Sucesión
Leroy miraba su cuarto donde hace una semana se hallaba la cama de su hermano mayor, ahora desarmada y guardada en el ático junto a las de sus hermanas mayores que también se habían marchado de la casa, sintiéndose algo solo salió de su cuarto hasta la habitación de enfrente a la suya, perteneciente ahora a su hermana mayor directa, golpeando la puerta para llamar su atención.
- ¿Sí?
Lily miró a Leroy quién sostenía en su mano un mando de la consola que le había dejado Lincoln.
- ¿Quieres jugar videojuegos conmigo?
- Eh... no puedo, tengo que terminar algo que le debo a Lola.
- Por favor, si quieres te dejo mi mando favorito.
- No es no, lo siento.
Con intenciones similares se dirigió a los otros cuartos, pero en todos el pequeño fue rechazado, algunos con escusas más elaboradas mientras que otros como Lana simplemente le dijeron que no estaban interesadas, al final el niño se encamino a la habitación de sus padres, encontrándose con el patriarca quien dormía plácidamente en su cama, siendo el momento en que Leroy comenzó a jalar de su brazo hasta despertarlo.
- ¿Uh? ¿Qué? ¿Cómo? Juro que no me comí ese chocolate.
- Papá, ¿Quieres jugar videojuegos conmigo?
- Ah, Leroy, ¿Me despiertas para eso?
- Si, las chicas no quieren jugar conmigo.
- Bueno, - Perezosamente se incorporo en el respaldo de su cama, haciendo tronar su espalda. - Pídele a Lincoln que juegue contigo, ayer trabaje hasta tarde campeón y necesito descansar mi espalda.
- Lincoln se fue.
Incomodo, Lynn miró a su hijo pequeño bajar la mirada mientras decía eso.
- Eh... je... je... bueeeeeno... - Mientras pensaba que responder, termino observando la hora en el despertador. - ¡Dios mío, mira la hora, tengo que ir a comprar la despensa! Lo siento Leroy, será en otro momento.
Y el patriarca se fue corriendo del cuarto, marchándose rápidamente en la van familiar.
El pequeño que quedo solo nuevamente termino encaminándose otra vez a su cuarto, dirigiéndose al escritorio legado por su hermano donde saco un teléfono (también legado de Lincoln).
Originalmente sus padres no tenían pensado darle un teléfono tan pronto a Leroy ya que no querían que pasase lo mismo que con Lola o Lily quienes eran unas totales adictas a sus teléfonos y consideraban que el niño ya era lo suficientemente adicto a los videojuegos para que su "cerebro se pudra más", pero Lincoln termino dándole su antiguo teléfono para casos de emergencia o cuando le extrañase demasiado, cuando se despidió le pidió que fuese fuerte y que confiase en los demás, pero eran días como ese el cual le hacían pensar al pequeño que no podía terminar de confiar en los demás, nadie parecía tener tiempo para él, nadie quería jugar con él, solo podía pensar en como Lincoln era el único que lo atendía y solo quería llamarlo para pedirle que volviese.
- Lincoln me quería mucho, si le suplico que vuelva, estoy seguro de que lo hará y jugara conmigo.
Pero mientras comenzaba a buscar el contacto de su hermano, Lily entró en el cuarto sin tocar la puerta.
- Leroy, ya terminé lo que le debía a Lola, ¿Quieres que...
Y fue el momento donde vio aquel dispositivo prohibido para el pequeño.
- (Seria) Mamá dijo que no puedes tener uno todavía.
- (Asustado) Yo... yo... yo...
- Eso esta mal Leroy, muy mal. - Una siniestra sonrisa comenzó a formarse en el rostro de Lily. - ¿Quién diría que mi hermanito también podía romper las reglas?
- No me acuses por favor, es un regalo de Lincoln, por favor no me hagas eso.
- Mmm... ¿Y qué gano yo?
El pequeño estaba al borde de las lágrimas, no quería perder su única oportunidad de volver a contactar con Lincoln.
- Es mi única forma de hablar con él, - Sus ojos se cristalizaron. - No me hagas esto.
Cuando vio que el pequeño había comenzado a lagrimear, Lily se dio cuenta que su broma había llegado muy lejos.
- Eh... lo siento, lo siento, ay, no llores hermanito, por favor.
- Quiero... snif... hablar con mi hermano... buaaaaa.
Lily miró con tristeza al pequeño, Lincoln había sido un buen hermano en general y también lo extrañaba, pero él pequeño prácticamente vivía pegado a Lincoln, y lo peor, todos se habían dado cuenta que como Lincoln se hizo cargo de prácticamente todo respecto a él, nadie le había dado mucha atención a Leroy antes.
Y ahora Lily veía como su único hermano menor lloraba a todo pulmón fruto de una broma que había salido muy mal.
- Leroy, lo siento, yo no quería... no quería hacerte sufrir... yo... yo...
Y Lily, desesperada por no saber que hacer con su hermanito menor, comenzó a llorar también.
- Buaaaaaaa.
- Buaaaaaaa.
El llanto de ambos hermanos provoco que Lucy se asomase en el cuarto, notando que ambos pequeños lloraban.
- ¿Qué paso aquí?
- ¡Extraño a Lincoln!
- ¡No se tratar con Leroy como lo hacía Lincoln!
La pelinegra miró a ambos antes de arrodillarse y poner una palma en los hombros de ambos.
- Oigan, entiendo que estén tristes porque Lincoln no está, pero podremos adaptarnos a ello como lo hicimos con las demás.
- ¡No me interesan las demás, quiero a Lincoln!
Lucy respiro hondo, recogiendo su cabello para mirar directamente a su hermanito.
- Cuando Luan se fue me dolió bastante, me llevaba bastante bien con ella, diría que era junto a Lynn con quién mejor me llevaba, pero hay algo que debes pensar, donde están ahora, es por su bien y su futuro, es lo que los hará felices.
- Pero...
- ¿No quieres que Lincoln sea feliz?
- Pero lo extraño...
- Como todos, pero si estuviera aquí contigo sería algo egoísta de tu parte, ya que eso sería tu felicidad a costa de la de Lincoln.
- ¿Si estuviera aquí... él no sería feliz? ¿Ni siquiera conmigo?
Lucy solo asintió con la cabeza mientras acariciaba su cabeza, provocando que el ánimo del niño decayese.
- Oye, siempre nos querrá, pero está en una etapa de su vida donde continuar lejos de nosotros, algún día todos lo haremos, pero eso no significa que no nos volveremos a ver, y cuando vuelva no solo pasaran mucho tiempo juntos, sino que tendrá muchas historias que contarte.
Aunque Lucy le daba miedo la mayor parte del tiempo, el pequeño noto calidez en la sonrisa de la pelinegra, asintiendo antes de guardar el teléfono.
- ¿No lo vas a llamar?
- Prefiero que me cuente esas historias cuando vuelva.
- Que niño tan inteligente, ¿No querías jugar videojuegos?
- ¿Puedes?
- No soy muy buena.
- No importa.
- Entonces vamos.
Poco más conversaron antes de que el niño saliese, momento en que Lucy miró a Lily quien desvió la mirada, palmeando con suavidad su cabeza.
- Perdón.
- Nadie te entrena para ser hermana mayor, y cuando tienes tantas hermanas mayores que se hacen cargo de las cosas, es difícil cuando te toca.
- ¿Crees que mejoraré?
- No lo sé. - Comenzó a caminar hacia la salida. - Solo puedes demostrárselo a ese niño.
Lily miró a Lucy retirarse de la habitación, estaba frustrada por lo ocurrido, pero viendo la espalda de su hermana sintió aquella sensación por primera vez: el peso de ser una hermana mayor.
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