Capítulo 31: Adiós Antierra.
Pasó un año entero desde que la especie humana del planeta Antierra fue reconocido como uno más de la suprema especie humana espacial, en ese tiempo, la civilización dio un gran cambio, los miles de millones de personas recibieron todo el conocimiento permitido de la suprema especie humana espacial, ahora conocen toda la historia de los humanos en estos más de diez millones de años.
Pero no pasaron toda la información como lo tiene Alice, solo las personas calificadas pueden tener toda la información completa, sería peligroso si todos los seres humanos supieran fabricar naves espaciales o armas de destrucción masiva.
La tecnología del planeta ha avanzado demasiado en solo un año, las ciudades, los electrodomésticos, los vehículos, todo, todo ha cambiado, gran parte de las personas pudieron obtener la nueva tecnología, pero la otra parte, al no tener el dinero suficiente, han tenido que quedarse con la tecnología antigua, pero esto es normal, así es como deben ser las cosas.
Alexander y Alice pasaron un año entero viviendo juntos, ella dio ese paso, mudándose al departamento de él, claramente Niccolò y Egil no estaban de acuerdo, pero no podían hacer nada, así que se quedaron callados.
En este salto temporal de un año, los seres humanos del planeta Antierra, viajaron de su planeta a otros planetas pertenecientes a la suprema especie humana espacial, ahora, ya es totalmente normal y los humanos de Antierra ya se han acostumbrado.
Después del año que Alexander vivió con su querida novia Alice, su relación se fortaleció aún más de lo que era antes, aun cuando eso era casi imposible, pero había llegado el momento de que él volviera a trabajar a la suprema milicia humana espacial.
Alexander se despertó, miró para los costados, por alguna extraña razón se sentía más pesado de lo normal, así que miró hacia su costado y vio a Alice, su querida novia, abrazándolo fuertemente, estaban durmiendo juntos en una cama matrimonial.
- «Alice es tan linda cuando duerme, ella no se levanta no importa lo mucho que la moleste, tiene el sueño muy pesado.» - Pensó Alexander mientras le acaricia la mejilla a Alice.
Alexander sacó los brazos de Alice de su cuerpo porque ella lo estaba abrazando y luego le dio un beso en la frente, se levantó y se fue a arreglarse y a hacer el desayuno.
Él quería mimar lo máximo posible a Alice antes de irse, preguntarás ¿Por qué? La razón es que, Alice discutió hace unas semanas con sus padres, ya que ellos no querían que ella se vaya a miles de años luz de distancia y los deje solos.
Alexander tenía que irse si o si, eran sus deberes y su trabajo, pero Alice no tenía una razón para irse más que porque ella quería ir con él.
Sara estaba triste, ya que no quería que su hija se vaya, pero tampoco se sentía con la moral para detenerla, ya que ella sabe que habría hecho lo mismo que ella a su edad con su primer amor fallecido, por otro lado, Gregor había empleado su presencia y prohibió a Alice irse y dejarlos para siempre, había un límite para su egoísmo, eso es algo que ni Sara podía recriminarlo, porque tenía razón.
Entonces desde ese momento Alice no ha vuelto a hablar con sus padres y ella había decidido dejar de pensar en este tema, tanto que ni siquiera revisó las fechas y ahora mismo ella no sabe que ya era momento de que Alexander se vaya.
Así que Alexander, algo desanimado y triste, mimó el día de ayer a Alice lo máximo que pudo y ahora hará el mejor desayuno que ella podría llegar a imaginar.
Pasaron las horas y Alice se despertó justo cuando Alexander estaba por terminar el desayuno, ella abrió los ojos y quiso despertarlo, pero se dio cuenta que él no estaba en su cama.
- «¿Alex? ¿Eh? No puede ser...» - Pensó Alice y comenzó a desesperarse poco a poco.
Se levantó rápidamente de la cama matrimonial con un salto y rápidamente salió corriendo de la habitación.
- ¡Alex! ¡Cariño! - Gritó Alice mientras entraba en pánico.
Ella entró a la cocina y lo vio a él, terminando de servir el desayuno y poner en una tabla, él quería llevarle el desayuno a la cama, pero ella ya se había despertado.
- ¿Alex? - Preguntó Alice confundida al ver a Alexander intentando levantar la tabla.
- ¡Ah! ¡No era para que te levantes todavía! - Respondió Alexander levemente avergonzado mientras suelta la tabla nuevamente a la mesa.
- Jaja, lo siento, pero muchas gracias por la intención, me lavaré la cara, así que espérame y desayunemos juntos. - Dijo Alice mientras hace una sonrisa sincera y se marcha al baño.
Alice se alivió al ver que la razón del porque Alexander no estaba en durmiendo era porque estaba haciendo el desayuno, ella había entrado en pánico pensando de que él ya se había ido, dejándola sola, pero Alexander yéndose era algo que ella no estaba dispuesta a pensar nunca.
Ella volvió a la cocina y se sentó en la mesa con el desayuno listo, estaba contenta con todos los postres deliciosos que Alexander había preparado, pero no entendía cuál era la ocasión.
- Dime Cariño, me encanta todo esto, pero ¿Cuál es la ocasión? - Preguntó Alice mientras tomaba un croissant relleno con chocolate y luego le dio un mordisco.
- Hoy se cumple un año de que comenzamos a vivir juntos. - Dijo Alexander con una leve sonrisa que reflejaba desanimo.
Alice, que le estaba por dar otro mordisco al croissant, se quedó quieta de la nada, soltando la comida de la mano y dejándolo caer, mientras decía "¿Eh?" como respuesta involuntaria.
- Si, así es, dentro de unas horas me tendré que ir, lástima que no pudiésemos convencer a tus padres, pero prometo venir a visitarte seguido. - Dijo Alexander mientras intentaba sonar lo más convincente posible para que ella no se ponga triste.
Alice pone una cara seria, que reflejaba tristeza y ganas de llorar, ella ya no podía imaginarse vivir sin Alexander, no podía imaginar vivir sin sus abrazos, besos, sin su calidez y contacto físico.
- ¿Ca...da cuanto me visitarás? - Preguntó Alice con su voz casi quebrada por las ganas de llorar.
- Intentaré que sea muy seguido, prometo que será cada año. - Dijo Alexander intentando animar a Alice que parecía un cachorro a punto de llorar.
- ¿¡Cada año!? ¡Es demasiado tiempo! No podría vivir si solo te viera cada año. - Dijo Alice mientras oficialmente comenzaba a llorar.
- Por favor no llores, ese tiempo es demasiado seguido teniendo en cuenta mi trabajo. - Dijo Alexander mientras le limpia las lágrimas a Alice, pero ella sigue llorando.
- No... ¡No quiero! ¡Yo quiero estar contigo para siempre! - Dijo Alice mientras lloraba desconsoladamente.
- Alice... - Dijo Alexander y luego abrazó fuertemente a Alice para tranquilizarla.
- No, por favor, Alexander, te lo ruego ¡No te vayas! - Rogó Alice mientras le abrazaba fuerte a Alexander, como si tuviera miedo de que desapareciera.
- No... No puedo hacer nada, necesito volver a mi trabajo... - Respondió Alexander mientras comienza a soltar lágrimas, ya que no puede hacer nada.
- Entonces intentemos convencer a mis padres otra vez, lo lograremos esta vez y si no quieren... Me iré igual contigo, soy una mujer adulta. - Dijo Alice mientras intenta parecer adulta, pero sigue llorando.
- Está bien. - Dijo Alexander mientras le da un beso en la boca a Alice, aunque le supo salado por las lágrimas que mojó toda la cara de ella.
Terminaron de desayunar, aunque ella comía mientras seguía soltando lágrimas, no fue el desayuno que Alexander se había imaginado, pero no podía hacer nada, ella estaba locamente y totalmente enamorada de él y él también está locamente enamorado de ella, si era posible, él tampoco quería separarse de ella, pero tiene el sentido de trabajo que lo obtuvo después de tantos años trabajando de soldado explorador.
Alexander y Alice se vistieron y arreglaron rápido y se fueron a la residencia Crowbell para convencer a Gregor y Sara para que ella pueda irse con él.
Estacionaron la motocicleta con la tecnología nueva en el estacionamiento de la residencia Crowbell y tocaron el timbre. Sara abre la puerta y se encuentra con la hija que había dejado de hablar con ellos por semanas, rápidamente Sara abrazó a su hija.
- ¡Idiota! ¿¡Acaso sabes lo triste que estaba!? - Preguntó Sara mientras suspiraba aliviada.
- Lo... Lo siento madre. - Dijo Alice mientras estaba arrepentida de su decisión.
- Alexander, gracias por cuidar de mi hija este año ¿Te vas hoy cierto? - Preguntó Sara mientras se limpiaba las lágrimas.
- Si, me voy hoy, tengo que volver a trabajar, parece que habrá un torneo para un aumento de rango y necesito ir. - Dijo Alexander mientras sonríe levemente.
- Entiendo, puedes irte tranquilamente. - Dijo Sara mientras le agarra el hombro a Alexander.
- ¡No mamá! ¡He venido para hablar sobre eso! - Gritó Alice mientras entra dentro de la casa arrastrando a Alexander de la mano.
- D... Disculpen la intromisión. - Dijo Alexander mientras era arrastrado por Alice.
Entraron y fueron a la sala de estar y se encontraron con Gregor y Eric, sentados viendo la televisión con la nueva tecnología, así que podían ver todos los canales de todos los planetas habitados por la suprema especie humana espacial.
- ¡Hija! ¡Lo siento tanto, por favor perdóname, puedes irte si quieres! - Gritó llorando Gregor mientras se arrodilla arrepentido.
- ¿Eh? - Preguntó Alice confundida de las palabras de su padre.
- «Al parecer conseguimos nuestro cometido sin quiera discutir ni esforzarnos.» - Pensó Alexander mientras suspira aliviado.
- ¿Cariño? ¿Así como así? - Preguntó Sara mientras hace una expresión facial que expresa tristeza.
- ¡Gracias, padre! - Dijo Alice mientras abraza a Gregor con una gran sonrisa.
- Pero espera, no he dicho la condición. - Dijo Gregor mientras pone una cara seria de repente.
- ¿Eh? ¿Condición? - Preguntó Alice mientras traga saliva nerviosa.
- Si, la condición es... ¡Por favor, llévanos contigo! - Respondió Gregor mientras se arrodilla frente a Alexander.
- ¿Eh? ¡Eh! No por favor suegro, no necesita arrodillarse, levántese por favor, claro que lo llevaré. - Dijo Alexander nervioso porque su suegro estaba rogándole, cuando debería ser al revés.
- ¡Eh! ¿Cariño? ¿En serio podemos ir? - Preguntó Sara mientras pone una expresión facial que reflejaba confusión.
- Si, dejaré los negocios aquí a mi mano derecha, además, quiero conocer a la otra parte de la familia. - Respondió Gregor mientras se levanta lentamente.
- ¿Otra parte de la familia? - Preguntó Alice confundida por las palabras de su padre.
- ¿A qué te refieres cariño? - Preguntó Sara confundida también.
- Ah, ya entiendo, quieres conocer a mis padres y familia, tiene sentido, está bien, vamos. - Dijo Alexander mientras sonríe cómodamente.
Alice y Sara por fin entendieron a que se refería Gregor y solo soltaron un ¡Ah! Y luego comenzaron a sonreír nuevamente, pero Alice estaba por dentro queriendo morir, ya que conocería a la poderosa familia de Alexander.
- ¡Espera padre! ¿¡En serio iremos!? - Preguntó Eric mientras mira a Gregor con enojo.
- ¡Si tu no quieres ir no vayas! - Respondió Gregor con un tono de voz y una expresión facial que expresaba Enojo máximo.
- P... Padre... ¡Si voy! - Dijo Eric y luego se calla.
Horas después ya era hora de marcharse al planeta que debía ir Alexander, su nuevo lugar de trabajo y hogar, el planeta Earth-39.564.215-H, tiene que participar en el torneo para aumentar su rango de soldado explorador a un subteniente explorador de la suprema milicia humana espacial.
Alexander, Alice, Gregor, Sara y Eric se subieron a la nave espacial, se subieron a los vehículos automatizados no motorizados de Alexander y se dirigieron a la zona de manipulación de la nave espacial, tardaron unos minutos y cuando llegaron, todos se sentaron a esperar en una sala de estar que es de Alexander.
- Por favor, escúchenme, al parecer el planeta Earth-39.564.215-H se encuentra en una galaxia elíptica gigante que no está dentro de nuestro vecindario galáctico, pero sigue estando dentro del cúmulo de virgo, se encuentra a sesenta millones de años luz de distancia y se llama galaxia M49. - Explicó Alexander mientras mira la información en su pantalla táctil.
- No entendí mucho, pero ¿No está demasiado lejos? ¿El viaje no será demasiado largo? - Preguntó Sara un poco preocupada y miedosa.
- Tranquila mamá, Alexander sabe lo que hace. - Dijo Alice con una expresión facial que expresaba orgullo por su novio.
- Tranquilícese querida suegra, llegaremos a nuestro destino en unos diez segundos.
- S... Su... ¿¡Suegra!? No suena tan mal... - Dijo Sara mientras sonríe tontamente para ocultar su felicidad.
- ¡Cielos! ¡Mamá! - Dijo Alice y luego se rio levemente.
- Oficialmente, mi hija ya está casada... - Dijo Gregor mientras comienza a llorar aceptando totalmente la realidad.
- ¡Todavía no estoy casada! ¡Cielos! Aunque... Espero que ese día llegue pronto... - Dijo Alice mientras se tapaba la cara intentando ocultar su vergüenza.
- Por el amor de dios, mi hija está demasiado enamorada... - Dijo Sara con una sonrisa en su rostro que expresaba satisfacción mientras le agarraba el hombro a Alice.
Mientras tanto Eric miraba toda la situación con una cara malhumorada, ya que seguía sin gustarle que su familia haya aceptado a Alexander tan rápido.
- Alex, debes cumplir el deseo de mi hija pron... - Decía Sara, pero fue interrumpida por ella misma por ver la ventana de la nave espacial.
Ella se dio cuenta que cambió toda el área alrededor, ya no estaba el planeta Antierra y de hecho el tono del color de las nebulosas era diferente, era más difuminado, ya que ya no se encontraban en la vía láctea, un planeta espiral bastante y con mucho material cósmico, se encontraban en M49, una galaxia elíptica gigante.
- ¿Qué sucedió? - Preguntó Sara con una expresión facial que expresaba incredulidad.
Todos los demás alrededor se dieron cuenta también y quedaron boquiabiertos, ya que ni se enteraron de que Alexander ya había iniciado el viaje.
- Ya hemos llegado. - Dijo Alexander con una sonrisa en su rostro.
- ¿¡Tan rápido!? - Preguntó Gregor confundido.
- Si, les expliqué antes que tardaríamos diez segundos. - Dijo Alexander mientras mueve la nave para estacionarlo.
- ¡Cielos! ¡Ni siquiera nos avisaste! - Dijo Sara levemente enojada con su yerno.
- Es que estaban hablando tan tranquilamente que no quise molestarlos. - Dijo Alexander mientras se rasca la parte trasera de su cabeza.
- Santo cielo... Que yerno más problemático me trajiste hija. - Dijo Sara mientras suspira y luego ríe levemente.
- Ma... Madre... - Dijo Alice mientras mira de reojo a Alexander y luego aparta la mirada avergonzada.
La nave espacial de Alexander era demasiado gigante, así que tuvieron que ir en una nave más pequeña, son las naves que reemplazaron a las obsoletas cápsulas y él dejó estacionada su nave en los estacionamientos espaciales que se en encuentran a millones de kilómetros del planeta.
Al primer lugar que llegó Alexander fue a la esfera de Dyson propiedad de la suprema milicia espacial humana, allí avisó que ya a la semana siguiente volvería al servicio con el torneo, también preguntó al supremo general Aurora la dirección de su casa.
Luego fueron al planeta Earth-39.564.215-H, en dónde Alexander se dirigió directamente a la casa de sus padres, que sería su casa actualmente, vería a su familia después de doscientos un año, aunque para su familia serían más de diez millones de años.
Él estaba nervioso de que su familia haya cambiado tanto, que ya no lo reconozcan o ya no sientan sentimientos por él, después de tantos años.
Pero Alice tomó gentilmente de la mano para tranquilizarlo, ella sabía con solo verlo que estaba sintiendo, ya se conocían perfectamente bien.
- Tranquilo cariño, todo estará bien ¿Sí? - Dijo Alice con una sonrisa que expresaba gentileza y dulzura.
- Si, tienes razón, todo va a estar bien. - Dijo Alexander mientras suspira y hace una leve sonrisa.
Alexander tocó el timbre de la residencia Crawford y esperaron unos segundos, pasado ese tiempo, alguien abrió la puerta de la casa.
Fin del capítulo 31.
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