a un fantasma muriendo, irónicamente, por él? No podía ser.
Lo peor de todo es que no podía mencionar absolutamente nada al respecto ni delante de William ni delante de Vincent, o esas cosas que lo perseguían lo matarían definitivamente.
¿Que eran esas cosas?
Una especie de oso negro. Una niña satánica con patines y una pinza gigante. Un montón de cables con cabeza de oso y garras.
...
¿De donde habían salido?
Inspiró profundamente.
...
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
Cuando llegó al aparcamiento a la noche siguiente, Vincent estaba apoyado en un pilar, agazapado, apoyando los pies en el suelo y de cuclillas, los brazos sobre sus rodillas y hasta que no lo vió salir del coche no mostró una sonrisa radiante.
...
Como si nada hubiera pasado la noche anterior.
- ¡Scotty!- lo abrazó pasando los brazos por sus hombros.- Casi llegas tarde.- riñó de firma maternal.
- No dormí bien.
- Que directo eres...- se rió entre dientes y tomó su muñeca.- Entonces confía en mí, yo cuido de ti esta noche.- sonrió de lado.
No sé fiaba mucho, ni sabiendo que estaba "muerto", ni sin saberlo, pero no podía hacer otra cosa que dejarlo actuar infantil y descansar el poco que no había podido descansar dado a los ataques de ansiedad y pánico que le dieron en casa.
- Como quieras...
- Pero luego me debes un beso.
- No.
- Porfiiiiis.- sonrió de lado.
- No.
- Ouch, que poco corazón tienes, Scott.- se sentó en la silla con la tablet.
No dijo nada, solo rodó los ojos.
Cuando dieron las seis de la mañana, todavía quedaba un doce por ciento de batería. El castaño se levantó para dejar la tableta cargando en el escritorio y se giró hacia Scott, estaba sentado con las piernas cruzadas sobre la silla.
- ¿Qué sucede contigo?
- ¿A qué te refieres?- contraatacó Vincent con otra pregunta.
- ¿Estás muerto?
El castaño borró su sonrisa por completo.
- Te dije que no lo mencionaras.
- ¿Por qué te crees que no he podido dormir en toda la noche? ¿De verdad crees que no he dormido por gusto? ¿Que me he quedado viendo una saga dramática o una amorosa? Necesito respuestas.
- Te dije que te matarían.
- ¡Vincent! ¡Necesito respuestas!- exclamó con el labio temblando.- ¿Estás muerto, si o no?
Lo escuchó suspirar con exasperación, parecía que había aceptado que le interrogase.
- Si.
- ¿Eres un fantasma?
- Más o menos.
- ¿Qué quieres de mí?
- No tienes nada que ver, solo te involucraste.
- ¿Me quieres?
- Demasiado.
- ¿Eres consciente de que cometería necrofilia?
- ¿Y?
Inspiró profundamente y suspiró.
- ¿Voy a morir por tener estás respuestas?
- Posiblemente.
- ¿Puedo evitarlo?
- Tal vez.
- ¿Cómo?
- Volviéndote igual que yo.
- ¿Muriendo?
Negó.
- Volviéndote como William.
- ¿Qué es él?
- Un alma atrapada.
- ¿Y tú?
- Una reencarnación rebelde.
- ¿Tus hijos?
- Son de William.
...
Hubo unos minutos de silencio.
- Scott...- se acercó hasta él.- Hora de irnos...
- Hmph...- se levantó desganado y los dos caminaron hasta salir de la pizzería.- ¿Te llevo?
- No te bajes del coche al llegar...- asintió con la cabeza.- No te harán nada aunque sepas todo lo que sabes...- se acercaron al vehículo.- Pero sabrán que eres peligroso para ellos, si vacilas o te bajas del coche, está vez no habrá un minuto de ventaja... Y son más rápidos que tú... Te lo garantizo...
- Si...- los dos se metieron en el coche.
- Me debes un beso.- sonrió con malicia.
- No lo haré.
Lo escuchó reírse un poco y se acercó antes de encender el motor para besarlo en los labios.
Al separarse ahogó una risilla y se ató el cinturón.
- Te odio.
- Lástima, porque te amo demasiado.
- Estás como una cabra.
- Sip.
Arrancó el motor y salió del parking sin más dilación.
- Admítelo, me tienes aprecio.
- Ya te lo dije, prefiero una piedra con pito.
- Hmph, voy a tener que poseer una piedra a ver si así consigo algo de amor.
Scott lo miró entrecerrando los ojos con una expresión extrañada y después rodó los ojos.
- Tal vez si.
Vincent soltó una carcajada.
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HOLA!
Sorpresa :0
Vincescott...
¿Hace cuantos siglos que no escribo sobre esta pareja?
XD
Dios, se siente nostálgico escribir con Scott y Vincent.
Lo malo es que es complicado escribir sobre ellos cuando actualmente ya se sabe que Vincent no se llama así, sino William Afton.
Ask que me toca escribir ciñéndome a los parámetros que actualmente existen en este fandom.
Aunque estoy un poco desconectada de este fandom xD
Ni siquiera sé lo que está pasando actualmente, de hecho, yo me desconecté cuando pensé que la historia había terminado, más o menos después de Sister Location, aunque eso no impide que después haya vuelto y haya jugado a Pizzería simulator, cosa que me hizo replantearme toda la historia que tenía montada y cuando voy y tengo la solución (todo esto según lo que yo pensaba en su momento, obvio) me viene Scott Cawthon y dice que nadie ha conseguido encontrar la respuesta del cuarto juego.
No sé si actualmente ha cambiado su parecer.
Bueno, como sea...
No tengo nada que decir sobre los juegos, de hecho, solo sobre la historia.
El hecho de poner a los dos personajes como bisexuales me parecía curioso, es decir, muchas veces he visto como en las historias de esta pareja nunca hay nadie con experiencia sexual, pero todos saben perfectamente cómo se hacen las cosas, y que casualidad que siempre es Vincent
Anyway...
Quise poner a Scott como bisexual porque siempre he visto en los Fanfics que es gay y pasivo tsundere.
Quería cambiar la receta :3
Jeje
En fin...
Espero que no haya habido dudas... En caso de que alguien no le haya quedado claro algo...
Puede dejar las preguntas aquí ------------->
Y...
Aquí las opiniones la de la historia ------------>
UwU
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en un próximo One-short
Bye~
By Silvia Line / Ecchisforlife
[4334 Palabras]
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