Motivación

Luna observaba la entrada de la tienda mientras tapaba con la capucha de su sudadera parte de su cabeza, manteniendo un constante golpeteo con su pie y mirando de reojo la hora que podía verse en parte desde la pantalla interior del lugar donde indicaba que eran las 10:53, su mano oculta dentro del bolsillo de la sudadera acariciaba lentamente el objeto que allí guardaba, pasando con especial gentileza su dedo sobre el gatillo esbozando su intención de agarrar el mango y en un rápido movimiento aferrar con fuerza aquel objeto y sacarlo de su bolsillo.

Observo la hora nuevamente, 10:58, el nerviosismo podía notarse en su expresión y los ojos de Luna se habían concentrado en un único lugar del interior de la tienda, un pequeño pasillo que separaba el área concurrida de lo que sería el sector de descanso de los trabajadores.

- 11:00.

No pensó mucho antes de encaminarse hacía la barra donde una mujer de cabello rubio estaba limpiando la superficie frente a ella, notando que alguien se había parado frente a ella, por lo que sin prestarle demasiada atención o siquiera levantar la vista le hablo.

- Bienvenido a Café Bagoo, ¿En qué puedo servirle?

En ese momento Luna aferro con fuerza su mano al objeto de su bolsillo, sacándolo rápidamente para apuntar con este a la cabeza de la rubia.

- Manos arriba, esto es un asalto.

La rubia ni siquiera levanto la vista y simplemente suspiro.

- No otra vez esta semana.

El único cliente que había dentro no lo pensó demasiado antes de salir corriendo, Luna ni siquiera logro pensar en alguna reacción ante su repentino grito y posterior huida.

- Ay, no me fije que había más personas.

- Luna, ya quita esa cosa por favor.

Al escuchar a la rubia hablar Luna esbozo una sonrisa en su rostro antes de presionar el gatillo, disparando un pequeño chorro de agua sobre la expresión estoica de la chica.

- ¿A que no te sientes más fresca ahora?

- Desde que compraste esa tontería siempre haces eso, era divertido al principio, ahora es molesto.

- Vamos Connie, no te pongas así, es divertido.

- Y acabas de espantar un cliente, algún día la broma te va a salir mal. - Connie volvió a limpiar la barra.

- Vamos, necesito a mi baterista predilecta y te sigues negando a aceptar.

- Luna, basta, ya te dije que renuncié a la música.

- ¿Y todo lo que te queda es trabajar en este café?

- Es solo transitorio, me arrepiento de no haber terminado mi carrera y ahora quiero hacerlo.

- Nos van a pagar por lo de la noche de este viernes, no es un contrato por poco dinero.

- Si que te tienes confianza, además al menos tienes otras fuentes monetarias, entiende que no puedo seguir arriesgándome.

- No es arriesgarse, es salir un poco antes de tu turno en unos días y acompañarnos a una noche de música, vamos Connie, por los viejos tiempos.

- ¿Entiendes que gracias a esos viejos tiempos ahora estoy atrapada en este lugar?

- (Molesta) Oye, tú fuiste la que decidió abandonar la carrera.

- Porque me prometiste fama y todas esas cosas, cualquiera se ilusiona con eso, - Connie suspiro. - Pero ya aprendí de mi error y no pienso volver a hacerlo.

Luna dejo la pistola de agua sobre la barra y se acerco cuanto pudo para poder alcanzar a poner sus manos sobre las mejillas de la mujer.

- ¿Dónde quedo la chica que no temía dejarse la vida tocando la batería? Se que nunca fuimos un grupo magistral, tuvimos nuestros desacuerdos, Sam ni siquiera quería que estuviese en el más tiempo, pero esta si es una oportunidad de oro, no, de platino, no, mejor aún, it's a wonderfull...

- Luna, basta por favor.

- You cannot stop me or us! Debes venir con nosotras, se que hay una chispa en...

- No Luna. - Con suma calma Connie tomo de las manos a Luna, aferrándose suavemente, casi como si fuese una gentileza maternal. - Yo ya no quiero eso, no es la vida que ahora deseo, gracias, pero no.

- Eres la mejor chica, no conozco otra baterista que te llegue siquiera a los talones y estoy segura que esto es de lo que tanto hablamos antes, la posibilidad que estábamos esperando para dar el siguiente saltó, si no vienes con nosotras.

- Eso le hubiese sonado genial a la Connie de hace unos años, pero ahora... ya no está en mí, no esta sea chispa, mis deseos... ya no están con la música.

- Pero tienes un don chica, un talento innato.

- Quizás tengo el talento, pero ya no tengo el deseo. - Soltó el agarre, dándole la espalda a Luna. - Y te pido que si me apreciabas, respetes eso, y bien, si no vas a ordenar nada, por favor retírate de la tienda.

Luna lo había intentado a diario desde que obtuvo esa oferta, Connie era una amiga que hizo en esa ciudad cuando llego años atrás, sentía que prácticamente se lo debía, pero si había algo incluso por encima de ello, era que no quería molestarla al punto de perder su amistad.

- Está bien... de todas formas, por si quieres ir podrías.

- Dudo mucho que vaya Luna, aun así gracias por la preocupación.

Cabizbaja Luna comenzó a retirarse, su instinto se lo decía, la chispa de su amiga parecía haberse apagado y, como ella presentía, sentía que lo mejor era darle su espacio.

- ¿Ni siquiera irías por un trago?

- Adiós Luna, te hablo otro día.

Luna se retiró en silencio y con destino incierto se alejo, después de todo, no era la primera vez que veía a sus cercanos abandonar sus sueños por algo de estabilidad.

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