Capítulo 21: Trabajo Duro.

Alexander y Alice entran a la base militarizada de la ciudad Mirandor y es recibido por el gobernador de la ciudad, llamado Ernesto Miraflores, un señor de cincuenta y dos años, que fue elegido en las votaciones electorales de hace dos años, según dice la gente él está cumpliendo con su trabajo y hasta ahora no ha mentido en nada de lo que ha prometido, es un señor humilde y trabajador, valorado por el sector trabajador de la ciudad.

- Hola, señor Crawford, señorita Crowbell, espero que se encuentren bien, he traído a los veinte mejores ingenieros navales y aéreos del país, espero que le sirva de alguna ayuda. - Dijo Ernesto con una sonrisa humilde y sincera.

Alexander y Alice miraron a los veinte mejores ingenieros, parecían ser serios y profesionales, así que Alexander no tenía ninguna razón para rechazar la ayuda de ellos.

- Está bien, muchas gracias señor gobernador, créame que los pondré a trabajar a mil por hora. - Dijo Alexander con una expresión de confianza absoluta.

- Entonces me alegro, por favor, salva al país... No, salva al mundo de la perdición. - Dijo Ernesto mientras presenta respetos a Alexander.

- No es necesario que sea tan formal, yo soy el que debería agradecerle, gracias a su ayuda podremos salvar al país. - Dijo Alexander mientras agita su mano nervioso.

El gobernante de Mirandor, Ernesto Miraflores, vio a Alexander ser humilde y modesto, vio que no es mala persona tampoco y entonces se dio cuenta que no se había equivocado con él.

- Usted es humilde, modesto y trabajador. Eres una buena persona, me alegro de que sea usted la persona que salvará al mundo. - Dijo Ernesto con una expresión que reflejaba sinceridad máxima.

- No es nada señor, por favor pare. - Dijo Alexander ya desesperado por la situación.

- Usted también, señorita Crowbell, a diferencia de su padre, usted es una buena persona, ya que quiere ayudar, no es como su padre. - Dijo Ernesto mientras mira con una expresión agradecida a Alice.

- No es nada señor gobernador, mi padre es así, pero yo no, siempre me ha gustado ayudar a la gente. - Dijo Alice con una sonrisa gentil y amable.

Ernesto vio a los dos jóvenes frente a él, personas humildes, honestas, trabajadoras, amables y buenas, personas que poco se ven hoy en día y mucho menos si son jóvenes.

- Creía que la juventud de hoy en día estaba acabada, ya que la mayoría son todos egoístas, arrogantes, egocéntricos y clasistas, pero veo que existen ustedes, así que, ahora sé que la juventud de hoy en día no está acabada. - Dijo Ernesto con una sonrisa que reflejaba satisfacción.

Poco después el gobernador de la ciudad Mirandor, Ernesto Miraflores, se marchó de la base militarizada de la ciudad, porque tenía otras cosas que atender, dándole todo el poder de mando a Alexander y Alice.

Los veinte mejores ingenieros navales y aéreos que estaban mirando y escuchando la conversación del gobernador Ernesto con Alexander y Alice, algunos no estaban totalmente satisfechos, ya que no confiaban que Alexander y Alice supieran más que ellos, que se veían muy jóvenes, así que rápidamente hicieron honor a las declaraciones de Ernesto.

- Oye ¿En serio debemos obedecerte? Eres un niño que no sabe nada de ingeniería, no nos hagas perder el tiempo. - Dijo uno de los ingenieros aéreos presentados por Ernesto.

- Es cierto, este niño que va a saber de armas jajaja. - Dijo uno de los ingenieros navales presentados por Ernesto.

Alice rápidamente se enfadó con ellos y estaba a punto de decir algo, pero Alexander, que parece joven, pero ha vivido millones de años, detiene a Alice, ya que sabe que no tiene sentido decir algo, las cosas se deben demostrar con acciones, una acción vale más que mil palabras.

Eso sorprendió mucho a los ingenieros arrogantes y egocéntricos, entonces comenzaron a reírse levemente de Alexander, pero no se esperaban lo que sucedería consecuentemente.

Alexander saca de su mochila, aplicando energía a su brazo robótico cuántico, una máquina bastante grande con dos brazos robóticos, que usará para fabricar las piezas más grandes de las naves y armas, luego saca uno más pequeño, que usará para fabricar las piezas más pequeñas.

Para los ingenieros arrogantes y egocéntricos que estaban viendo a Alexander mientras se mofaban de él, rápidamente se callaron, abrieron los ojos bien grandes y abrieron sus bocas en confusión, literalmente vieron como un chico joven saca de una mochila no más grande que una persona, una máquina gigantesca y otra más pequeña, además de que sigue sacando más cosas, era algo que solo podían imaginarse o verse en historias de ciencia ficción.

- ¿Qué demo...? - Dijo boquiabierto el ingeniero aéreo que se burló de Alexander anteriormente.

- ¿Estoy alucinando? - Preguntó el ingeniero naval que se había mofado de Alexander anteriormente.

Alexander termina de sacar todo lo que utilizará para fabricar las naves y armas, se para y se da la vuelta hacia los ingenieros navales y aéreos que miraban boquiabiertos y patidifusos.

- Yo puedo hacer todo solo, no los necesito mientras tenga mis robots que yo mismo fabriqué, así que váyanse si quieren. - Dijo Alexander y luego vuelve hacia su mochila.

Esas palabras golpearon fuertemente en el orgullo y la arrogancia de los ingenieros presentes, que enojados, decidieron contradecir.

- ¿Ah? ¿Crees que creeremos esos trucos baratos? No seas arrogante niño, ya vimos que solo eres un falso que solo sabe engañar. - Dijo uno de los ingenieros navales que miraban enojados a Alexander.

- Digan lo que quieran, pero no los necesito. - Dijo Alexander mientras camina hacia Alice.

Alice estaba feliz mientras miraba toda la situación porque Alexander no se quedó callado, les demostró con acciones y los humilló gravemente.

- Cállate niño, no vamos a creer en estos trucos baratos, solo sabes engañar y esa chica de ahí es solo una puta más. - Dijo uno de los ingenieros aéreos y luego los demás comienzan a reír.

Alice pone una expresión indignada, ofendida, triste e impotente por lo que dijeron esos ingenieros a su ella y a Alexander. Pero él no se quedaría callado, por alguna razón, le molestó mucho que hayan insultado a Alice y esa razón es porque él no va a permitir que insulten a la mujer que de que está enamorado y de la nada se puso muy serio y enojado.

- Llegas a insultar otra vez a Alice y no vivirás para contarlo. - Dijo Alexander con una expresión que solo pondría cuando está en una pelea que se ha extendido bastante.

Esta actitud es nueva en Alexander, usualmente el entraba en modo furioso, cuando una pelea se extiende demasiado, entonces iría progresivamente subiendo hasta llegar al modo furioso, pero al parecer que insulten a la mujer de su vida, lo ha enfurecido instantáneamente.

- ¿Ah? ¿Qué dices niño? ¿Te molestó que haya insultado a esa perra? No pararé, seguro es una puta que solo sabe mover el trase... - Decía el ingeniero aéreo que había insultado a Alice anteriormente, pero fue interrumpido por un golpe en el plexo solar de Alexander.

El golpe lo dejó instantáneamente sin aliento y al borde del colapso de su esófago, pulmones y costillas, rápidamente se desmayó y los demás ingenieros entraron en pánico.

- ¿Quién más se atreve a insultar a Alice? - Preguntó Alexander con una cara seria, pero se notaba su furia irradiando de su cara.

Pero Alice rápidamente detiene a Alexander agarrándolo del brazo, ella estaba feliz de que él se ponga así por ella, pero podría meterse en problemas por atacar a un ciudadano normal, que no es peleador.

Alexander se da cuenta de su error, así que se calma rápidamente, pero no sin antes dejar un mensaje claro y conciso a los ingenieros y a todas las cámaras que estaban grabando alrededor.

- El que se atreva a insultar a Alice, si no se disculpa rápidamente, esto es lo mínimo que recibirá, si alguien si quisiera le arranca un pelo de su cabeza intentando lastimarla, no vivirá para contarlo ¡Quedó claro! - Gritó Alexander a todos los ingenieros que salieron corriendo despavoridos y a las cámaras que estaban grabando todo.

Alice miró a Alexander mientras sostenía su brazo y quedó totalmente encantada, porque se dio cuenta que ella era muy importante para él y ella deseaba que sea amor también, pero no estaba segura, tenía que preguntárselo en un momento crucial. Pero el hecho de que Alexander la defendió de esa forma, la hizo enamorarse aún más de él, aunque eso ya era tarea difícil, puesto que ella ya estaba muy enamorada de él.

- Lo siento, te mostré un lado agresivo mío, usualmente me pongo así cuando peleo en una batalla extendida, pero cuando te insultaron, me enojé mucho, no permitiré que vuelvan a ponerte triste otra vez. - Dijo Alexander mientras sonríe gentil y amablemente.

- No pasa nada, me hiciste feliz... Pero si debes controlarte más para la próxima, podríamos ir presos si hacemos esto una vez más en una base militarizada. - Dijo Alice mientras señala las cámaras de seguridad que están por todos lados.

- Entiendo, para la próxima tendré cuidado. - Dijo Alexander mientras suspira con una leve sonrisa.

Después de que se terminara el conflicto entre los ingenieros y el Alexander y Alice, terminaron quedando ellos dos solos para fabricar grandes cantidades de armas y naves espaciales de guerra, pero para Alexander no era problema, ya que tiene tres máquinas cuánticas con dos brazos robóticos y tres de las pequeñas, con esto, podrán fabricar hasta veinte naves espaciales y veinte cañones de compresión cuántica al día.

Rápidamente pasaron las horas y Alice ayudaba a Alexander a colocar los materiales en las máquinas o a pasar los materiales a Alexander para que fabrique los componentes más complicados.

Pasaron horas y para el almuerzo decidieron comer algo fabricado en el horno cuántico portátil de Alexander y luego siguieron trabajando. Al final del día lograron fabricar con éxito los veinte cañones de compresión cuántica y las veinte naves espaciales de guerra.

- Buuuf... Estoy agotada... - Dijo Alice mientras descansa en el suelo agitada y sudada.

- Si, fue cansador, pero lo logramos. - Dijo Alexander mientras está sentado a lado de ella y le levanta el cabello que le tapaba la frente.

- ¡Espera! ¡Estoy sudada, no deberías tocarme! - Dijo Alice levemente avergonzada.

- ¿Eeeh? Pero a mí no me molesta jaja. - Dijo Alexander con toda la inocencia del mundo.

- Pero a mi si... - Dijo Alice mientras suspira resignada a la situación.

Rápidamente se levantaron y se fueron de la base militarizada, ya que era ya medianoche, necesitaban ir a descansar para poder despertarse temprano y volver a trabajar, Alexander calculaba que más o menos necesitaban cuatrocientas naves espaciales y cien cañones de compresión cuántica, mínimo, además de otras armas que fabricarán después.

Se despidieron del guardia de seguridad militar que estaba de turno en ese momento y luego subieron a la motocicleta de Alexander y se fueron rápidamente a sus casas.

Alexander primero pasó por la residencia Crowbell, para dejar a Alice en su casa. Ella se baja de la motocicleta y él también,

- Bueno, entonces nos vemos mañana Alex. - Dijo Alice mientras saluda con una sonrisa en su cara.

- Si, nos vemos mañana, por favor descansa bien, no quiero que te sientas cansada, duerme las horas correctamente. - Dijo Alexander mientras le toca la mejilla a Alice y la mira con una sonrisa gentil.

Se había vuelto una costumbre de Alexander el tocar la mejilla gentil y amablemente a Alice, es algo que solo hacen las parejas, pero él no lo sabía, solo quería tocar su mejilla. En cuanto a Alice, a ella no le desagradaba, de hecho, le gustaba, por eso no se lo decía, aunque ella si supiera que es algo que hacen las parejas.

Entonces ella se va a su casa y Alexander sube rápidamente a su motocicleta y se va a su departamento para prepararse para el día siguiente.

Al día siguiente, Alexander y Alice hacen la misma rutina, desayunaron juntos en un café, pero era diferente al de la última vez, este era de terror y fueron rápidamente a la base militarizada.

Mientras estaban fabricando las armas y naves espaciales, recibió una notificación de su inteligencia artificial llamada Antella.

- Maestro, vengo a informarle que ya he podido recuperar la comunicación con la raza humana espacial, logré crear la nueva unidad de comunicación que solo era una teoría en ese momento antes de que usted se criogenice, para suerte de nosotros, la raza humana espacial si se cambió a este nuevo método de comunicación, ahora tenemos comunicación con ellos ¿Qué hacemos? - Antella terminó de dar su informe detallado a su maestro Alexander.

- ¿En serio? ¡Qué bueno! Antella, hoy terminaré lo más rápido posible de fabricar las naves y armas, así en la noche iré a la nave espacial a comunicarme con ellos. - Dijo Alexander con una expresión que reflejaba felicidad en su rostro.

Termina la comunicación y Alice mira extrañada a Alexander, ya que estaba hablando solo, luego recordó que tiene una inteligencia artificial y rápidamente pregunta que fue lo que sucedió,

- ¿Sucedió algo bueno? - Preguntó Alice con una expresión que reflejaba curiosidad en su cara.

- Si, sucedió algo bueno, Antella, mi IA, logró recuperar la comunicación con la raza humana espacial, con este hecho, la raza humana de este planeta está cien por ciento segura. - Dijo Alexander a Alice con una expresión que reflejaba confianza.

- Que bien. - Dijo Alice mientras se tapa la boca con sus manos para no llorar de felicidad.

- Cuando terminemos el trabajo de hoy, vayamos a mi nave espacial y comuniquémonos con ellos. - Dijo Alexander a Alice mientras vuelve al trabajo.

- ¿Eh? ¿Yo iré contigo? ¿Pero no soy ajena a esto? - Preguntó Alice algo nerviosa.

- No, eres humana como nosotros, no eres ajena a esto, además, quiero que vayas para demostrar a la raza humana espacial, que aquí hay humanos también. - Dijo Alexander mientras levanta su dedo índice que es el ademán para explicar algo.

- Entiendo, si es así... Entonces iré. - Dijo Alice con una expresión que reflejaba determinación y decisión.

- Perfecto. - Dijo Alexander con una sonrisa y luego procede a volver al trabajo.

Fin del capítulo 21.

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