Juego
- Entonces, ¿Puedo irme?
- Bueno Linkington, la señora Poppers aún luce sedienta, yo creo que le hace falta un poco más de té.
- (Fastidiado) Ok.
Mientras Lincoln lucia un rostro sumamente incomodo hizo el gesto de servir el té a una de las tazas de juguete de su hermana menor, Lola disfrutaba enormemente aquel juego, pero aquella molesta expresión comenzaba a ponerle incomoda.
- Lincoln, ¿Quieres sentarte en la mesa? Creo que podrías compartir alguna de tus experiencias con las chicas.
Nuevamente pudo ver otra muesca en el rostro de su hermano, quien a regañadientes se sentó en una de las pequeñas sillas quedando frente a su hermana menor.
- (Molesto) Entonces, mi lady, ¿Qué aventura desea oír el día de hoy?
El muchacho ya estaba lo suficientemente cansado para no ocultar su molestia y el golpe de voz que uso termino por incomodar a la pequeña.
- Ash, si vas a tener esta actitud mejor ya vete a hacer cualquier otra tontería que prefieras.
- Por fin.
El peliblanco no dudo en comenzar a sacarse su vestuario y alejarse del lugar, dejando la tetera de plástico sobre la mesa sin mayor miramiento y a una Lola bastante consternada por lo que acababa de ocurrir.
- Que actitud más desagradable la de ese tonto.
Aunque sus palabras estaban cargadas de molestia, podía sentirse una suerte de dolor en estas, observando como ahora la "vacía" habitación solo la contemplaba a ella y sus muñecas, lejas del bullicio que su hermano podía estar haciendo mientras le seguía el juego, cruzando sus brazos con molestia al ver lo poco que significaba para este, algo que no duro mucho hasta que se levanto en búsqueda de alguien que le ayudase a seguir jugando cómodamente, pero en el momento que salió de su cuarto pudo escuchar como varias de las puertas se cerraban.
- Ash, ya verán.
Algo molesta se dirigió escaleras abajo, encontrándose con Leni en el proceso.
- Hola hermana, ¿Qué tal estás esta linda mañana de sábado?
- Amm, bien... pero yo... amm... tengo que ir a hacer mi... amm... desayuno.
- Leni, estabas subiendo la escalera.
- Necesito mi vestido para desayuno.
- ¿Y cual es ese vestido?
- O sea, mi pijama, va totalmente con el desayuno, ¿No crees?
- Traes puesto tu pijama en este momento.
- Amm... no este pijama, el otro pijama.
- Sigh, bien, ya vete.
Para que Leni buscase una excusa por simple que fuese significaba que algo no andaba bien, dejando aún más disgustada encaminándose hasta la cocina, lugar donde se encontró a Lynn, lo cual formo una enorme sonrisa en la pequeña.
- Ohh... Lynn... que gusto ver a mi hermana favorita...
- No ahora pequeña, estoy por irme a un partido de soccer, después tendré tiempo para tus extorsiones.
Dicho eso la castaña salió corriendo sin darle tiempo a Lola para refutar, incrementando todavía más su molestia.
- Ni siquiera iba a extorsionarla.
Ya sin deseos de seguir jugando y con una evidente molestia en su rostro subió hasta el segundo piso, sintiendo como desde la habitación de su hermano escuchaba música, muy presumiblemente de algún videojuego.
- Prefirió sus tontos videojuegos antes que mi, me las vas a pagar Lincoln, como puede gustarle hacer esas cosas cuando mis cosas son mucho más divertidas que las suyas, seguro que si el me obligara a jugar sus bobos juegos me aburri...
En ese momento las propias palabras de Lola volvieron a repetirse en su mente, finalmente golpeando la puerta de la habitación de su hermano quien le permitió pasar sin prestarle mucha atención.
- ¿Qué pas... - En ese momento Lincoln se fijo quien estaba en su puerta, pausando su consola para enfocarse en su hermana - Sigh, Lola, ¿Quieres que siga jugando al mayordomo? Pues la verdad yo...
- ¿Qué tiene ese juego de divertido?
La pregunta molesto ligeramente a Lincoln, pero este se trago su molestia y no cambio la expresión de su rostro.
- Es un juego de peleas, ya sabes, como el karate que hace Lynn pero sin el dolor de cuerpo.
- ¿Entonces puedes golpear gente sin repercusiones?
- Bueno, técnicamente si, digo, son datos de un juego.
- ¿Puedo ver?
- ¿Eh? Bueno, si, pero no creo que te guste, es un videojuego.
- Podría intentarlo, ¿No?
- ¿Ok?
Entonces ambos niños se acomodaron en la cama del peliblanco, sintiéndose Lincoln algo incomodo en un comienzo, pero la pequeña simplemente observaba y preguntaba cosas simples cada cierto tiempo hasta que el muchacho pudo dejarse llevar mientras jugaba y conversaba tranquilamente.
Lola no estaba realmente interesada en el juego, pero le era curioso ver a su hermano genuinamente feliz haciendo algo a su lado.
- ¿Lincoln?
- ¿Si Lola?
- ¿Te molesta jugar a la hora del té conmigo?
- Mmm... en ocasiones si.
- Entiendo...
- Pero en ocasiones si disfruto tomar el té contigo.
- ¿No te desagrada?
- Bueno, no es algo que me guste demasiado, pero pasar tiempo contigo si es algo que me gusta, solo que también tengo cosas que me gustan hacer, ¿Te ha pasado alguna vez?
- Mmm... bueno... sigo sin entender mucho tu juego, digo, son solo tipos golpeándose con luces de colores y puñetazos, (Voz baja) Pero si me agrada estar a tu lado.
- (Feliz) Entonces lo entiendes.
Lola no respondió a eso, solo se acurruco junto a su hermano un poco más.
Pues se sentía mucho más a gusto que en esa anticuada fiesta de té de la mañana.
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