Capítulo único
Tenía el orgullo por las nubes, no iba a negarlo.
No aceptaba un no por respuesta. Conseguía lo que quería, pero sin llegar a la violencia o a la agresividad.
En si, todo lo conseguía con sus palabras.
Era un curioso muchacho. Agresivo y un heterosexual de primera, cruel y despiadado con todos aquellos que se le interponían. No por nada, pero estar en el equipo de los más fuertes, los jugadores de fútbol americano, te daba ventajas. Ventajas con las chicas.
Facilidades para dejar por los suelos a los estudiosos.
Habilidades mediocres que les hacían solo fijarse en su cuerpo y en tener a un par de chicas diariamente.
Específicamente uno de ellos nunca había aceptado ni propuestas, ni confesiones, ni había tenido pareja, ni se había acostado con nadie, al menos que alguien lo sepa. Era serio y normal, se burlaba constante de los frikis junto a su grupo de amigos, pero nunca tocó a uno de ellos, sea por respeto o porque le salvó la vida, pero nunca le dirigió siquiera un: "buenos días" o algo así.
Eran de dos grupos sociales escolares totalmente diferentes. Y por ende no debían dirigirse la palabra, en la escuela.
Pero... ¿Quién ha dicho que no podían "hablar" fuera de ella?
- Ah no, de eso nada, habíamos quedado para ver la temporada entera, me lo prometiste- se quejó con voz infantil abrazado a su pierna evitando que se fuese, lo estaba arrastrando por el suelo y no le importaba tener heridas en la barbilla si con eso evitaba que se fuese. Siendo cómica la escena, porque no le costaba nada arrastrarlo con la fuerza que tenía, estaba preparado físicamente para grandes cargas, pero no para lastimarlo.- Kenneth, por favor, que son diez minutos por capítulo y son solo cinco... Apenas será una hora... Y pueden ser tres cuartos de hora si nos saltamos el opening y el ending...
Lo escuchó chasquear la lengua contra el paladar y gruñir derrotado. Alguna que otra maldición interna y murmurar entre dientes mientras volvía a sentarse en el sofá. Cruzado de brazos. Leopold se vio sorprendido por ese cambio de actitud, pero no ibas cuestionarlo, se sentó junto a él, sabiendo que se pondría con el teléfono, pero estar en compañía y con el calor corporal de alguien a tu lado era mejor que nada. También aprovechaba para apoyarse a veces. Porque si. No era la primera vez que Kenny, el mejor jugador y el más cruel, serio y fuerte de todos en el grupo, iba a casa de Butters, el más friki, tierno, vulnerable y estudioso de todo el instituto.
El motivo era sencillo. Ya lo he dicho antes: "Butters le salvó la vida a Kenny".
¿Quieren saber cómo fue?
Obvio, ¿Porque sino han leído hasta aquí?
- Buttercup- musitó al inicio del quinto capítulo, este lo miró, sorprendido de sentir como tomaba su mano de forma indiferente- estuve pensando en aquel día...
La mirada azulada del muchacho se volvió comprensiva, detuvo la serie a través del mando a distancia. El ambiente se volvió nostálgico, casi apenado. Le acarició los nudillos con ternura.
- lo que pasó aquel día, se quedó en aquel día- murmuró sutil, lanzando una mirada tranquila a sus ojos azules con toques morados- lo que hice, lo hice porque no podía dejarte allí
Consideraban ese tema tabú, no lo mencionaban, solo hacían referencia, y cuando se trataba de ese tema era sutil.
- no entiendo porque lo hiciste... Me lo merecía...
El rubio menor de acercó a dejar un roce de sus labios en la mejilla del otro.
- no lo merecías... Todos merecen vivir
- en ese momento yo no- negó con la cabeza.
- ¿Porque sigues pensando en ese momento como que tú merecías morir? Pensé que ya lo habíamos hablado. Habíamos quedado en que lo que hiciste no era nada malo- Kenneth le lanzó una mirada amenazante. El menor no se vio intimidado, solo le sonrió cariñoso y se apoyó en su pecho, esperando respuesta.
- soy un ser repulsivo con doble moral- lo escuchó murmurar el acariciar el cuerpo del menor y ponerlo sobre su regazo con las piernas al lado.
Nada que ver con la pregunta, tan solo estaba acariciando los muslos del joven con cautela, sintiendo un profundo bienestar por tener su mirada fija en la suya. Lo besó sin pensar, Butters lo recibió gustoso.
- supongo que es lo que sentía en ese instante.
- actúas distante, me recuerdas a la escuela, ¿Que te pasa?- recibió otro beso del mismo, gustoso lo devolvió. Kenny se dejó caer contra el colchón del sofá
Le vio dejar escapar una sonrisa tenue.
- ¿Me pasa algo?- el rubio asintió- ¿Qué crees que me pase?
- no seas idiota, se que escondes algo cuando actúas distante conmigo, es lo mismo que si estuviésemos en la escuela y no me gusta... Te echo de menos cuando te pones así...- curioso que Leo se soltase con el vocabulario de esa manera cuando sus padres no estaban presentes, eso le gustaba al mediano de los McCormick.
- solo estoy cansado, ya lo sabes, todos los días una chica se me confiesa, todos los días las rechazo, el entreno, el partido, las clases, la tarea. . .- suspiró como si fuese una exageración- ya sabes que es agotador rechazar a todas y cada una de las chicas del instituto, y no es que lo intenten solo una vez, no... Han habido algunas que ya llevan tres confesiones.
Leo río un poco.
- yo también te echaba de menos, de hecho, echaba de menos esto- lo volvió a besar y jugó a morder sus labios por provocación- tus padres vienen- sonrió al escuchar el coche apartándose en la puerta.
Butters suspiró con una mueca de fastidio en la cara apoyando la frente contra la del muchacho y dejando un último beso antes de quitarse de encima y, para que no sospechasen, poner el último capítulo.
- van a castigarme por quedarnos aquí, pero que se aguanten- el rubio mayor mostró los ojos sorprendidos y vivos en una emoción inexplicable, le gustaba cuando el menor se revelaba contra los padres, aunque fuese de forma patética, pero para él, ya bastaba.
El Butters del pasado no aceptaría que los padres lo castigasen, y para imperdirlo, le habría dicho que se fuesen a la habitación directamente, pero esa vez no, cuando él mismo iba a hacerlo por cuenta propia para no dejar impregnado el salón con cierto olor, el muchacho le dijo que se acomodase en el sofá. En un principio se quedó dudoso, e intentó decirle que por culpa de ese olor que llevaba encima lo castigarían, pero a Butters no pareció importarle, de hecho se encogió de hombros arrogante al mencionar a los padres.
Le gustaba esa forma de ser de Butters cuando la valentía le superaba el miedo a los padres.
Esa forma de ser la había demostrado muchas veces...
Recordaba aquel día como si fuese ayer. Si bien Kenneth solo lo recordaba con rabia y molestia, porque él en ese momento deseaba morir por la vergüenza que lo atosigaba, diciendo que se lo merecía, pero ambos sabían que no era así, que ellos eran los corruptos. Fue un simple accidente, una faceta que no debió emprender, simple necesidad económica para sobrevivir, algo que nadie sabía.
Todos sabían que Kenneth McCormick pertenecía a una familia pobre, pero nadie sabía que esa familia necesitase meterse en tema droga y tráfico para sobrevivir, y eso fue lo que descubrió Butters aquel día en el que casi se lo cargan en un callejón. Sabía que la policia era corrupta, pero no pensaba que hasta ese punto de robarle la droga y el dinero al pobre muchacho, diciendo que era un contrabandista y que estaban confiscando las drogas, desgraciadamente a nadie le decían que luego se las tomaban ellos.
- Kenneth!- gritó asustado al ver como la policia estaba a punto de dispararle en el centro de la frente, algo sofocante y desesperante, no podía quedarse callado. En ese momento Kenny ya se había rendido y había aceptado su muerte. De no ser porque escuchó la voz del rubio menor, y se vio sorprendido y extrañado, con una vergüenza extrema apoderándose de su cuerpo.- ¿Que demonios está pasando aquí?- alertó a los policías quienes guardaron la pistola de inmediato en el cinturón.
- este muchacho es un contrabandista de drogas ilegales estimulantes y alucinógenas- alegó uno de ellos señalándolo con la con el índice sin darle siquiera el gusto de mirarlo, eso le dolió a Butters, Kenny no era mierda, era un humano, tenía el respecto para que lo miraran, al menos así lo veía.
- estaban a punto de matarlo!- gritó acercándose unos pasos, pero deneniéndose en el acto al darse cuenta de que...
¿Porque estaba defendiendo al que lo golpeaba en la escuela? ¿Sería una razón del destino? Si bien sabía, lo odiaba por meterse con él y todo eso, pero no tanto hasta el punto de matarlo, no quería verlo morir en realidad, no se lo merecía hasta ese punto... Nadie se lo merecía. Hasta la persona más cruel con ella no se lo merecía.
- nos atacó!- dijo con voz temblorosa, claramente mintiendo. Kenneth se veía tan maltratado y golpeando que a Butters le costó creer que realmente los había atacado. Además estaba tirado en el suelo muy golpeado, ni un idiota iba a creerse eso.
- no creo que haya podido hacerlo, ahora dejenlo en paz y larguense, ya tienen la droga confiscada, ahora ya no es un sujeto peligroso- gruñó audible para después acercarse del todo y agacharse al lado del herido.
Estos, mirando acusatoriamente al contrabandista decidieron ceder ante el muchacho determinado. Simplemente los dejaron solos. El rubio mayor lo empujó lejos de su alcance, impactando la cabeza contra el suelo de espalda, sintiendo un mareo fuerte, que recuperó de inmediato, lo miró.
- ¿Porque?- le gruñó casi escupiendo- merecía morir- le dijo con ácido en su voz.
- nadie merece morir...- le extendió la mano una vez se había levantado del suelo, este le dio un golpe para apartarla y se cruzó de brazos.
- he fallado en mi misión, mi castigo en la muerte, si regreso a casa con las manos vacías económicamente hablando mis padres me van a matar...- lo miró con asco desde el suelo. Butters tomó su mano delicadamente- ¿Que cojones. . .
- te ayudaré con el dinero si quieres, empezando por esto...- al soltarlo tenía un billete de 50 € (1.087,25 pesos mexicanos), se lo quedó mirando sorprendido- no lo rechaces, tu lo necesitas más...- se separó de él.
Kenneth lo miró en silencio. Doblando el billete y guardándolo en la chaqueta, no dijo nada, sentía el orgulloso roto al aceptar ese dinero de otra persona, pero en cierta parte le agradecía la vida, sus padres realmente lo hubieran matado.
- no se lo digas a nadie- dijo casi como si fuese una amenaza. Leopold asintió con la cabeza- gracias- escupió entre dientes mientras se levantaba del suelo y se iba del callejón.
- no fue nada... Cuenta conmigo cuando necesites ayuda- le dijo a modo de despedida yéndose a su casa, seguramente su padre lo castigaría por "perder" el billete y sin volver a casa sin comprar nada. Pero prefería un castigo de dos días antes de perder a un compañero de escuela.
Butters despertó del trance cuando la puerta se abrió, así rebelando a sus padres, quienes se vieron sorprendidos de ver a Kenneth en el sofá, no solían quedarse en el salón mucho tiempo, y eso le llevaría a Butters un castigo por cierto y carismático olor a droga, marihuana y alcohol que siempre llevaba el adolescente encima, cortesía de los padres. En cierta parte a nadie le gustaba juntarse con él después de la escuela a no ser que llevase droga consigo, por ese mismo olor que llegaba a producir náuseas a depende a la persona, porque había veces que era más potente que otras y algunas veces daba sensación de mareo.
A la media hora aproximadamente, Butters acompañó a Kenneth hasta la puerta, debido que este había alegado que debía volver a casa y una vez en la puerta, Butters le pasó un billete de veinte y le sonrió suave y delicado. Kenny le guiñó un ojo y lo besó una última vez antes de emprender camino hacia su casa.
- mañana no iré a clase, viene un nuevo cargamento y estoy obligado a quedarme en casa- Butters asintió con la cabeza.
- mañana vente de nuevo, te ayudaré con los deberes que pongan- el rubio movió su cabeza afirmativamente, pero casi sin que se le notase.- buenas noches
- buenas noches
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Kenneth sabía que Butters se estaba metiendo en un terreno peligroso, no solo porque le estaba dando grandes cantidades de dinero al mes, sin quedarse con el producto, simplemente pagarle si estaba necesitado ese més, lo malo es que debía tirar las bolsas blancas que equivalían al precio que le daba y si sus padres descubrían eso, le exigirían razones. También tenía miedo que sus padres descubriesen que por las tardes ya no vendía tanto producto como estaba obligado, sino que pasaba las tardes enteras en casa del muchacho, sin cobrarle nada, porque bien podría sacarle algo de dinero, pero no, la amistad no se pagaba, y el amor tampoco, en caso de darle un par de besos a Leo no se los iba a cobrar, no le parecía justo. Amaba a Buttercup y no iba a cobrarle por ello.
También tenía miedo de que la gente lo supiera. Que la gente supiera que se juntaba con Leopold después de clase, le horrorizaba lo que la gente pensará de él, pero debía ser fuerte y fingir, cada vez que alguien le pedía una bolsa, pedir lo que él viera necesario (normalmente entre 10 y 15 dólares) y después pagar a sus padres para que estos pudieran mantenerse. Todo lo que recogían era comunitario, para todos ellos, nadie tenía más que nadie. Le dolía el tipo de vida que llevaba, pero era lo único que tenía y lo único que podía permitirse en su mierda de vida.
Como sea, a la mañana siguiente pasaría otra tarde junto el pequeño de Leo, su pequeño. Harían la tarea y con un poco de suerte podría robarle un par de besos antes de que los padres jodieran el momento y tuviera que separarse para no "impregnar" a Butters con su olor, según decían los padres, quienes no tenían ni un hervor al decir que apestaba a droga y que no se acercara a su hijo menos de medio metro para que esté no oliera a vagabundo drogadicto igual que él. Si ellos supieran. . .
Si ellos supieran que ese pobre, con olor a vagabundo drogadicto y alcohólico se follaba a su hijo morirían de paro cardíaco, porque más impregnado por él no podía estar, y nunca se habían quejado. Bueno en realidad todavía no había llegado a más allá de las caricias, no quería ir muy rápido con Leo, y mira que ya llevaban sus casi cinco meses de relación. No necesitaba tener sexo con él para demostrarle que lo amaba.
- Kenneth!- lo llamaron, alzó la mirada seriamente al ver a Clyde acercándose con las manos en los bolsillos. Cuando lo llamaban Kenneth significaba que iban buscando droga, era un código que habría establecido sin palabras.- tres bolsas grandes- le murmuró en bajo.
Poco después del intercambio de droga por dinero, llegaron los demás del grupo y subieron al autobús escolar, montando jaleo y llegando al final del bus, tirando de los asientos ocupados a los estudiosos que se atreviesen a plantearle cara.
Al final de la jornada escolar había vendido unas cinco bolsas pequeñas y cuatro grandes, nada mal, al menos a su parecer, la mayoría habían sido veteranos en el tema de pedirle mercancía, eso significa que la mierda que hacían sus padres era buena. Suspiró profundamente y se dirigió directamente a casa de Leo, lo habían entretenido en la puerta, el rubio ya debía estar en su casa.
- Oe!- escuchó a su espalda.
Se giró alzando una ceja, se trataba del padre de Stan, pidiéndole píldoras estimulantes, todo lo que fuese droga tenía, así que, ya tenía otros diez dólares en el bolsillo. Ahora sí, sin pausa y extrema vigilancia hacia casa de Leopold.
Suspiró profundamente y picó a la puerta, el menor no tardó mucho tiempo en abrir, pero el tiempo que estuvo allí se mantuvo vigilando constantemente alrededor, quien quiera que pudiera conocerlo, podría delatarlo, y por suerte no hubo nadie en ese lapso de tiempo. Entró con normalidad besando la frente del menor. Después los dos subieron arriba, y se instalaron en el femenino y aniñado cuarto de Leo, pero estaba sospechosamente todo recogido, cosa que en cierta parte le provocó ternura, ya que se había todo la molestia de recoger todo lo que pudo o que le dio tiempo mientras él ni estaba. No porque le diera vergüenza, no, sino por cuestión de espacio y demás.
- ¿No le molestara a tus padres que me siente en la cama?- le dijo cuando recibió "orden" de sentarse en la cama del muchacho. Este lo miró con insistencia, no tuvo de otra que obedecer o acabaría por sentarlo él mismo.
En verdad la tarea no fue mucho y en como mucho veinte minutos estaba todo hecho, por lo cual el resto del tiempo se la pasaron abrazados sobre el colchón del menor dándose algunos mimos y besos.
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¿En qué momento pensó que provocarlo poniéndose encima era buena idea? Ahora se sentía un poco asfixiado, mientras Kenneth apretaba sus glúteos sin pudor, admirando su mirada sorprendida, "No haberme provocado" fue lo único que recibió como excusa para seguir amasando sus cachetes. Lo escuchó reír con suavidad cuando se rindió al intentar quitarse de encima, pareció darle ternura, pues solo lo acomodó acariciando ahora sus muslos. Butters se enderezó a quedar sentado sobre el estomago del rubio, sintiendo su respiración profunda y como sin esfuerzo lo levantaba. Se acomodó con la cabeza en la almohada y suspiró mirando al techo.
- Leo...- musitó perdiendo su mirada en las bufadas y grietas del techo, en su casa era peor, así que allí casi era agradable ver alguna grietecilla. "Huh?" Le escuchó decir.- ¿Tus padres te dicen que te alejes de mí muy a menudo?- cuestionó con curiosidad, sabía que la respuesta era un rotundo si, pero valía la pena preguntar, solo para calmar el silencio incómodo en el que se estaban sumiendo.
- No diría muy a menudo, diría siempre- suspiró mirando por la ventana con una mueca- Creen que no me doy cuenta del olor que llevas y ellos lo interpretan con que no lo llevas en los bolsillos, sino que lo llevas... puesto... bueno- lo miró y dio una mueca incómoda, Kenny asintió, indicando que lo entendía, pero aún así quería hacer el esfuerzo de no avergonzarse al decirlo- que vas drogado...- ah, bueno, no fue tan difícil- y que me tengo que alejar de ti antes de que me hagas daño... Yo se que no me lo harás, sé que no es tu culpa el olor el droga o alcohol, y por eso no me molesta...
- Hay días que me molesta hasta mi, sobre todo cuando fermenta en verano- escupió arrugando la nariz en una mueca de asco, después se rio un poco. Butters también rio un poco.- ¿Así que piensan que voy drogado el día el entero, eh?- cuestionó con una risa entre dientes. Leo rodó los ojos.- Si con eso me libro de tener que soportar el olor en verano, yo encantado...
Leopold le dio un suave golpe en hombro.
- Vale, ya... Entiendo el punto de vista de tus padres...- musitó con un suspiro y se enderezó a quedar sentado en la cama, con Butters sobre él, solo que ahora sentado en lo que podría convertirse en un problema en un futuro cercano.- es normal que te digan que te alejes cuando tu amigo huele a droga todo el puto día... En verdad tienen razón, ya sabes en lo que estoy metido y sabes que no tengo otra alternativa ni oportunidad de dejarlo, es mi familia, si lo dejo, estoy muerto para ellos, tendría que largarme de la ciudad, Kevin es muy rencoroso con las traiciones, no se si sabes lo que pasó con Shelly, su ex... la hermana mayor de Stan... ¿Lo sabes?
- Que se la encontraron en el baño publico del parque, desnuda y amordazada, presuntamente violada- Kenny le dio una mirada de obviedad.
- Si, Kevin va muy en serio... Quizás te dé pena, pero tenía su parte de culpa, Shelly estaban metida en el ajo y lo dejó cuando se encontró con un chico rico que le daba más que Kevin, por lo tanto fue una doble traición de abandonar el gremio y dejarlo a él... No la mires con lástima a partir de ahora, Shelly jugó con lo sentimientos de mi hermano sin piedad. No merece compasión... Esta advertida de muerte a la mínima que diga algo a alguien, aunque sea indirectamente...
- Sois algo... extremistas, ¿No?- Kenny hizo un gesto sarcasmo de "¿Nosotros? ¡Que va!".
- Es lo que pasa cuando juntas a un enfadado padre de familia drogado con un furioso hermano celoso...- se encogió de hombros sin darle mayor importancia.- Pues eso, lo que te decía: Mi familia se toma muy en serio el tema de la pasta, estamos pelados, ya sabes, arruinados y con deudas hasta el cuello, en números rojos y le debemos un fajo de billetes al líder del gremio, como puedes ver, estamos jodidos. No nos quitan la casa porque tendrían que acogernos en el centro comunitario, porque sino estaríamos en la calle, es por eso que vivimos sin calefacción, agua u electricidad, todo lo que tenemos es lo que nos dan por pena. Además de un par de trabajitos de doble tiempo que vamos haciendo entre Kevin y yo... Pero sudamos de ir la mayoría de las veces por tema cargamentos o... porque estoy aquí- sonrió encogiéndose de hombros.
- ¿Tendrías que estar trabajando?- lo miró sorprendido.
- ¡Bueh! Quizás- se dejó caer de espaldas a la cama- ¿Qué hora es?
- Las cuatro y media pasadas
- Seh! Ya tendría que haber entrado hace como una hora y media... bah, que le follen al chino de la parte de mierda de la ciudad, que hubiera construido bien la muralla para defenderse de los mongoles en su momento...
- No tiene la cul. . .
- Che, che, che... nope... no me hagas sentir culpable- le puso el dedo índice en los labios- no te atrevas...
- no iba a hacerse sentir culpable, per tienes una responsabi. . .
- cojamos...- Butters abrió los ojos en shock y retrocedió tirándose hacia atrás- genial, ya se como callarte- sonrió victorioso.
- Kenny...- se quejó. Este soltó una risilla.
- Ahora en serio, ¿Quieres intentarlo?
- ¿Me ves cara?- lo miró con sarcasmo.
(N/A: "Me ves cara": Expresión española (Creo/?) que se usa a modo sarcástico para decir: "¿Te crees que quiero hacer x cosa?").
- Te veo una hermosa cara a conejito cachorro inocente con una erótica y sensual cicatriz en tu ojo y con un bultote que me indica que estas jodidamente caliente en este momento...- sonrió.
- ¡Kenny!- lo empujó tumbándolo en el colchón por el impulso y con toda la inocencia del mundo miró hacia sus partes para concluir que el hijo de puta del rubio le estaba tomando el pelo.
- prrr- ronroneó- ¿Ahora me tumbas? ¿Qué será lo siguiente? ¿Qué salga de tu casa violado?
- ¡Kenneth!- se quejó dándole un suave golpe en el pecho. Se carcajeó de la cara sonrojada del menor por la vergüenza que estaba pasando.- Kenny, para, en serio...
Este lo miró con los ojos entrecerrados y después lo tomó por la zona de las axilas y rodó quedando él encima del menor y este mismo entre las piernas y los brazos del mayor. sintiéndose acorralado en un segundo.
- Pararé cuando Eric Cartman venga y reclame por tus gritos...- Butters se quedó pálido.
- ¿Estas de broma?
- uhhh ju, ju, ju...- canturreó- ¿Mes ves cara de ir en broma?- Leo tuvo un sudor frío y una especie de mal presentimiento, además de un escalofrío recorriéndole toda la columna.- prepárate porque no voy a parar...- canturreó con provocación.
- Kenny, Kenny, Kenny...- murmuró alejándolo un poco sujetándolo por los hombros. Este vio sus ojos cristalizados- no estoy preparado...- este chasqueó la lengua contra el paladar.
- eso dicen todos los pasivos en su primera vez, déjate llevar, venga...- se fue a acercar a sus labios, pero lo detuvo enderezándose a quedar sentado.
- no estoy preparado, además... tengo un mal presentimiento...- murmuró con un tono casi asustado, frotó sus nudillos nervioso. Kenneth tomó sus manos y besó sus labios. Un beso tranquilo, quería calmarlo, no asustarlo más de lo que ya estaba.
- ¿Tienes miedo de que tus padres lleguen en medio del acto?- el rubio se mordió el labio intentando negar con la cabeza, pero no fue capaz, esta solo hizo un asentimiento sencillo. Bufó- ¿Y de que se van a quejar? Nos queremos... Es lo más normal en chicos de diecisiete años, disfrutar la vida... ¿Qué quieren que mueras virgen? Ni de coña... tu pa' mi...- lo despeinó con cariño.- ¿Qué haría yo sin tus mínimo veinte dólares semanales?- Butters se hizo el ofendido con una mano en el pecho- y lo tierno que eres, y lo mucho que te quiero y... no te enfades conmigo- le hizo un puchero.
- Eres un...
- ¿Cabrón, hijo de puta, aprovechado de mierda, delincuente, pervertido desmedido y sin remedio? Gracias- sonrió casi agradecido por los insultos que se acababa de dedicar a si mismo.
- No tanto... también te quiero...
- ohhh... genial- besó la punta de la nariz de Leo.
- Pero eres un pervertido desmedido y sin remedio, eso si que no te lo salvas...- Se hizo el ofendido haciendo un señal exagerada de: "¿Yo? Para nada...", lo cual hizo reír a Butters.
Miró por la ventana y se cruzó de brazos chasqueando la lengua contra el paladar.
- Adivina quien llegó...- bufó.
- ay no... las persianas...- jadeó nervioso, Kenneth lo tumbó- Kenny, debo bajar las...- lo besó para callarlo.
- Yo me encargo...- dijo seguro- si no mal calculo tenemos unos tres segundos y medio para un beso francés antes de que tus padres entren por la puerta. Otros dos segundos para que empiecen a subir las escales y. . . a la mierda- lo besó cerrando los ojos y esperando que el rubio correspondiera, al principio estaba movedizo, pero después se relajó y casi regaló su lengua para jugar con Kenny.
Lo rodeó por el cuello, y el rubio de ojos azules con toques violeta le acarició las mejillas y después lo tumbó apoyándolo en la cama con suavidad, para poner sus manos a los lados del cuerpo del menor, acomodarse ente sus piernas y morder su labio buscando más.
- ¡BUTTERS!- la voz demandante del padre separó a los dos muchachos.
Vaya, había contado mal, o quizás había perdido la cuenta del tiempo, tampoco estaba muy concentrado en mantener la cuenta por mucho tiempo después de que Butters correspondiera.
- P-papá...- masculló horrorizado por la mirada enfadada del padre, eso le llevaría tres años de castigo y olvidarse de hablar con Kenny después de eso.
Pero basta de huir, debía tener autoridad en si mismo, tenía casi dieciocho años y tenía algo claro, amaba a Kenneth McCormick sin importarle que estuviese metido en el tema droga o que no le hablase en clase.
- ¡JOVENCITO YA ME ESTAS EXPLICANDO QUE ESTABA PASADO AQUÍ! Y más te vale que sea una explicación no gay- gruñó.
(N/A: No pude evitarlo uwu).
¿Cómo narices se puede hacer una explicación "#NoHomo" cuando estabas tirado en la cama, y sigues tirado en la cama, con un chico y besándote con lengua con él? ¿Difícil, verdad? Kenneth se quitó de encima del muchacho, que parecía más un flan que un humano, tenía un sudor frío en el cuerpo e inspiró profundo.
- Lo amo...- murmuró con simpleza sorprendiendo a Kenneth más que a los propios padres.
- tú- lo señaló- lárgate de aquí ahora mismo- Kenny alzó las manos a la altura del pecho mostrando inocencia y se levantó de la cama, evitando el contacto con los padres hasta llegar al final de la habitación, se apoyó en el marco para mirar a Butters una vez más.- y tu...
- Kenny, no te vayas... quédate ahí...- dijo levantándose de la cama ignorando totalmente a su padre.
- no, lárgate, y tu jovencito estarás casti. . .- acabó de cruzar la habitación para plantarse al lado del rubio.
- Soy mayor para decidir por mi mismo, papá...
- eres un niño, Butters- le dijo su madre llevándose las manos al pecho.
- ya no soy un niño mamá, tengo diecisiete años y sé perfectamente lo que quiero...
- No Butters, no sabes lo que quieres, no eres gay, ese idiota solo te está confundiendo, así que vuelve ahora mismo aquí si no quieres que. . .
- Soy Gay, papá. No vas a cambiar eso- si me preguntáis la cara que tenía Kenny en ese momento, puedo confirmar que era shock, alegría, sorpresa y una ganas de morir de felicidad absolutas, ni siquiera el insulto del padre le impactó lo más mínimo.- y este "Idiota" como tu lo llamas, lleva siendo mi novio cinco meses, y porque tu ahora me digas que no, no lo voy a dejar...- gruñó tomando su mano delicadamente.- Estoy dispuesto a hablar si quieres pedirme perdón. Hasta que no me aceptes, no voy a pisar esta casa de nuevo.
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Había un silencio profundo e incómodo. El ambiente estaba frío y nostálgico, el rubio mayor caminaba con la capucha puesta, mirando el suelo sin darle mucha importancia a los pocos transeúntes que se apartaban ante su presencia intimidante o su olor pestilente.
- debería volver a casa, te estoy molestando, tienes que taparte para. . .
- voy así siempre cuando anochece- interrumpió cuando el menor ya se estaba retratando de las palabras que acababa de dar a sus padres- pasa esta noche en mi casa, depende el panorama pasaras por la ventana.
- ¿No te pasará nada?- murmuró nervioso. Negó con la cabeza encogiéndose de hombros.
- quédate aquí apoyado en la pared con el teléfono- le susurró en bajo.
Eso hizo y el rubio retrocedió un par de pasos, finalmente entró en el callejón en silencio. Leo tuvo la tentación de mirar, pero no quería tener problemas, por lo tanto solo se quedó apoyado en la pared con el teléfono y la otra mano en el bolsillo. A los pocos minutos el rubio regresó acomodando cinco billetes de veinte en el bolsillo, le lanzó una mirada y dio un gesto para continuar con su camino hacia la casa del mayor.
- no hay porque estar tan serio- sonrió rodeando sus hombros con un brazo y besó su mejilla.
Tenía solo la capucha, pero la cremallera estaba bajada hasta el cuello aproximadamente, permitiéndole hablar perfectamente.
- son solo dos bolsas. Era Clyde...
- ¿Otra vez?
- es camello y esclavo de un grupo por deudas, quizás una cada seis bolsas pequeñas que compra son para él...- Butters se quedó en silencio, ¿Clyde tenía deudas? ¿Deudas... A quien? ¿Porque? ¿Que habría pasado?- ten cuidado ahora cuando entremos en la zona
Dentro del hogar se escuchaba un ajetreo constante, no eran golpes, eran risas, probablemente una quedada con alguien o que estuvieran borrachos, así lo pensaba Butters, pero Kenny tuvo otra reacción.
Pánico.
- estoy muerto...- soltó en un susurro llevándose las manos a la cara con desesperación.- estoy muerto, jodido, mutilado, destrozado...
- ¿Qué pasa?
- El cargamento... Me fui antes de que acabaran de descargar, y tenía que quedarme hasta que se fueran, dejé a Kevin a cargo prometiéndole 200 dólares...- explicó cómo si fuese el fin del mundo- los que están dentro son sus amigos, esperando mi llegada para despellejarme vivo en caso de no llegar a la cifra...
- ¿Cuánto tienes?
- 160 dólares...- Leo tragó saliva solo llevaba veinte dólares consigo, ni con esas podrían llegar a cifra.- escóndete...- musitó en bajo.
En ni fin momento Leo supo lo que pasó, solo escuchaba a Kenneth hablando con una personas y después, sus pasos acercándose a su posición, sintió un beso en su mejilla. Se giró a verlo, tenía una sonrisa radiante en el rostro, y eso solo podía significar que llegaba a la cifra que había prometido. Lo besó sutilmente y el rubio mayor lo ayudó a colarse en su cuarto por la ventana, para después escucharlo entrar.
- más te vale haber llegado a la cifra prometida- escuchó una voz grave, parecía la de su hermano, pero era demasiado grave, quizás el tono amable que tenía era por estar sobrio, porque la cada en general era un colapso nasal a sustancias químicas e ilegales.
- la he superado- le escuchó decir.
- ya tardabas en llegar, pensé que te ajustarías o que tendría que ir a por ti... ¿Cuánto te ha sobrado?
- Dos kilos- el sonido de dejar paquetes sobre la mesa se hizo presente.
- Hola...- escuchó quedándose pálido, giró la cabeza encontrándose una chica castaña de brillantes ojos azules, ésta se encontraba en el marco, cerró tras ella.
Sus ropas estaban rotas y cosidas con parches de otras ropas, sus mejillas, brazos y piernas manchados de polvo blanco, además de suciedad. Leo se compadeció de ella y se mordió el labio. Se sentó en la cama a su lado.
- ¿Eres amigo de Kenny?
- s-si...- murmuró con algo de miedo, se sentía lamentable con las condiciones de la muchacha.- ¿Quien eres tu?
- Mi nombre es Karen. Soy la hermana de Kenneth y de Kevin- Leopold se quedó en shock.
A los pocos segundos de eso entró Kenny suspirando profundamente. Cerró la puerta y miró a Leo, después a la muchacha pequeña.
- ¿Otra vez Kevin te puso a empacar?- ella asintió bajando la cabeza. Suspiró. Tomó un trapo que había colgado en la esquina del armario y se acercó a ella limpiándole las mejillas con suma delicadeza.- tienes que plantearle cara a Kevin de vez en cuando, se que puede parecer un drogata cocainomano tarado y descerebrado, pero tienes que aprender a decirle que no- con la toalla tocó su nariz al decir ese último "no", lo cual hizo reír a la menor.
Después esta misma abrazó al rubio con fuerza, este devolvió el abrazo de inmediato.
- te quiero hermanito...- Butters miró a los dos muchachos con suma ternura, realmente ellos estaban muy unidos. Sonrió.
- venga, ahora a dormir, los amigos de Kevin no tardarán en irse, o quedarse dormidos- con eso último la menor se rió un poco, le dio un beso en la mejilla a su hermano cómo beso de buenas noches y se fue de la habitación, cerrando después de salir. Kenny suspiró y dejó el trapo o toalla donde estaba antes y se giró hacia Butters.
- nadie sabe de la existencia de Karen... Mis padres le tiene prohibido ir a la escuela o salir con amigos porque sino les faltarían manos para empaquetar la mercancía.- se sentó en el colchón por la parte de los pies de la cama y después se dejó caer hacia atrás- es por eso que voy a tu casa cuando no entiendo algo, porque luego se lo explico a mi hermana para que al menos pueda saber cómo funciona el mundo y las materias, a parte de con droga... No me gusta la educación que está recibiendo ni la vida que tiene...- miró a Butters- no la merece, no nos merece a ninguno de nosotros, es una niña tan buena, dulce y educada...
- lo es porque tú la has enseñado a serlo, así que en cierta parte ella te merece a ti...- se movió sentándose más cerca del rubio. Este pareció meditarlo unos instantes- eres su ejemplo a seguir dado a que sus padres y hermano mayor no se hacen cargo de ella apropiadamente...
- ¿Estás diciendo que yo hago algo bien en mi vida? Imposible... Lo único que hago es fastidiar a los nerds, fingir algo que no soy, alejarte de mí en la escuela y luego la doble moral de ser tu novio, proteger a mi hermana, vencer un mínimo de droga diario y conseguir algo para que pudiésemos sobrevivir un día más...
- Kenny... Hoy has conseguido dos cientos dólares tu solo, ¿Crees que no podrás hacer lo mismo cada día? Si cada dis consigues la misma cantidad en menos de una semana te plantas con mil cuatrocientos dólares... Con eso podéis vivir un mes sin tener que vender nada más...
- si, claro, como que la gente se esnifa la mierda que vendemos en un solo día... Butters, abre los ojos, si no lo hacemos ya, es Porque no podemos vender masivamente, lo que hoy he hecho está mal, si me hubiesen pillado, hubiese estado jodido... Mi hermano me mata allí en la comisaría por dejarme atrapar... ¿porque te crees que quería morir aquel día que me pillaron?
- no uses aquel día como excusa para tus ganas de morir, Kenneth...
El mayor se quedó en silencio, cuando lo llamaba por su nombre completo solía ser preocupación o que se estaba enfadado con él. Y no quería enfadarlo, menos preocuparlo por su mierda de vida.
- está bien...- se levantó a quedar sentado- me rindo, espero que no te moleste que no cenemos, no es que tengamos gran cosa... Sabes... Que estamos endeudados hasta el cuello... Lo siento...- Butters besó la frente del mayor.
- mañana por la mañana te invito a algún lugar a desayunar y aprovechando el fin de semana, podrás traerle alguna cosilla a tu hermana...- asintió sonriendo.
Y así, después de un último beso de buenas noches, Leo y Kenny se acostaron en el viejo y estropajoso colchón, ocultándose por rotas y sucias sábanas y se durmieron acurrucados el uno con el otro.
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Hola!
Sé que el carácter de Kenny ha cambiado muy rápido a lo largo de todo, de ser rudo, a ser súper bueno y romántico con Butters. No pregunten, quise hacer un comportamiento rudo en el instituto y un carácter dulce al salir de clase.
UwU
Me gusta como me ha quedado, ¿Vale? Sé que puede quedar como un poco forzado, pero bueno...
Poca cosa puedo decir :v
Espero que os haya gustado y nos vemos en un próximo one-short o capitulo de historia
Bye~
By Ecchisforlife
[6367 Palabras]
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