005. chapter five
𝖠𝖱𝖢𝖠𝖣𝖨𝖠❕
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❝Hay momentos donde perderse en las calles de la ciudad es mejor que aceptar la realidad❞
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005. ────
❛ verdades ❜
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Damien se mordió la lengua para evitar reírse cuando Hope golpeó la cara de Scott y descaradamente levantó un cartel con las palabras "¡Vamos, Hope!" escritas.
— ¡Eso es, Hope! —animó el chico sonriendo burlonamente en dirección al hombre golpeado, quién solo rodó los ojos con diversión por la alegría del menor.
La mujer permitió que las comisuras de sus labios se elevaran discretamente al escuchar al universitario.
—Estaba ansiosa por hacerlo —interrumpió una nueva voz que hizo que Hope borrara su leve sonrisa de inmediato—. Aprendió artes marciales en una época difícil.
El menor se mordió el interior de su mejilla y negó, sabía que el lugar terminaría en una discusión.
—Esa época difícil fue cuando mi mamá murió —respondió mordazmente.
—Un accidente de avión nos la quitó —agregó el hombre, haciendo que su hija apretara la mandíbula.
Damien no se perdió el dolor, la tristeza y el enojo titilando en los ojos de la mujer a la que consideraba su hermana, tampoco pasó desapercibido para él la incomodidad del ex convicto que se retorcía nerviosamente en su lugar sin saber que hacer. Simplemente suspiró y le ofreció una sonrisa reconfortante al hombre, esperando a que la discusión pasara.
Scott la correspondió pero no parecía haber ayudado mucho.
—Si vas a ocultarme cómo sucedió ¿Crees que puedas al menos no mentir? Estamos ocupados — Las palabras de Hope salieron como dagas directo al corazón de su padre, quién frunció la boca como si le hubieran golpeado. Su hija se enfocó en Lang sin mirar a Hank, quién salió torpemente de la habitación sin decir nada más—. Ahora, princesa, sigamos entrenando.
— ¿No viste mi mano aquí? —se quejó Scott mientras señalaba su mano, intentando aligerar la tensión.
El investigador sonrió al ver cómo la mujer se calmaba un poco, se levantó de un saltó y salió de la habitación después de agitar su mano en forma de despedida.
— ¡Tío Hank! —lo llamó en cuanto entró a la cocina y lo vió sentado.
El rostro del hombre parecía haber envejecido aún más, como si una gran carga estuviera aplastándolo de a poco.
El chico no se molestó cuando no obtuvo una repuesta, se sentó y apoyó una mano en el hombro de Hank en forma de apoyo.
—Deberías decirle la verdad, se lo debes y lo sabes — Su honestidad salió de su boca sin tacto.
Pym no necesitaba que alguien le hablara cálidamente, necesitaba alguien que lo golpeara con la verdad y eso el universitario lo sabía mejor que nadie. Incluso si el hombre se molestaba en el fondo estaba de acuerdo con su declaración.
Ambos se quedaron en silencio mientras Hank se ahogaba en su propia autocompasión y Damien terminaba de unir sus pistas sobre la droga que investigaba con su nuevo aliado.
Los días pasaron tan rápido y lento al mismo tiempo que Damien sentía que estaba a punto de colapsar por el cansancio debido a todas las cosas que se había comprometido; por la mañana tenía que ir a la escuela, a la salida siempre se encontraba con la chica bagel que rápidamente se había vuelta su mejor amiga y una de las pocas personas que le hablaban en la universidad, el resto de la tarde hasta entrada la noche iba a la casa de Hank para ver cómo Scott seguía fallando en sus entrenamientos, en la noche investigaba sobre la droga con Blake y ambos parecían haber adoptado una especie de compañerismo y preocupación por el otro que al investigador le hacía feliz —aunque Peter aún se mostraba incómodo en las veces que le acompañaban, la pequeña arañita le parecía adorable y se había prometido protegerlo—. Entre todo eso debía sumarle que estaba por tomar una clase de idiomas para obtener créditos extras, incluso si realmente no los necesitaba por su promedio perfecto.
Tampoco es como si estuviera dispuesto a abandonar alguna de sus actividades, como diría su hermano: Era un adicto al trabajo.
Tampoco había dormido mucho pero cuando finalmente Scott comenzó a mejorar en sus entrenamientos y vió al hombre contento por recibir una llamada de su ex-esposa, seguramente por el hecho de programar visitas con su hija, no pudo evitar gastar un poco de su tiempo para hacer un cartel con la frase "¡Vamos, Ant-man!" escritas.
Aunque no consideraba que ese nombre de superhéroe fuera de los mejores, se sentía feliz por hacer que Lang se alegrara. Más aún porque, como buen observador que era, no se le escapó la camaradería que empezaba a formarse entre Scott y Hope.
Una camaradería que evolucionaba lentamente a algo más.
— ¿Qué hiciste para que Hope se enojara lo suficiente para encerrarse en el auto de la entrada con Scott, viejo? —cuestionó el chico a Hank apenas entró a la casa.
—Le voy a decir la verdad — La declaración tomó por sorpresa al universitario, quién se quedó estático en su lugar y parpadeando para ver si estaba en la realidad.
Luego sonrió.
—Bien, ella se lo merece.
Ninguno dijo nada hasta que Hope y Scott entraron.
Hank le contó a su hija la verdad de como perdieron a su madre, la mujer que el hombre tanto amaba, esta vez sin ninguna mentira de por medio. Solo la dura y cruel verdad del sacrificio de Janet, un sacrificio tan despreocupado y sin dudas, por lo que Hank Pym siempre se culpaba, por haberla dejado unirse a él, incluso si nunca tuvo la posibilidad de evitarlo.
Todo terminó con un emotivo abrazo de padre e hija mientras Lang era arrastrado por el menor a la cocina para evitar que el mayor arruinara el bello momento familiar.
Scott, de hecho, casi lo hace.
—No digas nada, Scottie, ellos necesitan su momento —murmuró el chico mientras arrastraba al mayor por el pasillo en dirección a la cocina.
—Si no me hubieras detenido, habría arruinado el momento — Scott suspiró con alivio.
Damien soltó una risita y liberó su agarré de la muñeca del hombre en cuanto entraron a la cocina, caminó con confianza en dirección al refrigerador, sacó dos rebanadas de pastel y le ofreció una al futuro superhéroe.
—Mientras ellos tienen su momento de unión, lo mejor es comer una rebanada de pastel.
Ambos chocaron sus cucharas y cayeron en un cómodo silencio mientras sonreían al percibir el dulce sabor y la suave textura del pastel.
Su ánimo no duró mucho, especialmente cuando Hank habló de robar un aparato de una bodega Stark "abandonada" que Damien sabía muy bien no estaba realmente sin usar y, por supuesto, el viejo decidió decirle que había investigado y esa base no podría estar en uso.
No iba a molestarse en explicarle al viejo senil, solamente esperaba que Scott no se lastimara en esa misión.
Tal vez podría asegurarse que solo hubiera un vengador ese día, así no habría tantos problemas.
El silencio de la cocina fue quebrado por un bostezo a sus espaldas logrando que el instruso se tensara ligeramente, pero sin detener su acción haciendo un intento de ignorar la nueva presencia.
Los orbes expectantes del recién llegado captaron la figura que era delineada por la luz de la nevera.
La figura más pequeña sintió el peso de una mirada verdosa bastante conocida.
—Es un poco tarde para un refrigerio, ¿no crees? —habló con su voz gutural, acortando la distancia con zancadas. Las bolsas bajo sus ojos delataban su insomnio.
El joven de ojos avellana dió un pequeño salto hacía atrás, no estaba alarmado por la presencia que tanto conocía, pero era posible que hubiera algún espectro rondando la base de los vengadores en busca de robar el helado que acababa de tomar sin permiso de su dueño.
—Ahí te voy, San Pedro —murmuró el chico con resignación fingida, para luego darse la vuelta y encontrarse a su amigo de cafetería a unos metros—. Hola, Clint. Yo pensé que era una amenaza, no me asustes así.
Clint entrecerró la mirada, ofendido por el hecho de que el chico no lo considerara una amenaza, pero demasiado cansado para contraatacar.
Se encogió de hombros, acercándose a la nevera cual zombie buscando alimento, sacó del fondo de la misma en un compartimiento casi del todo escondido, un pote cerrado que debió tomar con ambas manos.
—Si vas a robar, hazlo a lo grande —susurró, abriéndolo—. Helado de calidad, niño.
Damien chasqueó la lengua, sus ojos delatando alegría por el dulce, y tomó un par de cucharas mientras se sentaba alegremente junto al arquero.
— ¿Acaso ustedes deben esconder su comida de sus compañeros de casa? — Tomó una cucharada de helado y la llevó a su boca, cerrando los ojos con una sonrisa al saborear lo dulce del frío, con una expresión bastante tierna plasmada en su rostro—. Mi hermano tiene tan poco sentido del gusto que si yo no cocino él podría comer su intento de panqueque que más bien parece huevo quemado ¡Nunca tengo que pelear por la comida!
Clint le dio un tercer bocado al helado, sonriendo con un fino rastro del mismo en sus labios.
—Bueno, aquí estamos igual. Vision y Wanda solo cocinan bien —dijo—. Los demás, apenas y podemos no confundir el perejil con el cilantro.
El chico dió otro bocado y se relamió los labios, mirando hacía el techo con una expresión pensativa por unos segundos.
—Los vengadores, los héroes más poderosos del mundo, son en realidad un grupo de gente con superpoderes que confundirían la sal con la azúcar ¿Quién lo diría? — Una suave sonrisa de extendió por sus facciones, en un intento de ocultar una risita—. Tengo ganas de hacer un artículo de esto ¡Imagina el bien que haría por su imagen! "Los héroes también son seres vivos" ¿Qué dices? Sería bueno que la gente se diera cuenta que ustedes no son omnipotentes.
Clint abrió la boca para responden pero rápidamente la volvió a cerrar, frunció el ceño al oír pasos que fueron en crescendo a su dirección. Damien no reclamó respuesta alguna al notar de igual forma los pasos, ambos se dedicaron a dar unos cuantos bocados más al helado.
Una figura comenzó a acercarseles, haciendo que Clint intentara arrebatarle el pote al chico y ocultarlo a toda costa, Damien a su vez forcejeó, no le interesaba quién lo viera comiendo el helado robado; pero la mirada de Tony Stark, los capturó in fraganti.
—... Van a tener que comprarme otro de esos. buitres —decretó, cruzando sus brazos sobre su pecho y frunciendo sus labios en una mueca.
El más joven miró a la nueva por un momento, con una expresión desinteresada, como si no fuera gran cosa que Tony Stark lo mirara de forma molesta y asesina.
— ¿Quieres? —ofreció, con un brazo extendido hacía el frente con cuchara en mano.
Tony suspiró, negando. Alzando el índice, presionando sus labios; retuvo una reprimenda hacia ambos.
—Ni que estuviera tan bueno —replicó Clint abruptamente, dejándole el pote a Damien quién volvió a comer alegremente, ignorando a los dos hombres.
Stark chasqueó su lengua hacia el arquero con desdén.
—Primero, ambos deberían estar durmiendo. Segundo... ¿Cómo pasaste la seguridad, Damien? —frunció el ceño, dando pasos en su dirección.
El universitario pegó más el pote de helado a su cuerpo, casi abrazándolo, se sacó la cuchara de la boca y enfocó su mirada en el millonario.
— ¿Dormir? ¿Qué es eso? No es algo que los universitarios conozcamos, Tony — El chico sonrió y ladeó su cabeza tratando de parecer más tierno con su expresión de inocencia fingida—. Descubrí algunas cosas de ti y de ellos, así que se las empecé a contar, les dije mi alías de reportero y simplemente me dejaron pasar.
Probó otro bocado del helado, restándole importancia a su intrusión a la base de los vengadores.
Tony presión sus labios, acabando por suspirar. Le arrebató la cuchara a Clint, y tomó un poco del helado, el menor le sonrió ante la acción.
—Al menos eres sincero — Le miró, degustando el sabor—. ¿Vas a decirme qué información pensabas sacar de aquí?
— ¿Qué información puedo conseguir aquí que no pueda conseguir en la comodidad de mi casa? —se burló el chico, de la manera más amable posible—. Vine por unas herramientas que me dió pereza comprar y me dió hambre cuando iba de salida ¿Puedo quedarme a dormir? Quiero pedirle un autógrafo y una entrevista a los vengadores importantes en la mañana.
Tony frunció el ceño, entre abriendo sus labios, para ser interrumpido por Clint.
—Puedes usar el cuarto que originalmente para Thor. Vas a estar muy cómodo, niño. —dijo, exasperándose; ignorando por completo que casi golpea a Tony con su mano.
Tony hizo una mueca a Clint, pero luego se volvió a Damien con lentitud.
—¿No van a decirte nada en casa? —cuestionó, con una ligera preocupación en su voz que solo fue notada por el menor—. Eres bastante intrépido. Aunque son gajes del oficio por ser periodista, ¿no?
Damien se alegró ante la mención del cuarto en el que lo dejarían quedarse, asintió a la pregunta del genio y le sonrió con agradecimiento.
—Bueno, mi padre ha estado fuera por los últimos tres meses, sin contacto con nosotros, y el único que me espera es mi hermano —respondió de manera desinteresada—. Lo llamaré en la mañana para avisarle que todavía tuve algo que hacer y que no es necesario que llame a la policía o a un cirujano para que me cure.
Ninguno de los tres volvió a hablar después de eso, dieron unos cuantos bocados al helado para después guardarlo en el escondite y dirigirse cada uno a la habitación correspondiente.
Damien no tuvo muchos problemas para encontrar la habitación destinada a Thor, conocía el complejo como la palma de su mano y las vagas indicaciones de Tony habían ayudado a reconocerla. Se dejó caer en la cama sin energías, habían sido días largos.
Tomó su celular, decidió escribirle antes a su hermano, no quería que el chico, que tanto se preocupaba por él incluso si trataba de fingir que no lo hacía, entrara en pánico al no verlo llegar o se quedara esperando toda la noche. Definitivamente no quería ser responsable de que las calificaciones de Elliot bajaran, a penas podía mantenerlas en un promedio de ocho como para agregarle más estrés al adolescente.
Recibió un simple "ya duérmete" que le hizo sonreír.
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ARCADIA ©
firespidey ; (🍃)
N/A:
Bueno, esto ya no es un fic de Scott, ahora es un fic del mcu :D
Fin del comunicado.
¡Ya estamos en el capítulo 5! Que emoción tengo con esto, se vienen tiempos oscuros pero al menos se puede disfrutar de este primer acto que es la calma antes de la tormenta :3
Gracias por leer 💖
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(🍃)
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