5.- Y ES QUE LLEGASTE TÚ.

 Pesadez en la cabeza, eso fue lo que sintió Minho al despertarse ese día, o al menos eso pensaba. En realidad, ya había pasado tanto tiempo que no podía distinguir si era de mañana, tarde o noche. La última vez que supo la hora exacta fue cuando las baterías de su pequeño reloj se agotaron. Juraba que habían pasado años desde entonces.

La palabra ideal para él debería ser "vivir", pero no lo era. Dadas las circunstancias actuales, "sobrevivir" era más adecuado. La maldita rutina lo estaba empujando hacia el borde de la locura. Sus días se reducían a hacer ejercicio tres veces al día y asearse lo mejor que podía en un cuarto de 3x4. Pasaba la mayor parte del tiempo en completa oscuridad, ya que el pequeño tragaluz siempre estaba cubierto de negro. Solo unas cuantas velas y fósforos, cuidados como su más preciado tesoro, evitaban que cayera en una crisis emocional severa que podría llevarlo a la muerte. La tenue luz de esas velas le permitía leer algunos de los libros que había logrado llevar consigo, leyendo solo en pequeñas porciones cada día.

Sus alimentos consistían en comida enlatada, como atún, sardinas y verduras, en general, todo diseñado para la supervivencia, acompañado de agua embotellada. Por supuesto, todo estaba perfectamente racionado. Esta habilidad la había perfeccionado durante su Servicio Militar en la Marina de su país.

"VIVÍ  UNA VEZ, UNA ÉPOCA GRIS. PASABA EL AMOR, SIN FIJARSE EN MI. EL CIELO, EL SOL, NO ESTABAN. QUEBRADA MI VOZ LLORABA."

Hoy Minho no pudo abrir los ojos como siempre, pues una luz cegadora que emanaba algo de calor se dejó ver por el tragaluz de esa pequeña habitación. Pasó un minuto para comprender y estabilizarse. Era la misma maldita habitación de años atrás, pero ahora había luz. ¡Por Dios, había luz de sol!

De pronto, un ruido estruendoso se escuchó del otro lado de la puerta sellada. Minho no sabía qué hacer: quedarse callado, esconderse o simplemente esperar a que alguien se manifestara afuera. Después de tanto tiempo esperando que algo sucediera, ahora que pasaba, se sentía estúpido no saber cómo reaccionar ante la situación.

Golpes y voces resonaron a continuación; la puerta finalmente fue derribada, resonando como una explosión. Después de eso, un silencio que duró solo unos segundos.

—¿Hay alguien aquí?, preguntó una voz desde afuera.

Minho se animó a contestar tímidamente —Sí... sí, yo... estoy... aquí adentro.

Y de pronto, ante los ojos de Minho, apareció un ser completamente celestial. Delgado, de aproximadamente 1.70 metros de estatura, de piel exageradamente nívea, cabello plateado y facciones andróginas pero excesivamente hermosas. Vestía de blanco y parecía tener alas sin plumas.

Minho dijo de inmediato —¿Estoy muerto, verdad? ¿Y tú eres un ángel?

—¿Qué? No, ustedes los terrícolas siempre sacando conclusiones erróneas.

—¿Terrícolas?

—Sí, ustedes son terrícolas. Esta es la Tierra, y no estás muerto.

—¿Y de dónde vienes tú?

—Vengo de otro planeta no muy lejano de aquí, pero ustedes no pueden vernos porque estamos en una dimensión oculta. Y no te diré el nombre de mi planeta, ustedes son muy conflictivos y se sienten amenazados cuando desconocen algo. Nosotros somos pacíficos.

—¡Oye! ¿Qué se supone que debo hacer? Soy solo una persona que tuvo la fortuna de sobrevivir a la destrucción.

—¿Escuchaste eso? 'Sobrevivir a la destrucción'. Ustedes mismos la provocaron por su voraz necesidad de poder.

—Soy V6V. No soy un ángel, tengo la misma composición genética que tú. De hecho, ustedes son descendientes nuestros.

—Pero pareces un ángel.

—Te lo explico: somos blancos porque no tenemos mucha exposición solar, y estas 'alas' en mi espalda son para transportarnos más rápido. Ustedes mismos nos llamaron 'ángeles', ¿de dónde sacaron ese nombre, quién sabe?

—Estoy aquí porque después de la arma química que sus gobernantes decidieron usar contra sus enemigos, solo unos pocos lograron sobrevivir. Y tú eres uno de ellos.

—Tienes dos opciones: venir conmigo a mi planeta, con la advertencia de que nunca podrás regresar a la Tierra, o quedarte y reunirte con los otros sobrevivientes para empezar de nuevo. Tienes un mes para decidir, que es cuando la nave de mi planeta vendrá por los que elijan marcharse. Mientras tanto, me quedaré aquí contigo para hacerte compañía.

 "UN FUERTE CICLÓN CORRIÓ EL TELÓN. DEJÓ ENTRAR LA LUZ, BRILLO AL FIN EL SOL, DESCUBRIENDO ASI TU IMAGEN. ENTENDIENDO MI LENGUAJE"

 Minho y V6V se fueron de ese lugar e iniciaron una convivencia en una granja que encontraron y donde ya había más personas trabajando, tanto humanos como "ángeles". La gente insistía en llamarlos así, decían que Dios los había mandado para ayudarlos a restablecer las cosas en la Tierra.

V6V, junto con sus compañeros, se dieron por vencidos; era imposible convencer a tantas personas de lo contrario. Cada uno recibió un nombre. Minho no podía dejar de observar a su ángel, Taemin, y terminó nombrándolo así. En realidad, a nadie le hacía daño con eso.

Tenían una semana de conocerse y ya sabían muchas cosas el uno del otro. La verdad es que Minho sentía emociones extrañas en su cuerpo cada vez que ángel Taemin lo tocaba o cuando se quedaban dormidos juntos. Ellos se encargaban de bajar las manzanas de los árboles en la granja.

Minho estaba deteniendo la escalera en la que se encontraba subido ángel Taemin. Su costal ya estaba atiborrado de frutos y un mal movimiento de su parte hizo que la escalera se ladeara. Las manzanas cayeron rodando por todas partes y Taemin apenas logró ser atrapado por Minho, pero no fue suficiente y ambos cayeron pesadamente sobre la tierra.

Sus miradas chocaron y sus caras quedaron pegadas, sus bocas eran imanes y el beso no se hizo esperar por parte de los dos. Fue un beso lleno de ternura, tímido y hasta cierto punto inexperto.

Cuando se separaron, las mejillas de ambos tenían un fuerte rubor; las sentían arder y con una ligera picazón en la piel. Ninguno de los dos supo qué decir ante tal encuentro, por lo que optaron por recoger las manzanas. La siguiente semana llegó y los encuentros furtivos entre ellos se hicieron más frecuentes. El lugar donde surgió su primer beso, ahí en los manzanos, se convirtió en su escondite de las miradas indiscretas de los demás residentes de la granja.

—Mghm...— los gemidos de Taemin eran música para los oídos de Minho, quien lo tenía estampado contra el tronco de un manzano, sus grandes manos acariciando las delicadas caderas de su ángel, mientras las manos de Taemin se enredaban alrededor de su cuello. Los besos se volvieron más atrevidos y candentes.

Taemin era sensual hasta más no poder; el movimiento de sus labios esponjosos y dulces al besar hacían hervir la sangre de Minho. La tercera semana no fue menos excitante; al contrario, ya no solo querían besos, deseaban algo más, algo que sus cuerpos calientes pedían a gritos. Necesitaban y suplicaban probar sus cuerpos en la intimidad.

A la cuarta semana, por fin comieron del fruto prohibido de ese lugar, alcanzando el más glorioso clímax que jamás pudieron imaginar. Para los dos fue su primera vez. Gritos ahogados de placer que solo ellos escucharon y saborearon. Ahora se pertenecían en cuerpo y alma.

"Y ES QUE LLEGASTE TÚ, CON TU SONRISA. VISTIÉNDOME DE AMOR, MATANDO PRISAS. Y ES QUE LLEGASTE TÚ, ÁNGEL ERRANTE"

 —Tae, te amo como no tienes idea.

—Y yo a ti, Minho. No pensé que algún día llegaría a tener este sentimiento por alguien, y menos por un terrícola. Cambiaste mi vida para siempre.

"Y ES QUE LLEGASTE TÚ, MI PEQUEÑO AMANTE" 

Se cumplió el mes y la nave llegó. Por supuesto, Minho había decidido irse con su ángel Taemin. Pero, desgraciadamente, eso no iba a ser posible. V6V rompió las reglas al enamorarse de un terrestre. Porque eso es lo que era Minho para ellos.

Si bien iba a ser recibido, siempre y cuando no lo uniera ningún lazo de amor hacia alguno de los suyos, eso se vio mellado al momento de enamorarse. Y eso lo sabía bien V6V, pero no lo pensó cuando decidió amar con todo su ser a Minho.

Quizás pensó que lo perdonarían y lo dejarían amar libremente a su Minho. Pero no fue así. Las reglas de su planeta eran irrefutables y había que cumplirlas. No había más que apelar. Él tenía que volver y Minho quedarse en su devastado planeta.

 "ES DIFICIL CREER, QUE TÚ SEAS REAL. TÚ AMOR ES AMOR CAPAZ DE ALEJAR, LAS PENAS QUE LLEVO A MARRADAS A MI JOVEN PIEL CANSADA."

 Minho y Tae se despidieron con un beso de amor puro y sincero, y con lágrimas en sus ojos juraron jamás olvidarse uno del otro.

—Te amo, Minho. Hasta siempre, amor mío.

—Te amo, mi ángel Taemin. Siempre serás mi todo.

Minho se dio la vuelta para no ver cómo la nave se iba volando por los cielos. No deseaba observar la triste partida de su hermoso ángel.

"Y ES QUE LLEGASTE TÚ, CON TUS SONRISA VISTIÉNDOME DE AMOR, MATANDO PRISAS Y ES QUE LLEGASTE TÚ, ANGEL ERRANTE Y ES QUE LLEGASTE TÚ  MI PEQUEÑO AMANTE"

 Cuando Minho ya no escuchó la nave, supo en ese momento que ya había salido de la Tierra. De sus ojos salieron cascadas de llanto; era como un niño que había perdido algo muy querido.

–¡Minho!

Minho volteó al oír su nombre. Dios, era él, su ángel Taemin, parado frente a él, mirándolo con profundo amor.

—¡Taemin! No te fuiste, mi amor.

—No, no pude. Te amo demasiado. Ahora tendrás que cargar con un shainiano desterrado.

"Y ES QUE LLEGASTE TÚ, CON TU SONRISA VISTIÉNDOME DE AMOR, MATANDO PRISAS"

FIN

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