2. ALCANZAR UNA ESTRELLA.
Minho se encontraba apurado, ya iba tarde. Su trabajo en la veterinaria había sido terrible, parecía que todas las mascotas del barrio se habían puesto de acuerdo para enfermarse. Lo peor fue cuando, ya a punto de marcharse, su horario había terminado hacía 20 minutos, pero el doctor Park le pidió esterilizar una jaula que iban a necesitar al día siguiente. La señora Kim puso el pie en la puerta de entrada para impedir que él cerrara.
—¡Hola, hijo! ¿He llegado a tiempo, verdad? Necesito que le cortes el flequillo a mi nietecito.
Minho se quedó mirándola con incredulidad. Pero, en realidad, ¿qué se podía esperar? La señora Kim era una tacaña de lo peor, capaz de realizar el acto más inverosímil del mundo para ahorrarse un dinero. Llevó a su nieto de 4 años a la estética canina y le pidió al chico que le hiciera el favor de cortarle el cabello.
—Señora Kim, ¿cuántas veces he de decirle que solo sé cortar el pelo de perros y gatos? A su nieto lo tiene que llevar a la estética de niños. ¿Sí me entiende, verdad? N.I.Ñ.O.S.
—Qué te cuesta hacerme el favor, además, mi nieto es como un gatito, mira —. La abuela levantó el flequillo del pequeño para que Minho pudiera verle los ojos. —¡Hijo, enséñale tus ojitos de gato!
El niño de inmediato hizo ojitos y un lindo puchero con su pequeña boca de corazón.
—¡Agh! Está bien, pero les advierto a los dos que es la última vez. Si el doctor Park se entera, perderé mi trabajo.
Minho entregó su boleto. Hoy era el gran concierto con su crush, el Rey del K-Pop "KingTae". Para el chico, no había nadie en el mundo de la música que se le igualara. Desde la primera vez que lo escuchó cantar por la radio, quedó impresionado, y después de verlo bailar en televisión, supo que jamás conocería a alguien más con ese talento que emanaba hasta por los poros KingTae. Lo admiraba tanto que su cuarto estaba lleno de afiches, portadas de revistas y hasta discos en físico. Su almohada tenía la imagen del artista en cuerpo entero, y su colcha, sábanas, toallas, hasta la taza de su café mostraban el rostro siempre sonriente de su Tae.
Finalmente, había logrado juntar el dinero suficiente para adquirir su entrada preferencial al show. Además, era uno de los 100 fans afortunados que habían sido seleccionados en un concurso de poemas para el cantante. No podía creérselo cuando le llamaron de la Disquera SHINee para avisarle que el artista había seleccionado su poema como uno de los ganadores.
"ALCANZAR UNA ESTRELLA. UNA ESTRELLA PÉRDIDA, CONFUNDIDA EN EL CIELO. QUIERO QUE SEPA MI PENA, LO QUE SUFRO EN SILENCIO. LO QUE DIGA MI SER."
Las luces se apagaron y los gritos no se hicieron esperar. El brillo de miles de light sticks provocó una euforia entre los fans, pues se encendían y apagaban al ritmo de la música. Y de pronto, ahí estaba, bajando al escenario, sentado en una gran media luna que tocó el piso. La música se detuvo. Un reflector lo iluminaba solo a él. Y enseguida, todos comenzaron a corear:
—KINGTAE... KINGTAE... KINGTAE... KINGTAE... KINGTAE.
Minho levantaba sus manos, moviéndolas de un lado a otro siguiendo el ritmo de todos los presentes. Coreaba todas las canciones; se las sabía al derecho y al revés. Era inmensamente feliz. No cambiaría su lugar en ese momento, aunque le hubiesen ofrecido todo el oro del mundo. El concierto duró dos horas y media, y el artista agradeció a todos sus fans por haber asistido y acompañarlo en esa noche que era especial para él. Estaba cerrando su gira mundial y ahora tomaría unas merecidas vacaciones.
"NO IMPORTA QUE ESTÉ MUY LEJOS. SI TENGO YO SU BRILLO. NO IMPORTA LA NEGRA NOCHE. SE ILUMINA MI DESTINO".
Minho se dirigió hacia el sitio dispuesto para el fan meeting. Estaba tan nervioso que las manos le sudaban, y de vez en cuando se las secaba en la parte de los muslos de su pantalón. Tenía la boca seca y sus ojos parpadeaban constantemente.
"Ojalá pueda firmar mi playera. ¿Realmente le habrá gustado mi poema? A lo mejor ni lo leyó él."
El personal del staff abrió las puertas del salón privado y fue pidiendo la contraseña previamente dada a los ganadores. Minho mencionó la suya y lo dejaron entrar. Cuando todos estuvieron adentro, cerraron el lugar. Pasaron unos cinco minutos y KingTae apareció con una amplia sonrisa, haciendo una serie de reverencias a sus fans. Los aplausos no se hicieron esperar y comenzaron a pasar hasta una mesa donde el artista empezó a firmar autógrafos, recibir regalos y tomarse selfies.
Llegó el turno de Minho y en ese momento su mundo cambió. KingTae era lo más hermoso que había visto en sus 25 años de vida: su piel tan blanca, sus labios gruesos y rosados; sus ojos, con delineador, realzaban su belleza; sus manos delicadas, adornadas con anillos, lucían increíbles. Y si eso no era suficiente, cuando habló, fue un disparo fulminante a su corazón.
—¡Hola, guapo! ¿Cómo te llamas?
—Min... Minho. ¿Me... me podrías firmar esta playera?
—¡Claro!, para ti lo que quieras. ¡Wow, es una foto de cuando era joven la que trae la playera!
—Tú... tú te ves mejor en persona y eres... joven y hermoso... ¡Agh!... Disculpa mi atrevimiento, es solo que yo est... estoy muy nervioso.
—Jajajaja, no te preocupes, guapo. A ver. —KingTae estampó su firma así—: 💖 Para Min con todo mi cariño, KingTae.
Le dio la playera. y al rozar sus manos, Minho sintió una descarga eléctrica recorrer todo su cuerpo. Sus piernas estuvieron a punto de doblarse y su corazón latía como si quisiera salirse de su pecho. Tum... tum... tum... tum...
—Nos vemos, guapo.
"SU LUZ ES LA VOZ DE UN ÁNGEL. SUSPIRO CANTADO, MÁS ALLÁ DE ESTE MUNDO. EL AIRE HUELE A PERFUME QUE TODO LO LLENA CON SU INSPIRACIÓN".
Minho salió de allí con una sonrisa que no se borró en todo el camino. Antes de dormir, guardó su camiseta como si fuera el tesoro más preciado. Para él, realmente lo era, ahora que tenía la firma de su ídolo. ¿Qué más podía pedir?
Antes de quedarse dormido, las últimas palabras que seguían resonando en su cabeza eran: 'Nos vemos, guapo'.
"NO IMPORTA QUE ESTE TAN LEJOS. SI TENGO CERCA SU BRILLO. NO IMPORTA LA NEGRA NOCHE. SI SÉ QUE YA ES MÍA EN REALIDAD".
Había pasado una semana desde que Minho fue al concierto y su sonrisa no se le borraba; ahora era inmensamente feliz recordando esas palabras.
—¡Hola, guapo!
"¡Dios, debo estar enloqueciendo! Ya hasta escucho la voz de KingTae como si estuviese aquí en la veterinaria".
Pero cuando se giró hacia el mostrador, vio a una persona conocida. No, no estaba enloqueciendo; era el mismísimo KingTae que le sonreía a él.
—Hol... Hola... ¿En qué puedo servirle?
—Jajajaja, para muchas cosas, guapo. —Se hizo un silencio algo incómodo, pues Minho no supo cómo reaccionar ante esas palabras tan directas.
Entonces KingTae trató de salvar el momento:
—Sí, mira, necesito que mis pequeñas mascotas sean bañadas y revisadas por el veterinario para ver cómo se encuentran de salud. —Y ahí las traía, con sus respectivas correas: 2 perritos y una gatita en su jaulita de viaje. Las señaló diciendo: —¡Minho, te presento a Eva, Adán y Kkoong!
—Yo... es decir, el doctor llegará hasta dentro de dos horas y tiene una cita.
—¿Perdón?
—Sí, que yo hice la cita, bueno, mi manager a nombre de Lee Taemin. Ese soy yo. Guapo.
—¿Se llama Lee Taemin?
—Mhm, pero tú puedes decirme Tae o mi amor, como te sientas más cómodo.
Minho estaba rojo como un tomate, en su estómago revoloteaban miles de mariposas, sus manos le temblaban y estaba comenzando a hiperventilar de los nervios.
—Te voy a dejar a mis bebés y vendré a recogerlos más tarde. ¿A qué hora sales de trabajar, guapo?
—A las seis de la tarde.
—Perfecto, a esa hora paso por ellos. ¿Y qué te parece si te invito a cenar a mi departamento? No te digo que a un restaurante porque después de un rato me reconocen y ya no nos dejarían platicar en paz. ¿Qué dices, guapo, aceptas la invitación?
—Yo... sí, acepto.
—Bien. ¿Qué tipo de comida quieres? Francesa, italiana...
—Unas pizzas estarán mejor para mí. No acostumbro a comer tan sofisticado y no quiero hacer el ridículo delante de ti por no saber comer correctamente ese tipo de alimentos.
—Jajajajajaj. Entonces, pizza será. Sabes, me caes muy bien por sincero y modesto.
KingTae salió del lugar y antes de irse se volteó hacia Minho para decir:
—NOS VEMOS, GUAPO.
"LOS CAMINOS SE BORRAN CON EL AGUA DE UNA TORMENTA. LA FAMA ES AVE DE PASO Y SE LLEVA TU JUVENTUD. FRENTE A TUS OJOS."
KingTae fue a buscar a Minho y a sus mascotas a las seis en punto. Ahora estaban en el departamento cenando unas pizzas, recostados en el suelo y viendo una película japonesa llamada Final Life, en la que aparecía el cantante. Minho había insistido en verla cuando la descubrió entre la amplia colección que tenía el artista en su librero.
—Pues a mí no me convenció del todo el final, pero el director insistió en que yo tenía que quedarme inmóvil.
Minho refutó con una gran sonrisa: —A mí sí me gustó, es buena.
—¿Qué? ¡Claro que no! Es mala. —¡No, es buena! —Mala... Buena... Mala... Buena...
Y de repente, el beso llegó como si nada; sus bocas se juntaron en un beso casto, suave y dulce. Los corazones de ambos latían con rapidez; entrelazaron sus manos y el beso continuó, ahora un poco más atrevido. Sus lenguas se abrazaban y acariciaban, con pequeñas mordidas y chupadas de labios. Se separaron cuando Minho emitió un ligero gemido que lo abochornó.
Ambos se separaron, con los labios rojos e hinchados y rostros que reflejaban un verdadero poema al erotismo.
Esa noche fue suficiente para ambos. KingTae no quería asustar a Minho, sabía desde el primer momento que era reservado y tímido. Quedaron en verse al día siguiente, y luego al siguiente, y así sucesivamente.
Se contaron sus vidas: KingTae, a pesar de ser una estrella brillante, se sentía solo. Nunca había encontrado a alguien que realmente le interesara hasta que vio a Minho en el fan meeting, quedando prendado de ese chico nervioso pero guapísimo. Al día siguiente, pidió toda la información posible sobre él y supo dónde trabajaba. Desde entonces, haría todo lo posible por conquistarlo.
Minho le contó que vivía solo, alejado de su familia debido a diferencias. Sus padres querían que estudiara una carrera universitaria, pero desde pequeño eligió ser esteticista de animales domésticos. Le gustaba hacer sus propios cortes y sus clientes siempre quedaban encantados, contratándolo para arreglar a los perros que participaban en concursos de razas con pedigrí. Sentimentalmente también estaba solo; su timidez lo alejaba de las relaciones, a pesar de ser alto y fornido, lo que hacía que la gente se alejara al conocer más sobre su vida.
"NO IMPORTA QUE ESTE TAN LEJOS. SI TENGO CERCA SU BRILLO. NO IMPORTA LA NEGRA NOCHE. SE ILUMINAN MIS SOLEDADES."
—Te amo, guapo.
—Y yo a ti, Taemin. Te amo tanto.
"LOS CAMINOS SE BORRAN CON EL AGUA DE UNA TORMENTA. LA FAMA ES AVE DE PASO Y SE LLEVA TU JUVENTUD FRENTE A TUS OJOS."
Decidieron darse una oportunidad en el amor. Conocerse fue lo mejor que les pudo haber ocurrido en sus vidas. Desde el primer día del "¡Hola, guapo!" y "¡Nos vemos, guapo!", sus caminos se unieron y nunca más se separaron. Se amaban intensamente, por eso decidieron vivir juntos después de un breve noviazgo.
Minho estaba profundamente enamorado de Taemin. A veces se preguntaba cómo su crush se había fijado en él, un chico sencillo y algo aburrido.
"ALCANZAR UNA ESTRELLA, ALCANZARLA CON UNA CANCIÓN. ÉL ARRIBA, YO ABAJO, LA DISTANCIA LA DA EL AMOR CON UNA CANCIÓN."
Taemin no podía ser más feliz teniendo a su lado al hombre más guapo y sencillo del mundo, quien además lo amaba. Nunca perdía la oportunidad de mencionarlo a la prensa, aunque de manera discreta, debido a que su contrato le impedía hablar abiertamente sobre su relación amorosa, por temor a los celos de los fans.
Pero Minho entendía perfectamente esa situación. Lo único que le importaba era el amor de Tae y ver cómo cada día estaban más enamorados.
"ALCANZAR UNA ESTRELLA, ALCANZARLA CON UNA CANCIÓN. ÉL ARRIBA, YO ABAJO, LA DISTANCIA LA DA EL AMOR CON UNA CANCIÓN."
El sueño de muchas
FIN
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El Fan Art, hecho especialmente para el fic.
Gracias por leer, comentar y votar.
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