Sopa

Rita tomo el termómetro y observo la temperatura, suspirando con algo de lastima mientras acariciaba la frente de pequeña hija y le regalaba una sonrisa.

- Tienes fiebre cariño.

- No te preocupes unidad maternal cof cof, solo es una irregularidad en mi sistema respiratorio, solo necesito algo de descanso y mis medicamentos, no tienen que arruinar el viaje por mí.

- No te puedo dejar sola jovencita, menos en ese estado.

- Insisto, puedo cuidarme bien.

- Un no es un no.

- Mamá, - Luan se asomó por la puerta. - Yo me quedo a cuidarla, no te preocupes.

- Eso sería un alivio, ¿No es una buena idea Lisa?

- Sinceramente, me siento más protegida entrando a un reactor nuclear sin protección y posiblemente sufriría menos.

- Ah, vamos hermanita, sabes que no puede ser tan malo.


Horas después

Lisa no había podido descansar tranquila, ante la mera presencia de Luan cuidándola su sentido de supervivencia estaba al máximo, cada apertura de la puerta por parte de la comediante era un momento en que el corazón de la niña se detenía, solo suspirando tranquila cuando esta se retiraba del cuarto, dejando sobre su frente una prenda húmeda para mitigar el dolor de cabeza, algo que realmente no le interesaba pues sabía que no tendría ninguna repercusión si siguiese alguna de sus investigaciones con su enfermedad controlada, pero el ver que aquello parecía mantener controlada a su hermana era suficiente para que la ciencia pudiese esperar.

En cierto momento, Lisa pudo escuchar como la puerta nuevamente se habría, notando a Luan con una bandeja en las manos.

- Es importante para estar fuerte el tener el estómago lleno, así que te prepare algo de sopa.

- Hubiese preferido algo con pescado.

- Tiene pollo, ¿Te sirve?

- Al menos posee proteínas.

Lisa sin mucho interés termino tomando la cuchara y dando el primer sorbo, uno que termino sorprendiéndole, pues el sabor era fantástico.

- ¡Esto es genial! ¡Es perfecto!

- Jejeje, me alegra que te gustara.

- ¿Cómo hiciste esta pieza de arte?

- Pues, algo de pollo, unas verduras y sal, no tiene nada raro, es la receta de papá.

- Mentiras, una sopa nunca ha sabido tan bien, ¡Dime tu secreto!

Luan dudo de las palabras, no había mentido, la preparación había sido tal como su padre le había enseñado, preocupándose de no darle nada que pudiese sentarle mal a su hermana enferma, aunque una idea vino a su cabeza.

- Mmm... Se podría decir que si tiene un ingrediente secreto.

- ¡Lo sabía! Ahora revélame tu secreto.

- El amor supongo.

Lisa dejo de comer en ese momento, mirando fijamente a Luan observando perpleja el comentario dicho sin ninguna entonación rara o indicio de sarcasmo, pues la bromista se veía totalmente sería cuando lo dijo.

- Eh... Luan... está se supone es la parte donde te ríes de tu propia broma.

- No es una broma, realmente la hice con mucho amor.

- El amor no es una especia, la sensibilidad de nuestras papilas gustativas no posee un sentido ante algo empírico.

- Pues, es la sopa de siempre hecha con extra amor por mi hermanita que no se siente bien.

Por más que Luan intentaba explicarle a Lisa que no había hecho nada extraño, la niña era incapaz de comprender que aquello fuese real, algo tan abstracto como las emociones no puede condimentar un platillo, era un hecho, y aquello llevo a que Lisa retuviese a su hermana una cantidad considerable de tiempo con Luan explicándole que no había nada raro en esa sopa, algo que curiosamente le parecía adorable, pues Lisa estaba entrando en un berrinche, algo no común en ella.

Los días pasaron y aunque Lisa se recuperó, aquella extraña sensación que le produjo en el cuerpo tal comida le lleno de dudas, necesitaba respuestas, no podía concebir aquella sensación de confort, pidió que la sopa fuese hecha nuevamente, tanto a Luan como a su padre y su madre, analizo a nivel molecular el caldo e incluso leyó varios libros de química y gastronomía dedicadas, pero nada le daba las respuestas que quería, incluso cuando intento recrear dicho alimento fue incapaz de llegar al mismo sabor, por lo que un día, frustrada, volvió donde Luan quien se encontraba limpiando al sr cocos.

- Por favor, te lo suplico, dime como lo hiciste.

- (Confundida) ¿Hacer qué?

- Esa sopa, escapa de todo razonamiento lógico y las leyes naturales, por más que lo intento no lo he replicado ni menos con los mismos ingredientes, escapa al limite de la ciencia y fue hecho con tus manos, por favor, explícame.

Por más que la muchacha estaba confundida termino accediendo, recopilando rápidamente los ingredientes y preparando aquella comida frente a Lisa quien anoto todo, desde los gramos exactos de ingredientes, la proporción, el volumen de agua y la temperatura de cocción, lo cual solo molestaba más a la pequeña pues era todo tal como ella misma lo había replicado, cuando vio que Luan estaba aplicando ya los últimos retoques fue que Lisa estallo.

- ¡Mentiras! ¡Sucias mentiras de tu parte!

- ¿Eh? ¿De qué hablas Lisa?

- Hiciste todo como se había hecho antes, ¡Se que el sabor no es el mismo!

Luan se rio entre dientes antes de agacharse para quedar al nivel de la enfadada Lisa, dándole unas palmadas en la cabeza.

- Te lo dije, era una sopa normal, solo que no te sentías bien y le di una dosis extra de amor, quizás no es algo que puedas demostrar con fórmulas matemáticas o cosas así, pero se que en el fondo de ti entiendes eso, sino, no te hubiera sabido tan bien esa sopa.

- ¡Mentiras!

- Bueno, - Luan se levantó, tomando el cucharon y sacando un poco de sopa en este, soplándolo hasta que ya no humeaba – Ya viste lo que hice, mediste todo incluso, así que dime tu misma, ¿Es o no el sabor que buscabas?

Lisa miro enfadada el cucharon, era imposible, todo dictaba que sería otra vez el mismo resultado... pero en el momento en que bebió el liquido pudo sentirlo, era ese sabor, nuevamente aquel agradable sabor que había sentido aquel día.

- (Feliz) Por tu expresión, creo que diste con lo que buscabas.

- Pero... pero... no es posible...

- Hay una frase que me encanta de papá, no hay mejor condimento que el cariño de tu familia, y esta vez si le pusimos bastante jejeje.

Lisa quería objetar, quería rebatir aquello que tenia frente a ella, pero en vez de eso, jalo suavemente la falda camisa de su hermana.

- ¿Puedo tomar un poco más?

Luan sonrió y asintió.

- Cuanto quieras hermanita.

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