Presentación

- Pasado -

Albert observaba algo impaciente la hora, si bien faltaban todavía unos minutos para la hora acordada eso no quitaba el hecho de que estaba fuertemente aferrado a su sofá y con muchas intenciones de ir a buscar su escopeta.

- (Molesto) El idiota no llega.

- Cariño, - Dijo una mujer rubia que se sentó en el sofá colindante, tomando la mano de su esposo - Rita dijo a las 12, aún quedan unos minutos.

- Si fuera un chico de bien sabría que si dices a las 12 debes llegar al menos 15 minutos antes.

La mujer dejo de lado su rostro calmado para mirar seriamente al peliblanco.

- No vayas a ponerte idiota con el novio de Rita, tienes que aceptar que fue su decisión.

- ¡Es un problemático! ¿Viste esos pantalones que usaba en la fotografía? Seguro se droga.

- Se veía como alguien tranquilo, quizás tenía una nariz muy grande, pero son detalles.

- Es un vándalo, eso es lo que es, seguro que primero embaraza a Rita y luego se irá, y si lo hace yo...

- (Seria) Albert, como te levantes de ese asiento y vayas por tu escopeta juro que duermes en el sofá por 1 mes.

- Lori, por dios, solo quiero lo mejor para nuestra hija.

La mujer comenzó a crujir sus nudillos, algo que el peliblanco supo era un ultimátum, bajando la mirada.

- No lo haré.

- Eso ya está mejor.

Como si aquella amenaza no hubiese ocurrido, la esposa de Albert puso una sonrisa en su rostro y se dirigió a terminar el almuerzo, pero la expresión del peliblanco no mejoro.

En menos de 5 minutos pudo sentir el timbre sonar y con ello, escuchar como Rita bajaba a toda velocidad de su cuarto.

- ¡Yo abro!

El adulto se levanto y espero a que su hija terminase de llegar a la puerta, cruzándose de brazos para ver a aquel que su hija mencionaba con tanta emoción.

- Lynn, finalmente llegaste.

- Hola my dear, disculpa la demora.

- No, para nada Lynn, llegaste justo a la hora, vamos, pasa.

La inocente pareja iba a entrar envuelta en su capullo de emoción, pero al voltearse pudieron notar aquella enorme muralla que se interponía entre ambos, Albert gracias a su trabajo tenía un físico bastante imponente, sobre todo en términos de brazos, algo que hizo sentir diminuto a Lynn quien pudo sentir como sus piernas comenzaban a temblar solo de ver la mirada asesina de aquella mole que se alzaba frente a él.

- H..Hola señor, y..yo s..so..soy...

- Se quién eres mozalbete, - Dio un paso en su dirección, uno que Lynn retrocedió – Se lo que quieres hacer aquí, – Dio otro paso, soltando sus brazos cruzados para dejarlos caer – Y déjame decirte que n...

El hombre no pudo terminar su amenaza antes de escuchar un sonido detrás suyo.

- Ajem. – Ahora era Lori quien estaba cruzada de brazos detrás de Albert – Cariño, ¿Por qué no te vas a sentar? El muchacho se ve agotado y le haría bien ir al baño.

- ¡Pero Lori!

- (Imponente) Ibas a ir a sentarte, ¿No?

Albert nuevamente solo pudo agachar la cabeza, caminando derrotado hasta el salón dejando solos a la pareja.

- Dios, este padre idiota, - A Lynn – Bueno cariño, disculpa a mi marido, siempre se pone así cuando se trata de nuestro angelito.

- (Avergonzada) Mamá, no me llames así en público, ya tuve suficiente con papá.

- E..Es un p..placer s..señora.

- Oh por favor, no me digas señora, dime Lori encanto.

- E..Esta bien Lori encanto.

Las piernas de Lynn estaban por fallar y ahora no solo sentía como sudor frío salía de todo su cuerpo, sino que estaba al borde de las lágrimas después de aquel recibimiento y su pésima broma, de hecho, ganas de huir de allí no le faltaban, si no fuese porque su novia le tenia tomado de la mano ya lo hubiera hecho, pero mientras cerraba sus ojos esperando alguna reprimenda, pudo escuchar la voz de la mujer en forma de risa.

- Jajaja, eso fue malísimo.

- Perdón señora.

- Jajaja, no te preocupes, fue extrañamente divertido, pero bueno, Rita, guíalo al baño, creo que lo necesita, luego se lavan las manos y almorzamos, ¿Les parece?

Lynn no se atrevió a desobedecer, siguiendo a su novia hasta que pudieron quedar en la intimidad del baño.

- ¿Estás bien Lynn?

- Si te soy sincero, tu padre me aterra.

- Solo esta celoso porque su hijita tiene novio, ya verás que se le pasa, lo importante es que le agradaste a mamá, con eso todo estará bien.

- Pero... ¿Y si tú padre decide que quiere deshacerse de mí?

- Jajaja, primero mamá lo hace dormir en el sofá.

La risa de Rita logro calmar en parte al muchacho, quien se refugio en los brazos de ella.

- Gracias cariño, creo que ahora puedo enfrentar a tu padre.

- (Furioso) ¡Perfecto! ¡Él lo pidió!, ¡Ahora si llego tu hora desgracia...

Ese día, Albert no durmió dentro de la casa.

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