Pesca
- Pasado -
Lynn miraba como su emocionado hijo mecía sus pies ansiosamente, enfocado en observar como cambiaba el paisaje frente a él al internarse en la naturaleza, siendo capaz de ver a la lejanía el lago donde ambos iban a pasar su tarde solo de chicos, una que no podía negar, ansiaba desde el día que le indicaron que finalmente iba a tener un chico.
Que estuvieran allí no era ni una casualidad ni un capricho, su padre le había llevado al mismo lago cuando cumplió 6, misma edad que ahora tenía su hijo y esperaba poder transmitir esa misma ilusión que sintió tantos años atrás a su pequeño campeón, algo que sentía había logrado al ver la enorme sonrisa que el risueño niño tenía en ese momento.
- Hijo, ¿Ansioso por sacar tú primer pez?
- ¡Si! ¡Mucho papá!
- Jeje, - Con su mano derecha no pudo evitar revolver un poco de ese cabello blanco que el muchacho tenia - Me gusta tu espíritu.
En el momento que estaciono la van, Lincoln salió corriendo rápidamente para acercarse al agua, algo que si bien preocupo un poco a Lynn, ver que el muchacho rebosaba de energía le motivaba más, sacando los artículos de los asientos traseros y encaminarse para rentar un bote, algo que no le tomo mucho y en pocos minutos ya se encontraba en el centro del lago con su pequeño observando el agua con sus cañas de pescar en mano.
- ...y cuando saque un pescado así de grande, - Dijo mientras estiraba todo lo que podía sus brazos - Vamos a poder comer toda la noche.
- Estoy seguro que con un pescado de ese tamaño podríamos comer todos, incluso tus hermanas y aún así nos sobraría.
- Incluso podríamos comer toda la semana.
- Hey, estamos hablando de un pez de tu tamaño, yo diría que incluso podría ser más tiempo.
- ¡Genial! Eso si papá, ¿Cuándo aparecerán los peces?
- Pues... eventualmente.
- Pero llevamos un tiempo y no aparecen.
- Solo han sido unos 10 minutos Lincoln, ten paciencia.
- Esta bien.
Lincoln dijo eso con una enorme sonrisa, algo que Lynn agradeció y comenzó a juguetear nuevamente con el cabello de su hijo.
Y pasaron los minutos.
10 minutos.
30 minutos.
60 minutos.
Lincoln miraba aburrido las aguas calmas, centrado principalmente en su reflejo, mientras Lynn intentaba sacar algún nuevo tema de conversación, algo que simplemente no ocurría.
Siempre había estado muy ocupado distribuyendo su tiempo entre sus hijos, tanto que aprendió a dejarse llevar por ellos para poder disfrutar más, pero ahora eso no era posible, la iniciativa de su muchacho se había acabado y era su responsabilidad volver a levantar el ambiente, algo que no ocurría.
- Eh... Lincoln, hace un buen clima, ¿No crees?
- Ah, si papá.
- Si... es un... buen día para pescar...
En su mente se estaba cuestionando que había hecho mal, el recuerdo de su viaje a ese lago era maravilloso, uno de los mejores días de su infancia con su padre, pero el iba a producirle un viaje totalmente olvidable a su hijo, iba a decepcionarlo, a su muchachito especial, incluso estaba pensando rendirse de una buena vez e ir a casa, quizás compensarle de otra forma a su hijo, simplemente ya no estaba seguro de lo que estaba haciendo.
En ese momento, Lincoln suspiro, dando un pequeño manotazo al agua.
- Esto no es divertido.
Eso fue el colmo, Lynn no podía seguir así, ni siquiera lo pensó antes de pararse bruscamente y mirar fijamente al pequeño quien se había asustado ligeramente culpa del repentino movimiento.
- ¿Papá?
En ese momento el adulto tomo al pequeño desde sus axilas y lo aventó con toda su fuerza al agua, tomándole unos momentos al pequeño para estabilizarse y asomar su cabeza.
- (Molesto) ¡¿Qué rayos papá?!
Ni siquiera pudo continuar con su queja antes de ver que el adulto se había lanzado al agua detrás de él, salpicándole a su cara, mirándole molesto mientras se incorporaba.
- ¿Vas a seguir mirándome con esa cara de asesino o vamos a jugar?
Lincoln quiso replicar, pero su padre le dio un manotazo al agua mojando, nuevamente, su rostro, momento en el que Lincoln dio su grito de guerra y comenzó a salpicar cuanto podía a su padre, gritos que con el tiempo se transformaron en risas ante las jugarretas de ambos quienes simplemente se dejaron ser, aprovechando su tiempo juntos.
Tiempo el cual, finalmente, se había colmado de la risa de ambos.
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