Capítulo 20: El poder del paso del tiempo.

Al día siguiente, Alexander se despertó temprano para ir junto al gobernador, para poder comenzar a fabricar todas las futuras armas y naves para que, en el futuro, puedan pelear contra la raza invasora que vendrá al planeta, Alexander está seguro de que provienen del sistema solar vecino que está a medio año luz de distancia.

Es muy seguro que las bases de la especie invasora que se encuentran en su planeta sabrán de la desaparición dentro de medio año, así que Alexander tiene un año en total para fabricar toda la artillería para la invasión, porque seguro que vendrán con decenas de buques espaciales.

Alexander sale de su departamento luego de alistarse para salir, estaba vistiendo muy bien, la moda de ese momento en el planeta se sube a su motocicleta grande y cara que se compró con el pago que le hicieron por salvar la ciudad Mirandor y rápidamente encendió su vehículo para ir a la base militarizada de la ciudad Mirandor del Aromia.

Allí es en dónde va a comenzar a fabricar todas las armas y naves espaciales, pero primero pasó por la residencia Crowbell, la casa de Alice para buscarla.

Alexander llega a la residencia, saca su nuevo teléfono celular y para hacer una llamada a Alice para avisarle que ya está abajo, apenas hace la llamada y ella atiende.

- Alice, ya llegué, te espero. - Preguntó Alexander a través de la llamada a Alice.

- Oh, Alex, si, ya bajo, espérame. - Dijo Alice con una voz alegre a través de la llamada de celular.

- Está bien. - Dijo Alexander a través de la llamada y luego es cortado por Alice.

Alexander espera calmadamente apoyado en el asiento de su motocicleta, hasta que ve a un chico salir de la puerta de la casa de Alice y se acerca caminando a Alexander, obviamente él se extraña de la situación, pero lo ignora mientras revisa su teléfono celular.

Alice ve rápidamente que su hermano Eric se acerca a Alexander, así que ella temiendo lo peor corre detrás desde atrás y sobrepasa a su hermano, para llegar antes con Alexander, esto sorprende a Eric y al mismo Alexander.

- «¿Qué demonios? Ella sabía que iba a ir a confrontarlo y llegó primero, que rápida.» - Pensó Eric con una expresión de disgusto mientras vuelve a la casa derrotado esta vez.

Alice llegó con Alexander y los dos se miraron la vestimenta que llevaban, los dos se veían hermosos, como si fueran a salir a otra cita, pero en realidad se iban a la base militarizada de la Ciudad Mirandor, así que de todas formas se tendrían que cambiar de ropa cuando llegaran.

Pero Alexander no pudo desaprovechar lo hermosa que se veía Alice, así que tiene una gran idea.

- Estás hermosa y no puedo permitir que te saques tu vestimenta tan rápido ¿Qué tal si vamos a desayunar algo? Yo invito. - Dijo Alexander con una expresión confiada.

Alice se sonrojó levemente por el elogio desprevenido de Alexander, ella estaba muy feliz de que el notara su apariencia, ya que se esforzó para él.

- Tú también te ves muy lindo... - Murmuró Alice mientras se agarra las manos, nerviosa.

- Me alegro, estudié mucho la moda de este planeta y este fue el resultado final, me alegro de que te guste, siempre me gustó ir a la moda, gracias por notarlo. - Dijo Alexander levemente sonrojado mientras se rasca la parte trasera de su cabeza.

- No hay de que, bien ¿Quieres que recomiende el lugar al que iremos? - Preguntó Alice ya que Alexander no conoce la ciudad todavía.

- Me gusta, elige el lugar que quieras entonces. - Dijo Alexander mientras sube a la motocicleta y le da la mano para que ayudarla a subir.

- Gracias. - Dijo Alice mientras agarra la mano y sube a la motocicleta.

A través de la ventana estaban mirando escondidos Sara Crowbell y Gregor Crowbell, él estaba deprimido porque su hija ya había crecido y ya no lo necesita más y ella estaba mirando como una chismosa y haciendo risitas de felicidad por ver a su hija enamorada por primera vez.

- Así que en verdad ya no me necesita... - Dijo Gregor con una voz entrecortada por lo deprimido que se sentía.

- No seas tan dramático, si ella no te necesitara, no te hubiera dado la inyección de la vida eterna, todavía te quiere. - Dijo Sara mientras le agarra del hombro a Gregor.

- ¡Tienes razón! Alice ya no es esa niña que corría hacia mi llorando y con miedo a los hombres, ahora ella ya es independiente y orgullosa ¡Esperaré al día en el que necesite mi ayuda! ¡También esperaré el día en que traiga nietos! - Gritó Gregor motivado.

Parecía que Gregor ya se había recuperado y ya había aceptado que su hija ya no era la niña que era antes y Sara estaba feliz de que él haya dado ese paso en la vida.

- Pero ese idiota de mi hijo Eric sigue sin confiar en Alex, es cientos de veces más alto en nivel de sobreprotección que tú, Gregor. - Dijo Sara mientras suspira desesperada por su hijo que no crio bien.

- Lo sé, te ayudaré a que deje de molestar. - Dijo Gregor mientras le agarra de la mano a Sara.

- Está bien cariño. - Dijo Sara mientras le abraza al Gregor que había ya entrado en razón.

Alice y Alexander van a un café bastante lindo para desayunar, en dónde había comida deliciosa, suave y linda. Ellos entran y se sientan en una mesa de dos personas que estaba al aire libre a fuera del local.

- Es un lugar, bastante... Como puedo decirlo... ¿Lindo? - Dijo Alexander mientras mira hacia los alrededores.

- Si jeje, es un lugar que me gusta mucho. - Dijo Alice mientras hace el ademán para llamar al mesero.

El mesero termina de entregar la comida a una mesa y viene rápidamente hacia ellos dos, saca la pancarta con el menú y entrega a los dos.

- Aquí tienen, elijan lo que quieran, yo voy a estar por aquí cerca, cuando estén seguros, llámenme. - Dijo el Mesero mientras saluda y se dirige a entregar otros pedidos.

Alexander toma la pancarta y ve el menú, era pura comida con nombres lindos y tiernos, así que no sabía que elegir.

- Creo que pediré un gatito lindo de chocolate y un batido de chocolate ¿Y tú? - Preguntó Alice mientras mira a Alexander.

- Yo creo que pediré un conejito lindo de menta y un té. - Dijo Alexander confundido y eligiendo lo primero que leyó.

- Oh... Que elección más rara, pero también me gusta. - Dijo Alice mientras nuevamente hace el ademán al mesero y este viene rápidamente.

Ella enseña al mesero lo que pidieron y este se va rápidamente, luego de eso, para esperar por su pedido, deciden hablar.

- Dime Alex, siempre quise saber ¿Cómo era tu vida antes de venir aquí? Me dijiste cosas sueltas y la verdad necesito saber más. - Preguntó Alice mientras apoya su cara en su mano y lo mira a los ojos.

Alexander sabía que esta pregunta algún día llegaría, ya que ya pasaron mucho tiempo juntos, no debe seguir escondiendo cosas a su querida amiga.

- Yo nací en una familia poderosa, mi padre era un gran general de la milicia humana espacial del planeta Earth325-H que era mi planeta hogar, supuestamente mi ancestro fue alguien muy importante que salvó a la raza humana cuando recién era el año cien mil después de cristo, yo crecí estudiando en la academia militar interestelar, pasé mil años entrenando y estudiando para ser un soldado explorador espacial. - Dijo Alexander mientras mira hacia el cielo nostálgico.

- Así que es eso... ¿No jugaste como un niño normal cuando lo fuiste? ¿No te enamoraste como un adolescente normal cuando lo fuiste? - Preguntó Alice conmocionada por la vida de Alexander.

- No, cuando era un niño estaba entrenando mi resistencia al dolor, cuando era adolescente estaba practicando para soportar las diferentes presiones atmosféricas, etc. - Respondió Alexander mientras sonríe y mira a Alice.

- ¡Qué vida más triste! no pueden hacerle eso a un niño... - Dijo Alice mientras mira hacia abajo conmocionada.

- Es lo normal en los niños que son entrenados desde pequeños para servir en la milicia humana espacial, las personas que trabajan para otras cosas, sí que tienen una vida normal como cualquier persona, por eso a veces nos miraban a nosotros como monstruos. - Respondió Alexander mientras suspira recordando esos feos momentos.

- ¿Y luego? ¿Cómo terminaste en este planeta? - Preguntó Alice mientras lo mira preocupada.

- Eso ya te expliqué, estaba en una de mis misiones de terraformación y tuve un accidente en el que perdí un brazo y mis dos piernas, cuando estaba perdiendo el conocimiento configuré mal y me criogenicé diez millones de años, eso es todo. - Respondió Alexander a la pregunta de Alice.

- ¿Cuándo termines con tus deberes aquí volverás a tu vida de siempre? - Preguntó Alice con una expresión de tristeza.

- Si, volveré a mi vida de siempre, terraformando planetas y viajando por el sistema solar. - Respondió Alexander a Alice con una sonrisa, pero se notaba la tristeza en su cara.

- Pero es una vida horrible y solitaria ¿No quieres renunciar? ¿Tus padres no te ayudarían? - Preguntó Alice buscando una solución para que Alexander no vuelva a esa vida fría y solitaria.

- Sabes, pasaron diez millones de años desde que me criogenicé, ni siquiera sé si mi familia está viva, mis padres, mi hermana menor, mi hermana mayor sobreprotectora y mi hermano mayor, estadísticamente tuvieron que morir en algún momento, ya que diez millones de años es demasiado tiempo, no sabes el poder del paso del tiempo. - Dijo Alexander mientras pone una expresión aún más triste.

- No puede ser... - Dijo Alice mientras se tapa la boca con sus manos.

- Ni siquiera sé si la raza humana espacial haya sobrevivido a estos diez millones de años, pudieron ser extintos por otra especie más poderosa, nunca lo sabré hasta que logre contactarme, así que yo... Estoy solo en todo este universo. - Respondió Alexander mientras las chispas en sus ojos se apagan de la tristeza.

Alice no puede permitir que Alexander se siga dañando a él mismo con esas palabras tan negativas, pesimistas y autodestructivas, tenía que hacer algo.

- No estás solo, estoy aquí contigo y en este planeta hay miles de millones de humanos, si es que la raza humana espacial llegó a ser extinguida, podemos comenzar de nuevo con estos humanos. - Dijo Alice mientras le agarra de las manos a Alexander y pone en su mejilla.

Alexander se dio cuenta que Alice quiere hacerlo sentir mejor, así que, agradecido a ella, le toca la mejilla de ella y la mira dulcemente.

- Gracias, eres mi salvadora, mi ángel guardián, agradezco haberte conocido. - Dijo Alexander con una expresión gentil y tan dulce que ni el postre que le trajo el mesero en ese momento podía estar más dulce.

Alice se puso rojísima como un tomate y deseosa, intentó besarlo sin darse cuenta, Alexander, también sin darse cuenta también casi la besa, pero el mesero que estaba ahí tratando de hablar con ellos, al final termina interrumpiéndolos.

- Disculpen, les digo enserio, no puedo tener sus pedidos tanto tiempo en mis manos. - Dijo el mesero ya desesperado de que no lo escuchen.

Rápidamente los dos se alejaron avergonzados porque todo el mundo los estaba mirando, con sonrisitas de calidez al ver tal escena, menos el mesero que ya estaba adolorido.

- ¡Ah! ¡Si! Gracias, señor mesero, lamento las molestias. - Dijo Alice mientras trataba de aguantar la vergüenza por la mirada de todos.

- Muchas gracias. - Dijo Alexander también tratando de ocultar la vergüenza.

Alexander y Alice comenzaron a comer cada uno el desayuno que pidieron mientras piensan en lo que casi acaban de hacer.

- «Maldita sea, casi beso a Alice, en verdad estoy enamorado, pero casi arruinaba nuestra relación, gracias mesero por ayudarme a entrar en razón.» - Pensó Alexander mientras está feliz por salvarse de hacer una estupidez inminente.

- «Casi beso a Alexander podía sentir su respiración, sentía que sus labios me llamaban, tenía muchas ganas... ¿Me habré vuelto una pervertida? el punto es que el mesero me salvó la vida, gracias, señor.» - Pensó Alice mientras respiraba aliviada por no arruinar su relación con Alexander.

Con esto está más que obvio que los dos se aman, pero los dos piensan que el otro no siente lo mismo, Alexander piensa que Alice es solo muy amable y lo quiere como amigo, por otro lado, Alice piensa que Alexander es solo amable y gentil, que es una cualidad que lo sería con cualquier mujer, también piensa que Alexander no debe saber lo que es el amor, por la vida que ha llevado.

Terminan de desayunar y se van rápidamente a la base militar de la ciudad Mirandor, en dónde Alexander comenzará a crear y enseñar a fabricar las nuevas armas y naves espaciales para combatir con esa especie alienígena invasora.

Llegan a la base militar y se bajan de la motocicleta y miran el enorme establecimiento en el cual trabajarán a partir de ahora, Alice también fue elegida gracias a Alexander, además de las mejoras con tecnología que hizo Alexander en Alice, ella subió a clase Platino del gremio de exterminadores, dándole total permiso para entrar a la base militarizada de la ciudad Mirandor.

- Bien, estamos aquí ¿Vamos? - Preguntó Alexander a Alice mientras hace un gesto mover la cabeza hacia dirección de la base militarizada.

- Si, vamos. - Dijo Alice algo nerviosa mientras asiente con la cabeza.

Entonces estos dos tortolitos caminan hacia la entrada de la base militarizada para hablar con el guarda militar que protege la entrada.

- Hola, soy Alexander Crawford un exterminador de clase Rodio y un invitado del gobernador de la ciudad Mirandor, ella es Alice Crowbell una exterminadora de clase platino, es mi compañera que me acompañará en este nuevo trabajo todo el tiempo. - Dijo Alexander mientras muestra su identificación y su permiso firmado por el gobernador.

El guardia revisa las identificaciones y el permiso, analiza con varios filtros incrédulo y sospechando de este par, pero rápidamente comienza a sudar frío y accede para que entren.

- Confirmado, Señor Crawford, señorita Crowbell, pueden pasar. - Dijo con miedo el guardia militar.

Fin del capítulo 20.

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