V

Estaba durmiendo plácidamente, hasta que mi profundo sueño fue interrumpido por unas manos que pasaron por mi abdomen; debido a la somera sensación abrí los ojos viendo la silueta de una persona que no reconocí del todo, cosa por la cual los mismos casi salen de sus cuencas, pues me sentía atacado en lo más íntimo. Levantándome altamente alarmado tomé al gracioso de la camisa sacudiendolo con todas mis fuerzas, me encontraba dispuesto a romper en dos su rostro por atreverse a tocarme mientras dormía.

Estaba seguro de que era Jaebum.

Temprano, cuando estábamos repartiendo las habitaciones, era él quien se había mostrado más interesado en compartir lugar conmigo, siendo yo quién me negué absolutamente a aceptar algo igual, y más, cuando sabía perfectamente con qué propósitos lo hacía o pretendía lograrlo. Al final simplemente opté por una pequeña habitación en la primera planta, enseguida de la de Kihyun.

— ¡Hoseok, Hoseok. Soy yo, soy yo! tranquilo. — su voz era bastante baja, pero aún en medio de mi inmensa ira pude reconocer de quién se trataba. Me detuve de sacudirlo como a un muñeco y arrugué todo el rostro tratando de entender. 

— ¿Hyungwon? — sus manos agarraron mis muñecas y presionaron hacia abajo haciendo que lo soltara, él atinó a darme un beso en los labios y lo aparté evitandolo por completo. — ¿enloqueciste? ¿Qué si te hubiese matado? Maldición, no lo vuelvas a hacer... Creí que era Jaebum que se había salido de sus cabales.

— yo mismo lo habría matado con mis propias manos de ser necesario. — tirándome en la cama de nuevo cubrí mis ojos con el brazo derecho y pasé saliva nervioso siendo consciente, casi en seguida, de que estaba en la misma habitación junto a Hyungwon.  

— ¿qué haces aquí? — tomando lugar a un lado Hyungwon dio besos sobre mi hombro; por mi parte, me alejé dándole la espalda ignorando el cosquilleo en mi estómago y la parte en que había sabido besar con tanta dedicación. Se sentía como si no fuera a tener ninguna voluntad frente a él. Nunca la tuve.

— te extraño mucho, Hoseok. — alejé su mano que tenía ya entre mis pantalones, hice que dejara de agarrar mi trasero de la manera tan sugestiva en la que lo hacía y me moví muchísimo más hacia el extremo izquierdo de la cama marcando una distancia considerable.

— No estoy de humor para esto. — se lo deje claro de una vez. Lo necesitaba, sí, pero no quería ser la persona a la que Hyungwon acudía por un poco de lo que quizá no tenía con su prometida; quería a Hyungwon por completo y no estaba siendo él justo al dejarme de lado cada que no me necesitaba, no era como había prometido serían las cosas y eso me molestaba demasiado.

— ¿no estás de humor? — su voz burlesca y oscura me hizo cuestionarme tantas cosas — temprano parecías muy bien, pero ahora simplemente ¿no estás de humor?   

— regresa a tu habitación y déjame dormir en paz. Mañana saldremos a explorar y lo último que quiero es parecer cansado. — escuché un suspiro de su parte, era uno pesado que me creó un nuevo agujero en el pecho. Por alguna razón ahora un simple gesto de desánimo suyo me producía un millón de sentimientos melancólicos que no me dejaban pensar ni reaccionar más allá de lo contrario a la felicidad.

Nunca antes habíamos sido así, pero ahí estábamos los dos siendo de esa manera el uno con el otro.

— Tú tampoco has hecho nada para alejar a Jaebum. — su reclamo estaba fuera de serie, casi pude sentir como el enojo crecía dentro de mí y se alojaba en mi cabeza; quise gritar, pero estaba seguro de que nadie tenía idea de que él estaba aquí por cuenta propia, así que susurré con la mandíbula apretada deseando, por favor, se diera cuenta de todo el cinismo que estaba usando para comparar dos situaciones que no tenían nada que ver una con la otra.

— no soy yo el que se va a casar en dos semanas, Hyungwon. No pretendas enredarme o meter a Jaebum en esto. — me había dado vuelta para verlo a los ojos, los míos se habían acostumbrado muy bien a la oscuridad y pude notar a la perfección su rostro que no era para nada apacible; él también estaba enfadado.

No me sentía nada bien al respecto. Creía que cada cosa que pudiera decir sería borrado con cualquier acción por parte de Hyungwon, lo sabía, ya lo había experimentado; él no me escuchaba y cuando estaba junto a él yo no tenía control sobre mi mente o cuerpo, sólo sentía y no estaba bien.

Definitivamente no era lo que debía estar haciendo.

— ¿preferirías que fuera él quién estuviera aquí y no yo? Sólo dilo, dilo de un vez.

— no es lo que traté de decir.

— ¿estás seguro? Por que puedo ir a buscarlo y pedirle que venga a hacerte compañía, que te haga reír con sus ridículos chistes y así puedas tumbarte sobre él para susurrarle al oído cuantas veces quieras ¿eso es lo que deseas?

— no, no dije nada igual. Hyungwon yo...

— ¿qué es entonces? Porque lo único que he visto todo este tiempo es a ti alrededor de ese maldito idiota que te mira como si fueras una paleta en oferta.  ¿Crees que no me doy cuenta de eso? Todo el tiempo está tras de ti y tú se lo permites. No soy un tonto, Hoseok.

— Hyungwon, eres mi mejor amigo ¿Cómo puedes decir esas cosas?

— no soy tu mejor amigo, Hoseok. ¡No lo soy! — él lo dijo muy falto de paciencia, con dureza; se había sentado sobre la cama mientras me miraba fijamente con un rencor que no era propio de él.

Por supuesto me sentía destrozado; sin remedio veía pasar cada uno de esos buenos momentos que habíamos creado desde adolescentes, los veía pasar y destruirse con unas simples palabras que para nada debieron ser mencionadas. Mi pecho dolió como nunca antes, y como si hubiese sido premonición, lo que más temía sucedió.

— ¿qué fue lo que hicimos? — lo susurré poniendome a su nivel. Me senté sobre la cama totalmente derrotado, mi voz estaba rota y sus ojos se abrieron enormes por el asombro... porque apenas y era consciente de lo que había dicho de manera tan certera y cruel.

— no - no lo sé. Lo siento, Hoseok, lo siento tanto.

— no es como debería ser, Hyungwon, Un 'lo siento' no es lo que quiero escuchar. — el horrible dolor en el pecho no me dejaba hablar con claridad y mis lágrimas salieron mientras Hyungwon se acercaba y me rodeaba con sus brazos. — quie-quiero a-a mi amigo de regreso, lo quiero ahora. No te conozco, no sé quién eres. Dios, tengo tanto miedo, Hyungwon...

— shhh shhh shhh — cerré los ojos muy fuerte porque sentía que me partía en mil pedazos, todo me dolía y sólo quería de vuelta a ese cálido amigo con el que siempre podía contar, ese con quien reía sin importar cuán difícil estuviera siendo para alguno de los dos, el que me conocía y sabía cuando decir una palabra de aliento... Quería a Hyungwon de regreso porque no lo reconocía y me daba miedo, tenía miedo de mi, de él y de todo lo que estaba sucediendo y que era tan desconocido. — estoy aquí, Hoseok. De verdad lo siento, eres lo más importante para mi. Te amo y nunca querría hacerte daño, al menos no conscientemente.

— no lo hagas... — mi voz se atascó y sorbí la nariz antes de sollozar de nuevo. — hacerme sentir así de triste, por favor, ya no lo hagas más... — Me alejó pasando su dedo pulgar por mi mejilla, me incliné hacia él intentando sentirlo más y así calmar mi aflicción, pero su tacto suave me hacía sentir dolor y paz, todo al mismo tiempo y no entendía cómo siquiera era eso posible.

El amor que sentía por Hyungwon me envolvía por completo y no me permitía ver más allá de lo evidente, de lo que quería que era a él. Dios, lo amaba tanto que ni siquiera me importó que no hubiese dicho nada con respecto a no herirme de nuevo, sino que me abalancé a besarlo con ansias y anhelo, porque yo también lo había extrañado tanto...

Acercándome a él lo abracé profundizando el beso, por lo que una de mis manos fue a dar a su cabello rubio. Mi lengua no tenía suficiente con probar su tierna boca, así que mordí sus labios cuidando de no lastimarlo porque para mí él era algo precioso que debía ser tratado con toda la delicadeza del mundo, incluso si resultaba siendo herido en el proceso primero él, segundo él, tercero él y todo en adelante, para mi, en mi mundo, se trataba de Hyungwon y nada más.

Sentía sus manos por mi torso y espalda desnuda, sus caricias me hacían sentir como si volara y como quien no tiene sentido del tiempo o del espacio, me entregué. De nuevo, sin apuros o negaciones, sólo me ofrecí a él, a sentirlo y a dejarme guiar por sus besos y su respiración entrecortada que golpeaba mi rostro.

Me deshice de mis pantalones y él de su camisa, lo recibí con los brazos abiertos porque no podía resistirme a él, era algo que me generaba un gran desasosiego que calmaba solamente teniéndolo cerca, tocando su piel y probando sus labios.

Sus manos recorrían de manera fiel cada uno de los firmes músculos, besar su pecho era un motivo de alivio para mi que mantenía sumergido en la inmensa oscuridad de lo que era no tenerlo. Sus suspiros y delicados gemidos, la manera en que se estremecía entre mis brazos me hacía preguntarme entre besos y caricias profundas ¿qué nos faltaba realmente? ¿Era nuestro amor de verdad tan débil que no hallaba la valentía necesaria? ¿Cómo sucedió? Porque lo conocía desde hace años y aún no lograba comprender lo que pasaba con nosotros...

Sólo que la necesidad era más fuerte que cualquier cosa que pudiésemos razonar.

Divagaba mientras sentía la lengua húmeda de Hyungwon pasar por mí clavícula y me aferraba a él mientras rodabamos por la pequeña cama.  No era suficiente con sólo tocarnos, quería estar cerca, tan cerca de él que nuestras respiraciones fueran una, que su piel que quemaba la mía se fundieran; en mi mente no era demasiado, sólo lo que sentía.

Entre besos bajé por su abdomen, su piel era tan suave al tacto y la manera en que sus músculos se contraían me provocaba mil sensaciones, amaba el cómo sus dulces gemidos me movían algo en el interior que me motivaba a ir más y más allá. Quité sus pantalones junto a su ropa interior y mis dedos presionaron sobre su piel; me encantaba él, era una completa locura cómo cada parte de mi cuerpo vibraba con sólo tocarlo.

Di besos a lo largo de su erección. Nuestras risas cómplices y comentarios sin sentido daban ese toque familiar que no perdíamos, porque a pesar de todo existía esa costumbre, esa confianza que se había formado y crecido con los años.

Engullí su erección, me deleité y moví mi cabeza disfrutando de su forma de gemir, de enterrar sus dedos en mi cabello negro. Acaricié sus piernas y miré hacia él que tenía los ojos cerrados sumergido disfrutando en cómo yo lo hacía sentir, yo y no ella; rezaba a los cielos que fuera eso suficiente, que lo que buscaba en mi cada que decía que me extrañaba fuera lo suficiente para tenerlo a mi lado para siempre, porque estaba desesperado.

Tomé la base de su miembro, separandome levanté la cabeza mirándome cómo tenía su espalda enarcada y la menera en que temblaba le agragaba esa espléndida vista. Pasé mi lengua por la punta y volví a engullirlo, me movía de manera armónica tomándolo casi todo y sus dedos jalaban mi cabello llevando su propio ritmo.

— dejame intentarlo... — lo murmuré con mi rostro entre sus piernas, besando el interior de sus suaves muslos — dejame intentarlo esta vez — no era consciente de lo que haría, pero sí de lo que quería que era él. Mordí la piel sensible, él suspiró y y entre suaves murmullos habló.

— Te amo, Hoseok... — sus largos dedos se enrrollaron al rededor de mi brazo y guiándome me llevó hasta su boca, sus labios. Lo besé con pasión, profundamente y llené ese vacío en mi con cada beso y caricia; tomé su cintura moviéndome sobre él, rozando entre sí nuestras erecciónes y gimiendo entre besos. — hazlo.

Con un último beso húmedo me hice espacio entre sus piernas de buevo, mis manos temblaban y hacía lo necesario para que no fuera demasiado evidente.  Lo acerqué hasta que estuvo lo  suficientemente cerca, pasé mi mano por su abdomen plano presionando sobre la piel y deslizandome por el, tomé de nuevo su erección acariciandola y chupé mi dedo medio viéndolo fijamente mientras el deseo por tenerlo crecía sin mediada alguna.

Hyungwon se pasó la lengua por los labios varias veces y apoyándose en sus codos tomó mi mano que mantenía ocupada con mi boca. Cerró los ojos gimiendo por la manera en que mi otra mano se cerraba en su pene y se movía lentamente de arriba a abajo sin detenerse; cuando pareció encontrarse de nuevo, abrió los ojos fijandolos de nuevo en mi que estaba absorto en su imagen.

Llevó mi dedo a su boca, el contacto de su lengua caliente en mi dígito hizo que un suspiro se escapara de mis labios, me moví contra su trasero frotando mi miembro ansioso, la manera en que gemía al rededor de mi dedo despertaba ese pequeño depredador que se iba haciendo cada vez más grande y fuerte. Me moví de nuevo buscando sentir esa placentera sensación y sin resistirme retiré el dedo de su húmeda boca que me estimulaba con sólo el pasar de su lengua.

Abriendo sus glúteos introdujé mi dedo con cuidado de no lastimarlo, el siseó y cerró los ojos primero tensionandose y luego relajando los músculos de su cuerpo; moví mi dedo mientras mordía mi labio inferior y gemí a la par con el, porque verlo disfrutar me causaba un verdadero placer.

Mi dedo entraba y salía de su cuerpo con parsimonia, mientras mi mano se movía sobre su miembro y jugaba con su punta hasta hacerlo caer sobre la cama mientras se retorcía de placer. Introdujé un segundo dedo, los hundí completamente y abrí en forma de tijeras dilantolo, así estaría listo para recibirme.

Era un fuego inagotable.

Ni siquiera era su cuerpo ni nada físico, era en esencia Hyungwon lo que me llevaba a estar así, tan caliente y apasionado. Mi corazón latió con fuerza descomunal cuando al tomar mi pene lo alinee contra su entrada, sintiéndome inseguro comencé a introducirme en él y solté un suspiro seguido de un gemido que alcancé a silenciar a tiempo.

— oh, Dios... — había sido un murmullo, pero pude escucharlo. Sus manos agarraban las sábanas y el pecho se le veía brillante por el sudor. — dime que no fui un idiota que te lastimó...

— ¿te duele? ¿Quieres que me detenga? — hice que me abrazara con sus piernas y acaricié sus muslos con mis dedos pulgares pasandolos suavemente para relajarlo al menos un poco.

— ¿qué? No, no, diablos no. — se remojó los labios con lengua y se movió haciendo que me deslizara más adentro, gemí cerrando los ojos ante tal sensación. — estás siendo tan increíble, que sólo me queda por pensar que fui un imbecil contigo, Hoseok.

— yo te amo, Hyungwon... — terminando de deslizarme y estar unidos me detuve cuando estuve lo suficiente profundo, el corazón sonaba en mis oídos tan fuerte, que creía haber perdido todo sentido. — incluso si duele yo te amo, Hyungwon. Te amo demasiado y no puedo parar de sentirte esto, no puedo.

— no tienes que hacerlo, amor, no. — sus susurros buscaban calmar mi inseguridad ¿pero por qué no funcionaba? Todo era un proceso, era lo que había aprendido a lo largo de mi vida, pero aún había algo que me hacía sentir acorralado sin ni una posible salida. — tú eres la única persona que más amo, Hoseok. Eres tú.

— entonces déjala, Hyungwon. Déjala ya  y quedate conmigo. — mis cejas se juntaron debido a mi expresión que mostraba el poco conformismo que reinaba en mi. No lo quería sólo gimiendo bajo, evitando que cualquier persona que pudiera escucharnos nos juzgara por estar haciendo algo que quizá — muy probablemente — no era lo correcto. Yo quería todo de él, que estuviera ahí para mí y no sólo cuando encontrábamos el momento o el espacio adecuado; no me agradaba estar así con él a quién yo amaba tanto. Suspiré totalmente arrepentido y me incliné apoyandome con mis brazos a sus costados para besarlo y mis labios temblaron ante el roce de los suyos. — olvidalo, por favor olvida lo que dije... — lo mumuré sobre sus labios que me encantaban.

Hyungwon se movió lentamente provocando que la piel se me erizara, estar dentro de él se sentía tan bien, era estrecho y se movía deliciosamente. — no tienes que pensar en nada, baby. Estaré contigo sin importar qué. — Incluso si cabía la posibilidad de que fuera una gran mentira, yo le creía ciegamente. El se abrazó a mí fuerte cuerpo dando besos tras mi oreja y gimiendo me moví entrando y saliendo, su aliento caliente golpeó sobre mi piel sensible, un cosquilleo en mi vientre se formó y la inmensa adrenalina hizo que temblara ansioso.— me encanta como te sientes dentro de mi, Hoseok. — nuestros labios chocaron en un beso húmedo y necesitado. Rompí el beso gimiendo en su rostro, caí en mis codos y me empujé entrando en el profundamente. Su boca se abrió sin dejar salir ningún sonido, luego gimió de manera débil cuando volví a salir y a entrar de manera consistente golpeando una y otra vez.

Besé su cuello cuidando de no dejar ninguna marca que fuera evidente, incluso si deseaba hacerlo, para mi no era una opción siquiera. Bufé embistiendo con mayor frecuencia, los brazos de Hyungwon me rodearon el cuello e introduje mi lengua probando su cavidad, no estaba en mi conformarme con sólo uno o dos besos, quería probar y conocer casa rincón de la persona que gemía de manera íntima bajo mi cuerpo; me empujaba detro de él buscando esa unión que sentía lejana y que no quería perder por nada del mundo.

Quería a Hyungwon, lo amaba. Si no era él, sencillamente no sería nadie más.

Me separé y mirándolo desde arriba pude entender el por qué me sentía tan embrujado; él era más que hermoso, su cuerpo delgado era ligero, suave, pero también expedía una masculidad que no era fácil de ignorar.

— quiero follarte en cuatro.

Las palabras que salieron de mi boca ojalá pudiera decir eran parte de algún personaje que había creado con anterioridad, que era Nick hablando por mi en medio de una situación de pánico, pero no; era yo, Hoseok. Me sentía poseído por esa parte vulnerable de Hyungwon, por verlo tendido ahí en la cama conmigo entre sus piernas.

El obedeció, gimiendo se separó y se puso en sus cuatro extremidades. Fui a él, besé su espalda mientras acariciaba su costado derecho sintiendo sus cosillas, pasé liso por su silueta hasta anclarme a su cintura. Con un suspiro caliente que chocó contra su piel tomé mi miembro desde la base, masajee un par de veces antes de introducirme lentamente en él mordiendo fuertemente mi labio para no gemir fuerte y la cabeza de Hyungwon cayó ante tal acción igual.

— Hyungwon... — sosteniendo su cintura comencé a moverme. Embestí a un ritmo rápido y a pesar de lo que sentía, de la inmensa sensibilidad que me provocaba deslizarme en su interior, apenas y nuestras respiraciones irregulares se escuchaban; me hundía en él de manera tan deliciosa, tan firme, que mis ojos se entrecerraron dejándome caer en un profundo pozo ensordecedor.

Me incliné hacia delante obligándolo a caer en sus codos, mordí su oreja y seguí embistiendo buscando sentirlo más. Gemia en su oreja, se estaba volviendo una especial fascinación el cómo su cuerpo se movía al ritmo de mis penetraciones, hacia adelante y hacia atrás chocando contra mi pene que se deleitaba con su estrechez.

— Hoseok, oh, Hoseok... — comencé a masturbarlo mientras lo embestía, y besaba su hombro apenas y conteniendome de morder o marcar su piel. — más, Hoseok. Así, así... — sus palabras entrecortadas por los gemidos apenas y contenidos avivaban mi llama, me consumían, suspiraba y gemia con tanta satisfacción...

Lo sentí extremecerse bajo mi cuerpo, se corrió en mi mano y su cuerpo sufrió de espasmos, sus manos agarron las sábanas fuertemente mientras su cuerpo temblaba. Me detuve y reanude de nuevo mis embestidas escuchándolo gemir, estaba tan cerca también y Hyungwon parecía estar sensible. Embestí rápidamente a un ritmo apresurado, hasta que me corrí dentro de Hyungwon.

Mi agarre en su cintura se debilitó, mi pecho subía y bajaba agitado. Hyungwon cayó en la cama mirando a todos lados y acudí a él al instante besandolo, recorriendo su cuerpo con mis dedos como si no hubiésemos acabado de estar cerca uno del otro.

— te amo, baby. — sus brazos eran como largas estelas cálidas que me cubrían, me llené de su aroma y besé su cuello resguardandome ahí.

— por favor nunca me dejes, Hyungwon — pasé una pierna por encima de su cuerpo disfrutando de que su piel se pegaba a la mía — no sabría cómo continuar si me dejas de lado. No te olvides de mi, por favor... No me hagas una persona infeliz...

— tendría que morir para lograr olvidarte, Hoseok. Incluso después de muerto, siempre serás tú...

◇◇◇

Hyungwon terminó de poner sus pantalones y se acercó punzando mis pezones con sus dedos huesudos. Golpeé su mano alejandola de mi parte que estaba sensible luego de que jugara con ellos mientras estábamos abrazados en la cama, me levanté y lo atrapé en un beso, lo llevé hasta chocar contra una pequeña mesa y varias de las cosas que ahí habían se movieron haciendo ruido; Hyungwon rio entre besos y me separé para ver que no habíamos hecho mayor daño.

— Shhhhh, Idiota — me reí ante su intento tonto por parecer serio y lo levanté en el aire, él enredó sus piernas alrededor de mi cintura y sus brazos rodearon mi cuello. Besandolo de nuevo pasé mis manos por debajo de su camisa, mis labios se movieron sobre los suyos y con la lengua recorrí cada uno mientras bajaba hasta su trasero. — tengo que volver...

Me detuve de golpe.

— es-es cierto.... — mis ojos recorrieron su hermoso rostro, sonreí y caminé con él hasta la puerta. Bastante ridículo porque Hyungwon era más alto que yo, pero su cuerpo era delgado y podía fácilmente con él; sin embargo mis músculos se sintieron débiles ante esas palabras.

Lo bajé con cuidado pegando nuestros labios de nuevo, está vez, en un beso lento, firme y profundo que guié. Con ambas manos acuné su rostro, sus mejillas estaban cálidas y eran suaves, su brazos me rodeaban por la cintura y ladeaba la cabeza para encajar y profundizar cada beso.

— Nos veremos dentro de un rato. — lo dije en un momento para tomar aire y volví a besarlo sin tener suficiente de ello. Sus dedos se hundieron en mi cabello negro y lo jaló hacia atrás dejando mi garganta a su disposición; apreté su camiseta entre mis dedos cuando se lengua pasó por mi barbilla hasta besar mi manzana de adán.

— detente, Hoseok. — él lo dijo mientras bajaba por mí pecho, lo separé empujandolo contra la puerta y besandolo antes que nada.

— detente tú, tonto. No comiences nada que no vas a poder terminar — sostuve sus brazos para que dejaran de estarme acariciando y provocandome todas esas sensaciones que me hacían perder el juicio. Burlesco rodó los ojos y se inclinó atrapando mi labio inferior mordiendolo y siseé por el ardor en el costado derecho. —ouch...

— atrévete a besar a alguien más y te partiré las pelotas.

— como si pudieras. — solté uno de sus brazos para revisar mi labio que sagraba y lo miré — además, es injusto ¿no estás tú aún con Kristen? — bufé — eres un egoísta inconsciente.

— Yo no siento nada por ella. — solté un profundo suspiro cansado. Por algún motivo era yo quién ya no quería tocar más el tema; incluso cuando la había nombrado, mi impulso murió cuando las mismas palabras sin sentido salieron de su boca.

— Debes regresar ya. — tomé la perilla esperando se moviera para terminar de abrir la puerta, pero él se negó.

— estoy hablando en serio, Hoseok. — sus ojos estaban brillantes y su voz fue baja, profunda y firme. — Sólo quiero encontrar el momento adecuado para no lastimarla, porque a pesar de todo no es lo merece.

— ¿y qué estoy mereciendo yo entonces? — mi enojo volvió a crecer en el interior. Sorprendente era que estábamos discutiendo de nuevo debido a ella, a él, a mi... — ¿merezco ser maldecido? ¿Lo merezco, Hyungwon? — No recordaba haber discutido con él como lo hacíamos últimamente y eso me dolía, porque no podía imaginarme estando lejos de él y sin embargo me hastiaba que se comportara de manera inconsciente conmigo que lo necesitaba y amaba tanto. — hace nada dijiste que no me harías infeliz, pero contigo lo único que he conocido es la infelicidad...

Él se quedó mirándome al rostro sin decir nada, resopló y tomó aire de nuevo dando vuelta. Hyungwon abrió la puerta del todo por si mismo saliendo y lo seguí hasta la mitad del pasillo.

— por favor, por favor, no te vayas así — lo susurré desesperado. La casa estaba solitaria y oscura, nuestros pasos sonaron fuertes por ese tramo del lugar, pero no me importó. Lo abracé con fuerza desde atrás impidiendo que se moviera más, él se sentía rígido y su respiración estaba agitada.

— Tú siempre fuiste más inteligente que yo, Hoseok. Sólo dime cómo puedo resolver todo esto sin problemas, sin causar tanto daño... Sólo enséñame a cómo no lastimarte con cada estúpida cosa que hago. Hoseok, por dios, sólo dime cómo...

— no lo sé, no lo sé — negué con la cabeza y aflojé mi agarre para que se girara. Me fundi en el abrazo y busqué sus labios. — te quiero, cariño ¿tienes que regresar con ella? — el frenó en medio de lo que sería un nuevo beso y soltó el aire, asintió con pesadez tomando mi rostro con una de sus grandes manos, y acarició mis mejillas y labios de una manera dulce...

— ¿Hyungwon? ¿Hoseok? — mi cuerpo se quedó totalmente paralizado, los ojos de Hyungwon estaban abiertos en su totalidad y miró sobre mí hombro. — qué... ¿Qué están haciendo ustedes dos ahí?

Una pila de mentiras, una tras otra amontonadose como basura que podría cada parte de mi vida hasta sofocarme. Mis manos no las sentía de lo fuerte que agarraban la camiseta de Hyungwon, este se había puesto erguido una vez la voz de Kihyun retumbó un tanto alta al hacer esa pregunta que no sabía cómo responder.

— Regresa a la habitación, Hoseok. — su voz aún era baja, pero seria. Yo levanté la vista encontrándome con su mirada y él sonrió asintiendo la cabeza. — ve, yo me haré cargo. — lo murmuró antes de hacer que lo soltara y me obligara a dar la vuelta.

Mi mirada fue brevemente al hombre bajo de cabello castaño revuelto que miraba con los ojos entornados aún incrédulo. Agaché la mirada de inmediato y comencé mi marcha hacia la habitación contigua a la de él. Kihyun me siguió con la mirada y una vez estuve justo en frente murmuró un clarisímo.

— hipócrita...

Seguí caminando sin mirarlo una vez, ni a él ni a Hyungwon. Entré a la habitación cerrando la puerta tras de mi y esperé escuchar algún escándalo mayor, pero no hubo absolutamente nada. Cerré los ojos y caí en el suelo rendido, estaba en pánico y asustado...

muy asustado...

◇◇◇

No logré dormír nada. Salí de la habitación a las nueve de la mañana totalmente vestido y sintiéndome cobarde sobre lo que sea que fuera a enfrentar una vez tocara la sala; creí que sería peor, pero no. En realidad, no.

Hyungwon estaba desayunando en el comedor junto a los demás, Kristen ponía los platos en la mesa para su primo junto a la chica que acompañaba a Hyunwoo y la novia del gringo. Kihyun veía el periódico mientras lo discutía junto a Jaehyun y Hyunwoo, pero no veía a Jaebum por ningún lado.

— Oh, Seokkie, despertaste ¿Tienes fiebre? ¿Qué te sucedió en el labio? — Kristen sonrió acercándose a mi y yo medio correspondí a su sonrisa llevando mi cabeza hacia atrás una vez se acercó a ver la herida en mi labio. La mirada penetrante de Kihyun se posó en mi por varios segundos antes de regresar al periódico, en cuanto a los demás, todos saludaron y Hyungwon me siguió con la mirada en silencio hasta que tomé asiento frente a Hyunwoo.

— ¿pasaste buena noche, Hoseok? — Jaehyun lo preguntó curioso, pero esa pregunta era la que precisamente no quería yo tocar.

— Claro que lo hizo, ronca tan fuerte que pudo haber destruido la casa entera. Incluso tuve que levantarme a tocar su puerta para saber lo que le sucedía. — todos rieron, menos Hyungwon, Kihyun y yo. Mi cuerpo se sentía rígido porque, por supuesto, esa era una nueva mentira que se juntaba a la pila que estaba a punto de desmoronarse.

No sabía qué había hablado Hyungwon con Kihyun, al fin y al cabo ambos de llevaban mejor porque habían estudiado y trabajaban juntos, pero  era difícil creer que en realidad Kihyun no se hubiese exaltado ante lo que sus ojos vieron durante la noche. Eramos Hyungwon y yo besándonos, abrazandonos sin ningúna restricción, no como amigos, no como antiguos compañeros de escuela, sino como amantes.

La voz de Jaebum sonó alta saludando a todos, él se veía también fresco y listo para desayunar; tomó asiento a mi lado.
— Hola ¿cómo estás? — voltee a verlo y asentí antes que nada.

— bien, gracias... — le respondí

— no lo pareces ¿seguro que todo está bien? — su preocupación era genuina, lo entendía perfectamente así que sonreí asintiendo nuevamente; algo a lo que él se quedó en silencio, miró mi labio y asintió de vuelta pero poco convencido.

— si él dice que está bien es porque está bien. No tienes por qué hacer parecer ante todos que eres una persona que se preocupa por él, cuando es claro que no lo necesita. Él no necesita de ti.

— Creo que el futuro esposo está de mal humor esta mañana. — el primo de Kristen soltó a reírse a modo de chiste, yo sólo vi a Hyungwon negando con la cabeza la estupidez que estaba tratando de hacer. Un suspiro pesado abandonó los labios de Jaebum y mis ojos fueron directamente a él que veía a Won con molestia.

— ¿hay algo más que quieras decirme? Pareces dispuesto a atacarme cada que estoy cerca de Hoseok ¿existe una razón en especial, Hyungwon?

Sin dudarlo tomé el brazo de Jaebum aplicando la fuerza necesaria para que entendiera que quería que se detuviera, él miró mi mano que se cerraba al rededor de su antebrazo y luego a mi. soltando el aire, Jaebum miró a todos que presenciaban la situación preocupados y curiosos, mientras que Kristen y las demás habían tomado asiento en la mesa también.

— ¿qué sucede? — preguntó ella con curiosidad — ¿Hyungwon no está siendo agradable contigo? — rio y agarró la mano de Hyungwon. Mi agarré en el brazo de Jaebum se apretó inconscientemente al verlo todo — No lo culpes, él siempre ha sido así con su mejor amigo. Debe temer mucho que lo perderá para siempre ahora que se casa. Es tonto, siempre le he dicho que una vez nos mudemos a Kentucky podrá visitarlo cada año, durante navidad.

La risa de todos y entre esas, la risa satírica de Kihyun llegó a mis oídos, solté el brazo de Jaebum queriendo levantarme e irme de una vez por todas. Era horrible, no lo soportaba y me era imposible aceptar que Hyungwon en serio me había mentido; de ninguna manera podía seguir  aguantando las tontas indirectas de Kihyun, mientras Kristen mantenía la cercanía de siempre con Hyungwon, en tanto confesaba tan tranquilamente que se lo llevaría lejos de mi.

— todos están un poco tensos esta mañana. Al parecer la carne no estaba en muy buen estado ayer — Hyunwoo trató de animar a todos, sonrió con esfuerzo, pero se notaba igual de incómodo con la situación y me sentí culpable de la nada. Por todo lo que sucedía, por el mal rato, por las mentiras dicha.

— eso debe ser — dijo Jaebum volviendo a mi — lo siento. — musitó hablándome en voz baja y yo asentí de manera débil sin levantar la vista del plato. — definitivamente no te ves bien Hoseok, deberías ir a la habitación. Vamos, yo te llevo. — lo murmuró cerca y yo asentí de nuevo. Jaebum se levantó al instante — Acompañaré a Hoseok a la habitación, no tardaré.

— está bien, es mejor. Se ve mal. — comentó la novia del primo de Kristen. Ni siquiera era consciente de mi real estado, sólo me sentía mal y ya. creía que en cualquier momento caería en algún tipo de crisis porque sentía la presión de absolutamente todo.

— no irás a ninguna parte con nadie. — la voz de Hyungwon retumbó por encima de la de todos y me puse rígido, lo miré rogándole que no hiciera nada más estúpido, pero él sólo miraba a Jaebum con un rencor especial que no fue desapercibido por quienes estaban ahí presentes.

— iré por cuenta. Lo siento a todos, no me encuentro muy bien. — me excuse y todos asintieron en silencio. Alejé la mano de Jaebum y me levanté dando la vuelta.

— Wow, esto está más intenso que ayer que descubrimos a Kihyun cogiendose a Kristen — una risotada retumbó en la habitación del comedor. — estaba ebrio pero puedo asegurar que eran ellos ¿no es así Jesse? Esta es la mejor boda a la que hemos asistido, hombre.

— maldita sea Owen, cállate. — le replicó su novia.

— ¡Owen! — Kristen se había levantado totalmente pálida y miraba a su primo con furia. Me había dado la vuelta y al primero que enfoqué fue Hyungwon que tenía la frente fruncida mientras veía fijamente al primo de su prometida.

— ¿de qué estás hablando?

— Vamos, Hyungwon. No vas a creer algo tan tonto por parte de este sujeto. — Hyunwoo se levantó  y Jaehyun miraba a Kihyun y a Hyungwon de manera intercalada. Me acerqué de nuevo al comedor y le hablé.

— tienes que ir a arriba, Won.

— ¿por qué todos se comportan así? ¿No están los novios en una relación abierta? Yo creí que sí. Todos sabían, me atrevo a decir que hasta su mejor amigo lo sabe.

Miré a Kihyun que resopló furioso y este miró al rubio sentado diagonal a el; el sujeto le regresó la mirada sonriente y se encogió de brazos.
— y si es así ¿qué? — soltó Kihyun poniendo su rostro serio.

— ¡Kihyun, no! — Kristen hubiese rogado de rodillas porque no lo dijera, pero Kihyun parecía decidido a decirlo absolutamente todo. Al parecer el tiempo que había estado diciendo encontraría algún día era ese preciso momento.

— He estado saliendo con Kristen desde hace dos años. — su confesión me dejó sorprendido; dos años era demasiado tiempo ¿cuánto llevaban en eso y cómo lo habían mantenido tan escondido? Eso sólo ellos lo sabían. — pero yo no soy el único hipócrita aquí — cuando Kihyun dijo esas palabras mi mente dio un vuelco y mi corazón comenzó a latir rápidamente.

— Kihyun, basta. No lo hagas. — se lo rogué y no fue suficiente.

— Hyungwon engaña a Kristen con Hoseok. Anoche los descubrí besándose ¿no es así, Hyungwon? Diles a todos cómo engañabas a Kristen con tu supuesto mejor amigo.

— ¿De qué mierda habla? — Jaehyun tosio seguro por la sorpresa, Jaebum me miró sorprendido y el resto estaba  completamente incómodo con la situación.

— ¿qué? — Kristen parecía no creer lo que estaba escuchando. Sus ojos me inspeccionaron y luego a Hyungwon. — ¿cómo pudiste?

— ¿me lo dices a mi? — Ambos se miraban retandose, Kristen fue la primera en apartar la mirada y correr escaleras arriba. Era evidente que estaba muy herida.

— todos, váyanse, regresen y déjenme solo. — Hyungwon habló grave y la mayoría se levantó yéndose a sus habitaciones a empacar seguro. Aturdido me acerqué a Hyungwon y este me miró dolido. — tú también Hoseok, no quiero verte.

Mi corazón dolió cuando escuché esas palabras. No pude emitir ningún sonido y al verlo subir las escaleras yendo hacia la que era su prometida comprendí que Hyungwon no era mío, que mis mentiras lo habían alejado mucho más de lo que podía esperar, y que aún con todo, quizá nunca hubiese podido captar algo más que su simple interés en mi... Quizá, en realidad... Quizá Hyungwon no me amaba como yo quería creer.

Eso pensé.

Total, mi pila de mentiras había caído sobre mi aplastandome por completo, me sentía destruido y totalmente desorientado.

— Vamos, Hoseok, dejalo por ahora. Luego tendrás oportunidad de hablar con él. — Jaebum me tomó del brazo llevandome a mi habitación, mientras yo aún veía hacia la dirección en que había desaparecido Hyungwon.

Yo me negaba a aceptar que lo estaba perdiendo, por nada del mundo aceptaba que Hyungwon quisiera dejarme.

______________________

Hola!

2:05 am oye, me quedé dormida luego de comer y ahora estoy aquí de nuevo 😅 bueno, continuamos. Espero que lo disfruten.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top