Graduación

Leni miraba en silencio su habitación, desde que se había cambiado al closet había perdido mucha de su comodidad, pero había ganado tiempo para pensar, principalmente muchas cosas relacionadas a su vida y a su futuro, uno que siempre había visto como algo muy lejano, incluso cuando había logrado llegar al último año de preparatoria no dejaba de ver la vida adulta como una realidad la cual aún no le correspondía, el seguir los juegos de sus hermanos, ver como la salida de Lori con el tiempo solo se convirtió en un asiento menos en la cena o en los viajes familiares, el cómo había escuchado más de una vez a sus padres preocupados hablando de su futuro... sus padres estaban más preocupados por lo que haría más que ella misma, eso le preocupaba en varios niveles y ninguno era bueno.

Dejándose caer sobre la almohada miro el techo, aun no se acostumbraba al espacio reducido, solo se encogió recostada en la cama mientras sujetaba sus pies y escondía su cabeza, pensar nunca fue su fuerte, ella lo sabía muy bien, por lo que tener tanta libertad para ello era tanto una bendición como una maldición.

Mirar el escritorio frente a ella no le ayudaba mucho, observando los cuadernos llenos de apuntes marcados con distintos tipos de destacadores y marcas de papel, provocando que la chica suspirara una vez más, escuchando la frase que más se repetía ese día.

- ¡Felicidades por graduarte Luna!

- Jejeje, thanks everyone.

Los vítores de la mayoría eran dirigidos a la muchacha que había finalmente terminado su educación en preparatoria, aquel paso importante para la vida de varios, uno que Leni debería de haber hecho el año anterior.

Su mente no dejaba de recordárselo, aquellos minutos mientras el bullicio fuera de su cuarto se apagaba se sintieron eternos, mirando con pesadez el escritorio hasta que sintió un suave toque en la puerta.

- Leni, soy yo, déjame pasar por favor.

- Luna, no quiero hablar.

- (Triste) Please, necesito hablar contigo.

Leni dudo, realmente no tenía ganas de hablar, pero algo que no podía negar era que jamás le gusto escuchar triste a su primera hermana menor, abriéndole la puerta sin mucho ánimo. Luna al entrar vio a su hermana con aquel rostro decaído, cerrando la puerta para evitar a cualquier entrometido.

- ¿No deberías estar feliz?

- Realmente... no lo sé.

- ¿Lo dices porque no deberían haber sido así las cosas?

- ¿Qué cosa? ¿Qué mi hermanita se gradué al mismo tiempo que yo?

- Leni, se... que debió ser duro para tener que repetir el último año, pero... son cosas que pasan, lo importante es que finalmente terminaste, y lo hicimos juntas, eso es bueno.

- No, no lo fue.

- Pero Leni.

- Luna, yo... se que no soy la chica más lista del mundo, Lisa incluso intento ayudarme a hacer trampa en los exámenes, pero, yo no quería, terminar la preparatoria era un logro que quería que fuera mío... y me llevo a esto, estar un año más aquí.

- Leni, no te preocupes.

- Claro que me preocupo, soy la mayor, se que no soy perfecta pero... pero... al menos era el ejemplo, se supone que algo de confianza tenía que darles... y ver que tu terminaste tranquilamente mientras que yo, en mi segundo intento lo logre con lo justo... mientras que tu ya tienes una idea de que hacer con tu futuro mientras yo... sigo pensando en ropa.

- Eres una excelente diseñadora, una gran vendedora y una buena hermana, no tienes por qué sentirte así.

- Soy tonta Luna, pero incluso yo se que no es tan sencillo.

- Leni...

- ¿Crees que porque he ganado algunos premios estoy destinada a ser famosa y reconocida? No es tan simple, nunca lo ha sido, puedo verter toda mi dedicación y corazón en algo... pero eso no siempre es suficiente.

- Pero Leni.

- Leni nada, si todo pudiese lograrse simplemente queriendo y esforzándose no me hubiera graduado un año después ni me hubieran rechazado de todos los lugares a los que postule.

- (Sorprendida) ¿Cómo?

- Si, yo quería seguir la línea de la moda, busque lugares, intente investigar más allá, realmente quería seguir una vida así, pero había tanto que no entendía, tantas cosas que parecían como si estuviesen en otro idioma, nada es simple, nada de la vida adulta lo es, he oído a mamá y papá, a ustedes, a mis amigos, a mucha gente hablando de mí, preocupados por lo que pueda hacer, ni siquiera ustedes confían en que pueda seguir por mí misma.

- Eso no... es verdad...

- (Molesta) Lo dudaste, ¿No es verdad?

- No, no, claro que n...

- No me mientas, no hagas lo mismo que hacen todos aquí, - Leni se levanto de la cama, parándose frente a su hermana mientras sus ojos comenzaban a enrojecerse y su mandíbula a temblar, mirando con rabia e impotencia a Luna - Alguna vez en la vida, no me digan lo que quiero oír, al menos tú dímelo a la cara y no en mi espalda.

Luna se sentía atrapada, no le agradaba ver que Leni se sintiese tan mal, solo quería levantarle al animo como siempre lo había hecho, devolver a la chica a aquel estado de inocente felicidad característico más cuando era un día para ambas para celebrar, pero veía como le temblaba el cuerpo, como sus labios estaban deformados en una mueca de dolor que no era capaz de comprender mientras parecía aferrarse a ella y a una última esperanza, ¿Debía ser honesta? ¿Debía endulzar su realidad como siempre lo habían hecho en su familia? Aquellas palabras eran ciertas, todos estaban preocupados, sus padres aterrados, pues todos concordaban en algo...

- Nos... preocupas Leni... ya que... eres...

- ¿Soy? ¿Soy qué? Dimelo Luna, (Suplicante) Por favor, dímelo.

- Eres... una chica muy especial.

Leni escucho la calma con que Luna pronuncio esas palabras, perdiendo toda la fuerza con la que le había aferrado mientras bajaba su mirada y sentía que los temblores de su cuerpo se detenían.

- Entiendo.

Luna quiso replicar, pero Leni fue mucho más rápida en hablar.

- Gracias por la conversación, ahora necesito pensar.

Fueron palabras demasiado secas para su hermana, no había fuerza en ellas, y eso le dolió más que cualquier insulto.

- Leni, yo...

- Por favor, déjame sola.

La voz de Luna se apagó, vio retirarse a Leni hasta dejarse caer sobre su cama, por más que intento formular algo nada surgió, y en silencio abandono la habitación. Pues sabía que las palabras ya no llegarían a su hermana.

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