Las vacaciones de Lori habían finalmente comenzado, Bobby estaría fuera de la ciudad por unos días debido al viaje que había programado con el resto de su familia y que ella gentilmente había rechazado, tenía la casa para ella sola y habría paz absoluta por unos días hasta que Bobby volviese, la caja de bombones que había ocultado con recelo estaba por ser abierta, posiblemente descorcharía una botella de vino y la bata de su pijama sería la única cobertura que tendría ese día de mimarse a si misma, lo único que faltaba era la comida a domicilio que había pedido para evitarse cocinar en el resto del día finalmente podría tirarse en el sofá a ver una serie que tenía pendiente hace semanas.

El timbre sonó al mismo tiempo que su teléfono, confundida por tal sincronía pensó que seguramente era el repartidor queriendo asegurarse por lo que tomo su móvil mientras se encaminaba a la puerta sin prestarle atención a este.

- ¿Diga?

- ¡Lori! Gracias a dios me contestas.

- (Preocupada) ¿Qué ocurre Lana? Suenas desesperada.

- Tienes experiencia controlando seres irracionales, por favor ayúdame.

Lori levantó una ceja y se detuvo por un momento, tenía experiencia escuchando peticiones ridículas no tan graves de sus hermanos así que mientras no fuesen sus padres generalmente no se preocupaba demasiado, pero ese tono particularmente derrotado y al borde del llanto de Lana estaba haciendo replantearse su día de descanso e ir a Royal Woods a ver qué ocurría.

- Bueno, sí, pero, ¿Qué ocurrió?

- ¡Es Leroy, no lo encuentro desde ayer! Dios, fue la única instrucción que me dio papá antes de irse con mamá al crucero y no soy capaz de encontrarlo.

Lori conocía muy superficialmente al niño, apenas se topaban en las festividades y no convivían demasiado, si era sincera le parecía más un sobrino lejano que su hermano menor por la diferencia de edad y el poco vinculo que habían desarrollado, aunque no dejaba de ser su hermano y este estaba preocupando a Lana.

- Hace mucho que no lo veo Lana, tendrás que darme información para pensar en donde...

Pero al abrir la puerta en lo que creía sería el repartidor, pudo ver a un niño de cabello rubio y pecas que si bien no reconoció inmediatamente, reconocía sus facciones.

- ¿Lori?

- Está aquí, literalmente esta frente a mí.

- ¡¡¡¿Cómo?!!!

- Iré a dejarlo esta tarde, aprovecha de calmarte y pensar en un castigo.

Sin darle tiempo a reaccionar a su hermana cortó la llamada, mirando al niño frente a ella quien le observaba con una expresión algo incomoda.

- Supongo que esa era Lana, ¿No?

- Aja.

- ¿Estoy castigado?

- No me corresponde a mí, pero una vez llegues a casa si que lo estarás jovencito.

- Ay no.

Ver a Leroy con esa expresión le hizo recordar cuando Lincoln tenía esa edad, no recordaba la edad exacta pero el rubio tendría unos 10 u 11 años, no era igual que su otro hermano a esa edad pero existía un parentesco significativo, eso si ignoraba que no tenía grandes dientes y su cabello tenía otro peinado y color además de no tener ninguna prenda naranja.

- ¿Puedes mejor explicarme que haces aquí Leroy?

- Mamá y papá salieron una semana de vacaciones y nos preguntaron si preferían que nos cuidaran Lola y Lana o tú, y creí que sería una buena ocasión para pasáramos un tiempo juntos pero fueron dos votos contra uno.

- ¿Así que huiste de casa sin avisarle a nadie y llegaste aquí, a una ciudad de distancia?

- Bueno, sí.

Leroy le mostró una gran sonrisa, pero Lori continuó mirándole seriamente.

- Fingir inocencia es algo que ya viví con otros 10 antes que tú, no esperes que me afecte y no te lleve de vuelta a Royal Woods.

- ¡Vamos! Somos hermanos y apenas te conozco.

- Por favor, con mi edad soy más como una tía para ti. - Lori se volteó y comenzó a dar unos pasos en dirección a su habitación con el objetivo de vestirse y subir al niño a su vehículo, pero antes de dar un paso, escucho a este hablarle enérgicamente.

- ¡Pero sigues siendo mi hermana y quiero ser más cercano contigo!

Lori se detuvo, volteándose otra vez para encararlo.

- ¿Y por qué dices eso? Nos vemos un par de veces al año, no creo que sea suficiente para que realmente te interese conocerme.

- Pero los demás... las chicas... Lincoln... siempre hablaron mucho de ti, de lo buena hermana que eras, de lo mucho que te querían, - La expresión del niño decayó. - No quiero ser el único que cree que eres como otra tía Ruth.

La adulta miro al niño en silencio por unos momentos, notando que sus piernas temblaban ligeramente, algo en lo que no se había fijado hasta ese momento.

- (Pensando) Realmente me ve como una extraña e igualmente se atrevió a venir. - Lori suspiro, negando con la cabeza. - Solo tengo una duda, ¿Cómo lo hiciste para llegar aquí?

Leroy tuvo un pequeño sobresalto, rascando su cabeza nervioso.

- Eso... es una larga historia.

- ¿Quieres un chocolate caliente mientras me la cuentas? Creo que es lo mínimo que te mereces después de un viaje tan largo a tu edad.

La expresión del niño se ilumino en el momento y entro mientras mencionaba que no la decepcionaría con su historia, para Lori era algo incomodo dejar pasar a alguien que rozaba el ser un completo extraño, pero no podía negar la sonrisa en su rostro al pensar que, por lo visto, la familia aun después de tanto seguía igual.