Una vez un viejo amigo,
me preguntó que sentía
al estar todo el día
perdido en fantasías.

Con una sonrisa
en los labios respondí
que no había cosa más bella
en el mundo que escribir.

El jugar con las circunstancias,
tiempos o personalidades,
los distintos personajes, para mi
no eran caprichos ni casualidades,

Sino la forma más pura
de dejar un poco de ti,
conectarse con un lector,
asustarlo, alegrarlo o hacerlo sentir.

De la misma desesperación o agonía
que sufre el personaje.
Lograr con algunas palabras
que su imaginación trabaje.

Intentar qué cada quien
perciba cercanamente lo mismo.
Yo deseo que la lectura sea
para todos un pequeño paraíso.

Donde puedan despejarse
asi como yo lo hago
Y deseó con toda el alma
que lo que escribo sea de agrado.

Aunque muchas veces dudo,
y me cuestiono a mi mismo
¿Qué haces garabateando tonterías?
¿Es qué aún eres un niño?

Pero luego de esas noches
me arrepiento notablemente,
si soñar hacer algo con tanta pasión es ser infantil.
Lo siento padres, seguiré siendo adolescente.

Y aunque conozco no ser el mejor
me esfuerzo, y con alegría
pretendo hacer esto,
por lo que me resten de días.