Capítulo 19: Alexander Crawford.

La que estaba cerca de la nave espacial de Alexander, vieron como la nave espacial desintegró para siempre a la nave invasora que había destruido la cuidad, Esperanza.

- Bien... – Dijo Alexander y siguió levitando hacia su nave espacial.

Alice vio a Alexander alejarse nuevamente, ella intenta todavía detener a Alexander.

- ¡Espera! Alex! ¡Todavía no terminamos esto! – Gritó Alice a Alexander mientras corre hacia él.

Pero repentinamente la gente que estaba cerca de la nave espacial de Alexander gritó agradeciendo a Alexander por salvarlos la vida.

Así de la nada, la gente estaba apoyando a Alexander, algo que ponía en aprieto al señor Gregor Crowbell, que quería salvar a su querida hija.

- ¿Eh? – Preguntó Alexander bastante confundido por la situación.

- ¡Vete de una vez! – Gritó el señor Crowbell a Alexander.

- ¡Papá! ¡No! – Gritó Alice enojada a su padre sobreprotector.

Alexander sigue subiendo y está por llegar a la entrada, pero escucha abucheos desde abajo.

- ¿Qué demonios? – Pregunto Alexander totalmente conmocionado.

La gente estaba abucheando al señor Crowbell, porque estaba echando y tratando mal al salvador de la ciudad Mirandor, algunos pensaban que era el salvador del mundo.

- ¿Qué? – Preguntó el señor Crowbell impresionado por lo que estaba sucediendo.

La gente abucheaba cada vez más fuerte y cada vez había más gente abucheando, ya que lo sucedido iba boca en boca, esparciéndose por toda la ciudad y más gente venía enojada con el señor Crowbell.

- ¡No permitiremos que trates así a nuestro salvador! – Gritó una persona aleatoria de entre toda la multitud.

- ¡No lo dejaremos! – Gritaron a la vez toda la multitud.

La gente sigue abucheando al señor Crowbell y cuando estaba a punto de callar a la gente, su esposa lo interrumpió.

- Cariño, deja de ser tan terco, la gente te odiará, tu hija no te perdonará y hasta yo no te perdonaría. – Dijo Sara Crowbell, la esposa de Gregor Crowbell y la mamá de Alice Crowbell.

Esas palabras golpearon fuertemente en el corazón a Gregor Crowbell, ser odiado por su esposa e hija era algo que no se podía permitir, así que tuvo que ceder.

- Está bien ¡Alexander! ¡Te perdono! ¡Escucharé lo que tengas que decir! – Grito el señor Gregor Crowbell a Alexander a través del micrófono haciendo que se escuche por los parlantes.

Alexander escucha desde arriba y vuelve feliz hacia abajo, Alice se pone feliz nuevamente y luego enojada se vuelve y le dice a su padre.

- ¿Cómo que lo perdonas? Discúlpame padre, pero el que te debe perdonar es el, yo también y nunca te voy a perdonar. – Dijo Alice enojada hacia su padre.

El señor Crowbell al escuchar las palabras hirientes de su hija, se deprimió tanto que se arrodilló en el piso.

Rendido en el suelo, ya no dijo nada más, mientras que Alexander ya llegó al suelo otra vez y Alice va corriendo a abrazarlo nuevamente.

- Oh vamos, ya nos abrazamos recién. – Dijo Alexander con un tono de voz burlesco.

- No me importa, en verdad creí que no nos veríamos más ¡Idiota! – Dijo Alice a Alexander con un tono de voz enojado.

El señor Crowbell miró como su querida hija Alice abrazó tan dulcemente a Alexander y entró en pánico.

- ¡Oye Maldito! ¡Suelta a mi hij...! – Gritó el señor Crowbell pero fue interrumpido por su esposa Sara Crowbell.

- ¡Deja ya todo esto! ¡Tu hija ya es una adulta! – Gritó la señora Crowbell mientras le golpeaba en la cabeza a su esposo el señor Crowbell.

Después de que la gente aplaudió, elogió y agradeció a Alexander, llegó el gobernador de la ciudad Mirandor, para agradecer y hacer una conferencia para entregarle un premio y un título por salvarlos. Rápidamente Alexander deja de abrazar a Alice y se va con el gobernador.

- ¡Te veo pronto Alex! – Dijo Alice mientras saluda a Alexander.

- Si, te veo pronto. – Alexander me devolvió el saludo a Alice.

El gobernador de la ciudad Mirandor y Alexander subieron a un automóvil brindado y se fueron para la residencia del gobernador.

Alice se quedó viendo cómo se iban, recordando la sensación del tacto de Alexander, oficialmente Alice cayó locamente enamorada de él, gracias al hecho de que ella sintió lo que sería separarse de Alexander para siempre y no le gustó para nada, demostrando que ya no puede vivir sin él.

- Nuestra hija si que cayó totalmente enamorada, que hermosa es la juventud, pensaba que ella no se enamoraría nunca por tu culpa. – Dijo Sara Crowbell mientras le golpea nuevamente la cabeza a Gregor Crowbell.

- Eso no puede ser posible... Debo preguntar a mi hija, debe ser mentira ¡Hija! ¿En verdad te enamoraste de ese chico? – Preguntó el señor Crowbell a su querida hija Alice luego Sara lo golpeó otra vez.

Alice mira a su padre el señor Crowbell y luego lo ignora totalmente con una cara como si dijera "Nunca te perdonaré", ante tal acción de su querida hija, el señor Crowbell cede ante todo y se desmaya del shock.

Pasan las horas y el gobernador de la ciudad Mirandor armó una conferencia gigante en la plaza principal de la ciudad.

- Queridos ciudadanos, hoy, pudimos haber desaparecido de la faz del planeta, pudimos haber tenido el mismo destino de la ciudad Esperanza. – Dijo el gobernador de la ciudad Mirandor mientras mira a los cientos de miles de personas viendo la conferencia.

Gran parte de los ciudadanos estaban llorando por las pérdidas de sus seres queridos que se encontraban o vivían en la ciudad Esperanza, eso es algo que nunca se podrán recuperar mentalmente.

- Pero, nosotros tuvimos suerte, llegó nuestro salvador, desde el espacio exterior, para salvarnos la vida, saluden a nuestro salvador Alexander Crawford. – Dijo el gobernador de la ciudad Mirandor mientras aparecía Alexander para recibir su medalla y hacer una breve charla.

Alexander caminó hacia el micrófono y se acomodó su corbata para hablar.

- Saludos a todos, me presento, soy Alexander Crawford, un soldado explorador de la milicia espacial humana, el ejército de la raza humana espacial, una de mis misiones es ayudar a toda raza humana con el mismo ADN que nosotros, a incorporarse a la raza espacial humana. ¿Alguna pregunta? – Preguntó Alexander a los periodistas después de presentarse.

Un periodista levantó el brazo y Alexander le da el visto bueno para que pregunte.

- Entonces ¿Eres un alienígena? ¿Cómo sabemos que no eres igual a los otros de la nave invasora? – Preguntó el periodista todavía sospechando de Alexander.

Alexander lo mira y decide responder su pregunta.

- Estrictamente no soy alienígena. – Dijo Alexander mientras se rasca la parte trasera de su cabeza.

- ¿Cómo que no eres un alienígena? ¿Estás insinuando que eres un humano? – Preguntó el periodista con una cara incrédula.

- Es que sí, soy un humano, ustedes tienen el mismo material genético que yo y la raza espacial humana. – Respondió Alexander con total sinceridad e inocencia.

- ¿¡Qué está diciendo!? Responda correcta y seriamente por favor. – Dijo el periodista algo enojado con Alexander.

- Estoy respondiendo correctamente, le estoy diciendo que yo soy un humano como ustedes y ustedes son humanos como nosotros los de la raza humana espacial, por eso necesito acoplarlos a la raza humana espacial. – Respondió Alexander ya un poco arto del periodista.

- ¿Estás diciendo que eres uno de nosotros? – Preguntó nuevamente el periodista totalmente incrédulo todavía.

- Si, suponiendo que, si yo tengo relaciones sexuales con una mujer de aquí, podríamos tener un hijo, porque somos la misma especie. – Dijo Alexander esta respuesta controvertida de forma tan directa.

- ¿¡Qué!? ¿Y cómo es que hay más de nosotros por toda la galaxia? – Pregunto una periodista totalmente sorprendida.

- Porque fue lo culpa, hace diez millones de años vine a este planeta a una misión de terraformar el planeta para nosotros la raza humana espacial, pero tuve un accidente y tuve que criogenizarme para sobrevivir, pero sin querer, en medio del delirio, le di una orden a mi inteligencia artificial llamada Antella, para que cree vida humana en este planeta con mi material genético y el de otras personas y entonces yo me criogenicé por error por diez millones de años. – Respondió Alexander totalmente nervioso y apenado.

- ¿Qué? ¿Entonces tú eres el ángel y tu IA es la diosa Antella? – Preguntó enojado un sacerdote periodista de la religión de Antella.

- Si, así es, parece que Antella implantó esa historia en los primeros humanos para que no recuerden nada de lo sucedido.

Todos los presentes estaban en shock, esa respuesta era muy difícil de creer, más que nada los religiosos, no aceptaban a Alexander como el mesías, pero era innegable el hecho de que Alexander se parecía muchísimo al ángel que menciona la religión de Antella, un chico hermoso con los ojos tan azules como el cielo y el cabello tan amarillo que parece brillar en la luz del sol.

A todo esto, estaba Alice viendo entre la multitud la conferencia de Alexander y solo estaba pensando en una cosa.

- «Así que, si hago cosas atrevidas con Alex ¡Podemos tener un hijo! Que felicidad.» - Pensó Alice mientras se aguantaba la felicidad por fuera.

Más atrás de Alice, estaba Egil, mirando con una expresión impotente a Alexander, ya no puede hacer nada para matarlo.

- «Ese maldito era así de importante!? ¿Qué hago ahora? Ya gasté mucho dinero para contratar asesinos del nivel de un exterminador de clase diamante, pero ese maldito con su nave espacial si quiere puede acabar con todos nosotros de un respiro ¿Qué haré ahora?» – Pensó Egil mientras no podía evitar sentirse impotente.

Después de unas horas terminó la conferencia de Alexander y luego en la noche hicieron una fiesta en el gremio de exterminadores de la ciudad Mirandor, para festejar que Alexander salvó a la ciudad y también para festejar que Alexander pasó a la clase rodio, una nueva clase que está por encima del platino, hecho especialmente para Alexander, por acabar con una amenaza a nivel planetario.

Después de saludar y festejar con todos Alexander y Alice regresaban juntos a sus casas caminando, eran casi la medianoche y caminaban en silencio, juntos el uno del lado del otro, cada uno avergonzado por lo sucedido hoy, Alexander porque se despidió de una forma cursi, abrazando fuerte a Alice y ella está avergonzada por todo el escándalo que hizo para que el no se vaya, tanto que no pueden mirarse a la cara.

Iban caminando en silencio, pero Alice decidió romperlo.

- Ahora que eres alguien importante a nivel mundial, alguien que obtuvo fama mundial de la nada, se siente distinto. – Dijo Alice con una cara deprimida.

- ¿Por qué piensas eso? – Preguntó Alexander confundido por las repentinas palabras de Alice.

- Siento... Que eres inalcanzable. – Dijo Alice mientras mira hacia el suelo.

Alexander para de caminar, se pone en frente de Alice y la mira fijamente, Alice se detiene y se sonroja por la intensa mirada de Alexander.

- Yo sigo siendo el mismo de siempre. – Dijo Alexander mientras le toca dulcemente la mejilla a Alice.

- Alex... - Dijo Alice mientras siente sensaciones agradables por sus sentimientos.

- Y eso no va a cambiar, nunca. He vivido diez millones de años y siempre fui el mismo y seguiré siendo el mismo para el resto de mi vida. – Dijo Alexander mientras suelta gentilmente la mejilla a Alice.

- Está bien. – Dijo Alice con una sonrisa hermosa y gentil.

Alexander siente una sensación extraña, una sensación cálida y agradable al ver la hermosa sonrisa de Alice, el cada vez va sintiendo más y más sus sentimientos.

Llegaron a la residencia Crowbell, era hora de despedirse.

- Ya llegamos. – Dijo Alexander con una sonrisa mientras la saluda.

- Dime Alex ¿Podré seguir viéndote? ¿O estarás muy ocupado con lo de la fabricación de armas y naves espaciales? – Preguntó Alice deprimida pensando que no podrá ver a Alexander en un tiempo.

- Pero que dices ¿No vendrás conmigo? – Preguntó Alexander confundido por lo que dijo ella.

- ¿Eh? ¿Yo iré contigo? – Preguntó Alice mientras lo mira con ojitos confundidos.

- Claro que sí, le dije al gobernador me ayudarías y que si no venías tu yo no haría nada ¡Ah! ¿No me digas que no quieres? – Dijo Alexander mientras entra en pánico por hacer algo estúpido.

- ¡No! ¡Si quiero! ¡Te ayudaré! – Gritó Alice de la felicidad mientras lo abraza.

- Últimamente me abrazas mucho, así que te gusta abrazar ¿Eh? – Dijo Alexander mientras acepta el abrazo de Alice.

- ¡Ah! ¡Si! Es eso, me gusta abrazar a mi familia y amigos. – Dijo Alice aprovechando lo que dijo para disimular que en realidad solo le gusta abrazarlo a él.

- Me doy cuenta de que eres bastante mimada. – Dijo Alexander mientras se ríe levemente.

- Cállate. – Dijo Alice avergonzada levemente.

Toda la situación lo estaba mirando el señor Crowbell mientras llora y seca sus lágrimas con un pañuelo.

- ¡Buaa! No puede ser... Si es verdad que mi hija está enamorada... ¡llegó el día! – Dijo el señor Crowbell mientras se limpia los mocos.

- Vamos cariño, sabías que llegaría este día, todos lo sabíamos ¡Deja de llorar! – Dijo Sara Crowbell y luego golpea la cabeza de su esposo.

- Pero mamá, ¿Estás segura de que él es confiable? Vengo de vacaciones de trabajar en el extranjero y me entero de que mi hermanita tiene pareja, como hermano mayor debo averiguar si es el indicado. – Dijo Eric Crowbell, el hermano mayor de Alice de veinticinco años.

- ¡Cállate! Dejen de meterse en la vida de Alice, tu aprendiste está actitud tóxica de tu padre, ¡déjenla vivir! – Regaño Sara a Eric y luego lo golpea en la cabeza.

- Lo siento. – Dijeron Eric y Gregor los dos a la vez.

Mientras tanto, Alexander y Alice dejan de abrazarse y se despiden por ese día. Alice entra a la residencia y Alexander se retira caminando para su departamento, ya que al final le terminó gustando la vida en un departamento con tecnología de una civilización de tipo uno y medio.

Eric Miraba por la ventana a su hermana menor entrar y a Alexander alejarse.

- «Necesito averiguar si ese tipo es buena persona, llego al país y me entero de que es alguien importante de nivel mundial y que es un ser humano que viene del espacio exterior, lo siento, pero no me puedo creer eso, temo que le pueda hacer algo a mi hermana menor que ha sufrido mucho por los hombres, yo la protegeré de este tipo.» - Pensó Eric mientras mira enojado como Alexander se aleja lentamente.

Alice entra toda feliz a su casa porque cada vez es más cercana a Alexander, pero es interceptada por su hermano Eric.

- Hola, hermana. – Dijo Eric mientras la saluda con una sonrisa.

- Oh, hermano, volviste del extraño, ¿Cómo son los países del este? – Preguntó Alice con una sonrisa de buen humor.

- Son muy interesantes, igual a como se los describe en internet. Por cierto, me enteré de que la ciudad Esperanza fue destruida totalmente, estaba preocupado de que les suceda lo mismo aquí. – Dijo Eric mientras se agarra la cabeza, preocupado.

- Si, yo también tenía miedo, pero Alexander se encargó de ellos y se encargará de ellos en el futuro también. – Respondió Alice con una sonrisa mientras se saca las botas para entrar.

- Hablando de ese tipo, yo no confío en él ni creo en nada de lo que dice, deberías alejarte de a partir de ahora, por ti propio bien. – Dijo Eric con una cara seria y preocupada.

- ¿¡Ah!? Claro que no, nunca me alejaré de él, es buena persona. – Dijo Alice con una expresión enojada hacia su hermano mayor.

- Vamos hermana escucha a tu hermano mayor, ese tipo quiere hacerte cosas malas. – Dijo Eric con una expresión de preocupación por Alice.

- ¡No permitiré que insultes a Alexander! ¡Mamá me dio el visto bueno sobre el! ¡Si llegas a hablar mal de Alex otra vez, nunca te lo perdonaré! – Gritó Alice a su hermano mayor, dejándolo en shock, ya que Alice nunca se había enojado tanto con él.

- Pero her...! – Decía Eric, pero fue interrumpido por su madre Sara.

- Cállate Eric, eres igual que tú padre en ese ámbito, deja la vida personal de tu hermana en paz. – Dijo Sara muy enojada, esta vez sí, con su hijo mayor.

- Mamá. – Dijo Alice con una sonrisa cuando vio a su madre defendiéndola.

- Pero mamá, solo estoy preocupado por... - Decía Eric, pero fue interrumpido nuevamente por Sara.

- Hija, ve a tu habitación a descansar, yo voy a hablar con tu hermano mayor. – Dijo Sara mientras empuja levemente a Alice y ella se va corriendo a su habitación.

Ahora se quedaron Eric y Sara solos, mientras Gregor mira escondido por la puerta lo que sucederá pronto.


*******


Alexander volvió a su departamento, se saca los zapatos, se baña, luego se acuesta en su cama y piensa en las sensaciones que tuvo hoy cuando estaba con Alice.

- «Que extraño... ¿Por qué me siento tan cálido y feliz cuando estoy con ella? Me hace querer estar con ella para siempre, esto seguramente es amor, pero no creo que ella sienta lo mismo por mí. Qué raro es sentir amor por primera vez, pero se siente bien.» - Pensó Alexander mientras se duerme poco a poco.

Al final se queda dormido mientras siente todo tipo de sentimiento por Alice, desde amor verdadero e inocente hasta lujuria.




Fin del capítulo 19.

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