Al despertarme lo primero que veo es mi adorado techo todo blanco, sinceramente debería pintar mi habitación hasta a veces me hace recordar el cuarto de mi hermano.

Todavía no superaba el divorcio de mis padres

Veo la alarma al costado mío

Porque le ponga ahí yo nunca las necesito, mi padre me enseñó que nunca debo depender de ninguna cosa. Aunque, mi papá ya no vivía con nosotros

Y entonces, se preguntarán por qué está loca obsesión con Jordán, pues simple.

Lo conozco desde pequeña cuando tenía 6 años, él era mi vecino, pero nunca cruzamos palabras hasta que pasó de ese día en la plaza cerca a nuestro vecindario unos niños grandes me comenzaron a empujar y él vino de la nada y me intentó protegerme, pero no le salió tan bien porque unos de los niños le golpeo la nariz, para nuestra suerte, nuestras madres vinieron a tiempo para mandar a esos niños a sus casas

Ese día comencé a llorar porque tenía mucho miedo que le pasé algo malo.

—Mami esos niños son muy malos me empujaron y le golpearon la nariz a ese niño —dije tratando de controlar mis pequeños sollozos

—Copito no llores, yo ya estoy bien, mira mi nariz ya no estoy sangrando, mi mamá me lo limpio.

—¿Copito?

—Si, no te das cuenta eres muy pálida un poco más y blanca como las hojas de mi cuaderno y a la nieve que aparece en las fiestas de navidad

—Enserio ... me jueras por el meñique de las promesas—él no pareció entender así que le mostré mi meñique.

—Eh ...sí por el meñique, ya estoy bien, hasta ya puedo bailar soy todo un capo—dijo aceptando y cuando sea grande voy a ser un gran bailarín que hasta me podrás ver en la televisión todos los días

—¡¡Jordán ya tenemos que irnos, ya está por anochecer !!—el gritó de su madre nos sobresaltó a los dos, su mamá estaba conversando con mi mamá, sentadas en una de las bancas de la plaza.

—¡¡Ya mamá, ahorita voy !!—respondió igualmente, se volteó y esta vez se dirigió hacía mi —y ¿Cuál es tu nombre?

—Lena.

—Mucho gusto copito.

—Dije Lena, no copito.

Después de eso se alejó de mi para ir junto a su mamá

Dos años después se fue de viajó a otra ciudad

Y aquí estoy en mi cama esperando que anochezca para mi cita con él

¿Cuánto falta?

Vi mi alarma

7:45am

Sólo faltaba 15 minutos para iniciar mi curso—¡¡Mierda, mierda y más mierda!! —dije quitando las sábanas de mí

Para así dirigirme a la secundaria y luego tener mi cita con mi caballero de lata.