Yeso

Lynn disfrutaba enormemente de ese momento en el que después de un día moviéndose tanto por sus amados deportes, juntarse con sus amigas a devorarse una hamburguesa cual camionero luego de un largo trayecto, agradeciendo que ellas no tuvieses los escrúpulos de otras chicas de su edad de temerle a devorar una buena comida.

Mientras ella le explicaba tranquilamente a Margo sus planes de llevarse a un par de sus hermanos al bosque a hacer senderismo, Stacy conversaba con Paula sobre algunas prendas que habían comprado recientemente, algo que termino llamando la atención tanto de Lynn como de Margo.

- Espera, - Increpo Lynn. - ¿Hiciste qué?

- Ya lo dije. - Respondió Paula. - Me compré estas botas la otra vez que salí con Robert, se veían bastante bien.

- Botas... no lo se Paula, tú y el calzado no se llevan bien desde nunca.

- ¿Y eso a que vino?

- Bueno, cuando solo tienes un pie libre, generalmente el calzado tiende a sobrarte, ¿No?

Lynn había dicho eso como broma, pero su propia risa no duro demasiado antes de mirar confundida a su amiga.

- Oye, ¿Cuánto tiempo llevas con ese yeso?

Aquella pregunta dejo extrañada a Stacy quien no conocía de hace tanto tiempo a la chica, pero la expresión de Margo se deformo al escuchar la pregunta, quedando genuinamente confundida.

- Cierto, espera, ¿Fue antes de iniciar la preparatoria?

- No, espera, estoy seguro de que la vi en secundaria con ese yeso.

- ¿No fue en primaria que le colocaron ese yeso? Estoy segura de que fue la chica que le ocasiono el problema en el baile de quinto grado porque su muleta cayó sobre la maestra Agatha.

- Espera, ¿Y el problema de tercer grado que obligo a una salida a Great Lakes ser cancelada debido a que un trozo de muleta atasco el freno del bus?

Ambas chicas quedaron pensativas, mirando fijamente a una incómoda Paula.

- (Simultáneamente) ¿Cuánto tiempo llevas con esa cosa en tu pie?

- Pues... desde primer grado, creo.

Ambas chicas quedaron en silencio ante esa respuesta, Stacy fue la única que hizo un movimiento al robar papas de la bandeja de Lynn.

- ¿Llevas... toda la vida usando muletas? ¿Acaso tú pie está...?

Lynn trago saliva con dificultad, se había quebrado huesos en el pasado y sabía la molestia que significaba estar unos meses así, pero imaginarse una vida completa... es algo que ni siquiera se había cuestionado antes, podría ser un defecto de nacimiento, un daño tan grave que fuese permanente, muchas ideas comenzaron a pasar por su cabeza mientras más lo pensaba y veía con lastima a su amiga.

- Paula, yo... lo siento.

- Nah, no te disculpes, esto no es ningún problema.

- (Pensando) Es tan fuerte... no deja que afecte su vida.

- Pero... - Esta vez Margo alzo la voz. - ¿No hay algo que puedas hacer por sanarlo?

- Pues...

- Chicas, - Intervino Stacy. - He escuchado de lesiones así, la gente no vuelve a la normalidad fácilmente, si es que vuelven, yo la conocí así y no veo que tenga problemas en su vida normal.

- Si, pero...

- Entonces, creo que lo mejor es no acosarla con eso, ¿Sí? De por si es grandioso que una persona discapacitada como ella no se rinda con el deporte como lo hace.

- Sobre eso...

- Tienes razón, - Dijo Lynn más animada. - De por si Paula es un gran ejemplo de superación, no puedo lamentarme por ella.

- Oigan...

- ¡Eres mi inspiración amiga! - Dijo Margo más tranquila. - ¡Digo que brindemos por Paula!

- ¡Oigan!

Las tres chicas miraron a la rubia algo incomoda.

- Agradezco sus palabras pero...

En ese momento se levantó, y tan tranquilamente como quien se quitaría un zapato, ella se quito el yeso, mostrando un pie en perfecto estado.

- (Avergonzada) Uso el yeso... para obtener privilegios de discapacitada después de ver cómo me trataban hace tiempo... lo siento.

- Ah.

- Pues.

- Mmm.

Paula se puso nuevamente el yeso y las cuatro quedaron en silencio.

- ¿Hacemos como que nunca conversamos de esto?

Todas asintieron con la cabeza.

Paula no dejo de usar el yeso.

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