Lectura 42. Nota Musical.

Quizás es verdad...

Jamás me gustó la música... Nunca quise convertirme en un musico... No quiera que escucharán ninguna pieza compuesta por mi...

¿Sabes porque?

¿No lo sabes?

Pues te voy a contar...

Yo era uno de los mejores pianistas de toda la ciudad, nadie daba una mala crítica de mi talento, por unos fugaces momentos fui feliz; mis familiares orgullosos y mis amigos celosos, pero nunca me hicieron sentir mal... Ambos me alentaban y sentía sus opiniones como palabras de fortaleza y de verdad les agradezco por todo lo que me dieron...

Hasta que...

Apareciste tu... Alguien tan perfecto, tan decidido, tus notas precisas y tus acordes exactos.

No pude evitar el prestarte atencion, eras una radillante estrella que iluminaba hasta la más oscura habitación...

Inevitablemente la envidia me consumió.

Pero ¿sabes algo?

También descubrí que siempre me equivoco...

-Hola, soy Freddy mucho gusto.-

¿Cómo puede ser que hasta cuándo hablas tú voz es perfectamente afinada? Esto es el colmo.

-Soy Golden mucho gusto en conocerte.-

Pero derrepente... Esa envidia desaparecido y lentamente se convirtió en un sentimiento que aún no logro comprender.

Se que aún no lo sabes, pero cuidadosamente me escabullo en la sala donde prácticas y me quedo atontado por tu música.

Se que aun no lo sabes, pero toda mi galería está llena de tus fotos.

Se que aún no lo sabes, pero toda mi música consiste en grabaciones.

Se que aún no lo sabes... Y aún no lo sé yo tampoco, pero creo que me enamorado.

...

-Te atrape.- Sentí como el corazón se me salía del pecho al sentir tus brazos en mi espalda. No tenía escapatoria ¿Cómo iba explicarte que estaba oculto para poder escucharte?

-Freddy no me asustes así.-

-Lo siento pero ¿Qué hacías aquí?

La pregunta de fuego... Porfavor no me odies

(...)

Y como dije... Me equivoco en muchas cosas...

Me equivoque en que eras una radillante estrella... pues ahora ERES mi estrella y según tu... YO soy tu luna.

Me equivoque al tener envidia hacia mi futuro novio.

Me equivoque al creer que eras una santa paloma, vaya que tenías tu lado oscuro.

Me equivoque en la última nota de la partitura de mi vida, gracias por enseñarme a tocarla.

Fin.

Roosal_Inda

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