Requisitos

En el momento que Rita llego al garaje y pudo notar que se encontraban tanto Lisa como Lana su expresión se volvió una de molestia, tenía toda la intención de reprender a la niña pero dado que Lana se encontraba soldando, no quería provocar un accidente, por lo que espero pacientemente hasta que la muchacha termino, momento en que ambas niñas sacaron sus máscaras protectoras.

- ¿Así está bien Lisa?

- En efecto, aun no soy capaz de calibrar un robot que haga un trabajo tan preciso como el tuyo hermana mayor.

- Y tampoco me haces un traductor sapo-humano.

- Ya te lo he dicho, los anfibios no podrían poseer esa capacidad de compresión, primero tendría que desarrollar su cerebro para que...

- ¡Ajem!

Ambas niñas se voltearon, notando aquella mirada en la matriarca, sabían que una de las dos estaba en problemas, tal vez las dos, pero solo fijándose en la dirección de aquella aterradora mirada, en silencio y con sumo cuidado, tal como si estuviese frente a una bestia salvaje, Lana se apartó.

- (Nerviosa) H..Hola madre.

- Explícame señorita que está haciendo aquí.

- Bueno, mientras investigaba la ley de...

- No me interesa, hay alguien que te espera en la sala.

- (Confundida) ¿A mí? Generalmente las visitas corresponden al estrado de las gemelas hacia arriba.

- ¿Te suena el nombre de Darcy?

Solo un instante le tomo a Lisa conectar en su cerebro las palabras de su madre, la imagen de la chica y, sobre todo, algo que había olvidado por completo ese día: le había prometido a su amiga que jugaría con ella aquel día.

- Oh... bueno... ¿Podrías... decirle que estoy enferma?

- Ve con tu amiga, ¡Ahora!

- ¡S..Si!

Casi como si fuese una instrucción militar, Lisa partió corriendo hacia el interior de la casa, sin pensar demasiado más que en obedecer, ni siquiera pensó en que ya era tarde según la hora que habían pactado para juntarse o que no tenía ningún plan para el día, topándose con su amiga sentada en la sala de estar y un rostro algo triste.

- Lo siento amiga, anoche me quede probando cierta ley y hoy tenía los datos experimen...

- Si, mucha ciencia, avance de la humanidad, más importante que nosotras mismas.

- Oye, lo siento en verdad.

- No, no lo haces, esta es la quinta vez que me dejas esperando en casa porque olvidaste que nos juntaríamos gracias a alguna cosa de tu ciencia.

- Bueno, sí, pero...

- Lisa, eres genial y todo, pero puedes ser una verdadera idiota.

- ¡Oye!

En ese momento, Darcy tomo de una oreja a Lisa y la arrastro en dirección hacia la salida de la casa, siendo observados por Rita quien se había detenido a observar desde el comedor.

- ¡Nos vemos señora Loud!

- ¡Ay, ay, ay! ¡Brutalidad Darcyana!

- Pásenla bien niñas, ¡Trátala tan rudo como puedas cariño! - Dijo mientras se despedía con una sonrisa.

Lisa siempre había sido alguien de letras y ciencia, si bien más de una vez había competido físicamente por los escasos recursos compartidos con su familia su coordinación, altura, fuerza y resistencia en general palidecían ante Darcy a la cual no le estaba costando casi esfuerzo jalar de la oreja a su amiga por al menos 4 casas antes de finalmente soltarla al ver que Lisa estaba por llorar.

- Vamos, te lo tenías merecido.

- No es justo snif, que me arrastres así snif.

- ¿Quién fue la que olvido nuestra salida de hoy?

- Yo, pero...

- ¿Quién olvido las últimas 10 salidas y se suponía que me iba a compensar hoy?

- Yo, p...

- ¿Quién me ha estado robando los postres del almuerzo cuando tienen chocolate y me prometió compensarme con helados cuando tuviese dinero y dijo que hoy tenía dinero?

- ...

- ¿Vas a seguir quejándote?

- No.

Una sonrisa se formo finalmente en el rostro de Darcy.

- Perfecto, ahora vamos al centro comercial.

Lisa no podía entrar en lo que se consideraría "normal" para estándares de su edad, conversaba más con gente que tenia siete veces su edad que con otras niñas y sus estándares de "normalidad" pasaban por su disfuncionalmente funcional familia, algo que le había hecho ligeramente retraída las pocas veces que socializaba en la escuela, una a la que Lisa ya había insistido varias veces que podría simplemente obtener el grado y olvidarse de ella pero que por presión de Rita seguía asistiendo y sin posibilidad de saltarse grados, tendría que vivir la experiencia completa de congeniar con seres de su edad física y mental, y aunque muchas veces por aquella frustración se mostraba reacia a hablar con otras personas, Darcy siempre estaba ahí para ya sea obligarla a conversar, jugar algo, compartir un video o salir a pasear, tal como era el caso de ese día.

Lo peor era las múltiples veces que Lisa había terminado ignorando a su amiga y aun así esta seguía a su lado, una pequeña espina en el corazón de Lisa que cada vez creía más, provocándole esa sensación de que la chica sería mucho más feliz si no estuviese a su lado, provocando que irónicamente, entre más se juntaban, más difícil le era conversar con ella.

Siendo lo que más pensó ese día, reflejándose en su rostro cuando se sentaron a tomar un helado.

- Y la verdad me gustaría mucho comprar ese disfraz para la próxima noche de brujas, creo que el amarillo me haría destacar más en la noche.

- Te recomiendo que priorices verte adorable antes que destacar, eso da más dulces.

- No, no, no, yo ya soy lo suficientemente adorable.

- Cuaaaanta modestia. - Lisa intento sonar todo lo sarcástica que pudo, pero no pudo evitar sonar extrañamente molesta.

- Lisa, oye, entiendo que estabas haciendo tus cosas de ciencia, pero al menos podrías intentar divertirte.

- Lo de la ciencia... no, no es eso Darcy, es que, incluso yo reconozco que no soy una buena amiga, tu misma dijiste que te he hecho eso varias veces y aun así, aun así me hablas, siento... que te esfuerzas mucho por mi y yo... no te lo retribuyo.

- ¿Así que reconoces que eres una mala amiga?

- ¡Demonios si! ¡Soy horrible, una hobbit despreciable adicta a la ciencia!

- Pff... jajaja, ay Lisa, no eres tan mala.

- Si lo soy, ¿No lo dijiste tu misma?

- Tienes tus cosas, por ejemplo, eres muy rara.

- ¿Se suponía que eso era para alagarme?

- También eres directa, no eres la mejor amiga posible, pero tampoco eres una mala persona.

- ¿Y eso te basta?

- ¿A ti no?

Lisa quería rebatir, pero realmente no encontraba como, después de todo cuando comenzaron a hablar, no le importaban cosas como los temas, retribución ni nada, simplemente, eran ellas y ya.

- Entonces... ¿Eres mi amiga y ya?

- ¿Acaso hay requisitos?

Quizás esa tarde la incomodidad de Lisa no desapareció, pero ella estaba segura de que posiblemente no volvería a aumentar.

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