Capitulo 25

Capítulo 25 "Final"


..................................cinco años después....................................

Ella debía estar bromeando, si seguramente él había escuchado mal o simplemente la mujer se había equivocado, no quiso decir eso.

Era inaceptable.

Porque él era un lord, el más temido y respetado de todo el Sengoku

Y ningún humano podía decirle que hacer, aun si esta era su compañera.

Vio con visible enfado al origen de su desconcierto, que movía sus pies y manos mientras emitía un pequeño llanto de incomodidad

Frunció el ceño y arrugo la nariz, ¿Cómo algo tan pequeño podía apestar tanto?

"Sesshomaru puedes Cambiar Kai, tengo que preparar la cena"

¿Qué se supone que debía hacer? El solo sabía de guerras, de técnicas de lucha y de cómo fastidiar al Hanyou, pero en todos sus siglos de vida jamás se enfrentó a esto. No sabía cómo terminaría

Ni si quiera su mismísima madre le había cambiado los pañales. Para eso estaban las plebeyas, como ella solía decirle. Y podía pedirle a una de sus ciervos, pero la morena insistió en darles a todos el día libre, como siempre ella revoluciono el castillo desde el primer día en que la trajo a vivir consigo.

¿Cambiar pañales? Ni de broma

Además esas eran cosas de mujeres no de hombres, y mucho menos de un Youkai.

Él pensó seriamente en ignorar a la molesta mujer, y salir como si nada a hacer sus prácticas diarias, incluso ver al molesto de Inuyasha era mejor opción.

Pero luego ella estaría tan molesta, que lo obligaría a dormir a la intemperie, sin mencionar que no tendrían aquel tipo de contacto físico que al tanto le gustaba hacer con la morena.

La última vez que discutieron fue por Rin quien estaba siendo cortejada por Kohaku, cosa que él estuvo totalmente en desacuerdo. Como todo un padre celoso, se opuso hasta que Aome, le exigió y demando que dejara de comportarse así y respetara los sentimientos de la joven por el exterminador.

Estuvo enfadada un mes entero, Sesshomaru casi estuvo a punto de volverse loco.

Y cuando finalmente se reconciliaron.

Bueno... de aquella unión Nació Kai el más pequeño de sus hijos, aun no llegaba al año en tiempos humanos y sus gemelas en cambio ya estaban a punto de cumplir los 12 años (Demoniacos) pero aparentaban tener 9 en años humanos. Sesshomaru amaba a sus hijos aunque lo demostrara muy poco, se preocupaba y cuidaba de ellos.

Y ya estaba divagando en cosas que no tenían relación con el problema inicial.

Kai aumento el llanto, al ver que su padre lo ignoraba, Sesshomaru frunció aún más el ceño y llevo su mano derecha al ropaje de su hijo, el movimiento fue lento y cauteloso como se estuviera a punto de desactivar una fulminante bomba, Sesshomaru podía luchar con demonios aún más fuertes que él, sin sentir miedo alguno.

Pero esto era algo impensable, innombrable.

Mordió su labio inferior cuando los sujetadores ya no eran obstáculo alguno. El hedor se hizo más fuerte, golpeado sus sentidos, mareándolo. "no fue muy difícil" pensó con orgullo, había visto a la miko hacerlo cientos de veces y no resultaba problema para ella.

No era la gran cosa, si el inútil de Inuyasha y aquel apestoso de Koga podían hacerlo con sus hijos.

Para el demonio debía ser pan comido ¿no?

De un rápido movimiento lo arrojo al cesto y prosiguió a limpiarlo, paso un paño húmedo, limpiando las heces restantes en la piel del niño.

Por otro lado Kai reía felizmente al no sentirse ya sucio, movía las manos y piernas en dirección a su padre, como incitándolo a que lo tomara entre sus brazos.

Sonrió orgullosamente al ver que su hijo ya estaba limpio "¿dónde estará esa cosa blanca?" se preguntó mirando a los lados, hasta que finalmente encontró la vendita botella que la miko llamaba talco, la tomo y comenzó a derramarla sobre el niño, una nube de polvo blanco se alzó por toda la habitación.

Padre e hijo estornudaron.

Tomo uno de los pañales, y lo envolvió alrededor de la cintura del pequeño "pondré uno de estos por aquí", se decía mentalmente mientras pinchaba unos sujetadores "y otro por aquí... y otro aquí, y tal vez este baya en este lugar"

¡Vaya que se sentía bien, demasiado bien y orgulloso de sí mismo!

Desde su lugar, vio con admiración como si se tratara de una obra de arte, como el capitán Jack Sparrow cuando recupera por primera vez el Perla Negra, sonrió con altivez, incluso podía imaginarse la melodía victoriosa en su cabeza. La sonrisa de su pequeño lo hacía aún más maravillo, decidido lo tomo entre sus brazos para llevárselo a la miko y mostrarle que el sí era capaz de cambiar un simple pañal. Sesshomaru no era tanto, sabía que la miko solo lo hizo para molestarlo y ponerlo a prueba, ahora le enseñaría quien era él.

La puerta de la habitación se abrió, era Aome quien ya había terminado de preparar la cena.

-Aquí esta, es tu turno de cuidarlo- dijo el sonriendo de lado y entregando al niño, a los brazos de su madre.

En un principio Aome parpadeo sorprendida, pero luego su rostro comenzó a deformarse producto de las inaguantables ganas de reír que tenía.

Sesshomaru la miro extrañado, aun así no le dio importancia y salió al jardín a continuar con su entrenamiento.

Dejaría sola a esa mujer y a su locura.

Aome, la dulce y tierna Aome Soltó una carcajada tras otra.

Y por Kami como no iba a reírse si su hijo parecía un fantasma en pollera, lo único vivible eran los dorados ojos del pequeño.

-Tu padre solo deberá dedicarse a las guerras.- dijo entre risas, mientras tomaba un paño húmedo y comenzaba a quitarle todo el talco que tenía en el cuerpo, y finalmente acomodarle el pañal correctamente- es curioso que no se haya dado cuenta.. Que tenía talco en todo el rostro- le decía a su pequeño con una sonrisa- Ya se enterara cuando Inuyasha o koga lo vean- sonrió con malicia y se encogió de hombros, luego tomo al pequeño y salió a recorrer el jardín del castillo.

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¡Por todos los infiernos Cucho!- Exclamo Koga riendo al ver al susodicho llegar con el rostro cubierto de talco- ¿Qué te paso?

¿Qué te has puesto un tratamiento para las arrugas?- chasqueo el hanyou tirando a un lado su espada, y seguidamente caer de rodillas al suelo, por el dolor que causaban sus incontrolables risas.

¿De qué están hablando par de idiotas?- el demonio dijo enfadado, mostrando sus colmillos y apretando el puño

Señor Sesshomaru se preces a mi ex novia y sus tratamientos para la belleza- grito Miroku desde atrás mientras llegaba con las gemelas Taisho y la joven Rin

¿Papi que tienes en el rostro?- dijeron a unismo las pequeñas señalando al susodicho

Entonces algo hizo Clic en su mente, ahora entendía las muecas en su esposa. Y la muy traicionera no se lo dijo

Rin se acercó a él con una sonrisa juguetona y comenzó a limpiarlo por el puño de su vestido- debería dejar que mamá cambie a kai...

Sesshomaru la ignoro pero en cambio estrecho la mirada sobre sus ahora compañeros, el youkai lobo fue el primero en correr por su vida, seguidamente del hanyou y el monje.

Iba a hacer una ruidosa tarde en el Sengoku.

-¡esos hombres! ¿Que acaso no pueden verse sin pelear?- decía una molesta miko de cabellos largos y tan negros como la noche.

-tía Kikyo, mami nos está esperando, deberíamos darnos prisa- su nombre era Arui y era una de las gemelas que al contario de la otra tenía los ojos marrones como los de Aome.

-Arui tiene razón, ya vendrán Miroku y los demás perderemos más tiempo si los esperamos- agrego Sango acariciando su abultado vientre, estaba entrando al último mes de embarazo lo que hacía que caminara un poco más lento que de costumbre.

-¡Muchachas!- la azabache grito desde la entrada del castillo agitando la mano izquierda en el aire, recibiendo con una gran sonrisa a las dos mujeres, las pequeñas, Harui y Mika fueran las primeras en correr y darle un fuerte abrazo- ¿se portaron bien?

-Sí, mami- dijeron al unismo.

-No tienes que preocuparte Aome, Kikyo cuido muy bien de ellas- Sango dijo sonriendo, mientras les guiñaba con picardía un ojo a las niñas.

-solo espero que se hayan metido en problemas- murmuro mirando de manera insistente- Vayan a asearse, la cena ya está lista- estas asintieron y las dejaron solas- ¿Dónde están los demás?

Shippo no pudo venir, está muy ocupado con su entrenamiento, Kohaku no debe demorar en llegar, trae a Kaede consigo y los demás, bueno ya puedes imaginarte que están haciendo- la miko mayor respondió soltando un suspiro, mientras se cruzaba de brazos.

En ese preciso momento una nube de polvo se apareció a metros de ellas, sin embargo las cuatro mujeres no sintieron temor alguno, pues sabían perfectamente de quienes se trataban.

-Ayame, bienvenida- recibió la morena sonriendo a la joven loba- Veo que lograste convencerlos- comentó mirando a los dos jóvenes que la acompañaban.

-nos prometió espadas nuevas a cada uno- respondió Taro el hijo mayor de Koga y Ayame, este aparentaba tener unos 13 años, en tiempos humanos, el más pequeño parecía de 11 y su nombre era Shiro.

-Señora Kikyo ¿Dónde está Zuki?- pregunto el mayor de los jóvenes lobo llamado Taro, mirando en todas direcciones buscando a la joven hibrida, de la cual estaba enamorado.

La morena hecho un suspiro cansado antes de responder –No, quiso venir. Inuyasha le advirtió que no se acercara a ti

El joven se sonrojo apenado, y de manera desinteresada se rasco la frete, mientras soltaba una risilla nerviosa- Lamento haberle causado tanto problemas, con el señor Inuyasha

Kikyo se encogió de hombros- ya es tiempo que comience a aceparlo, pero te constara trabajo convencer a mi esposo, ya sabes cómo es...

Algunas avecillas volaron asustadas, a causa de una explosión que se escuchó a lo lejos

- ¡vayan por su padre, y díganle que si no regresa en este instante yo misma iré por el!- demando la pelirroja, mostrando los colmillos, estaba muy molesta por el comportamiento de su pareja.

-Tratare de hablar con papá- murmuro Rin al oído de su madre, para luego salir en dirección a donde se escuchaban los sonidos de batalla

-Sera mejor que esperemos dentro...- Sango dijo con calma. Las demás solo asintieron

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-Ya estamos en los territorios del señor Sesshomaru, anciana Kaede- anuncio con alegría el joven exterminador.

-Aome y los demás nos deben estar esperando

-Sí, es curioso que la señora Aome haga este tipo de fiestas- comento recordando el motivo del viaje.

La anciano pensó momentos antes de responder-Tengo entendido que en su época son muy comunes, es por eso que ella quiere festejar este día con nosotros, después de todo aquella niña debe extrañar mucho aquel lugar de donde vino- con el pasar de los años, su andar se hacía más lento

Aquella respuesta, despertó una pequeña duda en el muchacho, una que quiera saldar desde hace tiempo- Anciana Kaede, ¿cree usted que la señora Aome desee volver a su tiempo?... quiero decir que deje al señor Sesshomaru.

Es posible que Aome extrañe mucho a su familia, y sienta deseos de volver a verlos-ella respondió con calma, mientras alzaba la vista al horizonte- pero estoy segura de que ella, no cambiaría ningún amanecer al lado de Sesshomaru y de sus hijos. Esa es la razón que mantiene a Aome feliz.

-y también al señor Sesshomaru, el ya no es tan frio...

La anciana no pudo estar más de acuerdo, aquel cambio era tan invisible y notable al mismo tiempo. Ese logro era gracias a la joven futurista y su personalidad atrayente para cualquier ser sobre la tierra.

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-¡No, no y no!

-¡Claro que eso fue lo que pasó!- el ex monje replico por tercera vez.

-¡Que no!- Chillo el hanyou, mientras era vendado por Kikyo, tenía una pequeña, pero aun así dolorosa herida en el brazo

-Yo no tuve nada que ver Sanguito, solo me estaba defendiendo- le dijo a la castaña, e hizo una mueca por sonrisa lo que dejo en evidencia que le faltaba un diente.

-No te creo Miroku, y te lo tienes bien merecido- respondió esta aún más enfadada, girando el rostro aun lado y de brazos cruzados.

-Pero Sango

- ¡No quiero saber más del tema!

Koga, quien también estaba un poco maltratado se encontraba sentado sobre un mudillo cojín sin emitir palabra alguna, tan solo miraba como los demás discutían.

-Sesshomaru no debiste haberlos lastimado...- la morena dijo en voz baja, regañándolo.

-...-

-Se supone que era una reunión familiar no una escena de guerra- resoplo al verse ignorada por el peli plata.

-Compartes la culpa- él dijo finalmente- sabias lo del talco y decidiste callarte.

Aome río nerviosamente y se movió incomoda sobre su asiento- ...una pequeña broma.

-no lo fue- reprendió con seriedad.

-te lo merecías por ser tan creído en todo.

-Soy perfecto- afirmo, mostrando una mirada penetrante.

-¡Claro que no!- Aome chillo, arrugando la nariz.

- dime algo en que no lo sea.

Esta era su oportunidad pero -Ehe... -¿Dónde están las palabras cuando una las necesita?

- lo ves, lo soy- una sonrisa de lado se apodero de sus finos labios

Ella frunció el ceño y lo miro enfadada- Demonio Engreído

Disfruto de la victoria mucho antes de decirla-pero aun así me amas.

- Como no hacerlo...- ella susurro mostrando una diminuta sonrisa, mientras acunaba al bebe entre su pecho, para que siguiera durmiendo tranquilamente.- me has dado más de lo que imagine tener- agrego luego de un breve silencio

- ¡Anciana!- aquel grito de Inuyasha llamo su atención, de manera inmediata, la miko mayor llegaba en compañía del joven exterminador de nombre Kohaku.

-Lamento la tardanza, pero mis fuerzas ya no son las de antes- dijo sonriendo mientras saludaba con abrazos a los hijos de Kouga, seguidamente fue a donde Aome se encontraba, y beso la pequeña frente del Taisho menor- al fin te conozco pequeño príncipe- agrego y soltó una risa ronca y cansada, Kai abrió los ojos y miro detenidamente a la mujer- tan comunicativo como tu padre- vio de reojo al susodicho que estaba un costado de la morena, se mostraba impasible y en silencio, la ignoraba como si no la hubiera oído, aquello hizo sonreír aún más a la anciana ya que demostraba que aunque su comentario le había-evidentemente- molestado, este no se mostraba agresivo ante Aome y los demás. Una prueba más de cuanto había cambiado, en otros tiempos, seguramente la hubiera asesinado- Oh, pero también es probable que seas un gran guerrero como tu padre.

-¡mami tenemos hambre!- las gemelas aparecieron de repente y sus comentarios hicieron reír a todos los presentes.

- Si yo también me estoy muriendo de hambre- y el hibrido sintió como su estómago rugía por comida, sus mejillas se tiñeron de vergüenza.

-será mejor no hacerlos esperar más.

- muy bien será mejor que te comportes- Ayame dijo en un susurro al oído de su esposo.

El demonio lobo suspiro y asintió con la cabeza- está bien no molestare al pulgoso.

-te oí lobo sarnoso- chasqueo un irritado Inuyasha

-¿y que aras al- lo ignoro, ya que la mirada de Sesshomaru no era para nada alentadora. –¡Ag- no me molestes¡- Si estropeaban la cena de Aome estarían en serios problemas

Minutos más tardes ya todos estaban cenando, deleitándose con los platillos que la joven miko había preparado, con tanto esmero y especialmente para todos ellos, en su época era una fecha muy importante, una que quería compartir con sus seres queridos. Aunque desde que estaba en la época antigua las pasaba por alto, que tal vez para sus amigos no eran necesarias, y no fue hasta apenas un año que comenzó a festejarlas nuevamente, les habían traído las fiestas tradicionales, aunque era más una excusa para estar en familia, como las pascuas, los cumpleaños, la navidad y el año nuevo. Lo importante para la joven miko era que sus seres queridos la acompañaran. Incluso que el mismo Sesshomaru estuviera ahí, lo hacía aún más increíble, que cediera a festejar tan tribales fechas, "son solo Tonterías" diría el, Sin embargo ahí estaba, hablando solo lo necesario y sonreía si le parecía gracioso algún comentario.

La cena transcurrió como la morena lo esperaba, ruidosa, la habitación se llenó de risas y buenas anécdotas, aquellas años donde Naraku les causaba problemas a donde quiera que baya.

¡Pero ninguna reunión estaba completa sin una pequeña discusión entre hermanos!

"La cosa más importante en esta vida, es la familia"- Aome pensó mientras observaba a las personas a su lado, luego su vista se posó sobre el pequeño descansando en su regazo, sonrió y acaricio suavemente los cabellos plateados que cubrían su cabeza.

Sesshomaru podía discutir e incluso luchar con quien fuera, pero su atención siempre estaba en ella, como Ahora, que aun respondiendo los insultos de Inuyasha, sabía perfectamente lo que su miko estaba haciendo, hasta podría adivinar lo que estaba pensando, estaba tranquilo porque ella estaba feliz. Aunque desde su punto de vista no eran más que tonterías realizar este tipo de cosas, para Aome eran importantes, y Sesshomaru respetaría eso, dejaría su orgullo aun lado, aunque sea por un par de horas, y tal vez al final de la velada, golpeara a Inuyasha por ser tan molesto.

-¡ya Inuyasha!- kikyo advirtió con vos firme y dura, soltando una pequeña parte de sus poderes para que supiera que le estaba hablando enserio. El Hanyou sintió un escalofrío recorrerle la espalda su amada esposa era la segunda mujer a la cual tenía mucho miedo, porque la primera siempre seria Aome- lo siento Aome pero debemos irnos, dejamos a Zuki sola, muchas gracias por la cena estuvo deliciosa como siempre- la morena dijo soltando una sonrisa, mientras se despedía con un abrazo de la azabache- nos vemos

- adiós muchachos- se despido el hanyou, quien una vez estando fuera del castillo subió a Kikyo sobre su espalda, como lo hacía con Aome años atrás.

-Sanguito y yo también los dejamos señorita Aome- Miroku se puso de pie y ayudo a su esposa.

La azabache sonrió enternecida por la abultada apariencia de su amiga-está bien lo entiendo, descansa Sango... Miroku cuida bien de ella- le advirtió con una sonrisa fría en los labios

-no tiene de que preocuparse...- respondió de manera inmediata, mientras pasaba saliva, Aome si sabía cómo dar miedo, sin duda tenía el mejor maestro

-me quedare con ustedes esta noche si no les molesta- la anciana dijo con calma

-no nos molesta, Kohaku tú también puedes quedarte si así lo quieres-tanto el nombrado como la joven Rin miraron intuitivamente al demonio, temiendo que este se opusiera, con tal de mantenerlo lejos de Rin.

Sesshomaru solo cerró los ojos, Rin sonrió feliz y Kohaku bueno él no sabía exactamente que decir o hacer. ¿Le había dicho que si o eso significaba un no? Estaba confundido

¡Por kami acaso ese sujeto era mudo!

Río con nerviosismo, porque aunque el señor Sesshomaru había aceptado- contra su voluntad- la relación que mantenía con Rin. El exterminador no se sentía muy seguro durmiendo bajo el mismo techo que el Youkai.

-estoy muy cansada.- Aome murmuro soltando un pequeño bostezo.

-Ve a descansar yo me quedare un rato más con estos jóvenes- la anciana dijo desde su lugar.

-Sí, buenas noches a todos- Decía mientras se ponía de pie, seguida por Sesshomaru, pero este antes de seguirla, le mando una mirada de advertencia a Kohaku.

Algo que se podía traducir como "te pasa de listo y te enterrare vivo en mi jardín".

"Esta" Kohaku pensó "va a ser una larga noche"

-Sesshomaru, ya deja esa cara tan solo será una noche- decía la morena mientras acostaba al heredero en su cuna, y lo arropaba con cuidado.

Aunque el demonio no hubiera dicho nada, sabía que estaba molesto por Kohaku, esa aura asesina a su alrededor lo delataba.

-No me agrada ese niño...- respondió con Sorna, estaba celoso Rin era su pequeña protegida, su hija y aunque Kohaku fue de buena ayuda cuando derrotaron a Naraku. El que se metiera con su pequeña era otro tema muy delicado.

-Eres imposible, conoces a Kohaku y sabes que quiere mucho a Rin-Aome suspiro mientras tomaba de su placar una camisón de seda- deberías darle una oportunidad- se despojó de su hermoso vestido de fiesta quedando únicamente en ropa interior.

Sesshomaru gruño observando a la hermosa mujer que estaba a tan solo dos brazos de distancia, detallo cada milímetro de su cuerpo, que aun después de dar a luz a tres de sus hijos seguía siendo lo más perfecto ante sus ojos, de un ágil movimiento Aome se encontraba apresada entre los brazos del demonio.

Dorado y marrón se encontraron, las mejillas de la azabache se tiñeron de un pálido rosa, haciendo que Sesshomaru sonriera, hundió la nariz entre la melena azabache y aspiro, se llenó de su aroma y serró por segundos los ojos, era tan humana, tan única, tan Aome, porque aun siendo una mujer adulta, y haberle dado tres hijos mostraba esa inocencia y poca experiencia con respecto al sexo, lo cual para el Youkai estaba más que bien, le gustaba ver ese tipo de reacciones en ella, que se sonrojara cada vez que el la miraba de forma penetrante o incluso deseosa.

Esa mujer, esa condenada humana y su altanería, su falta de educación, su estúpido sentido del deber, su valentía-la cual muchas veces llamo su atención-aquella que no podía estar callada más de cinco minutos, aquella que podía dejar su mundo de cabeza con tan solo una sonrisa, aquella que lo desafiaba en cada oportunidad que se le presentaba.

Si aquella era su humana, y que Kami se apiade de él porque no estaba dispuesto a cambiarla.

Aome no sería Aome sino fuera todo eso, si se hubiera parecido como las demás humanas, él ni si quera hubiera volteado a verla, no hubiera respondido sus provocaciones durante las viejas peleas.

Pero robo su atención, desde el primer momento en que la vio en compañía de su medio-idiota-hermano, y supo que no iba poder deshacerse de ella tan fácilmente cuanto vio con cual facilidad había sacado el colmillo del pedestal.

Ahora la sola idea de no tenerla le era insoportable.

-¿Sesshomaru en que piensas?- ella pregunto al cabo de uno minutos.

-En que tendré que mantenerte encerrada- respondió con voz ronca, alzando la mirada una vez más

La azabache abrió los ojos sorprendida, sin comprender a que se refería acaso Sesshomaru no confiaba en ella, frunció las cejas con molestia y dijo- ¿Así y porque el Lord haría eso?

El sarcasmo hizo sonreír aún más al demonio, pero a su manera típica- cuida tu lengua mujer o podría mordértela- murmuro en voz baja y aún más ronca, que Aome estuviera enfadada y casi desnuda lo hacía más excitante, deslizo su diestra por la espalda de la morena quien se estremeció con un notable sonrojo en el rostro- me perteneces y puedo hacer contigo lo que me plazca- enredo un mechón de cabello entre sus garras y lo llevo a su olfato, Aome se sentía mareada como podía decir esas cosas tan frías y actuar tan dulce y protector - he visto la forma en que el lobo te mira y no me agrada- dejo escapar un potente gruñido en su garganta, mientras que la morena se sorprendía por la información que estaba recibiendo- aún sigue enamorado de ti, tal vez deba darle una advertencia- finalizo utilizando ese tono que decía que lo realizaría aunque el mundo le dijera lo contrario.

Aome sabía que era inútil tratar de disuadirlo, aun así no daría su brazo a torcer-Sesshomaru sabes que Koga es mi amigo y aunque estuviera enamorado de mí, no te dejaría- ella sonrió de manera dulce mientras rodeaba con sus finos brazos el cuello del demonio-¿y sabes porque? Por qué te amo- y Sesshomaru busco en sus ojos algún rastro de mentira, pero no hallo más que pura sinceridad- y deja en paz al pobre de Koga- regaño al mejor estilo de Aome, con las manos ahora puestas en sus caderas, viendo fijamente la Youkai.

Pero el la miro de manera fría, y en un segundo Aome ya se encontraba de espaldas en la cama con Sesshomaru sobre ella-que te he dicho mujer que cuides tu lengua...- murmuro y sin esperar alguna negativa o respuesta sello sus bocas, con la mano derecha le aprisiono las muñecas por sobre su cabeza, impidiendo de esa manera que se moviera, el movimiento de los labios del demonio era firme y demandante cargada de una pasión que Aome igualaba con el pasar de los segundo, jadeo contra su boca, el aire se estaba poniendo caliente ahora una mano de Sesshomaru se encontraban recorriéndole las piernas y subía sin prisa alguna, hasta dar finalmente con su ropa interior, no fue problema alguno ya que la hizo desaparecer con ayuda de sus garras, el brasier corrió con la misma surte, Aome lo miro enfadada, más aun no dijo nada o no pudo, la boca de Sesshomaru se lo impedía.

Ella decidió que discutir por tonterías como un conjunto de ropa interior rota, era una pérdida de tiempo había algo más interesante para hacer, las palabras no eran necesarias, si no los actos. Arqueo el cuerpo, mientras disfrutaba de las caricias que su parte más íntima recibía, era misión imposible evitar los pequeños gemidos que brotaban de su boca, Sesshomaru introdujo un segundo dedo y el vaivén se hizo más rápido, trazando un circulo tras otro, pronto el perfume de la joven miko comenzó a rodearlo, era dulce y fuerte como una imitación, Sesshomaru gruño cuando sintió las pequeñas manos de la mujer meterse por debajo de su Aori hasta finalmente quitarlo.

Podía ver al Youkai en su perfecta gloria, completamente y solamente para ella, recorrió con sus finos dedos el pecho y la amplia espalda de su amante, mientras los gemidos brotaban de sus labios, Sesshomaru no dejo ni un momento de estimularla, Aome estaba más que lista, lo sabía, así que se deshizo de las ultimas prendas que aun tenia encima.

Cerro los ojos, se abrazó a Sesshomaru mientras este se introducía en ella de una sola estocada, gruñía en cada penetración, el que Aome le regalara gemidos lo volvía aún más loco, cristalinas gotas de sudor pronto comenzaron a brotar de sus cuerpos- Abre más las piernas mujer- en voz baja gruño, lo que hizo sonreír a Aome aún más obedeció, se dejó llevar por las expertas manos y labios del youkai, podía sentir aquel deliciosos dolor creciendo en el centro de su vientre, expandiéndose por cada fibra de su cuerpo, su estómago de contrajo haciendo que Aome tirara el cuello hacia atrás, mientras que de sus labios brotaba un último gemido de satisfacción, fue la primera en terminar y segundo después lo hizo Sesshomaru.

Estando acostado a su lado Sesshomaru la atrajo posesivamente hacia él, rodeándola con sus brazos, mientras hundía el rostro entre el cuello y la melena azabache, la cálida respiración del demonio hacia estremecer a la miko- ¿aun tienes pensado amenazar a Koga?

-Si

Ella suspiro y se giró entre sus brazo para mirar a los dorados ojos, tenía las cejas ligeramente fruncida y un puchero en s labios

-Se lo que pretendes y eso no funcionara conmigo- respondido el cerrando los ojos

-Porque piensas en la posibilidad de que yo pudiera dejarte

-Sé que no lo aras, soy demasiado apuesto como para que me cambies por otro, nadie podría reemplazarme

-Eres un estúpido engreído- aquello había hecho enojar aún más a la pequeña miko

-y tu una humana insufrible.

-Aun siendo insufrible no dejaras que me vaya, si así yo lo quisiera- respondió sonando muy firme y convincente en sus palabras- ¿y quién te dijo que no eres reemplazable?- finalizo con una media sonrisa plasmada en sus labios

Sabía que ella solo lo estaba provocando en un tonto juego pero aun así...-Me perteneces mujer- ¿dónde había dejado su orgullo? En que lo había convertido esta mujer insolente- nadie más que yo puede tenerte-

Aome sonrió, porque solo él podía verla de esa manera tan fría, casi asesina y decir cosas tan dulces como esas, era sien veces más lindo que escuchar un te amo.

Sesshomaru tenía una manera muy particular y original de decirle las cosas, a veces ni siquiera las palabras eran necesarias, ella podía saber que la quería con solo mirarlo a los ojos.

En un momento lo vio levantarse y ponerse una bata de azul ceda- ¿A dónde vas?- pregunto curiosa con una ligera sospecha en su cabeza

-Enseguida regreso- respondió sin más y se marchó.

Aome reprimió la urgencia de rodar los ojos, era más que evidente que se iría a vigilar al pobre de Kohaku, no deseaba estar en los zapatos del pobre muchacho, le había tocado un suegro difícil de sobrellevar.

El llanto de su pequeño trajo a la joven miko devuelta a la realidad, lo saco de la cuna y lo llevo consigo a la cama, tarareando una suave canción comenzó a acariciar sus hebras color plata, hasta que finalmente madre e hijo terminaron rendidos a los brazos de Morfeo.

Cuando Sesshomaru regreso a la alcoba, observo desde un lado de la cama aquella escena.

Definitivamente la sola idea de vivir lejos de ella y de sus hijos no era posible.

-"¿tienes algo que proteger?"- recordó aquella vieja pregunta que su padre le hizo sobre la orilla del mar minutos antes de marchar al castillo de Izayoi, quien estaba dando a luz a Inuyasha. En aquel entonces Sesshomaru solo tenía una meta en mente y eso era derrotar a su padre, convertirse en el guerrero más poderoso de todo el Japón antiguo. Nunca tuvo nadie a quien proteger, porque Jacken a pesar de su diminuto tamaño podía sobrevivir solo, pero su vida cambio con la llegada de su pequeña protegida, la segunda vez que Rin murió se sintió vacío, con una enorme opresión en el pecho, la cual Irazue llamo tristeza, después de todo era su madre, la adama no quería ver mal a su primogénito y en un acto de bondad le regreso la vida a la pequeña humana "se está pareciendo a su padre en el más extraño de los sentidos" la escucho decirle a su sirviente.

El Youkai no estuvo del todo de acuerdo, pero fue el día en que comenzó a vivir con Aome, que su lado bueno, por así decirlo se hizo notar con más evidencia, tenía a quienes proteger y lo aria a costa de su propia vida.

Se deshizo la bata para seguidamente acostarse al otro lado de su heredero, observo las magentas líneas de su linaje, sin dejar lugar a la duda- "Es mi cachorro"- pensó con orgullo mientras apartaba unos escurridizos cabellos de la sien de su hijo-"Eres digno heredero de mi trono, cuando yo no este deberás proteger a tu madre y a tus hermanas, sobre todo tu madre no dejes que nada malo le pase"- murmuro en silencio y como si su pequeño lo hubiera escuchado sonrió entre sueños.

Finalmente su vista se posó en quien llevaba su marca, la luna creciente en su cuello, claro signo de su unión y pertenencia.

-¿Cuándo mi orgullo se rindió ante ti y pasaste hacer indispensable?- pregunto sabiendo que no podía ser escuchado, la mujer estaba realmente muy dormida, cerró los ojos y pronto quedó dormido.

-Ses- Sesshōmaru te toca cambiarlo- murmuro la morena entre sueño mientras giraba sobre la cama y se volvía a dormir.

Sesshomaru suspiro mientras se levantaba y cogía al pequeño entre sus brazos para asearlo.

¿Quién dijo que proteger a alguien sería fácil?

Fin


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