Capítulo 29: Ataque furtivo.

Alexander y su flota aparecieron de la mismísima nada, cerca del planeta enemigo, a una distancia de veinte mil kilómetros de distancia, en dónde la especie invasora nació, creció y se desarrolló.

- Soldados, ha llegado el momento, ellos seguro ya saben que estamos aquí, ya que estamos cerca de su planeta, así que vamos rápido. - Dijo Alexander y los soldados responden con energía.

Nuevamente desaparecieron del espacio tiempo, confundiendo a los satélites artificiales enemigos que orbitaban el planeta de la especie invasora.

Volviendo el tiempo, cuando estaban la flota humana espacial desintegrando a la flota de la especie invasora, en el planeta enemigo, estaba el dictador supremo de la especie invasora, haciendo un discurso en frente de millones de personas, este planeta tiene un régimen autoritario y un gobierno comunista y no tiene ni un país, es decir, solo hay un gobernante en todo el planeta.

- Señoras y señores, niños y niñas, hoy por fin, tendremos otro planeta para nuestro gozo, esa especie primitiva descendientes de los mamíferos, entenderán lo que es el miedo muy pronto, dentro de menos de un mes llegarán al planeta de ellos y los matarán a todos y nosotros tendremos un lindo planeta que es verde todavía, para nuestro propio placer, gozo y lujo, festejen todo este mes, porque no habrá otro así. - Terminó su discurso el líder supremo de esta especie.

La especie es descendiente de los anfibios, así que son una especie de algo parecido a una rana, obviamente no es una rana, pero es un anfibio, al igual que los humanos, son mamíferos, pero no son monos.

Al terminar su discurso, de la nada se percataron que aparecieron cien naves de guerra por todo el cielo, de la nada se queda poco, fue instantemente, es decir, fue mucho más rápido que la luz cuando llega a tu ojo fue tan rápida que ni siquiera pudieron reaccionar, parecía teletransportación.

- ¿¡Qué demonios!? - Preguntó gritando el líder supremo de la especie anfibio, que miraba al cielo aturdido, anonadado y con mucho miedo.

El planeta habitado por la especie anfibio es un planeta con una mayor cantidad de agua, el planeta Earth, el planeta madre de toda la raza humana, en su momento más próspero abarcaba un setenta por ciento de agua en su superficie, es decir, un treinta por ciento de tierra en la superficie para vivir, el planeta hogar de Alexander, Earth325-H en su momento más próspero abarcaba un sesenta por ciento de la superficie del planeta, teniendo más tierra para vivir que Earth, el planeta madre de la raza humana espacial, Antierra abarca un sesenta y tres por ciento de agua en su superficie, pero este planeta abarcaba un ochenta por ciento en su superficie, es decir, había poca cantidad de tierra.

Con esa cantidad de agua, pero si tuviera una cantidad de agua más grande y abundante, como un noventa por ciento, habría prosperado una especie acuática y no hubieran podido hacer viajes hacia el espacio exterior, pero la cantidad de agua que hay en este planeta, al igual con las temperaturas, es ideal para que una especie de anfibio prospere, ya que las especies de esta rama son acuáticas como terrestres.

- Esas no son las naves nuestras, son mucho más avanzadas ¿¡Qué está sucediendo!? - Preguntó asombrado el comandante supremo de las fuerzas armadas de los anfibios.

Alexander camina hacia un podio y habla al micrófono, este comenzó a hablar en el idioma de la especie invasora anfibia.

- ¡A todos sus destacados lideres y gente poderosa! ¡Este mensaje va para ustedes! - Gritó Alexander con un tono de voz imponente y grave.

- ¿¡Qué!? ¡Así que hablas nuestro idioma! ¡Eso significa que eres de la rama revolucionaria! ¿¡Malditos, cuándo consiguieron tanta tecnología!? - Preguntó aturdido el líder supremo de los anfibios.

- ¡Cállate, no soy de su especie! ¡Somos de la raza humana espacial! ¡La especie mamífera que ustedes quisieron erradicar! - Respondió Alexander muy enojado.

- ¡Mentiroso! ¡No puede esa especie primitiva saber nuestro idioma y mucho menos tener esa clase de tecnología! - Respondió el líder supremo de los anfibios con incredulidad.

- ¡No seas incrédulo! Nosotros, la suprema especie humana espacial, somos una civilización de tipo cuatro y medio, tenemos miembros de nuestras especies por toda la galaxia, no... ¡De todo vecindario galáctico! Así que ¡No permitiremos que maten a millones de nosotros! - Respondió Alexander con imponencia y poder.

Los soldados de la suprema especie humana espacial deben aprender a expulsar discursos, es algo que todos deben saber, por si se encuentran en esta situación.

- Malditos... ¡No se emocionen! ¡Malditos mamíferos! ¡Ataquen! - Gritó con odio el líder de la especie anfibia

- Yo si fuera ustedes no lo haría, toda la flota que estaban enviando a nuestro planeta, fueron desintegrados, así, mira. - Dijo Alexander mientras activa su arma de compresión cuántica.

Alexander visualizó a un asteroide gigante que orbitaba el planeta de los anfibios, se había dado cuenta que ese asteroide estaba muy cerca y pronto podría hacer destrozos, porque pronto va a precipitarse al planeta, los anfibios podrían haberlo destruido fácil, pero la tecnología de ellos como máximo puede hacer ataques de luz, destruirían el asteroide, pero los escombros se precipitarían inmediatamente hacia el planeta, causando estragos.

Así que Alexander decidió demostrar poder y superioridad absoluta, desintegrando ese asteroide a polvo estelar con su arma de compresión cuántica.

Él disparó el ataque cuántico comprimido al asteroide que debería de tener unos doscientos kilómetros de diámetro, lo que vieron los anfibios fue una locura para sus ojos, el asteroide desapareció de la nada, fue totalmente desintegrado a polvo estelar, tan diminuto que ni siquiera era dañino para el planeta.

Decirle polvo estelar es una forma coloquial de decirlo, porque en realidad el ataque de compresión cuántica lo que hace es desintegrar en partículas a los enemigos u objetos.

El líder supremo de los anfibios se cayó al suelo, golpeándose lo que se cree que era su trasero, mientras les temblaba sus piernas que se parecían más a las de una rana que a las de un sapo, estaba con miedo, asombro y en shock, para él, estaba viendo un ataque parecido al poder de un dios, algo que no podía comprender, él sabe que, si Alexander quería, podía desaparecer el planeta entero con esos ataques.

- E... E... ¡Está bien! ¡Dejaremos en paz a su planeta, por favor, perdónanos! - Rogó el líder de los anfibios con miedo y pavor, mientras se orinaba del miedo.

- ¿¡En serio entiendes!? ¡Porque si nosotros queremos, podemos venir aquí en cuestión de segundos a destruirlos a todos! - Respondió Alexander con un tono de voz que provocaba terror a los anfibios presentes.

- Si... Si... ¡Entendemos! ¡No los molestaremos más! - Rogó el líder del anfibio mientras lloraba del miedo.

Cuando Alexander estaba a punto de decir que entendía y que ya se iban, un ataque de luz, perforó al lider de los anfibios, dejandole un hueco carbonizado en su plexo solar, acto seguido comienza a expulsar sangre por todos lados, cayendo muerto al suelo.

- ¿Eh? - Preguntó Alexander anonadado por lo que acabó de suceder.

Entonces él mira hacia la dirección del ataque de luz y visualiza a unas personas encapuchadas, cuando se sacaron la capucha, los presentes se dieron cuenta que eran los revolucionarios, una organización que era catalogada como terroristas por el régimen comunista autoritario que gobernaba este planeta, estos revolucionarios existían porque luchaban por la libertad, la democracia y el libre comercio de todos los ciudadanos del planeta.

Se acerca el lider de los revolucionarios al podio en donde estaba hablando el lider supremo antes de morir.

- ¡Especie mamífera! ¡Nosotros, los revolucionarios, queremos agradecerles por ayudarnos a matar a este tirano, el mundo que deseamos es un mundo con democracia y libertad! ¡Nunca más volveremos a atacarlos, vuelvan tranquilos! - Explicó el lider de los revolucionarios a través del micrófono.

- ¡Está bien, en realidad no es que quería ayudarlos, pero mientras tenga que ver con la libertad y democracia, siempre está bien! ¡Nosotros nos marchamos, buena suerte! - Respondió Alexander mientras enciende su motor doscientas veces más veloz que la luz.

- ¡Entendible! ¡Adiós! - Dijo el líder de los revolucionarios de los anfibios.

Alexander apaga el micrófono de ondas de sonido de su nave espacial y activa el micrófono que usa para hablar con sus soldados.

- ¡Soldados! ¡Nuestra misión está completada! ¡Nos vamos! - Dijo Alexander y aprieta el botón táctil de su panel.

Instantáneamente las naves espaciales de la flota de Alexander desaparecieron más rápido que la luz del cielo del planeta de los anfibios.

*******

Mientras que la flota de Alexander se fue del planeta enemigo, estaba Alice tomando un té con su madre, su amiga de la infancia Nicolle Moreau y su hermano gemelo Niccolò Moreau, los dos tienen veintitrés años, Niccolò, como todos los hombres que rodean a Alice que no sean de su familia, está enamorado de ella, pero él no sabe que Alice está de novio y completamente enamorada de su novio.

Estaban hablando estupideces sin mucha importancia, hasta que surgió la conversación de novios y parejas.

- Mi novio es tan lindo y atento, deberías conseguir uno Alice ¿Cuándo tendrás uno? Si quieres te presento a alguien. - Dijo Nicolle mientras toca con la yema de su dedo en los bordes de su taza y comienza a girarlo.

- No digas estupideces hermana, Alice nunca tendrá novio. - Dijo Niccolò totalmente confiado de sus palabras.

El piensa eso porque Alice siempre tuvo problemas con los hombres por ser extremadamente hermosa y de niña extremadamente tierna, pero él pensaba que tenía una oportunidad con ella ya que es amiga de la infancia de su hermana gemela.

- Jeje... - Se rio levemente Sara Crowbell por la ignorancia de Niccolò

- ¿Qué sucede señora Crowbell? - Preguntó Niccolò con una expresión facial que reflejaba confusión.

- Yo... Ya tengo un novio... - Dijo Alice con una sonrisa y levemente sonrojada.

Esas palabras dejaron en shock al par de gemelos, pero más impresionado estaba Niccolò, que se puso nervioso de la nada.

- ¿¡Qué!? - Preguntó gritando Niccolò con sudor frío en su cara.

Los presentes se le quedaron viendo con asombro por el grito desagradable que hizo.

- Estúpido hermano ¡Deja de hacer escandalo! - Dijo Nicolle mientras le pega en la cabeza y lo sienta a la fuerza de nuevo en su asiento.

Alice y Sara se rieron levemente por la situación cómica que estaban armando este par de hermanos gemelos.

- Cof... Cof... Pero Alice ¿En serio tienes novio? ¿Desde cuándo? - Preguntó Nicolle con una expresión facial que reflejaba curiosidad.

- Ah, es porque ustedes estuvieron en el extranjero todo el tiempo, pero mi novio es Alexander Crawford, el que fue nombrado salvador de la humanidad por todos los países del mundo. - Dijo Alice con un tono de voz y una expresión facial que reflejaba orgullo por su querido y hermoso novio.

- ¡Oh! ¿El chico que se supone que está ahora librando la guerra con la especie invasora? Lo vi en internet, es increíblemente guapo, te sacaste la lotería. - Dijo Nicolle con una sonrisa juguetona en su rostro.

- ¡Ja! No sirve de nada ser guapo si la personalidad es una mierda. - Dijo Niccolò intentando hacerle cambiar de opinión a su hermana para que sea su complice.

- Mmm, es cierto ¿Cómo es él? - Preguntó Nicolle con curiosidad.

- Él es muy lindo y tierno conmigo, es amable y gentil, valiente, honorable y varonil, siempre me protege y se lastima por mi culpa, es muy dulce, siempre me toca la mejilla con suavidad y me besa con gentileza, siempre hace todo lo posible para no lastimarme y encima concina muy bien, es el mejor en todo lo que hace, además... - Explicaba Alice todas las cualidades de su novio, pero se quedó callada levemente sonrojada.

- ¿Además? - Preguntó Nicolle con ganas de escuchar más.

- Sus abrazos se sienten muy bien, tan reconfortante y cálido, cuando dormimos juntos fue glorioso. - Dijo Alice con un rostro emocionado y levemente sonrojado.

- ¡Ah! ¡No quiero que me cuentes sus momentos calientes! - Respondió Nicolle con su rostro tapado por sus manos y levemente sonrojada.

- ¿Momentos calientes? N... ¡No lo malentiendas! Esa situación más que caliente fue tierno y reconfortante, yo había tenido una pesadilla muy fea y el me abrazó fuerte, pero a la vez gentil, mi miedo y pánico se fueron en segundos. - Dijo Alice con un rostro levemente enojado y sonrojado por como su amiga había interpretado la situación.

- Oh, está bien. Pero por las cosas que me dices, él debe ser el novio perfecto, como te envidio. - Dijo Nicolle mientras apoyaba su cara en su mano.

- Si que lo es. - Dijo Alice con un rostro feliz que reflejaba orgullo.

A este punto Niccolò estaba intentando esconder su rostro desesperado y abrumado, para él, en un abrir y cerrar de ojos, la chica que ama que parecía que nunca iba a tener novio, tiene uno y hasta durmieron juntos.

- Pero señora ¿Es cierto lo que dice Alice de ese tipo? - Preguntó Niccolò mientras intentaba esconder su expresión facial que reflejaba desesperación.

Niccolò sabía que los padres y el hermano de Alice son muy sobreprotectores y que no permitirían que Alice esté de novia con alguien, así que preguntó a su madre que estaba ahí, para que le diga algo.

- Es cierto lo que dice, es el novio perfecto y para mí, el yerno perfecto. - Dijo Sara mientras también infla el pecho por el orgullo.

- Tu si sabes, madre. - Dijo Alice mientras también hincha el pecho por el orgullo.

Nicolle se ríe descaradamente de las dos mujeres que estaban orgullosas por la misma persona, pero por razones diferentes, mientras que Niccolò estaba sufriendo dentro de su cabeza.

- «Maldita sea ¿En serio Alice me será arrebatada de esta forma? No debo permitirlo...» - Pensó Niccolò mientras se mordía las uñas intentando esconder su furia.

*******

Alexander y su flota estaban a unos un millón de kilómetros de distancia del planeta de los anfibios y ya estaban listos para volver.

- Activen sus motores doscientas veces la velocidad de la luz y el motor de deformación ¡Rápido! - Ordenó Alexander a toda su flota.

- ¡Señor, si señor! - Respondieron todos los soldados a la vez.

Encendieron el motor y desaparecieron, pero después de medio segundos de haber arrancado la nave de Alexander se detiene, y las de los demás también, menos algunas naves que no tuvieron tiempo y se estrellaron por un escudo electromagnético.

- ¿Qué demonios? ¿Nuestra misma tecnología? - Preguntó Alexander, pero reaccionó tarde, una cantidad de ciento cincuenta naves comenzaron a atacarlos, eran del mismo tipo de civilización que la suprema especie humana espacial.

- Rápido, nos atacan ¡Ataquen! - Dijo Alexander mientras comienza a atacar rápidamente.

En un momento, comenzaron a atacarse entre ellos con armas de compresión cuántica, Alexander estaba desesperado destruyendo cada nave espacial, después de un tiempo mientras se destruían y se movían a una velocidad sin motores de luz y de deformación.

Alexander desesperado veía como sus soldados eran asesinados mientras destruían las naves enemigas, él al ser más experimentado, estaba desintegrando naves enemigas a diestra y siniestra, pero no podía todo solo.

Al cabo de casi una hora quedaban cinco naves enemigas y veinte naves de la flota de Alexander, pero eran muy buenos peleando.

Entre todos destruyeron a todas las naves que quedaban, pero una atacó con un ataque de compresión cuántica a la nave de Alexander, era imposible para él esquivarlas así que tuvo que eyectarse.

Quedando él con su traje espacial en el aire, rápidamente fueron destruidos por los soldados de la flota de Alexander sobrantes.

Pero Alexander temiendo de que haya refuerzos pronto, tomó una decisión muy importante en ese momento.

- Soldados, todos ¡Váyanse rumbo a Antierra, rápido, no pierdan tiempo! - Ordenó Alexander con un tono imponente y que provocaba miedo.

- ¡Señor, si señor! - Respondieron los soldados restantes y desaparecieron.

Alexander activó el motor veinte veces más rápido que la velocidad de la luz y el pequeño motor de deformación de su traje espacial, al instante el también desapareció.

Fin del capítulo 29.

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