Residuos

Cuando alguien de la familia llegaba a casa generalmente espera un desastre en casa, un incendio ocasional o una explosión ya no sorprendían a nadie de la familia y la relación tanto con los bomberos como la policía era ya cercana, habían invitado a varios para la última cena de acción de gracias, el pavo de su padre podía ser el mejor pero la tarta de arándanos del jefe de bomberos Felton simplemente era excepcional.

Y aun con todo eso, en el momento que Lola vio la casa su rostro se deformo en una muesca perfecta al ver el nivel de vandalismo de esa ocasión.

- Ni crean que voy a dormir hoy ahí.

Buscando con la vista a cualquier sobreviviente o en efecto al culpable, el cual sospechaba firmemente de Luan, pudo encontrar a Lana tirada en uno de los botes de basura con sus piernas colgando hacia fuera y su torso introducido en este.

No quería acercarse, pero era su mejor opción.

El chisme siempre es más poderoso después de todo.

- Lana, ¿Estas viva?

En el momento que toco el gastado overol un mapache salto desde el interior del bote, asustando a Lola quien retrocedió un paso mientras veía como el animal se alejaba corriendo.

Lola solo junto sus manos en señal de oración y rogo porque el alma de su hermana estuviera en el basurero definitivo con toda la chatarra que su corazón anhelase por el resto de sus días, aunque solo duro unos segundos y procedió a ingresar al patio trasero, lugar donde encontró a Luan sentada en el césped mientras veía el cielo teñido de naranja con un refresco en su mano.

- Luan, ¿Qué paso?

- Ah, Lola, bienvenida, ¿Quieres sentarte a mi lado?

- Ehh... ¿En el piso? ¿No ves mi vestido?

- Como quieras, yo estoy bien aquí.

La sonrisa de Luan le llenaba de calma y tranquilidad, era casi como si transmitiese la sensación de paz absoluta luego de alcanzar la iluminación y todo estuviese bien con ella y el universo, algo que realmente comenzó a preocupar a Lola.

- Bien, ¿Cuál es la treta?

- No hay treta ni trampa, solo quiero contemplar esta puesta de sol perfecta que me recuerda lo inmenso y hermoso que es el mundo.

Entre más hablaba, más sentía que Luan en cualquier momento comenzaría a brillar y flotar para ascender a un nuevo plano existencial lo cual solo lograba preocuparla más.

- Luan... si me siento a tu lado, ¿Prometes que no terminare en el hospital?

- Hospital, que bonito lugar, lastima que solo podemos recordar los tristes sucesos que manchan nuestra perspectiva ante el dolor de la vida.

Era definitivo, algo había ocurrido con Luan, la probabilidad de que fuese la causante del desastre que era su hogar posiblemente fue obra de su mano y cada segundo a su lado solo significaba exponerse a sufrir como los demás, pero mientras retrocedía piso una rama, provocando que esta girase su torso para observarle con aquel rostro de infinita paz.

- Lola, ¿Tú crees en la gravedad?

- ¿Eh?

Luan se levanto con algo de dificultad, tambaleándose mientras comenzaba a reír torpemente.

- Todo está conectado hermanita... hip.

- Luan, quédate quieta o veras que...

- No, no... la que debe entender que el destino es uno hip, eres tú... y no puedes escapar de la gravedad.

Lola pudo sentir como su cuerpo se erizaba por esas palabras y levanto la vista lentamente, observando justo sobre ella, aquella enorme bolsa que estaba por abrirse sobre ella.

- Mierda.

Todos ese día pactaron que Luan no debía volver a beber alcohol por el resto de su vida.

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