10. El olvido a un Cupido

Me cansé de vivir en recuerdos
Ser esa ave medía
No tener intervalos
De locura.
Por cuestiones de cordura...

Infinidad de gracias
A esos amores de antaño, de película, de romances extravagantes, floripundios incansables. Pero ya me canse; ¿es que soy tan buena escribiendo historias de romance, llenas de locura que no merezco ninguna?

Estoy harta de eso, estoy hasta la puta coronilla de soñar sin sentir. ¿es que es tan malo ser querida en igual de condiciones?

Si, de amar en libertad
De conocer sin juzgar
De tocar sin limitar..., no es difícil, pero curiosamente: el amor es una cárcel que te puede matar y degollar, es un desastre sin custodia y de los colores más bonitos a mi se me da el negro.

Me agrieta la piel y la columna ya torcida, no entender, no saber como es que la mayoría de personas viven así con agujeros, con silencios y llagas..., expresó esto ya que estoy cansada.

Me cansé de ser sensata, de mostrar una mirada   amable, de ahogarle al corazón las ganas, con amores de desgane.

Así pues que una ronda más a lo huraño, al deseo, a la inteligencia que se dezlisla por la imaginación y la memoria.

Un aguardiente que queme, una cama de sabanas arrugadas, y un suave beso a tu conciencia; un trago amargo a lo necesario y esto que se llama: El olvido a un Cupido.

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