Lori caminaba algo cansada rumbo a su vehículo, tronando su cuello mientras observaba la luna ya establecida en el cielo además de notar que solo quedaban pocos automóviles en el lugar aparte del suyo, las horas extras le estaban matando pero las vacaciones con Bobby eran su motivación más grande, ingresando en su vehículo mientras tiraba sin ningún cuidado su bolso en el asiento del copiloto.

No alcanzó a acomodarse cuando una mano tapo su boca y esta aferro a su cara, empujando su cabeza hacía el respaldo del asiento, sintiendo aquel frío agarre cubrir su boca en su totalidad y una presencia acercarse por detrás sin darle oportunidad de reaccionar.

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Leni bajo la cortina metálica como parte de su rutina, no siempre era la última en irse pero le gustaba dar una revisión general de su taller, era casi una costumbre del tiempo pero aquel día se sentía especialmente vacío el lugar y aunque quería irse, una de las bodegas estaba entreabierta y su luz encendida.

Quería retroceder e irse, pero no podía dejar aquella luz encendida, dando pasos temblorosos acerco su mano a la manilla para terminar de abrir la puerta y apagar la luz, pero cuando su mano toco la puerta esta fue abierta de golpe antes de ser jalada hacía el interior del lugar.

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Luna acababa de llegar a su departamento con todo el gusto de fumar un poco en el balcón, dejo con cuidado sus cosas sobre la mesita en el centro de la sala y procedió a tomar el cenicero, abriendo sin cuidado la cortina que obstruía la vista del exterior, siendo el momento que los pudo notar observándola fijamente.

- No grites.

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Luan observo su bandeja de correos, no reconocía al remitente y no tenía la configuración de un correo normal, pero aquel mensaje le había erizado la piel.

- "7 días", ¿A qué se refiere?

Una semana después, entendió el mensaje.

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Lynn llego de trote nocturno, secando el sudor de su frente noto que la puerta de su hogar estaba entreabierta lo cual le hizo levantar la guardia, entro sigilosamente mientras tomaba un bate guardado entre los paraguas junto a la entrada y se preparo para golpear fuese lo que fuese que detectase que no fuese su familia, caminando despacio hasta la sala donde pudo encontrar a su familia amordazada.

- ¡Chicos!

Soltó el bate en un momento de desesperación, corriendo hacía su primogénito al cual saco de un fuerte tirón la cinta que cubría su boca al notarlo más desesperado que los demás pese a que todos se agitaban.

- ¡Detrás de ti mamá!

- ¿Qué?

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Lana observaba las jaulas con cautela, odiaba el turno nocturno tanto como despertar temprano pero el deber llamaba, tenía un par de animales a los cuales debía vigilar que su estado no empeorase, pero al contar las puertas conto uno de más, dando un rápido vistazo una de las jaulas grandes no debería de tener ningún paciente por lo que se acerco a revisar que era aquel bulto cubierto de frazadas, pero al momento de tocarlo una mano emergió de este.

Desde el exterior, solo se pudo escuchar como la celda era cerrada y a cierta veterinaria gritar.

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Lola observaba el horizonte desde la calidez de su hogar, apenas había retirado lo suficiente la cortina para que esta pudiese ver pero no era suficiente para que aquel horrible presentimiento le soltase, ella vivía en un buen lugar, tenía buena seguridad, por su seguridad llevaba unos días trabajando desde casa y había ignorado cada llamada desde números desconocidos o correos extraños, pero ese día su familia no estaba y pese a que había llamado a un guardia para que le acompañase por seguridad este aun no llegaba, sintiendo como su corazón daba un vuelco cuando escucho al portero anunciar la llegada del guardia, corriendo hasta la puerta más tranquila para abrirle y poder estar en paz.

Pocos minutos después el guardia llamo a la puerta varias veces, pero nadie contesto.

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Lisa solo digitaba tan veloz como podía, sus gafas reflejaban la intensa luz proveniente del monitor, deteniendo sus manos repentinamente casi como si estas se hubiesen congelado antes de suspirar y acercar sus brazos a su cuerpo para una posición más confortable y girar en su silla en dirección hacia la entrada, hablando con resignación.

- Sabía que llegarías tarde o temprano.

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Lily miraba a todos los transeúntes como si fuesen enemigos, aferrándose al taser eléctrico en el bolsillo de su sudadera cada que alguien le miraba por más de 1 segundo ella sentía la necesidad de responder, solo quería llegar tan rápido como pudiese a su hogar y encerrarse, maldecía vivir en una zona sin locales cercanos para abastecerse de comida, pero no tenía de otra, asegurando su capucha para ocultar su cabello solo podía acelerar el paso, pero termino tomando un atajo que usualmente frecuentaba, un callejón entre edificios, no fue hasta que se sintió sola que irónicamente hubiese preferido aquella multitud que evadió, observando como solo unas pocas personas parecían acercársele, todas al mismo tiempo desde todas direcciones, su respiración se volvió irregular y se aferro con más fuerza todavía al taser en su sudadera, para su desgracia, activándolo.

Unos momentos después, ella fue sacada de allí siendo arrastrada.

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- Leroy, que agradable visita.

Su padre le recibió con un abrazo, uno que apenas fue correspondido antes de entrar apresurado al hogar.

- ¿Qué paso hijo? Te ves alterado.

Rita se mostró confundida ante la reacción del rubio quien observaba de reojo por la ventana de la sala de estar hacia el exterior.

- Mamá, papá, no sé cómo decir esto, pero creo que estamos en peligro.

- ¿Peligro? - Ambos ancianos sonaban sorprendidos.

- ¿Han podido contactarse con cualquiera de las chicas? Están desaparecidas, todas, estoy seguro de que Lincoln estará bien pero temo por ustedes, ¡Tenemos que salir de aqu...!

Pero no pudo completar su frase, pues sintió un fuerte escalofrío acompañado de una mano gélida aferrándose a su espalda.

- Supongo que te apresuraste demasiado hijo. - Dijo cansado Lynn.

- Solo tenías que esperar pacientemente en tu casa. - Dijo decepcionada Rita.

- Pero ahora sé un buen chico y no grites. - Dijo una sonriente Lucy. - Te espera una llamada a cierto peliblanco, hermanito.