Capítulo único
Acarició su rostro con suaves polvos rojizos, un sonrojo atenuado, falso, pero permanente y provocador. Piel suave, polvos que hacían la piel brillar suavemente, sin granos, una línea delicada en sus ojos de color negro, resultaba sus ojos y los hacía más atrayentes a la vista, polvos en sus ojos de color morado, azul, rosado, tonos hermosos que destacaban su rostro. Labios rosas con brillante purpurina.
Sonrió con provocación.
Lista.
Salió del camerino con una rosa color piel, una rosa carne, hermosa y exótica entre sus dedos con guantes blancos hasta el codo. Su nombre sonó por el megáfono dándole la bienvenida al escenario y el sonido metálico ampliado por el megáfono captó los aplausos, sonrió, salió al escenario donde un gran piano de cola era iluminado por tres diferentes focos, un cuarto foco la iluminó a ella de forma deslumbrante y la siguió durante todos sus pasos. Caminó hacia él, acarició las teclas con una clave menor, se llevó la rosa ocultando sus labios y la sonrisa pícara que mostraba de forma traviesa, después se subió sobre el piano de forma inocente, se cruzó de piernas con una postura algo provocativa.
El contraste entre sus acciones era lo que la hacía tan conocida.
Un hombre con traje elegante, un smoking negro, guantes blancos, se acercó al piano y se sentó en la banqueta.
La melodía empezó.
Su voz también empezó a resonar en el escenario.
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Un suspiro enamorado se dejó escapar mientras tenía los auriculares puestos, su teléfono con diferentes brillos que se podían reflejar en sus ojos junto al brillo enamorado, cualquiera que lo mirase podría ver qué sus ojos tenían corazones y estrellas, se notaba su enamoramiento, se notaba lo mucho que amaba a esa chica. Su dedo corazón tomaba el teléfono a través de la anilla que tenía el teléfono, suspiró cansado, pero no quería dejar de admirarla ni escuchar aquella voz tan melodiosa, aquel canto, aquellas posturas, su expresión suave pero salvaje al mismo tiempo...
Adoraba a aquella princesa...
Escuchó diferentes golpes en la madera de abajo, su compañero de habitación golpeó su somier, seguramente cansado del brillo de su teléfono reflejado en la pared.
- Deja de ver el móvil.
- Calla, no escucho.
Escuchó otro golpe, casi como si estuviera molesto con él por la contestación y escuchó un bufido, después lo escuchó moverse en el colchón, seguramente intentando evitar escuchar o ver el brillo del teléfono.
Siguió escuchando aquella actuación con los auriculares puestos, una sonrisa tonta, aquella princesa era simplemente perfecta, era la persona que más admiraba en el mundo, era una chica simplemente perfecta...
Su voz era como terciopelo.
Su cuerpo era el de una estatua de mármol esculpida por los dioses.
Sus manos eran de porcelana.
Sus ojos eran un universo de fantasías.
Suspiró como un tonto enamorado, dejó el teléfono a un lado cuando la actuación grabada finalizó, suspiró cansado, se acurrucó hacia un lado y cerró los ojos soñando con que ella acariciaba sus cabellos y cantaba con cariño.
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- Buenos días, Kenny, ¿Hoy tienes que trabajar?- preguntó bajando de la litera con una sonrisa en sus labios.
- Si. Llegaré tarde, no me esperes despierto.
- Lo haré hasta que llegues, a lo mejor- caminó junto a él hasta la cocina en la que empezaron a hacerse el desayuno los dos.- esta noche a las diez y media actúa la Pr. . .
- Si, ya me lo dijiste, llevas toda la semana con ese tema, no hace falta que me lo recuerdes todos los días...
- Perdón, su majestad, no quería molestar a sus sensibles oídos.- dijo con sarcasmo.
Kenneth aguantó la risa y lo despeinó mientras tomaba una tostada con mantequilla y mermelada de fruta.
- Tengo trabajo esta tarde, puede que llegue tarde bastante, el jefe quería hablar conmigo.
El rubio asintió con la cabeza en respuesta, también tomando el contenido de una taza de chocolate tibio con una tostada solo de frutos del bosque
- Suerte y que no te despidan...- sonrió de lado con ternura.
- Si, gracias...- se levantó de la silla, dejó el plato en el lavavajillas- Suerte a ti también con la práctica.
- Siiiiii.
Kenneth fue el primero en salir de la casa, Leopold salió media hora después con ropa deportiva y una bolsa de deporte colgada de forma lateral.
McCormick trabajaba de camarero en un restaurante que nunca le había querido decir el nombre, trabajaba de ocho de la mañana a ocho de la noche, en la humilde opinión de Leopold, aquello era injusto, porque, porque el resto de compañeros solo trataban o el turno de mañana o el turno de tarde, pero Kenneth trabajaba los dos turnos con solo una hora y media de pausa para comer, y claro, luego a parte, a las ocho, cuando se acabase su turno, tenía una reunión con el jefe, y si le había dicho que no lo esperase despierto era porque sería una reunión largo, pesada, amargada y... Bueno, simplemente podría haber riesgo de que McCormick perdiera su empleo...
En cambio, Leopold Stotch no tenía un trabajo fijo, era autónomo, a veces trabajaba, la mayoría se la pasaba en el paro. Sus padres le amargaron la vida y lo hicieron volverse un bailarín de ballet y un pianista profesional, sus manos eran pequeñas y sus dedos eran de tamaño medio, así que no tenía buenas manos para el piano, por ello tenis dificultades y cuando cumplió la mayoría de edad mandó el piano lo más lejos posible... Pero no pudo dejar el ballet porque en esa etapa de la vida que tenía un buen cuerpo y no podía hacer otra cosa porque no sabía que quería estudiar, porque sus padres siempre le habían dicho "que quería estudiar" sin dejarle tener griterio propio; ni podía trabajar en algo fijo porque no había estudiado nada más que hasta la secundaria, porque sus padres lo forzaron con el piano y el ballet.
¿Saben lo más gracioso de eso?
Que estaba haciendo ballet porque sus padres descubrieron que era bi-curioso y aquello se acabó volviendo una bisexualidad integra y completa porque había tenido sueños y pensamientos románticos y sexuales hacia su mismo sexo, también hacia el contrario, pero su mente se disparaba la mayoría de veces. Por ello, sus padres, viendo que su hijo se había vuelto "media maricón" lo apuntaron a un deporte "de chicas" porque ya no tenía solución y si iba a ser "un maricón" que lo hubiera bien y que al menos fuera deseable para los hombres.
¿Saben la impotencia que sintió cuando sus padres le dijeron aquellas palabras en la cara y sin sentir remordimiento?
Es decir... Sus padres asumían que ser un hombre bisexual ya era ser homosexual y que no podía dominar en una relación.
¿Saben lo más gracioso después de haberle contado lo anterior?
Que sufrió depresión y que se la escondió a sus padres para que no pensaran que estaba haciendo un drama de sus palabras.
¿Quién lo ayudó cuando estuvo a punto de precipitarse hasta el punto de no retorno y acabar con su vida?
Kenneth McCormick.
Por eso lo tenía en su podio como una divinidad, porque lo ayudó, lo salvó, lo invitó a compartir una vivienda de alquiler para escapar de sus padres de mierda al cumplir la mayoría de edad.
Le tenía tanto que agradecer.
La lista nunca acababa.
Siempre, cada día se ampliaba con algo más que tenía que agradecerle.
Tenía claro que la gente tenía en su podio a sus ídolos y a sus padres siempre y a lo largo de toda su vida; pues él no, él tenía totalmente claro que en su podio siempre estarían su ídola, su princesa, su musa, aquella hermosa chica que cantaba suaves melodías, Kenneth McCormick, quien había salvado su vida por completo y el héroe de su infancia y quién en cierta parte definitivamente lo hizo cuestionarse la heterosexualidad por bastantes años y que le daba mil gracias por haberle hecho descubrirse a sí mismo.
Sus padres no merecían el podio después de todo lo que le dijeron, asumieron y obligaron a hacer.
Aunque eso no significaba que odiase la danza o el ballet.
Al contrario, le encantaba.
Lo que odiaba es que sus padres hubieran asumido su bisexualidad como "me gustan más los hombres que las mujeres" y por lo tanto tenía que convertirse en un cuerpo deseable.
Eso.
Eso era lo que odiaba de sus padres...
Del ballet...
De su vida...
¿Por qué tenía que convertirse en un cuerpo deseable para los hombres si él amaba con toda su alma a una mujer que era inalcanzable porque ella no sabía que él existía?
Suspiró...
Llegó al gimnasio en el que el equipo de chicas lo saludó efusivamente entre abrazos, comentarios dulces y las bienvenidas siempre tan agradecidas como siempre. Cuando se cambió en una zona del vestuario que era solo para él dado a que era el único chico en la coreografia, pero desde luego no era el que más brillaba pero si el que atraía más la vista.
Solo pasaba desapercibido por su cuerpo andrógino.
Todas ellas con tutús rosas o blancos, siendo delicadas florecillas en un campo silvestre y él siendo un narciso blanco que destacaba por la diferencia de tamaño y forma... Aún así, su estilo, sus movimientos y la coreografía en sí hacían que se integrara de forma exquisita en aquel campo silvestre.
Movimientos suaves que simbolizaban el viento moviendo sus tallos.
Delicadeza y suavidad...
Así es como en definitiva nombraría aquella coreografía, aquella rutina, aquella escenografía... Todo era tan suave, tan delicado, tan tenue...
Cuando acabaron de ensayar era casi la hora de comer, por lo que todas ellas se fueron en grupos hacia un restaurante, seguramente uno caro o de comida sana, típico en ellas. Él se fue por su lado, tenía comida en casa y ademas tenía cosas que hacer.
Le llegó un mensaje de WhatsApp del rubio oro, era un: "Buttercup, no llegaré a casa hasta la madrugada seguramente, el jefe quiere que vaya con él a una "cena de empresa" para hablar de negocios, no me va a despedir, simplemente quiere negociar... Algo"
A lo que el pequeño Leo interpretó rápidamente como algo sexual, pues esos tres puntos y ese "algo", y también que pusiera cena de empresa entre comillas solo le hacía crecer la duda.
- "¿Pasa algo malo? ¿Van a reducirse la jornada? ¿El sueldo? ¿Sabes que puedes denunciarlo como haga eso?"
Poco después le llegó la respuesta.
- "Quiere tocarme el sueldo, que trabaje lo mismo por menos, y le dije que no, que si quería bajarme el sueldo, tendría que reducirle la jornada, me dijo que tenía que ser alguien muy bueno para que no me tocara el sueldo... Lo siento Butters, no voy a poder ver la actuación de tu princesa esta noche contigo"
No le dio importancia, porque, después de todo, prefería no verlo antes que estar pensando en el que le estarían haciendo a McCormick.
Suspiró pesado.
- "¿No puedes denunciarle por amenazas? ¿O por explotación sexual?"
- "Butters, si fuera mujer lo tendréis fácil, pero siendo queer lo mas fácil es que se rían en mi cara si voy a la policía a denunciar porque me han amenazado con violarme"
- "Odio a la gente"
- "¿Te crees que yo no odio que sean así de homófobos? Por supuesto que odio que la gente tenga la mente cerrada. Muchas personas están muriendo por esta razón, porque no hacen nada y encima se ríen en tu cara porque no eres lo suficientemente "hombre" por haberte dejado violar".
- "Intenta escaparte como puedas... Si llegas a casa con heridas o hematomas denunciaré el caso y si hace falta me meteré en abogados y juicios"
- "¿Con qué dinero, Butters? No podemos pagarnos un abogado."
Suspiró profundamente, no quería que aquello fuera una derrota.
- "Lo siento Butters..."- Le envió otro mensaje el rubio oro.- "Tengo que dejarte..."
- "No importa... Suerte... Ah... Y ponle un condón, lo más seguro es que ese imbécil te infecte algo"
Simplemente le envió emojis riendo y uno más depidiéndose.
La tarde entera se le hizo un calvario, incluso cuando le dieron las diez y media de la noche no pudo disfrutar a gusto de la actuación de su princesa, nuevamente recostaba sobre el piano con posturas y movimientos provocativos, sabía que ella era así, que se movía con aquella sensualidad sobre el piano dignas de un espectáculo más allá de lo normativo, pero es que ella era así y no iban a cambiarla... La amaba así..., con las cámaras intentando por todos los medios enfocar lo que no debían cuando levantaba una pierna o se ponía de forma comprometida sobre el piano. Enfocaban sus senos, enfocaban su trasero, enfocaban su falda cuando tenía algún pliegue o alguna fisura por la que se pudiera ver algo interesante para la gente morbosa que estuviera viendo el espectáculo en sus casas.
Arrugó el labio al darse cuenta de lo que estaban haciendo, de como la estaban tratando y viendo como nadie hacia nada por impedirlo y acabó apagando la tele sin acabar de escuchar la canción completa.
Cosa que jamás de los jamases haría en su sano juicio.
Porque la respetaba demasiado y era su esclavo durante las canciones, la escuchaba atentamente sin perderse ningún detalle...
Pero aquella vez había traicionado a su princesa apagando el televisor...
"Ya veré el espectáculo mañana"
Un suspiro abatido salió de sus labios, subió a su litera y se arrojó en la cama con desesperación.
Estaban en el siglo XXI y todavía estaban buscando enfocar los senos, el trasero de las mujeres que eran artistas y que se movían un poco sinuosas y provocativas sobre el escenario. Pobre chica, con aquella mágica voz que poseía y que simplemente la enfocaran de forma morbosa y desinteresada en vez de enfocarla a ella o al piano...
O sus sentimientos tan bien expresados a través de la melodía de su voz.
Bajó los ojos y enterró la cabeza en la almohada. No la levantó hasta que no escuchó a McCormick llegar, entonces salió de la cama de un salto y casi cayó por las escaleras al bajar de su litera, corrió hacia la puerta de entrada y se lanzó a sus brazos totalmente preocupado.
Este suspiró y dejó escapar una risilla, acarició sus cabellos diciendo que estaba bien, que estaba cansado, que necesitaba descansar, pero Butters insistió en que le contase todo lo que había pasado antes de que se durmiera, e insistió tanto que no pudo decirle que no.
- Estás afónico y todo, esto no puede ser...- dijo negando con la cabeza casi ofendido.- Mañana denunciamos a tu jefe.
- Leo, no, no lo vamos a hacer... Podría quedarme sin trabajo y dime tú cómo pagaremos el alquiler si ninguno de los dos consigue dinero.
Apretó los labios y tragó saliva.
- Si hace falta me meto a cajero, a reponedor o . . .
- Butters, déjalo... No vamos a denunciar a mi jefe, me va a dejar el sueldo igual... Simplemente quería una puta para la noche porque su mujer no le... Daba últimamente lo que quería y solo quería un agujero para una noche.
- Venga ya, ¿Vas a dejar que ese imbécil o cualquier imbécil se aprovechen de que eres pansexual y no te importa salir con chicos?
- No, simplemente quiero mantener mi empleo, mi sueldo y poder mantenernos.
Leopold sentía una gran impotencia... No podía ayudar a su mejor amigo, no podía impedir que abusaran de él, no podía hacer nada...
Bajó la cabeza.
- Leo...- tomó sus mejillas.- Vamos a dormir... ¿Vale?- le sonrió de forma amarga.- Lo siento...- lo abrazó.
El rubio solo se acurrucó contra su pecho y suspiró con pesadez.
- Lo siento...- volvió a decir...
- Da igual...
- ¿Qué tal tu princesa?
- No estoy con ánimos de hablar de eso ahora...- caminó arrastrando los pies hacia su habitación compartida, subió a su litera y se tiró allí.
Kenneth apretó los labios y suspiró, después se cambió de ropa y se tumbó en su cama con el pijama ya puesto.
"Butters... ¿Qué te pasa?"
"¿Hice algo mal?"
"¿Tú princesa desentonó en alguna nota y por eso estás triste?"
"¿O acaso es por mí?"
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Se encontraba leyendo un foro sobre la última actuación de su princesa, la de la noche anterior, aquella que fue en directo y que no acabó acabó de ver por motivos personales y sentimentales, hubo un foro en particular cuyo título le llamó la atención: "La decisión sexista en los planos que llevó al programa a no emitir la repetición este domingo", comenzó a leer silenciosamente mientras desayunaba, sus ojos estaban clavados en el textos, no se separaban, sus reacciones eran duda, incredulidad y agradecimiento porque alguien tuviera sentido común y hubiera denunciado los hechos de la noche anterior. Después llegó la parte que lo dejó a cuadros.
<<Después de que anunciara públicamente ser una transformista, los medios no han hecho más que verla como un mero objeto y enfocar partes de su cuerpo que la mostraban como femenina en un intento de que los espectadores vieran o intentaran descubrir si realmente fue una broma que ella le jugó a la prensa o realmente tenía pechos falsos, trasero falso y todas las posturas provocativas eran meras pruebas que ella estaba haciendo para el si la trataban diferente a lo normal. Viendo las reacciones y los planos que se ofrecieron al público el día anterior, la cantante denunció a la empresa y prohibió repetir el programa está noche. También se despidió del programa y se marchó de la oficina, de su camerino y de la empresa para no volver jamás. Actualmente ha cambiado de empresa y ahora se encuentra en una discográfica en la que sus únicas apariciones para el público serán en los videoclips oficiales de sus canciones que serán supervisados por ella misma, y en los posibles meetings que haya con artistas en importantes eventos. . .>>
- Por fin alguien con sentido común...
- ¿Uh?- alzó una ceja con extrañeza después del comentario viendo al rubio dejar el teléfono y sonreír satisfactoriamente.
- La princesa... Ella... Bueno... Anochece pasaron cosas, no acabé de verla porque simplemente no pude aguantar que le enforcasen los pechos o intentasen enfocar en el interior de su vestido...
- ¿Denunciaron?
- Si, e incluso ella denunció al ver lo que habían hecho, cambió de empresa y ahora se encuentra en una discográfica...
- Ahora ya no la podrás ver una vez a la semana...
- Me vale con que ella haya tomado el camino correcto y no permita que por no tener un cuerpo normativo la estén presionando.
- ¿Cuerpo normativo?
- Resulta qué tal vez... Si soy más gay de lo que había pensado...
Kenneth soltó una risilla y preguntó "¿Por qué?" Aún riéndose entre dientes.
- La princesa que tanto he admirado desde que la escuché por primera vez resulta que es una... Transformista... Es decir... Un hombre...
- ¿Qué?- lo miró sorprendido.- Pero si tiene la voz muy aguda...
- Ken, puedo poner la voz aguda y pasar desapercibido pareciendo una mujer...
Este hizo una mueca y se encogió de hombros.
- Ósea... ¿Que todo este tiempo has admirado a un hombre?
- Eso parece...
- ¿Y ahora qué?- alzó una ceja.
- ¿Ahora qué de que?- preguntó alzando una ceja.
- ¿Todo sigue igual?
- ¿Por qué no iba a estarlo? Ahora la admiro mucho más por ser tan valiente de hacerse un hueco en los espectáculos aún siendo como es...
Kenneth sonrió de lado con tranquilidad, lo despeinó suavemente.
- Voy a trabajar...
- De acuerdo...- asintió con la cabeza.
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- Cuz' I'm a Goodness...~- canturreó con los auriculares puestos mientras limpiaba el polvo de la casa.- I'm your beauty... You're my beast~- sonrió de lado.- Or was it me?- sonrió dulcemente.- soft white bed sheets make me a beast...~- ronroneó.- Blues as the sky~- escuchó la puerta por encima del sonido de la melodía.
- Ya estoy aquí...- suspiró el rubio oro estirándose un poco.- Buf... ¿Qué tal todo por aquí?
El más bajo puso pausa a la música y se quitó los auriculares.
- Escuchando la última canción de ya sabes tú quien...- sonrió.- the beauty and the beast...
- Creo que tienes obsesión con esa canción, desde que salió no dejas de escucharla.
- Es que hermosaaaaaaa...
Kenneth dejó escapar una risilla.
- No le veo la belleza...
- Es la contraposición de si ella es la bestia o es la princesa, tonto...
- ¿Y porque me dices tonto?
- Porque no ves la belleza en algo perfecto.
Rodó los ojos y dejó escapar una risilla.
Butters era un caso cuando se trataba de su princesa, era capaz de cualquier cosa por tal de hacerlo aceptar que era una buena cantante y que era perfecta.
Solo le seguía la corriente porque le enternecía demasiado ver sus expresiones y su carita sonriente.
- De acuerdo... Es bella...
Butters sonrió ampliamente y después siguió con lo suyo, pero ahora sin los auriculares y con la música puesta. Aguantó la risa, Butters era demasiado adorable.
- Blonde babe~ with big sweet eyes~.- canturreó después de unos segundos de música puesta.- He is irresistible...~ My mouth wants your lips...~ Your tasty lips...
- Buttercup, está bien que quieras escuchar las canciones de tu princesa, pero me estás provocando.
El chico se sonrojó sutilmente y miró mal al rubio oro.
- ... I bet all my sanity~...- cantó después de un rato...- I bet my heart... I bet my love for you~... I bet those white sheets that covers me~...
- Butters, por favor...- dijo el rubio oro.
- ¿Me puedes dejar tranquilo?- exclamó haciendo un puchero.
Después de aquello ya ninguno de los dos dijo nada más, tampoco cantó, tampoco tarareó, simplemente acabó de limpiar el polvo de la casa mientras el otro hacia la cena.
Se sentaron uno delante del otro, el rubio otro suspiró con pesadez.
- Perdón por no dejarte cantar...
- No importa...
- No, en serio, perdón...
Rodó los ojos y le tiró un guisante a la cara "accidentalmente", lo miró fijamente alzando una ceja.
- Okay, ¿Quieres que esto se vuelva una guerra?
- No, no, no...- negó con la cabeza.
- Entonces no vuelvas a cantar The beauty and The beast delante de mí, porque sino la bestia lo acabaré siendo yo y las sábanas blancas a lo que te agarres tú.
Butters se sonrojó intensamente por esas palabras, después apartó la vista.
Menuda imagen mental más explícita, Kenny...
- De acuerdo, no pondré más la canción.
Su carcajada resonó por la cocina por el tono asustado que usó, pero era un tono más bien temeroso porque realmente lo que hubiera dicho fuera en serio y no una broma. El rubio oro acarició sus cabellos y le sonrió.
- Descuida...- besó su sien.- Iré a dormir, estoy un poco cansado...
- V-Vale...
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- Roses, roses, bring me roses~- cantó mientras hacia la cena- Bloody roses, skin roses~- siguió tarareando.- Give me roses~~ Darling, Give me roses...~- canturreó de forma más infantil, adoraba el ritmo infantil y movido de la canción.- Give me love, give me kisses, give me your tasty taffy lipstick~- Aunque la letra también era bastante tierna y rosada, no iba a decir que no- Kiss me with bubblegum lipstick...~ Give me candies, Give me roses~
Escuchó la puerta de entrada, Kenneth recién llegaba y como no era la canción de The beauty and The beast, no había peligro, era la canción de Roses, así que no había peligro de nada, solo eran rosas y besos de sabores, así que no tendría que molestarle por el tema sexual.
- Give me roses, bring me love, kiss me darling~
- ¿Ahora estás con Roses obsesionado?
- Al menos no estoy con la otra.- soltó una risilla mientras se movía suavemente al ritmo hiperactivo de la música.- Vamos, únete, seguro que te la sabes de tantas veces que la pongo.
Kenneth soltó una risilla.
- bring roses, bring me roses, icy roses, blacky roses, pinky roses... Stinky spikes, darling, darling, heal me with kisses~
Butters miró al rubio oro sonrió ampliamente al ver que logró convencerlo para cantar.
- Roses, roses, bring me roses. Bloody roses, skin roses, give me roses~~ Darling, give me roses~- cantaron el estribillo los dos.
Al acabar de cocinar y cuando acabó la canción el rubio risueño apagó la música pero siguió tarareando el ritmo de la canción mientras ponían la mesa. Adoraba ese mágico momento, le sonrió tontamente, tomó algo de aire y después dejó escapar entre sus labios: " Cuz' I'm a Goodness...~"- lo cual sorprendió al más bajo que lo miró perplejo por el tono tan dulce con el que cantó aquel inicio.
- I'm your beauty... You're my beast~- sonrió de lado al ver la reacción que tuvo el otro.- Or was it me?- sonrió señalándose de sí mismo.- soft white bed sheets make me a beast...- canturreó guiñándole un ojo.-Blues as the sky~- sonrió.
- Kenny...
- hmph?- sonrió.
- ¿Desde cuándo.... Tu voz se. . .?
No siguió hablando.
- ¿Buttercup?
- ¿Por qué tu voz se parece... Tanto...?
El rubio oro esperó unos segundos antes de decir algo... Después suspiró pesado.
- ¿Cuando ibas a decírmelo...?
- ¿Decirte que?
- No seas idiota... ¿Cuando ibas a decirme que eras tú?
- Butters...
- ¿Qué? ¿Ahora me dirás qué no eres tú? ¿Que es tu hermano gemelo el que no existe?- tomó sus manos.
- Si soy yo... Soy tu princesa...
- ...
- Butters...
- ¿Qué?
- Give me roses, bring me love, kiss me darling~/?- sonrió un poco mientras cantaba aquello sonrojando al otro.- ¿No?
Lo abrazó con fuerza escondiendo la cabeza en su pecho. Kenneth dejó escapar una risilla.
- Vamos, vamos, Buttercup, tranquilo...- besó su frente.
- Estoy en mi momento Fanboy, no vas a detenerme.
Soltó una carcajada.
- ¿Sabes quién es la persona irresistible de la canción de The beauty and The beast?- preguntó sonriendo de lado mientras lo mecía suavemente sin soltarlo del abrazo.
- ¿Es alguien real?
- ¿Cuántos rubios con ojos azules conozco?
Ahora sus mejillas estallaron y volvió a esconder su cabeza en el pecho del otro.
- Blonde babe~ with big sweet eyes~ he is irresistible...- cantó un poco más acariciando sus cabellos, sentía el calor de sus mejillas en el pecho, dejó escapar una risilla.- My mouth wants your lips, your tasty lips...
Dejó escapar otra risilla.
- ¿Me dejas besarte?
- A-Ah... Mejor sigue cantando...- dejó escapar desde su pecho aún escondido allí.
Kenneth soltó una risilla entre dientes.
- ¿No me vas a dar un beso? Pobrecita tu princesa... ¿No la vas a besar?
- ¡Eso es chantaje emocional!- exclamó separándose de su pecho totalmente sonrojado.
Aprovechó ese momento para besarlo.
- Gracias, Buttercup...- sonrió de lado.
- A-Ah...
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Las dos canciones son mías y me las inventé aquí mientras escribía la historia xd
Ósea que su he tardado más de lo que debía es porque estaba internado rimar en ingles y que quedara medianamente decente xD
De hecho, llevo unos cinco días con esta historia en proceso UwU
Así que llevo como tres días con la letra de las canciones xD
Espero que las hayas disfrutado UwU
XD
Nah, bueno, son un poco malas, la verdad... No voy a negarlo xD
Aquí las opiniones de las canciones --------->
Aquí las opiniones del One-shot ------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en un próximo One-shot o historia.
Bye~
By Silvia Line
[4551 Palabras]
P.d.: Está historia y la de "Marjorine" (publicada anteriormente y que también es un bunny) están escritas con la misma fórmula, solo que esta vez intenté que los tiempos me coincidieran y que no hubiera nada que impidiera que Kenny fuese la princesa Kenny.
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