Capítulo 32: La familia Crawford.
La persona que abrió la puerta era Azura Crawford, la hermana mayor de Alexander, quién al verlo soltó un chillido sordo, por lo sorprendida que estaba.
- Hola, hermana, estoy devuelta ¿Supongo? - Dijo Alexander mientras no podía evitar temblar del miedo, de que no lo reconozcan o que hayan cambiado mucho.
Azura se llevó las manos a la boca sorprendida por la situación, luego de un segundo comenzó a llorar.
- A... ¿Alex? - Preguntó Azura llorando mientras se acerca lentamente.
- Si, soy yo, he vuelto. - Dijo Alexander mientras intenta esconder su miedo.
Acto seguido, Azura abrazó fuertemente a Alexander mientras lloraba desconsoladamente, él al ver la situación también comenzó a soltar lágrimas.
Alice no pudo aguantar más y también comenzó a llorar al ver la situación, Sara soltaba unas lágrimas con una sonrisa, Gregor estaba sonriendo feliz por su yerno y Eric estaba mirando asombrado a Azura, ya que era una belleza magistral, una que nunca había visto en Antierra, aunque en realidad Alice estaba muy a la par, pero claramente él nunca se daría cuenta porque son hermanos y obviamente él nunca la vería de esa forma.
- ¿Hija? ¿Quiénes s...? - Decía Candace Crawford hasta que vio a su hija llorando mientras abraza a su hijo que había estado perdido por diez millones de años, hasta estaba dado por muerto.
Candace al ver a su hijo frente a su puerta también comenzó a llorar y rápidamente abrazó a estos dos.
Byron miraba desde atrás mientras soltaba lágrimas con una sonrisa y el hermano mayor, llamado Ethan Crawford estaba sonriendo al lado de su padre.
Después de unos minutos cuando se tranquilizaron todos, Candace se dio cuenta que había cuatro personas más con su querido hijo.
- Disculpa hijo ¿Quiénes son estas personas? - Preguntó Candace mientras se limpia las lágrimas.
- Ah, perdón por lo presentarlos, esta hermosa chica es mi novia, Alice Crowbell, esta hermosa señora es mi suegra, Sara Crowbell, este gran hombre es mi suegro, Gregor Crowbell y este chico es mi cuñado Eric Crowbell.
Sorprendidas Alice y Sara preguntaron a la vez - ¿Hermosa? - y luego se sonrojaron levemente.
- Oh ¡Cielos! Mi yerno sí que sabe cómo hablar. - Dijo Sara mientras hace una sonrisa tonta.
- C... ¡Cariño! Q... ¡Qué ocurrencias dices! - Dijo Alice levemente avergonzada.
- Bien dicho yerno, soy un gran hombre jajaja. - Dijo Gregor mientras se ríe a carcajadas.
- ¿Cariño? - Preguntó Candace repitiendo la palabra que dijo Alice.
Alexander viendo como todos estaban muy confundidos, decidió calmar a todos diciendo las siguientes palabras.
- Vamos, cálmense todos, madre, esta es la familia que conseguí en el planeta que estuve viviendo, Alice es mi novia y estas personas de atrás son su familia, es decir, ahora son parte de la familia, lamento decir estas cosas egoístas después de estar diez millones de años perdido para ustedes, quizás ya ni se acuerdan o sienten sentimientos por mí, así que, si es así, nos iremos sin decir nada. - Dijo Alexander mientras temblaba un poco.
Candace y Azura pasaron de tener una expresión facial que expresaba confusión a una que expresaba enojo.
- ¡No digas estupideces! ¿¡Cómo voy a dejar de querer a mi hijo u olvidarlo solo porque estuvo perdido por diez millones de años!? ¡No hubo ningún momento en el que no haya pensado en ti! - Dijo Candace extremadamente enojada.
- ¡Yo igual! ¡Nunca me iba a olvidar de mi querido hermanito! ¡Ahora estoy enojada! - Dijo Azura mientras hace una expresión facial de enojo.
Acto seguido las dos se van caminando hacia dentro de la casa enojadas, Alexander tenía una cara de asombro total, estaba patidifuso.
- Hijo, deberías entender que nunca debes decir esas cosas, no sé si recuerdas, pero tu hermana y tu madre se ponen así cuando se enojan, deberías disculparte. - Dijo Byron mientras le agarra del hombro a Alexander.
- Si... Creo que en verdad la arruiné. - Dijo Alexander mientras suspira agotado por la situación.
- Disculpen la escena que hicimos, por favor pasen, no podemos dejarlos parado aquí para siempre, les invitaré lo que quieran, quiero conocer a la familia de mi nuera. - Dijo Byron mientras sonríe y hace una seña para que entren.
- S... Si. - Dijeron Alice, Sara, Gregor y Eric a la vez.
- Jejeje... No suena tan mal que me llamen nuera... - Dijo Alice mientras hace una expresión facial que expresaba felicidad mientras se ríe tontamente.
Todos entraron dentro de la casa y se sentaron en los sofás, Byron trajo una taza de té a Sara, Alice y Eric, para él, Gregor y Alexander trajo una botella de vino añejada por quinientos años, son de las botellas más caras que existen, aunque el vino más añejado que se puede consumir todavía es de dos mil años, pero se les agregan algunos químicos para que después de dos mil años se siga pudiendo consumir.
Alice, Sara y Eric no querían tomar alcohol ni tampoco confiaban en un vino que fue añejado por quinientos años, Gregor, para verse como todo un macho frente al padre de Alexander, aceptó una copa.
Le dio un sorbo y quedó anonadado, el sabor del vino tinto Malbec que tocó su paladar luego de darle una probada fue increíble, tenía un sabor intenso, dulce pero no era un sabor fuerte, sino que uno suave.
- Esta cosa es una maravilla. - Dijo Gregor mientras babeaba sin poder controlarse.
- ¿Verdad? Tengo entendido que en tu planeta no tenían vida eterna ni mucho menos juventud eterna, así que imagino que el vino más añejado era de cincuenta años ¿No? - Dijo Byron mientras le agarra del hombro a Gregor.
- Si, tienes toda la razón. - Dijo Gregor mientras sonríe.
Luego de unos minutos, vuelven Azura y Candace, arrepentidas por como reaccionaron, después de irse pensaron un poco en la situación y se dieron cuenta que para que Alexander pensara de esa forma, debió tener mucho miedo de que su familia ya ni siquiera lo reconociera.
- Hijo, nosotras queremos disculparnos por reaccionar así. - Dijo Candace mientras suspira arrepentida.
- Si Alex, perdónanos. - Dijo Azura mientras también suspira arrepentida.
- N... No, yo soy el que debe disculparse, lo siento. - Dijo Alexander mientras también suspira arrepentido.
Pasaron los minutos y ahora estaban todos sentados en los sofás, ya con los problemas solucionados y hablados, ahora solo resta en pasar un tiempo en familia.
- Díganme, señor y señora Crowbell, al venir para aquí ¿Recibieron miradas extrañas de las personas? - Preguntó Byron Crawford y luego le da un sorbo a su copa de vino.
Sara y Gregor se miraron, ya que Byron tenía razón, cuando bajaron de la nave la gente alrededor lo único que hacían era mirarlos.
- Si, tienes razón ¿Sabes la razón? - Preguntó Sara con una expresión facial que expresaba confusión.
- Si, sé. - Dijo Byron mientras le señala a su sirviente para que le traiga algo.
Luego de un tiempo el sirviente llegó con una jeringa con una aguja, se lo entregó a Byron, luego el sirviente se puso al lado de él esperando nuevas órdenes.
- ¿Para qué es eso? - Preguntó Gregor con una expresión facial que expresaba confusión y preocupación.
- Cuando bajaron de la nave, estoy seguro de que ninguno vio a alguna persona con apariencia de adulto mayor, es porque todos tenemos aplicados en nosotros la inyección de la juventud eterna. - Dijo Byron mientras señala a la jeringa.
- Ah, si, Alexander nos proporcionó una inyección, pero esa era llamada vida eterna. - Dijo Gregor mientras recordaba la situación.
- Si, la vida eterna era la inyección que se usaba hace diez millones de años, te provee vida eterna, pero si se lo entregas a alguien mayor tendrá esa edad para siempre, además que no previene la muerte por enfermedades. - Dijo Candace y luego toma su taza de té y le da un sorbo.
- ¿Cómo es eso? Así que por eso todos se ven tan jóvenes. - Dijo Sara mientras pone una sonrisa en rostro.
- Si, también lo pensé, pero no quise decir nada, ya que hasta ahora todo lo que tenía que ver con Alexander era algo nuevo para nosotros jaja. - Dijo Byron mientras se ríe sarcásticamente.
- Si, yo tengo más ciento cincuenta mil años que Alex y Byron tiene cincuenta mil años más que yo, pero tengo la apariencia de una mujer joven de veinticinco años. - Dijo Candace mientras se ríe levemente.
- ¿¡Qué!? I... Increíble... - Dijo Gregor sin poder creer lo que escuchaba.
- La inyección de la juventud eterna ayuda a sobrevivir a casi todas las enfermedades y virus, pero hay algunas exóticas y avanzadas que todavía no se puede solucionar de esa manera ¿Qué dicen? ¿Quieren inyectarse? - Preguntó Candace mientras hace señas a su sirviente para que traiga cinco jeringas más.
- ¡Yo quiero! - Respondió Sara con una expresión de felicidad máxima.
Es decir ¿Qué persona no quiere volver a ser joven y además de eso ser joven para siempre? Por esa razón, Sara estaba extremadamente feliz y Gregor también, pero Alice estaba levemente incomoda.
- Será raro ver a mi madre y padre jóvenes... - Dijo Alice levemente incomoda.
- Oh querida, para nosotros es normal, pronto te acostumbraras. - Dijo Candace mientras hace señas a otro sirviente para que traiga a uno de sus médicos privados.
Alexander vio que había cinco jeringas en vez de cuatro, así que decidió preguntárselo a su madre y padre.
- Madre, Padre ¿Por qué trajeron una jeringa de más? - Preguntó Alexander con una expresión facial que expresaba curiosidad.
- Ah, es porque una es para ti, tú te quedaste con la jeringa de vida eterna ¿Cierto? Necesitas renovarla con la de juventud eterna. - Dijo Candace mientras señala el brazo de Alexander.
- Pero yo ya recibí la inyección de vida eterna siendo joven ¿En serio la necesito? - Preguntó Alexander mientras se rasca la parte trasera de su cabeza.
- Si, la necesitas, como mencioné antes, esta inyección, además de rejuvenecer, ayuda contra enfermedades y regenera los órganos internos. - Dijo Candace con un tono de voz que expresaba severidad.
- Está bien. - Dijo Alexander mientras se sienta en el sofá nuevamente.
Después de unos minutos ya había llegado el médico, Gregor y Sara ya recibieron la inyección, rejuveneciendo en el acto.
- Woah, el señor Crowbell se volvió guapo de la nada. - Dijo Candace mientras se tapa la boca de la impresión.
- C... ¿¡Candace!? - Preguntó Byron entrando levemente en pánico.
- La señora Crowbell también se volvió muy hermosa de la nada. - Dijo Candace cuando vio a Sara.
Byron se tranquilizó, al principio había pensado que su esposa se había enamorado del papá de la novia de su hijo, pero lo dijo en general en realidad.
Luego recibió la inyección Eric y Alice, ahora Gregor, Sara y Eric, todos tienen veinticinco años, en cambio Alice, se quedó con veintitrés años, pero esto significa que ella crecerá hasta los veinticinco, lo mismo será con Alexander, él se había quedado con veintiuno, pero ahora crecerá hasta los veinticinco y hasta ahí llegará.
- «Increíble ¿En serio volví a tener veinticinco años? Es difícil de creer, pero es cierto, mis padres volvieron a ser jóvenes.» - Pensó Eric mientras hace una expresión de disgusto.
Ahora le tocaba a Alexander, así que él se sentó en el asiento, pero se dio cuenta de algo importante.
- Disculpen, el apoyabrazos debe estar en el otro lado. - Dijo Alexander mientras señalaba el apoyabrazos.
- ¿Hijo? ¿Por qué lo dices? - Preguntó Candace con curiosidad.
Alexander expulsa su brazo robótico y sale de su hombro, mostrando que en ese brazo no podrá inyectarse porque no es su brazo real.
- Como pueden ver, no tengo este brazo, así que tiene que ser en el otro. - Dijo Alexander con toda la inocencia posible.
- ¿Eh? Hijo ¿¡Cómo perdiste tu brazo!? - Preguntó Candace preocupada por su hijo.
- Ah, fue en medio de un ataque hace un año, no es nada serio. - Dijo Alexander mientras sonríe inocentemente.
- ¿¡Cómo que no es serio!? En nuestra civilización ya no es necesaria esas cosas, pocas veces hemos visto amputaciones y es porque la tecnología ya es tal como para tener tu brazo creado y unido a ti en pocos minutos. - Dijo Candace enojada por la situación.
- Candace, recuerda que nuestro hijo viene de un planeta que hasta hace un año tenía una tecnología de tipo uno y medio, además que nuestro hijo se quedó con la tecnología de una civilización tipo tres y medio, de hace diez millones de años, recuerda que en esa época la regeneración tardaba bastante y por eso la gente optaba por un brazo robótico. - Dijo Byron mientras intenta tranquilizar a su esposa.
- Además, que tampoco es tan raro ver a gente con partes robóticas. - Dijo Azura con una expresión facial que expresaba seguridad.
- Si, pero esos son los soldados o mercenarios, que necesitan más poder destructivo y entonces deciden tener partes robóticas, pero ¡Alex no necesita eso! - Respondió Candace con furor.
- Madre, si lo necesito. - Dijo Alexander con una expresión facial que expresaba determinación.
- ¿Eh? - Preguntó Candace confundida.
- Dentro de una semana voy a participar en el torneo de aumento de rango, quiero ser subteniente explorador. - Respondió Alexander mientras mira a los ojos a su madre.
- ¿Eh? ¡No! ¡Obviamente que no! ¡No volverás a trabajar en la suprema milicia humana espacial! ¡Por culpa de ellos estuviste millones de años perdido y te dimos por muerto! ¡Ahora solo vivirás como una persona normal! - Gritó Candace en pánico, ya que no quería que su hijo vuelva a trabajar de eso.
- Madre, quiero seguir trabajando en la suprema milicia humana espacial, quiero ser tan importante como padre. - Dijo Alexander mientras hace una leve sonrisa en su rostro.
- No es necesario hijo. - Dijo Candace intentando convencer a Alexander.
- Mamá ¿Recuerdas la importancia de que la familia Crawford siga trabajando en la milicia? - Preguntó Alexander mientras la mira a los ojos.
- ¿Eh? Ah, no, no lo recuerdo... - Dijo Candace intentando mentir.
- Padre ¿Tu lo recuerdas? - Preguntó Alexander mientras mira a los ojos a su padre.
- Claro que sí, nuestro ancestro, Elliot Crawford, en el año cien mil de la humanidad, comandó a los soldados y derrotó y desterró a la especie alienígena que invadía el planeta madre Earth en esa época. - Dijo Byron mientras hincha el pecho recordando con orgullo a su ancestro.
- Exacto, por honor a nuestro ancestro Elliot Crawford, todos nuestros ancestros intentaron hacerse un nombre en la suprema milicia humana espacial ¿Es lo mismo que hiciste, cierto padre? Te volviste comandante supremo de las fuerzas armadas de la suprema milicia humana espacial siguiendo esa motivación ¿Cierto? - Preguntó Alexander a su padre Byron.
- Si, así es. - Dijo Byron mientras mira seriamente a su hijo.
- Yo quiero llegar a un rango más alto, quiero superar a nuestro ancestro, quiero hacerlo en honor a él, por eso, no me rendiré, entiéndelo madre, por favor, este honor que me mueve recorre en la sangre de los Crawford. - Respondió Alexander con absoluta seguridad y determinación.
- Está bien... - Respondió Candace y luego suspiró.
- Pero por ahora pasaré una semana con ustedes, sé que es poco tiempo, pero estoy feliz de volver a verlos. - Dijo Alexander con una sonrisa en su rostro.
- Es cierto ¡Pasemos momentos divertidos en familia! - Dijo Byron con una expresión de felicidad y le siguieron la corriente.
Fin del capítulo 32.
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