11 de setiembre de 2001
Salgo de la torre norte, con la cabeza bien alta, a paso decidido, con una sonrisa interna y un rostro seguro de mi. Solo he tardado 7 años en conseguir el trabajo de mis sueños.
Desde que se construyeron estas dos enormes torres al pie de la calle West Street me he muerto de ganas de poder trabajar aquí. Tener mi oficina y dirigir los asuntos de empresa. Todo lo normal en el mundo laboral de una oficina.
He estudiado duro en mi carrera para poder trabajar en aquel sitio que tanto he aspirado.
En frente de la torre norte veo el coche de mi pareja, Jacob. Un coche negro, concretamente un BMW 507 de segunda, e incluso de tercera mano, una verdadera reliquia. Un coche familiar de los años 50.
Abro la puerta y me siento a su lado, al lado del elegante y profesional Jacob Wilson. Me pongo el cinturón, y dejo las cosas sobre mis muslos. Me inclino hacia el antes de que arranque el coche, para dejar un suave, y corto beso en sus labios.
- ¿Y bien? - dice arrancando el motor
- ¡TENGO EL TRABAJOO! - grito emocionada dando algún que otro salto
- Me alegro mucho cariño - dice sonriente sin quitar la vista de la carretera - Sabia que lo conseguirías, siempre te lo he dicho
Y es verdad, lo conocí al principio de mis años universitarios, aquí, en la propia ciudad de Nova York.
Tuvimos muy rápidamente muy buen rollo y nos hicimos amigos. Teníamos varias clases comunes y eso lo facilito todo. A principios de tercer año empezamos a salir. Y desde entonces siempre nos hemos estado apoyando mutuamente.
Hace poco nos independizamos de nuestros padres y compramos nuestra propia casa. Bueno, es un piso, mas o menos en el centro de la ciudad.
Tendremos que pagar la hipoteca durante varios años, pero tengo la certeza de que todo saldrá bien.
- Entonces... ¿Cuándo empiezas? - pregunta liberándome de mis nostálgicos pensamientos
- Mañana mismo. - digo emocionada - Tengo que estar a las 8 en mi oficina, me darán faena y si necesito cualquier cosa tengo varios empleados dispuestos a ayudarme.
- Eso es bueno, al principio un poco de ayuda siempre viene bien - dice el mientras la mano que tiene en el cambio de marchas se posa cariñosamente sobre mi muslo izquierdo, el que esta mas cerca de él
- Estoy muy emocionada. - digo sonriente mirándole aunque él no despeja sus ojos de la carretera
- Lo se, se te nota pero... -dice pero le interrumpo
- Si si si - digo sabiendo que me va a decir
- Profesionalidad ante todo - decimos unísonos
Ambos nos reímos juntos. Miro al frente y dejo que el silencio se apodere de ese momento. Mentalmente estoy agotada, y el día acaba de empezar.
Sonrió, mi vida, empieza ahora.
Cuando por fin llegamos a casa, no puedo evitar quedarme quieta, llamo a mis padres para contarles la nueva noticia. Ellos se alegran por mi, me facilitan y me dicen que lo estoy haciendo bien. Quedamos el mismo fin de semana para poder hablar con todos sobre esta nueva etapa y las primeras impresiones de dicho trabajo.
Cuando llamo a mis amigas, las de toda la vida, las de la universidad, gritamos emocionadas, les invito a todas a venir a mi casa para celebrarlo. Ellas acceden y llamo a mis amigos para hacer exactamente lo mismo. Todos acceden sin problema.
Todo va perfectamente. Tengo el trabajo de mis sueños, una pareja espectacular, los mejores amigos del mundo, unos padres maravillosos. No puedo pedir nada mas, ¡es la vida de mis sueños!
Durante el resto de la mañana y medio día, disfruto de la calma que tengo antes de lanzarme al mundo laboral de nuevo.
La década no podría haber empezado de mejor manera, bueno, la década empieza el año que viene, década, y siglo nuevo, pero estos detalles nadie los tendrá en cuenta.
Disfruto de ver películas con Jacob, toda la mañana, hacemos la comida juntos, y por la tarde, a la hora acordada, llegan mis amigos a casa.
Celebramos por todo lo alto, todas las novedades del grupo, una nueva pareja, embarazos, propuestas de matrimonio, y nuevos trabajos. Todos nos alegramos por el resto. Disfrutamos de una tarde de juegos y películas diferentes, hablando de cosas sin importancia y de otras que quizás nos tendríamos que preocupar mas, pero por la euforia del momento, lo dejamos correr.
Cuando cae la noche, cada uno se retira y vuelven a sus casas. Jacob y yo, disfrutamos de una cena, poco abundante, para prepararnos las cosas de mañana.
- ¿Nerviosa cariño? - pregunta cuando ve que corro de un lado para el otro de la casa buscando ropa que ponerme mañana
- ¿Qué quedara mejor? - digo levantando dos conjuntos muy diferentes - ¿Este vestido negro, ajustado, elegante... o una camiseta normal y corriente con una camisa lisa y unos tejanos?
Él se ríe a escondidas mientras yo cojo otro modelito de ropa.
- ¿O mejor algo mas cómodo, mas suelto... pero es un poco casual no crees? - digo mientras aguanto otra percha con ropa - ¿Cres que mejor un vestido... suelto, corto, largo, ajustado, elegante, casual?
Un mar de dudas se apodera de mi cabeza y las inseguridades me atacan desde todos los lados. Pero para eso esta Jacob, dispuesto a ayudarme.
- ¿... cual es tu primera opción? La que has pensado primero - dice él con tranquilidad
Levanto la cabeza y veo toda la ropa que he sacado del armario. Lo primero que he pensado ha sido en el vestido negro ajustado.
- El vestido negro y ajustado - susurro aunque el me oye perfectamente
- Pues no lo pienses mas. - dice acercándose a mi mientras coge el vestido por el camino - Póntelo y ven, ya veras.
Obedezco su orden, me encierro en el baño y me pongo ese vestido. Detrás de la puerta, oigo mas sus peticiones.
- Maquíllate, como para ir al trabajo, voy a quitarte esas inseguridades - dice
Sonrío, se que estoy en buenas manos.
Hago caso a sus peticiones, me pongo el vestido negro, me tapo las ojeras con el corrector, me pongo un poco de colorete, me pongo rímel en las pestañas para que el color del ojo reluzca un poco mas. Me pongo un poco de color, para parecer un poco mas morenita, y un pintalabios un poco mas oscuro de mi color.
Me miro en el espejo, y sonrió, me muevo para verme de diferentes ángulos. Me pongo el pelo de diferentes formas, pero no termino de ponerme de acuerdo.
- ¿Necesitas ayuda? - dice asomando su cabeza detrás de la puerta
Asisto y el entra, me mira de pies a cabeza, descalza, con unas mallas marrones oscuras, el vestido negro ajustado, y el maquillaje en mi cara.
- El primer día - dice poniéndose detrás de mi - La primera semana, el primer año, son el mas importante. Y mas en un lugar como ese. - coge un peine para cepillarme el pelo con cuidado
Durante un rato, me peina en silencio, le miro atreves del espejo, desliza el peine desde la raíz hasta las puntas de mi rubí cabello.
- El pelo suelto, y largo como lo tienes tu, es símbolo de poder y seguridad, te lo dije para la entrevista. - dice mientras pone algunos mechones delante y otros detrás - Se que te puede molestar, pero al menos aguanta las 8 horas de trabajo del primer día.
Me da la vuelta para mirarme a los ojos. Sonríe y me hace dar una vuelta sobre mi misma en ese pequeño lavabo que tenemos.
- Mañana lo harás bien - dice mientras me coge de las mejillas para darme seguridad - Cree en ti, y si no, confía en mi, que creo en ti.
- Gracias mi amor - digo para poner mis manos detrás de su cuello y besarlo
Nos besamos sin prisa, me ayuda a desmaquillarme, a desvestirme y a deshacer la cama. Me ayuda a dominar los nervios de esa primera noche antes de afrontar dicho trabajo.
La noche es fría, en el tranquilo barrio de Manhattan, concretamente en 4 E 66th St en un decimo. Mis nervios me dejan dormir bajo los brazos de Jacob, acariciándome.
A las 5 suena el despertador indicándome que es momento de afrontar el día. Me levanto de un plumazo, y me meto en el lavabo, me quito las legañas y me pongo ropa de deporte. Antes de salir de la habitación echo un ultimo vistazo a la cama. Jacob duerme plácidamente, ocupando toda la cama al notar mi ausencia.
Salgo a correr durante media hora, corro 5 manzanas de la ciudad, dejando que el frio aire de Nova York me vaya despertando a cada paso que doy.
Cuando vuelvo a casa, preparo el desayuno, Jacob se ha despertado y se ducha a primera hora de la mañana. Cuando este sale de la ducha, yo he terminado de desayunar, al cruzarnos le dejo un beso corto en los labios y me meto en la ducha.
El agua fría recorre mi cuerpo cansado del ejercicio mañanero, mi cuerpo se termina de espabilar después de que la fría agua recorre este.
Cuando salgo de la ducha me visto con eso que preparamos anoche. Cuando salgo, Jacob esta vestido con su traje negro, preparado para ir a trabajar.
- ¿Preparada? - dice mientras se termina de acomodar la chaqueta del traje
- Si - digo segura de mi
Salimos de casa con toda la elegancia y la cabeza bien alta. Nos subimos en el coche de Jacob, el BMW 507 y ponemos rumbo al trabajo. Ambos trabajamos de lo mismo, pero el en una pequeña empresa cerca de las torres gemelas donde trabajo yo.
Para el coche frente las torres gemelas. Me mira y me besa con una sonrisa.
- Estarás bien cielo - dice cuando se aleja de mi - Siempre lo estas
- Nos vemos luego - digo antes de abrir la puerta del coche
Una vez fuera cojo el aire de la ajetreada ciudad de Nova York. Cierro la puerta detrás de mi y miro por ultima vez al amor de mi vida con una sonrisa.
Él me trasmite la seguridad que me falta, y después se va por la gran calle. Miro a la cima de la torre norte. Suspiro como para expulsar todos mis nervios. Cierro los ojos con fuerza y me aplaudo las mejillas de un solo golpe.
Una vez los nervios fuera, miro la hora. Son las 7:58, llego justo a tiempo. Alzo el paso hacia la puerta, y la atravieso, con total confianza.
La secretaria me recibe encantada, y al decir mi nombre llama a mi superior. Este baja a buscarme, subimos prácticamente los 110 pisos de dicho edificio. Me explican el funcionamiento de cada planta, de todo el edificio, y del funcionamiento de la Torre Sur. Por que ambas torres trabajan a la par, y aunque mi oficina este en la norte, tendré que ir a la sur alguna vez.
La torre norte pertenece a muchas cadenas televisivas. Y en la azotea de la torre Sur es un poco turística para ver las vistas del distrito de Manhattan.
Ambas torres tienen un sistema alto de seguridad, debido a los últimos incidentes. Por ejemplo, un incendio en el 75 desde la planta 11 de esta misma torre, que se extendió hasta la planta 14. O el caso de la bomba en el 93, también en la torre norte, un camión aparco en el parquin de esta y desde allí reventó. O también, el mas reciente, un robo, el año pasado, un robo de 2 millones de dólares en efectivo.
Debido a todo esto, la seguridad de las torres a aumentado, y esta vez, no debería ocurrir nada.
Una vez me han enseñado todo el edificio me llevan a la planta 54 donde tendré mi oficina. Me instalo sin prisa, y empiezo a trabajar.
Con el paso de las semanas termino mas que acostumbrada. Tengo buenos compañeros que si he tenido algún problema, no han tendido ninguna dificultad para ayudarme.
Todo transcurre con normalidad y con mucha simpleza. Pero de un día para otro las cosas dejan de ir tan bien.
Esa semana estaba empezando fatal. El domingo discutimos, Jacob y yo. Había encontrado un sujetador en casa que no es mío. No espere explicaciones, simplemente le grite, y me dormí en el sofá.
Hoy, lunes 10 de setiembre, cuando suena el despertador a las 5 de la mañana, como de costumbre, me doy cuenta que me he pasado la noche entera sin dormir, tengo un importante dolor de espalda. Salgo a correr sin desayunar, como hago todas las mañanas. Y cuando vuelvo a casa, preparo el desayuno para los dos, por inercia, y por que es lo mínimo que puedo hacer a pesar de estar cabreada con él. Me ducho, antes de que el se despierte, no tengo ganas de verle. Salgo de casa antes, hoy voy al trabajo andando, con unos pantalones y una camisa, con chaqueta. De todas maneras no hay nadie por la calle a las 6:30 de la mañana.
Ando a paso decidido por las calles de Manhattan por esa ciudad que me ha visto crecer durante tantos años. Durante el camino, llamo a mi madre, ella sale a trabajar ahora y aprovecho para que me quite el mal humor de esta mañana.
Cuando llego al World Trade Center, donde trabajo me siento en el banco frente la torre sur a tomar el aire.
Para estar abajo, pudiendo subir, decido tener las mismas vistas desde la planta mas alta. Las calles desde aquí arriba son diminutas. Sus 410 metros se notan, el vértigo se apodera de mi cuando miro a mis pies.
El día en la oficina transcurre sin problema. A media mañana me llega un mensaje de Jacob:
"¿Podemos hablar? Es un malentendido, se que parece lo que no es, te lo demostrare."
Lo ignoro, ahora no tengo tiempo para estas pequeñeces.
"Te paso a buscar, no te vayas andando. Por favor."
Suspiro, pero termino accediendo. Después de esa dura jornada de trabajo salgo fuera, y allí, veo su coche BMW 507 negro. Suspiro, pero me meto dentro en silencio y sin bajar la cabeza.
Jacob no arranca el coche, pero toma la palabra.
- Ese sujetador es de mi hermana - dice rompiendo el silencio
- ¿Y donde esta ella? - digo sin mirarle
- Esta en Boston - dice avergonzado
- ¿Pero no estaba aquí? Jacob, la historia no tiene ni pies ni cabeza, dime la verdad - digo
Él hace silencio, me limito a verle de reojo, sin que me vea. Esto terminara mal.
Mi hermana ya esta al tanto de la situación, le he pedido que me deje dormir en su casa. Para terminar esto de una vez por todas.
- La puedo llamar para demostrártelo - dice Jacob sacando el móvil para llamar a su hermana
Jacob llama a su hermana, y a la vez la mía aparece detrás de su coche. Oigo a su hermana defenderle, y cuando cuelga la llamada, me bajo del coche para subirme al de mi hermana.
Necesito tiempo.
Tiempo para pensar todo este jaleo.
Pero antes de poder darle muchas vueltas pasa la noche, y vuelvo a las oficinas por la mañana. Sin trampa ni cartón, Jacob llama a primera hora de la mañana. Subo a mi oficina, mientras ignoro todas sus llamadas.
En mi despacho, tengo un enorme ventanal, antes de empezar a trabajar miro por ese ventanal las vistas que me cede una planta 54. A la lejanía veo un pequeño avión que me llama la atención.
Por inercia pienso que viene hacia mi, pero descarto la idea, estará despegando.
Pero los segundos pasan y este se acerca hacia la Torre Norte peligrosamente. Antes de darnos cuenta, el avión se estrella en la torre, causa un enorme terremoto y por la onda expansiva de la explosión se me clavan varios cristales del ventanal en una de las piernas.
El ruido del motor del avión, los gritos de la gente, partes del edificio cayéndose. De repente, presiento que todo se me viene encima. Corro a por mi móvil, veo una llamada de Jacob. Toda la planta sucumbe entre gritos, la gente sube y baja las escaleras, algunos dicen que la torre no lo aguantara y se vendrá abajo, que hay que subir a la azotea para que un helicóptero nos rescate antes de que el edificio se venga a bajo.
- ¿Delia? - dice Jacob cuando contesto la llamada - Por favor dime que estas bien, estoy viendo la torre norte
- Estoy bien - digo mientras me quito con cuidado varios cristales de la pierna omitiendo su preocupación
- Tienes que salir de ahí - dice Jacob
- Ya - digo seria intentando levantarme
- ¿Segura que estas bien? - dice preocupado
- Jacob, cuando salga de aquí, hablaremos ¿vale? - digo levantándome a duras penas mientras uno de mis compañeros se acercan - Tengo que ayudar a evacuar. Hablamos luego
Deje mi móvil en el bolsillo, de alguna manera, pensé que me haría falta. Mis compañeros me ayudan a andar, ya que debido al corte de los cristales no puedo andar bien.
Algunos dicen que es mejor bajar y salir de aquí, por las escaleras podríamos salir. Otros se ofrecen a subir, y otros a buscar heridos entre las plantas afectadas, aparentemente entre la 93 y 96.
Decido que es mejor salvar vidas y bajar, pero no estoy en condiciones de ayudar, sin poderme mover. Mis compañeros me ayudan a bajar las escaleras de los 53 pisos restantes.
Al poco rato, recibimos noticias de la torre sur, bueno mas que recibirlas, las vemos desde dentro de la torre, otro avión se estrella contra esta segunda torre, sobre las plantas 76 y 85.
Ahí todos fuimos consientes de que esos ataques aéreos eran un atentado terrorista. No teníamos ni idea de donde estaban, pero nos estaban matando. No sabíamos si los pasajeros de ambos aviones estaban vivos, o muertos, que era lo mas seguro.
Tampoco sabíamos cuantos de nosotros íbamos a sobrevivir, prácticamente no escuchaba nada.
Bajaba poco a poco, lento pero seguro, y entonces algo me quito la poca vida que me podía quedar, delante mío, la torre sur se acaba de caer, frente nuestros ojos.
Recuerdo verlo con total lentitud, viendo como se agrietaba desde abajo y se inclinaba para caerse sobre si misma. Si el mundo estaba viendo eso, que nos ayudaron.
Solo eran las 10 de la mañana, concretamente las 9'59 de esta.
Nosotros no tardaríamos en tener el mismo destino que toda esa gente que no había podido salir.
A medida que bajábamos escuchaba mas llantos, mas gritos y mas ambulancias. Pero dentro del propio edificio las cosas se quemaban, había gente muerta por diferentes lados, gente aplastada por armarios, vigas, y cristales.
Ya faltaba menos, cada paso que daba era un paso mas cerca de seguir viviendo, y entonces me acorde de Jacob.
Me acorde del amor de mi vida, solo estaba a escasas plantas de salir de esa torre. Pero cada vez me era mas difícil.
Pedí a mis compañeros que se salvaran ellos, que tenían familia, hijos, pareja, yo no tenia nada. Mi vida era el trabajo, si se caían las torres caería con ellas.
Durante un segundo dudaron, pero me sentaron en esas escaleras, y salieron corriendo. La gente bajaba corriendo y yo me limite a ir a una ventana que daba a la calle para gritar.
Desde arriba vi a Jacob mirando plantas arriba.
- ¡Jacob! - le grito por la ventana rota
Él no parece oírme. Lo volví a intentar, pero fue una perdida de tiempo.
Recordé mi móvil, y le llame.
- ¿¡Delia!? - dice al otro lado
- Te estoy viendo. - digo sonriéndole aunque no me vea
- ¿Dónde estas? Los bomberos dicen que se hundirá, tienes que salir de ahí ya. - dice inquieto
- No llegare, es imposible. Me hundiré con ambas torres Jacob. - digo tranquila
Desde arriba veo como se tapa los ojos con una de las manos.
- Jacob, no se quien era esa chica, pero vete con ella, no importa, total, no saldré de aquí. Quiero que seas feliz Jacob. - digo sonriéndole
- ¡Subo a buscarte! - dice decidido
- ¡No! ¡Quédate allí Jacob! - digo casi gritándole - Quiero verte
Él mira hacia arriba y yo también, buscando algo que pueda darle una pista de donde estoy. Veo que unos pisos mas arriba hay un cadáver de uno de mis compañeros, lloro en silencio.
- ¿Ves el cuerpo colgando? - digo quitándome las lagrimas de los ojos
- Si si lo veo - dice
- Estoy justo debajo, tres pisos concretamente - especifico
- ¿La ventana rota? - dice
- Si, justo ahí - digo sonriente de repente
- ¡Ostia! ¡Si! ¡Te veo! - dice y veo su sonrisa que tanto me ha gustado todos estos años.
La gente sigue corriendo y pocos van saliendo, un temblor me asusta de repente, se acabo el tiempo.
- Jacob - digo con calma - Te quiero, ¿vale? - digo y nuestras miradas se cruzan - Quiero que seas feliz ¿entiendes? Olvídate de todo lo que esta pasando hoy.
- Yo también te quiero cielo - dice él
- Dilo con mi nombre - digo llorando al notar como el edificio cae sobre mi
- ¡¡Te quiero Delia Miller!!
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Eso fue lo ultimo que escuche.
Ahora, con perspectiva, te puedo contarlo que paso.
El vuelo, 11 American Airlines con 76 pasajeros, 11 tripulantes y 5 terroristas se estrellaron en la torre norte a las 8:46 de la mañana entre las plantas 93 y 96. Todos los que iban en ese avión murieron con el impacto.
El vuelo 175 United Airlines con 51 pasajeros, 9 tripulantes y 5 terroristas se estrellaron en la torre sur a las 9:03 entre las plantas 76 y 85. Todos los que iban en ese avión murieron con el impacto.
A su vez, el vuelo 77 American Airlines con 53 pasajeros 6 tripulantes y 5 terroristas se estrellaron en el pentágono a las 9:37 de la mañana. Todas las personas murieron con el impacto.
En otro lado, el vuelo 93 United Airlines con 33 pasajeros 7 tripulantes y 4 terroristas se estrellaron a las 10:03 en el estado de Pensilvania, muy cerca de Shanksville. Murieron todos sus pasajeros, incluyendo los terroristas y los tripulantes.
Mientras tanto las torres gemelas ardían. La torre sur se hundió a las 9:59 de la mañana, y la torre norte a las 10:28 de la misma.
Ese día, murieron 2.996 personas, incluyendo los 19 terroristas, y 25.000 heridos. A día de hoy, 20 años después, sigue habiendo 24 desaparecidos.
El avión que se estrello en Pensilvania, tenia como objetico el Capitolio y faltaba un quinto avión que iría a la Casa Blanca. Los pasajeros de este avión a diferencia de los restantes, opusieron resistencia a los secuestradores, evitando así el objetivo de los atracadores.
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Y ahora con perspectiva de la historia, quiero brindar mi apoyo a todas esas familias, que perdieron a alguien ese día.
Pido perdón si esta historia ha ofendido a alguien, házmelo saber, y buscaremos una solución.
Solo quería transmitir lo que he aprendido después de ver varios documentales un día como hoy, que se conmueve los 20 años del atentado del 11 de setiembre de 2001.
Quería hacer llegar de alguna manera, lo que se vivió ese día. A la nueva generación, como yo misma lo soy.
Era plenamente consciente de los dos aviones contra las torres gemelas, pero no tenia ni idea de los otros dos y desde luego, mucha menos información.
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