Maquillaje
Lynn observaba la casa en silencio desde el patio, apretando con fuerza la bolsa que tenia en sus manos, se supone que nadie estaba en casa según lo que había escuchado durante la cena del día anterior y eso era algo que estuvo esperando durante bastante tiempo, de hecho, esa era una oportunidad única, pero, aunque su familia hubiese dicho eso el día anterior no estaba tranquila, por lo que se acerco con calma, respirando hondo, hasta que abrió la puerta de la casa.
- ¡Ya vine! ¡¿Hay alguien?!
No hubo ninguna respuesta.
- ¡¿Alguien?! ¡Quien sea!
La única respuesta que tuvo fue el gruñido del gato de la familia quién sonaba claramente molesto por haber sido despertado de su siesta de la tarde, además de eso, no hubo respuesta alguna, algo que calmo el agitado corazón de Lynn.
- Perfecto.
La muchacha camino hasta su cuarto y saco una caja oculta entre un montón de ropa sucia bajo su cama, llevándola hasta el baño junto a la bolsa con la que había llegado, dejando ambas sobre la tapa cerrada del inodoro antes de mirarse fijamente al espejo y llenar con agua fría el lavamanos.
- No puedo ganar sin pelear.
Dicho eso lavo su rostro y ato su cabello, quedándose quieta mientras miraba su reflejo.
- Pelea.
Dicho eso desvió su mirada a la bolsa, acercando su mano mientras sentía como esta temblaba y su vista se agudizaba.
- ¡Pelea Lynn!
Y mientras gritaba, saco con toda la violencia que podía un objeto que había en la bolsa: un delineador de ojos.
- (Furiosa) ¡¡¡Yo puedo maquillarme sola maldita sea, ya verán!!!
20 minutos después
Lincoln entraba tranquilamente a la casa mientras silbaba, había sido un día agradable y quería rematarlo con una agradable tarde de videojuegos aprovechando que Leroy no estaba, y mientras se dirigía a su habitación, en el momento que noto la puerta del baño entreabierta, su instinto reacciono, pudo sentir un frío subir por su espalda antes de dar un paso hacia atrás.
Iba a dar medía vuelta, pero la puerta lentamente comenzó a abrirse, crujiendo como si las bisagras no hubiese sido aceitadas en años y la madera fuese a partirse, sintiendo la misma sombra de la muerte empujando la puerta hacía dentro, y el rostro que se asomó... posiblemente era algo peor que la muerte.
- (Voz de ultratumba) Lincooooooooln...
- ¡¡¡Ahhhhh!!!
Lincoln quiso correr, pero la sombra lo tacleo tan velozmente que apenas si noto que ya era prisionero.
Era un rostro horroroso, cubierto de colores que no tenían un patrón común, manchando todos lados mientras sus ojos estaban enrojecidos, casi como si estuviesen inyectados en sangre y sus labios cubiertos de rojo y morado como si fuese el maquillaje de un payaso exagerado y distorsionado.
- (Voz irritada) ¿Cómo está mi hermano favorito?
- ¡¡¡Yaaaaaaaahhhhhhhh!!!
Unos minutos después
- ...y por esa razón te voy a maquillar, gracias por ofrecerte Lincoln.
El peliblanco miraba fijamente a una Lynn quien ya tenía su rostro limpio, luchando contra la cuerda que lo tenía atado a una silla.
- Oye.
- ¿Si querido hermanito?
- Tienes a 9 hermanas, pídele a cualquier otra.
- No, no, no lo entiendes chico... no voy a pasar por esa humillación.
- Tú hacías algo parecido cuando decía que iba a salir con alguien.
- Jajaja, vamos, ni que yo quisiera pasar por esa tortura.
- ¡¡¡Oye!!!
- Pero tú eres otro caso, así que... - Lynn puso una enorme sonrisa. - Entre menos luches, antes terminaremos esto.
Lincoln solo podía ver con horror como Lynn sacaba varios cosméticos de una bolsa, sin perder jamás aquella desquiciada sonrisa.
Los gritos del adolescente podían ser incluso escuchados en la casa de su vecino, quien miraba con horror la casa Loud, pensando seriamente en llamar a la policía y, tras unos agónicos 20 minutos, la casa volvió al silencio absoluto, pues Lynn miraba fijamente su creación.
- Esto...
Tragando saliva con dificultad, observaba al ya desmayado chico cuando sus ojos se desviaron al vestido que pensaba probarse una vez terminara su "sesión de embellecimiento secreta", y una idea vino a su mente.
- ¿Y si...?
Mientras trabajaba en su idea final, no sintió como alguien entraba por la puerta principal, más concretamente, la pequeña diva del hogar.
- Uhg, necesito una ducha, ahora.
Caminando a su cuarto tiro sus cosas sin importarle mucho donde cayeran, y con una toalla en sus manos partió hacía el baño, abriendo la puerta para contemplar algo que jamás espero encontrar.
Lincoln con los ojos en blanco y el rostro con un maquillaje que disimulaba sus rasgos masculinos mientras vestía un traje relativamente ajustado de 1 pieza siendo sostenido por Lynn quien le observaba con orgullo.
- (Perpleja) ¿Qué carajos?
- ¡Ah! - Por el susto, Lynn dejo caer a Lincoln, quién cayo como costal de papás al suelo. - L..Lola... n..no es lo que parece.
Lynn se esperaba una nueva frase o molestia, quizás que le descubrieran o algo, en el mejor de los casos que pensase mal de Lincoln y ella fingiría demencia, pero, tras observar bien, Lola termino resoplando decepcionada.
- Sep, definitivamente Lincoln tiene mejor cadera que tú.
Las habilidades de moda de Lynn si habían mejorado.
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