Capitulo 9
CAPITULO 9
Después de aquella rara noche que pasaron, hubo ciertos cambios en Sesshōmaru muy notables por cierto, ya no se iba todas las mañanas y volvía a la madrugada sino todo lo contrario, algunas veces se quedaba en casa de la miko sin hacer nada.
Aquella mañana, estaba con Souta, y el abuelo ayudando a limpiar el templo, claro que el solo movía las cosas que eran imposibles de levantar por los humanos, estatuas cajas gigantes y algún que otro metal oxidado, sacaron todo al jardín, la señora Higurashi había dicho algo sobre ponerlas en venta.
Los gastos de la casa eran muy altos y el dinero escaseaba, solo tenían lo suficiente para alimentarse entre otros tipos de gastos.
El doctor Kenshin había ido esa mañana a quitarle el yeso a Kagome, se sorprendió por su rápida recuperación, la felicito por eso según él era una persona especial y sobre todo fuerte, el Youkai estuvo presente todo el tiempo, a ella no le desagradaba pero en ocasiones sentía que lo hacía porque estaba apresurado por volver a su época, con los demás.
Sin embargo, solo el sabia con qué intenciones estaba, "asechándola" todo el tiempo, se decía incontables veces a si mismo que no eran celos simplemente vigilaba que ella hiciera su trabajo y no intentara nada extraño.
Como en este momento que ella estaba navegando, en busca de su tan apreciada información, algún conjuro u algo que lo sacara de ahí y lo alejara de la miko, suficiente tiempo había perdido ya.
Sentía que si pasaba otro día más, terminaría haciendo aquellas imaginables cosas que su cabeza le decía, y todo giraba alrededor de ella.
En cambio ella parecía no darse cuenta ya que estaba al pendiente de aquel humano, habían salido a solas, él como siempre se repetía a si mismo que no la seguía si no que la vigilaba.
Los vio conversar y comer muy tranquilos desde un tejado al frente, al no le importaba si la gente lo veía, en lo único que pensaba era ¡porque demonios el sujetaba su mano!...
Y ella se lo permitía, parecía que no veía a otro hombre que nos sea ese, decidió que sus pensamientos no eran los mejores, y se auto convenció que no debería de importarle.
Como si alguien haya arriba o lo quería, y se las estaba cobrando, se iba a ir pero la parejita fue más rápida y salieron antes los "vigilo" hasta que se detuvieron en un parque, las manos del tal Houjo no parecían quedar quietas, tocaban todo el tiempo a la miko, era capaz de cortarle los brazos por eso.
Lo escucho hablar:
"¿Higurashi has pensado en lo que te dije?-pregunto y ella estaba más roja que un tomate sonriendo al igual que una tonta-¿serás mi novia?"
"bueno yo- Houjo si me gustaría ser tu novia"-le respondió, mientras era abrazada por él.
Ahora no eran sus manos lo que más odiaba de él, directamente lo odiaba en si a él, ¡se estaban besando!
HO, si disfrutaría molerlo a golpes al imbécil, que importara que ella lo odiara, descubrió que no quería que ningún humano la tocara, ningún otro ser que no fuera él, aquella conclusión a la cual él no quería llegar desde hace algún tiempo, ella le traería dolores d cabeza.
Y pensó que era mejor apresurar las cosas antes de que la situación se le fuera de las manos.
El no regreso esa noche, ella no puedo dormir si él no estaba, a la mañana siguiente lo único que hicieron, como siempre fue discutir y arrojarse cosas.
Hasta que se hallaron satisfechos y siguieron con su rutina.
Kagome avía dado l noticia de que dejaría la escuela, para ponerse a trabajar y ayudar a su madre en los gastos, ella se negó pero la decisión ya fue tomada.
Salió muy temprano esa mañana dispuesta a lograr su objetivo, paro en varios locales con carteles de "se busca empleada" o "se necesita asistente", pero hasta la hora no habían buenos resultados, y su escasa experiencia no la ayudaba.
Ingreso a un bar, había varias personas dentro almorzando o tomando alguna que otra bebida, se sentó lo bastante alejada de todos, ordeno un café y reviso una vez más el periódico, pero no había nada para ella.
Observo un poco el lugar era muy lindo, el ambiente también lo era, ya que no eran uno de esos bares donde solo hay gente ebria, vio un cartel pegado tras el muchacho que atendía la barra "se necesita mesera", se levantó de golpe casi derramando el café, y pregunto al muchacho por el encargado del lugar.
Golpee la puerta marrón que esta haya y espere a ser atendida-le respondió.
Pasaron varios minutos hasta que una persona le abrió era, una mujer de cabello marrón y de unos 30 y tantos años.
¿Sí?-pregunto, dando le una sonrisa a la azabache.
Disculpe, me gustaría hablar con el encargado por favor-comenzó ella.
¿Para qué lo buscas muchacha?-pregunto usando un tono serio de vos, Kagome se puso nerviosa.
Es por el pedido de trabajo...
¡Me lo hubieras dicho desde un principio pasa!- en la habitación había un pequeño escritorio, arreglos florales y fotos colgados en las paredes- siéntate, mi nombre es Yuri, encargada, dueña administradora o lo que quieras de este bar...-se presentó, sin darle mucho crédito a sus títulos, mientras terminaba el café que había sobre la mesa.
Es un placer conocerla, mi nombre es Kagome Higurashi y estoy buscando trabajo-iba a comenzar a contarle el motivo pero la castaña le hizo un ademan con la mano para que no lo hiciera.
¿Qué sabes hacer, ya has trabajado en un bar antes?-pregunto observado un documento a medio leer.
No, la verdad no pero aprendo rápido y soy responsable-respondió con la verdad, la encargada dejo su tarea por un momento.
Bien, es suficiente para mi Kagome estas contratada-respondió sacando del cajón una caja-este será tu uniforme comenzaras a partir de mañana-demando ella solo afirmaba a todo lo que le decían-ven a partir de las 17hs ¿de acuerdo?
Si, señorita-dijo con firmeza, tomado el paquete-muchas gracias
No es nada-respondió, Kagome se levantó para irse pero la vos de ella la detuvo a un paso de la puerta-¿niña que edad tienes?
18 señorita...
Baya no creí que fueras tan joven, ya puedes irte Kagome nos vemos mañana-ella salió del lugar pago su café y se fue más que contenta a su casa, estaba feliz.
Cuando llego a su casa, todos lo esperaban para almorzar, su madre había preparado pescado al ver la felicidad que desprendía la joven no dudaron en preguntar todos, bueno menos ya saben quién.
¡Conseguí trabajo!-grito entusiasmada, recibiendo felicitaciones y abrazos.
¡Qué bien hermana!-le dijo Sota- ¿en dónde?
En un bar del centro, el lugar es muy lindo y la gente que lo atiende es amable-contaba mientras se serbia una porción de ensalada-empezare a partir de mañana.
Y eso ¿Qué es hija?-pregunto su abuelo apuntando a la caja yacida en el suelo.
Mi uniforme de trabajo, aun no lo he visto-respondió ella.
¿Kagome es seguro que trabajes en ese lugar?-sonó la vos preocupada, de la señora Higurashi.
Sí, pero te prometo que si no lo es renunciare de inmediato mama-le respondió, sonriendo ampliamente para asarla sentir segura.
Y como se llama el lugar dinos así iremos a visitarte-comento el pequeño.
Buenoooo... en realidad no lo sé-dijo rascándose la nuca y con varias gotitas en la cabeza-Salí tan apurada que me olvide...
Pero que tonta eres hija-regaño su abuelo, ella le dedico una fulminante mirada, haciendo que el viejito se escondiera tras Sesshomaru, que solo comía en silencio.
No deberían sorprenderse-comento, dejando a Kagome aún más enfadada que antes.
¡Cállate Sesshomaru!-respondió ella.
Oblígame
¡Ya verás!-y se abalanzo sobre el demonio, que ni se esperaba aquel ataque por parte de ella.
Las pequeñas manos de Kagome se esforzaban por estrangularlo, la aprisiono entre sus brazos y la saco de la casa, todos fueron a ver qué pasaba luego.
¡¿Qué haces?!-gritaba ella golpeándole la espalda con la manos, el demonio se detuvo pasos más adelantes-¡Sesshomaru bájame en este instante!
Como ordenes-respondió, pero algo en su tono de vos le dio escalofríos.
No esper-no termino la frase por que fue zambullida, en un tanque de agua.
Lo usaban para regar el jardín.
¡Hermana!-llamo Souta, al ver que los cabellos de la miko se asomaban a la superficie.
Son un par de niños-murmuro su abuelo, sonriendo.
Se giró sobre sus talones, alejándose del lugar.
Como salida de una película de Terror, Kagome salió casi volando de ahí, correando grande cantidades de agua.
¡TU MALDITO INBECIL!-gritaba, pero él no se molestaba en mirarla, siguió caminando-¡NO ME IGNORES!
Se perdió entre las esquinas de la casa, los demás estaban calladitos y aterrorizados con el aspecto de ella, hasta parecía que brillaba, de un tono rosa.
¡TE ODIO SESSHOMARUUUUU!
Un sonoro grito se oyó espantando las avecillas que se encontraban alrededor, algunos transeúntes lo escucharon sintieron pánico.
Y dentro de la casa, un demonio sonreía satisfecho de su acción.
Todo el resto del día y la mañana del siguiente ella estaba planeando su muerte, la idea de ahogarlo con la almohada si cruzo por su mente, inclusive la de envenenarlo con chocolate, sabía que eso le hacía mal a los perros, y por qué no tirarlo bajo algún vehículo, inclusive pensó en purificarlo o pedirle el deseo a la perla para que el dejara de existir...
Pero todas esas ideas fueron descartadas, era muy probable que ella dejara de respirar antes que él.
Se bañó y se puso el uniforme, era una camisa, de mangas cortas de color blanco y una minifalda azul oscuro zapatos negros, pero también había pantalones de vestir en el mismo tono, seguramente se lo usaba en tiempos de invierno.
Se aplicó un poco de maquillaje y se hizo una cola, estilo caballo.
Cuando bajo las escaleras, su familia lo esperaba en la sala, pero él no estaba, se sintió triste por eso.
Que linda estas Kagome-comento su madre.
Es cierta hermana-apoyo Souta.
Gracias, estaré de regreso más tardar para la noche mama, te llamare cada tanto- dijo la azabache para que la mujer no se preocupara tanto, se había gastado sus ahorros en un celular para ese motivo.
De acuerdo hija, diviértete y cuídate mucho- la despidió con un abrazo, al salir vio al demonio recostado sobre el árbol sagrado.
Sesshomaru ya me voy-le dijo y el abrió los ojos al escucharla- nos vemos luego.
Se despidió con la mano y corrió por las escaleras, estaba ansiosa por llegar.
Se quedó un momento mirando el lugar vacío donde antes ella estaba, se veía hermosa vestida así.
Cuando llego, la dueña le dijo las reglas del lugar, advirtiéndole que no era un trabajo fácil ya que varios hombres estando ebrios podrían propasarse con ella, en todo caso debería informarlo para que se tomaran medidas con respecto a ello, conoció a tres chicas más de nombre, Saki, Maruchi y Kendra sin mencionar al barman llamado Zen.
Eran personas muy amables desde el primer momento se llevaron de maravilla, y ella se sentía cómoda trabajando con ahí.
Llamaba todos los días a su madre a la misma hora, 20hs en punto sonaba el teléfono de la casa Higurashi, le comentaba como le había ido ese día, y les decía si salía un poco más tarde o no.
La paga era buena, y se desempeñaba de maravilla con los clientes, la dueña del local vio un gran aumento de clientes desde que ella comenzó a trabajar, la belleza de Kagome atraía a la gente, y eso era igual a más dinero para ella, al mes de trabajo le ofrecieron un muy considerable aumento pero implicaba trabajar un poco más de tiempo.
Si antes salía a las 22hs ahora su labor concluiría la media noche, pero ella necesitaba el dinero, su familia también por eso acepto.
Trabajaba de lunes a viernes de 18hs a 00hs y los sábados hasta la madrugada.
En su tiempo libre, visitaba a sus amigos, salía con Houjo ayudaba en los quehaceres de la casa y sobre todo investigaba el asunto de Sesshomaru, habían probado varios hechizos pero ninguno resulto, no lograba pasar más allá del pozo o tampoco era transportado de alguna u otra forma que encontrara.
Todo iba bien hasta que su novio, se quejó de que perdía el tiempo con los demás y lo descuidaba a él. Comenzaron a discutir cada vez que se veían por el mismo asunto ya no sabía que decirle para que el entendiera que necesitaba trabajar y ayudar a su familia.
Metió a su "primo" en el asunto, que prefería estar con él, y no sé cuántas cosas más pero lo que más le molestaba no eran esas cosa, ella estaba más pendiente de cierto tema que el saco una noche, ella no estaba lista para dar ese paso, además sus sentimientos por Houjo no eran tan fuertes como para entregarse a él.
Dejo de pensar en tonterías para dedicarse a las ultimas horas de trabajo, era fin de semana estaba más cansada que lo de costumbre y se le había hecho ya demasiado tarde, miro el reloj tras la barra eran ya las 03hs de la madrugada,
Kendra se acercó a ella y le dijo que se fuera a casa, ella gustosa acepto. No pudo avisarle a su madre se había olvidado el celular en el cuarto, decidió caminar esa noche era una de las más calurosas de todas no pasaba ningún taxi, y si lo hacían ya tenían pasajeros.
Tránsito por un barrio que jamás lo hacía ya que no conocía a nadie pero era la única forma de llegar más rápido a su casa, las calles eran practicante oscuras no había nadie caminando en ellas.
Eso es lo que creyó ya que no sintió la presencia de dos hombres que la seguían
El tramo más oscuro daba a las escaleras del templo, ya podía ver las luces de su hogar en lo alto de la colina, estaba a pocos minutos de su hogar cuando sintió una mano tapándole la boca y la otra se aferraba a su cintura arrastrándola a un oscuro callejón.
Un hombre se paró frente ella, sonriendo como un maniático, ella no podía gritar por ayuda ni luchar contra ellos.
El miedo crecía dentro de ella como jamás le había pasado antes.
La sonrisa asquerosa de aquel sujeto le causaba escalofríos, entro en pánico cuando este se acercó y le susurró al oído:
Shh tranquila preciosa solo queremos divertirnos un poco.
Las lágrimas se amontonaron en sus ojos.
¡Por favor!-gritaba contra la mano del que la sujetaba.
El sujeto lambio una de sus mejillas, y ella lloraba desconsolada.
Continuara....0jHk/
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