Luan

Observar el cielo anaranjado señalando el fin del día solo hizo sentir más nostálgica de lo que esperaba a Luan, tenía un buen lugar donde vivir, un buen trabajo y seguidores en internet que gustaban de su contenido, a vista de cualquier espectador externo podría decirle que había encontrado un buen equilibrio entre cubrir sus necesidades y cumplir sus metas, aun así, no lograba sentir emoción al despertar o alguna motivación para realizar cosas fuera de su rutina, casi como si hubiese sido un autómata programado para cumplir con la vida de una tal Luan Loud.

Llegar a su hogar, estacionar su vehículo e ingresar al inmueble fue una procesión hecha por la inercia de la costumbre, sacando su móvil para ver la hora y darse cuenta de que había llegado casi 20 minutos antes de lo usual, no reacciono a ello, tampoco tenía planes para ese día, había subido contenido el día anterior a sus fans y no tenía trabajo pendiente de la oficina, era esa tarde para ella y ya, por lo que se encamino a un calendario que tenía en la sala de su hogar.

- Ir con Luna en tres días, el cumpleaños de Tommy es en una semana, la visita al médico es en trece días.

Su vida estaba programada, no sabía si la rutina o si todo lo que intento hacer le habían orillado a eso, pero ese calendario era la perfecta muestra de que alguien como ella necesitaba esquemas, incluso como una partidaria de las bromas y los monólogos no podía ir por la vida como si nada causando desastres, como lo hacía cuando era joven y estúpida.

La inspección de aquella agenda se vio interrumpida por el sonido del timbre, algo que le extraño ya que no recordaba haber conversado con nadie referente a una visita ese día, por lo que confundida se acerco a la puerta y, para su sorpresa, era Lisa quien estaba allí de visita.

En una fracción de segundo su expresión dejo aquella mueca monótona y paso a una de júbilo, como si aquella aletargada mujer hubiese desaparecido ante los ojos de una de sus hermanitas.

- ¡Lisa! ¿Qué hace mi pequeña genio por aquí?

- Hola, vengo a traer esto. - Y mostró el contenido que tenía en sus manos las cuales se hallaban en su espalda, observando Luan como había un pay de banana en ellas.

- ¿Tu hiciste ese pay?

- No, lo compre en una tienda camino aquí, ¿Puedo pasar?

- Claro, no le negaría la entrada a una de mis hermanitas.

Lisa con los años se había abierto mucho a expresarse con ella, conforme crecía Lisa comenzó a preguntarle muchas cosas, algo que Luan encontraba extraño al principio ya que ella era la genio, pero conforme dejo sus celos de lado se dio cuenta que mientras Lisa era un genio en lo que respecta a ciencias, era más torpe socialmente hablando y eran esas cosas las cuales se convirtieron en un tema de conversación recurrente, llegando a una gran confianza, por eso verla dudar ante la invitación a pasar u observarla con un rostro algo estoico le llamaron la atención, mirando confundida a su hermana.

Ambas avanzaron hasta la cocina donde Luan encendió la cafetera con la que esperaba acompañar el dulce que trajo su hermana, pero pudo notar que Lisa se centro en el calendario que funcionaba como su agenda personal.

- ¿Tienes planes para mi y por eso investigas mi vida? Buena forma de acosarme Lisa.

- A mi me sorprende un poco tu actitud, me esperaba un pastelazo nada más entrar y venía preparado para ello.

- ¿Un pastelazo?

- Si, venía dispuesta a todo y te encuentro... así, por eso cuando vi tu calendario quería ver si no estabas equivocada de día o algo.

- ¿De que hablas Lisa?

- De que hablas tú Luan, hoy es primero de abril.

- Oh... ¿Ya es esa fecha?

La expresión de Lisa se ensombreció ligeramente, mirando fijamente a su hermana, Luan no entendía aquella reacción y volvió a estructurar su sonrisa.

- Jeje, ya veo que es esa fecha, y has venido a este hogar sabiéndolo, de ser así solo tengo que...

- ¿No tienes nada verdad?

Luan estaba buscando de forma disimulada algo que aventarle en broma a su hermana, pero la sequedad con la que esta le respondió le hizo dudar, congelándose por un momento.

- ¿De que hablas Lisa? Este día es especial para mí.

- Estoy segura que era especial para ti, más ya no.

- No te entiendo.

Lisa se encamino hasta su hermana, mirándola fijamente, tal como lo hacía cuando era una bebé y no sabía expresarse, eliminando cualquier frontera de espacio personal como si la viese más como un sujeto de pruebas a su hermana.

- No me agrada.

- ¿Qué cosa?

- Tú sonrisa.

La mueca en el rostro de Luan tambaleo, pero volvió a conformar su "alegría" usual rápidamente.

- ¿Tan fea soy que no te gusta?

- Si algo me enseñaste es que la alegría es importante para las personas y lo hiciste al enseñarme muchas veces tu sonrisa, por eso lo sé, esa no es tu sonrisa.

- ¿Cómo que no? Es mi rostro, mi forma de ser, tiene que ser mi sonrisa.

- No lo es.

- ¿Cómo lo puedes decir con tanta seguridad?

- No lo sé... - Lisa desvió su mirada, mostrándose incomoda. - Solo se que tu sonrisa no me da nada del cariño que sentía hace años contigo.

Luan pensó en replicar, había practicado ese escenario un millón de veces pero ahora que se había presentado no sabía que decirle a su hermana, era su hermana mayor, tenía que dar el ejemplo y no podía simplemente poner en palabras el vació que sentía en su pecho cada infernal día, aquel fuego que no le calentaba pero si le dolía, aun así sin ser capaz de pensar en una respuesta volvió a forzar aquella sonrisa la cual apenas logro arquear su labio, aunque todo el resto de su rostro le fallo en representar aquella emoción.

- Lisa... yo...

- Siempre me has apoyado y escuchado, déjame escucharte a ti esta vez, tenemos toda la noche.

- Yo...

Esa noche, Luan se permitió romper esa imagen de buena hermana mayor que tanto lucho por construir, de adulto responsable y funcional, de persona que disfrutaba su vida.

Esa noche de primero de abril, Luan Loud pudo hablar por primera vez en años.

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