Capítulo 6: La Ciudad Mirandor.
Alexander termina de faenar al oso araña y guarda la carne y los materiales en su mochila cuántica.
Alice mira la mochila de Alexander con mucha curiosidad, para ella era como las mochilas sin fondos de las caricaturas o historias de fantasía.
- Tu mochila es increíble ¿Cómo lo hace para que entre tantas cosas? – Preguntó Alice Curiosa mientras mira y señala la mochila.
- Es un tipo de tecnología, por cierto ¿A cuánto estamos de la ciudad? – Preguntó Alexander mientras camina poniendo la mochila en la espalda.
Alice saca un teléfono celular y abre una aplicación se Mapas.
- Mmm... Si seguimos a esta velocidad llegaremos en unas dos horas más o menos. – Explicó Alice mientras desliza el panel táctil de su teléfono celular.
- Entiendo, va a ser un camino largo. – Dijo Alexander mientras se rasca la cabeza.
Alice mira la mejilla de Alexander y recuerda lo que sucedió con Egil.
- Lo siento por lo de mi subordinado. Es así porque es mayor que yo y cuando éramos niños siempre me protegía, pero parece no entiende que crecimos y ya puedo defenderme sola, ya no tengo que estar a su lado siempre para que me proteja. Ven aquí. – Dijo Alice mientras saca un pañuelo y le pone medicamento.
Alice pasa el pañuelo por la cara de Alexander para limpiar la herida y ponerle medicamento, de paso limpia la sangre.
- Ah, gracias. No pasa nada igual, solo quiere protegerte. – Dijo Alexander mientras Alice termina de esterilizar la herida.
- A veces lo dudo, a veces siento que en realidad está siendo posesivo conmigo. Pero creo que es solo mi imaginación. – Dijo Alice mientras guarda el pañuelo y vuelve a caminar.
Alexander la mira y camina también detrás de ella para alcanzarla.
- « Ella se dio cuenta pero quiere negarlo, está más claro que el agua. » - Pensó Alexander mientras mira a Alice.
Alexander intenta cambiar de tema porque la situación se había vuelto incómoda.
- Dime ¿Qué hacen los exterminadores? – Preguntó Alexander mientras se toca la barbilla.
- Los exterminadores nos encargamos de erradicar a los monstruos que aterrorizan a la humanidad. – Dijo Alice mientras señala su insignia en su uniforme.
- Mmm y dime. Puedo ser también un exterminador? Necesito un trabajo. – Dijo Alexander mientras pone ojos de cachorrito.
- Con tus habilidades claro que puedes ser un exterminador, pudiste derrotar tu solo a un oso araña. – Dijo Alice mientras hace una pose de oso.
- En realidad maté a dos, hace unas horas había matado a otro, tengo los materiales guardado en mi mochila. – Dijo Alexander mientras saca su mochila.
Alice estupefacta para de caminar.
- ¿Qué pasa? ¿No me crees? Si quieres te lo muestro. – Dijo Alexander mientras abría su mochila cuántica.
- No! No hace falta, te creo, si eres tú creo que es perfectamente factible. – Dijo Alice mientras recuerda como Alexander mató en un segundo al oso araña.
Mientras van en camino hacia la ciudad Alexander organiza sus pensamientos.
- « Necesito conseguir un trabajo para ganar dinero y comprar materiales para hacer herramientas de civilización tipo tres para poder reparar a Antella. Después materiales para reparar la cápsula y buscar mi nave espacial. » - Pensó Alexander mientras se toca la barbilla.
- « Tengo que preguntar a Antella que sucedió con el planeta como para que hayan seres humanos, dependiendo de un análisis de sangre, tendré que ir a la milicia humana espacial e intentar hacer un contacto con los humanos de este planeta, para que sean parte de la unión raza humana espacial. » - Pensó Alexander mientras mira el cielo.
Caminan por un tiempo y ya está anocheciendo, hasta que logran avistar la ciudad.
- Mira Alexander, está es la ciudad Mirandor. – Dijo Alice mientras señala con el dedo.
Alexander mira estupefacto la ciudad, para él es algo nuevo, ya que es la primera vez que ha visto una ciudad de una tecnología de civilización tipo uno.
- Es hermosa. Gracias por traerme Alice. – Dijo Alexander mientras mira la ciudad con los ojos ilusionados.
Alice mira la cara de Alexander que se emociona como si fuera un niño.
- Jajaja, Vamos Alexander, no es como si nunca hubieras visto una ciudad. ¿No hay ciudades de dónde vienes? – Preguntó Alice mientras se ríe.
Alexander entra en razón y se siente avergonzado por haber actuado así.
- Cla... Claro que hay ciudades... Solo que son algo diferentes... Bueno, no perdamos tiempo y vamos a la ciudad. – Dijo Alexander mientras vuelve a caminar a la ciudad.
- Está bien. – Dijo Alice mientras lo sigue riéndose ligeramente y sigue a Alexander desde atrás.
Llegan hacia la entrada de la ciudad y un guardia los recibe.
- Identificación por favor. – Dijo el Guardia mientras entiende su mano.
Alexander lo mira y comienza a ponerse nervioso, ya que él no tiene identificación.
- « ¿Qué hago ahora? No tengo identificación ¿Será mi fin?. Pensó Alexander mientras se ponía cada vez más nervioso.
El guardia mira a Alexander y sospecha de él, pero Alice entrega su identificación.
- Tome mi identificación, por cierto, mi amigo de aquí viene de una tribu indígena, así que no tiene identificación, quiere ser un ciudadano de Mirandor así que lo llevaré a identificarse. – Dijo Alice mientras le agarra del hombro a Alexander.
El guardia mira a Alexander y entiende rápidamente la situación.
- Entendido, pueden pasar, pero vayan rápidamente al edificio de identificación. – Dijo el guardia mientras despeja la entrada.
- Muchas gracias señor guardia. – Dijo Alice mientras cruza la entrada de la cuidad.
- Gracias. – Dijo Alexander mientras la sigue.
Pasan a la ciudad y se van directamente al edificio de identificación para hacerle una tarjeta de identificación a Alexander.
Entran al edificio y Alexander va a hablar con una recepcionista.
- Hola, quiero hacerme una identificación, de dónde vengo no habían. – Dijo Alexander mientras mira a la recepcionista.
- Está bien, tome esta Tablet y rellene la información solicitada. – Dijo la recepcionista amablemente.
Alexander comienza a rellenar toda la información. Su nombre, edad, fecha de nacimiento, estado civil, etc.
- Ahí, tome señorita. – Dijo Alexander mientras se lo entrega a la recepcionista.
La recepcionista toma la Tablet y Lee la información.
- Listo, Señor Crawford venga a la sala de fotografía, tenemos que sacarle una foto para colocarla en su documento. – Dijo la recepcionista mientras se levanta de su puesto de oficina.
- Claro, cuento contigo. – Dijo Alexander mientras la sigue.
- Yo te espero aquí. – Dijo Alice mientras toma asiento.
- Claro, enseguida vuelvo. – Dijo Alexander mientras entra a la habitación.
Alexander entra a la habitación y hay una cámara de tecnología de civilización tipo uno y un asiento para que el modelo se siente.
- Tome asiento y espere que el fotógrafo le saque la mejor foto posible. – Dijo la recepcionista mientras está alado del fotógrafo.
- Está bien. – Dijo Alexander mientras se sienta derecho.
El fotógrafo le saca una foto y se la muestra a la recepcionista.
- Oh por dios... Como puede existir alguien con el cabello tan rubio y con ojos tan azules que brillan al mínimo contacto con la luz, es tan lindo. – Susurró la recepcionista sonrojada.
- Es cierto, puede ser modelo si quiere. – Susurró el fotógrafo mientras mira de diferentes ángulos a Alexander.
Alexander está comenzado a ponerse nervioso.
- Disculpe ¿Ya está la foto? – Preguntó Alexander apurado.
La recepcionista y el fotógrafo se miran a la cara y ponen una expresión perturbadora.
- Jojo. Todavía no, salió borrosa la foto. – Dijo el fotógrafo mientras hace una cara macabra.
- Es cierto, debe quedarse ahí más tiempo señor Crawford. – Dijo la recepcionista con una cara de stonks.
Alexander pone una cara asustada, algo le da un mal presentimiento.
Media hora después.
- « Alexander está tratando mucho. » - Pensó Alice mientras mira la hora en su celular.
Poco después sale Alexander de la habitación de fotos.
- Listo Alice, vámonos. Dijo Alexander con una expresión sombría.
- ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? – Preguntó Alice preocupada.
- No es nada, es que me sacaron demasiadas fotos y me hicieron hacer poses demasiado extrañas, me siento profanado. – Dijo Alexander mientras se agarra los brazos.
- Jajaja... Entiendo, feo lo debiste pasar. – Dijo Alice mientras lo golpea en la espalda para consolarlo.
- « No es de extrañar, Alexander es demasiado lindo, creo que nadie ha visto alguien con el cabello tan rubio y unos ojos tan azules como el mar que parecen que brillan a la luz solar, además de tener unos rasgos tan perfectos, sin dudas es muy guapo. » Pensó Alice mientras mira la cara perfilada de Alexander.
- ¿Sucede algo Alice? ¿Por qué me ves tanto? – Preguntó Alexander inocentemente.
- Ah, no, nada. Dijo Alice sonrojada levemente.
Salen del edificio de identificación y se dirigen al gremio de exterminadores.
Suena el estómago de Alexander.
- Ah, creo que tengo hambre. – Dijo Alexander mientras se toca el abdomen.
- Vayamos a comer algo entonces. – Dijo Alice mientras camina hacia el lado el lado contrario del gremio.
Alexander sigue a Alice mientras tiene una expresión preocupada.
- ¿Qué pasa?. – Preguntó Alice y para de caminar.
- Es que, no tengo dinero para comprar de comer. – Dijo Alexander preocupado.
Alexander odia ser dependiente, a él le gusta comprar su comida con su dinero y nunca depender de otro, cuando se ve en la obligación de depender de otro económicamente, lo devuelve lo antes posible para no sentirse mal consigo mismo.
- No pasa nada, cuando seas un exterminador y obtengas dinero me lo devuelves, seguro te vuelves un exterminador más allá de la clase plata. Aunque en realidad no deberías devolverme nada, me salvaste la vida contra el oso araña , así es como te lo pagaré. Dijo Alice mientras se acerca al restaurante.
Alice comienza a pedir una mesa.
- « Si o si voy a devolver el dinero, debo hacerlo. » Pensó Alexander mientras camina hacia donde está Alice.
El mesero los guía a la mesa y les entrega la carta con las órdenes.
- Lamento no poder traerte a un lugar más lujoso, este es el mejor lugar que puedo pagar. – Dijo Alice apenada.
- Tranquila este lugar es increíble. – Dijo Alexander mientras mira la pancarta.
Alexander no miente, el restaurante al que fueron no es para gente con reducido dinero ni para clase media, pero tampoco es para la clase alta, es un restaurante de clase media/alta.
- Señor y señorita ¿Que van a pedir? – Preguntó el mesero mientras saca sus Tablet para anotar las órdenes.
- Yo quiero un filete de oso araña con puré de papas al pesto. – Dijo Alexander.
- Eh, pero ese es el platillo más barato, pide otro Alexander. Dijo Alice apenada.
- No es eso, es solo que me encanta el filete de oso araña. – Dijo Alexander con una sonrisa.
- Está bien. Yo quiero piernas de pavo tiburón con verduras mixtas salteadas, además trae un vino Malbec añejado por veinte años, eso nomás, gracias. – Dijo Alice mientras señala el platillo en la pancarta al mesero.
- Recibido, enseguida vengo con sus órdenes. – Dijo el mesero mientras se despide.
Cuando se fue el mesero todos los del restaurante estaban viendo a Alexander y a Alice.
- Oye ¿Esa no es Alice Crowbell? ¿La hija del magnate Julius Crowbell? – Dijo tipo uno mientras admira la belleza de Alice.
- ¿Qué hace aquí? Ella es bastante famosa. – Dijo tipo dos mientras también admira belleza de Alice.
- Obtuvo la clase plata del gremio de exterminadores en un mes y como es orgullosa está emancipada y no quiere recibir ni un solo billete de su padre, se todo sobre ella, soy su fan número uno de su club de fan. – Dijo tipo tres mientras la mira pervertida mente.
- ¿Quién es ese chico que está comiendo con ella? Es muy lindo. – Dijo chica uno mientras mira sonrojada a Alexander.
- Parece un muñeco. – Dijo chica dos mientras lo mira fijamente.
- Ese chico que está con ella llama la atención innecesariamente. – Dijo tipo uno celoso porque es feo.
- ¡Tsk! Es solo un idiota. – Dijo tipo dos mientras chasquea la lengua.
- Está comiendo con mi Idolo Alice ¡Qué enojo!. – Dijo tipo tres mientras mira a Alexander enojado.
- Es cierto, como se atreve a siquiera acercarse si quiera la diosa Alice. - Dijo tipo cuatro que salió de la nada.
Al escuchar los murmullos Alexander no puede evitar sentirse incómodo.
- Parece que eres famosa. – Dijo Alexander y luego toma su vaso de agua.
- Si, es culpa de mi padre que me presumió en todos lados. – Dijo Alice fastidiada de todo esto.
- Los hombres no están contentos que esté conmigo ¿Debería irme?. – Dijo Alexander apenado.
- No, no me importan esos idiotas. – Dijo Alice sin expresiones.
- Está bien. – Dijo Alexander sin poder evitar sentir incomodidad.
Al rato de unos cinco minutos llega la comida.
- Aquí está las órdenes señor y señorita, filete de oso araña con puré de papas al pesto, patas de pavo tiburón con verduras salteadas mixtas y el vino Malbec de veinte años alejado. – Dijo el mesero mientras descorcha y sirve el vino en cada vaso y se va.
- Bien, comamos y luego vayamos al gremio de exterminadores. – Dijo Alice mientras empieza a comer.
- Está bien. – Dijo Alexander mientras agarra sus cubiertos.
Empiezan a comer y a platicar mientras todos el restaurante los ve de buena y mala manera.
Fin del capítulo 6
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