Rival
Terminada la práctica, Lynn solo quería ir a las duchas y salir, no le desagradaba su actual equipo de fútbol, se entretenía bastante y la competencia estaba en un nivel que le agradaba, pero si algo no le terminaba de agradar era que no se sentía debidamente recompensada a sus esfuerzos, en forma de que no le permitían ser la capitana del equipo.
Stacy Donwall, entraron el mismo año a preparatoria, mismas clases, habían sido emparejadas más de una vez para las tareas de algunas de estas y compartían solamente un deporte, el fútbol, ella era la capitana indiscutible durante su periodo en primaria y secundaria, todos lo sabían, los reclutadores le habían ofrecido más de una regalía en el pasado, y ahora eso parecía caer sobre Stacy, la chica venida directamente desde Inglaterra, la popular pelinegra de cuerpo perfecto que se había llevado el liderazgo de ese equipo, una mancha en su perfecto historial de mandato, no iba a permitir que eso le quitase el gusto por el juego, pero ver que nadie tenía la menor intención de hacer un cambio por ella si le picaba en el orgullo, uno que le llevaba a suspirar cada vez que terminaba un entrenamiento.
- Tranquila Lynn, es solo un equipo deportivo, no tienes por qué enojarte, sigh.
Incluso la misma Lynn lo sabía, no era furia lo que sentía, era algo que le entristecía, pues aceptaba que la chica era una líder natural, quizás sus habilidades no eran tan buenas como las suyas, pero a la hora de coordinar todo se manejaba mucho mejor de lo que ella jamás lo había hecho, por lo que era una mezcla de admiración y tristeza, pero no lo suficientemente grandes como para arruinarle el día.
- Bien, si me apuro en llegar a casa podría ganarme el control de la televisión.
- Lynn, espera. - La capitana del equipo le había detenido, mirándola con suma determinación. - Hay algo que quiero hablar contigo.
- ¿Sí? Eh... ¿Tiene que ser ahora?
- Si, por favor, no te tomara mucho tiempo.
- Sigh, está bien, te sigo.
Ambas chicas se dirigieron hasta un sector más privado, cerca de las gradas de la cancha donde habían practicado, aprovechando que el resto de sus compañeras se encontraban en las duchas, momento en el que Stacy se cruzo de brazos y miro de pies a cabeza a Lynn, algo que la puso incomoda.
- ¿Algún problema?
- Seré honesta Lynn, te he estado observando por mucho tiempo.
- ¿Tienes algún problema conmigo?
- No, solo que hemos estado bastante tiempo juntas, te conozco del año pasado, ¿No?
- Si, supongo.
- Así que... bueno, he notado tu molestia.
Aquello dejo en silencio a Lynn, creía que había sido lo suficientemente sutil con su inconformidad.
- Por lo que quería preguntarte, ¿Qué te molesta de mi Lynn?
- Eh... bueno, yo...
Stacy tomo las manos de Lynn, esta no esperaba esa reacción en la capitana del equipo.
- Bueno, no es nada personal, solo que estaba acostumbrada a ser la capitana.
- ¿Entonces te molesta que tomara tú puesto?
- Si, bueno, si me molesta, me gustaría serlo, pero reconozco que haces un buen trabajo, uno mucho mejor de lo que yo podría hacer y te respeto por eso.
- ¿Me... respetas?
- Por supuesto, diablos, me encantaría ser la capitana, pero hey, no niego tu propio esfuerzo.
- Lynn... gracias...
- Sabes, también te lo agradezco, creo que necesitaba vaciar eso.
- Y lo aprecio, uff, creía que me odiabas.
- Al principio si jajaja.
- Jajaja.
Ambas chicas se rieron de aquel momento de sinceridad, Lynn ni siquiera se había dado cuenta de cuanto necesitaba eso, un amargor en su corazón se había eliminado en aquel momento.
- Bien, creo que podré descansar cómodamente hoy, gracias Stacy.
Lynn intento retirarse, pero la chica no soltó las manos de Lynn.
- Ehh... ya terminamos la conversación, ¿No?
- Lynn.
- ¿Sí?
La pelinegra levanto su mirada y la clavo en los ojos de Lynn, observándola con total determinación, una que logro sorprender a la castaña.
- Me gustas, sal conmigo Lynn.
- ¿Eh?
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